Ucrania vive su cuarta Navidad en guerra bajo ataques rusos

Ucrania conmemoró este jueves su cuarta Navidad desde que inició la invasión rusa, marcada por nuevos ataques, cortes de energía y un ambiente sombrío en medio de un conflicto que parece lejos de terminar.

Desde Leópolis, en el oeste del país, muchas familias —incluidas algunas con soldados de permiso o en rehabilitación— intentaron salir a las calles para encontrar un poco del espíritu navideño. Sin embargo, los bombardeos rusos entre la noche del 24 y la mañana del 25 de diciembre empañaron los festejos en varias ciudades, afectando severamente el sistema eléctrico nacional.

Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, sufrió graves daños en sus sistemas de electricidad y calefacción, donde las temperaturas descendieron hasta los -11 grados Celsius. Los ataques dejaron una persona muerta y al menos 15 heridos.

“Nos quieren asustados y deprimidos”

“No estoy sintiendo realmente el espíritu navideño”, expresó a EFE Katerina Bushtruk, una artista de 28 años originaria de Zaporiyia, en el sur del país, quien explicó que tanto su padre como su esposo combaten en el frente. Aun así, decoró su apartamento como un acto simbólico de resistencia: “Nos quieren asustados y deprimidos”, afirmó.

En Leópolis, familiares de soldados prisioneros colgaron cientos de lazos con sus nombres junto a un nacimiento navideño. A un costado se instaló un árbol con regalos simbólicos, acompañado de mensajes como: “Sólo se puede celebrar cuando todos están en casa” y “Estas Navidades esperamos a personas, no milagros”.

El retorno de todos los cautivos ucranianos —militares y civiles— forma parte del plan de paz de 20 puntos que el presidente Volodímir Zelenski presentó esta semana, tras negociaciones con Estados Unidos. Este plan sustituye una propuesta anterior de 28 puntos elaborada por la Casa Blanca.

Dudas sobre una paz real

Pese al intento de reactivar una solución diplomática, muchos ucranianos se muestran escépticos sobre las intenciones de Rusia. La posibilidad de que Moscú acepte algún acuerdo, incluso si Ucrania reconoce la ocupación de un 20 % de su territorio, genera profundas dudas.

“Sueño con que toda nuestra gente regrese a casa. Pero no creo realmente que los rusos los vayan a devolver: los rusos ya han demostrado lo que valen sus promesas”, sostuvo Bushtruk.

Mientras unas familias compartían la cena de Nochebuena, otras no pudieron reunirse. Según autoridades locales, más de 50,000 habitantes de la región de Leópolis sirven en el Ejército, y solo una parte pudo celebrar con breves festejos desde las trincheras.

En el cementerio militar de Leópolis, decenas de familias se congregaron para rendir homenaje a sus seres queridos caídos, adornando las tumbas con pequeños árboles navideños, dulces y juguetes. En ese lugar se entonó un ‘villancico de duelo’ para recordar a los soldados muertos en combate.

“No podrá haber paz hasta que Rusia vea nuestra fuerza”, afirmó Olga Spodar, madre de Nazari, un voluntario que murió al año de alistarse, a los 38 años.

“La única salida es la victoria”

Tanto Bushtruk como Spodar coincidieron en que no hay confianza en los acuerdos. “No creo que estas negociaciones den ningún fruto, porque Rusia no dejará de atacarnos, incluso si hace una pausa”, dijo Spodar. Por su parte, Bushtruk advirtió:

“Lo peor que podríamos hacer es dejarnos engañar por garantías vagas y asegurar así un futuro terrible para nuestros descendientes”.

Bushtruk concluyó que Ucrania está pagando un precio “increíblemente alto”, con la vida de “los mejores de los mejores”, quienes luchan para que el país logre consolidarse como una nación libre, fuerte e independiente.