Sor Geneviève, la gran amiga del papa Francisco y activista pro LGBT

La religiosa Sor Geneviève Jeanningros era una amiga muy cercana al papa Francisco, pero también una aliada incansable de las personas de la comunidad circense y LGBTIQ+ que hasta sus 82 años sigue dedicando su vida a los márgenes, donde coincidió en amor con Jorge Mario Bergoglio, a quien lloró profundamente cerca de su féretro y rompiendo los protocolos de la iglesia.

Pero Geneviève no sólo fue amiga del papa, sino una presencia constante en las audiencias donde el pontífice tendía la mano a los olvidados. La monja francesa, pequeña en estatura pero inmensa en compromiso, ha acompañado por más de medio siglo a prostitutas, personas trans y comunidades del circo. Su llanto ante el féretro de Francisco no solo era personal: era el dolor de una iglesia que perdió a su mayor aliado.

Apodada “enfant terrible” (niña terrible) por el mismo papa, la monja francesa nacida en Argentina en 1943, forma parte de las Hermanitas de Jesús y vive desde hace décadas en una caravana en Ostia, al borde de Roma, Italia. Ahí, en el corazón de un parque de atracciones, fue visitada dos veces por Francisco, en 2015 y recién en 2024, quien encontraba en ella un espejo de su misión: una iglesia en salida, sin miedo a las periferias, sin prejuicios ante la diversidad.

Mientras los cardenales y obispos daban el último adiós a Francisco uno por uno, la religiosa se saltó el protocolo y se colocó en uno de los lados para detenerse en oración durante varios minutos sin que nadie pudiera decirle nada.

Sor Geneviève se dedica desde hace 56 años a asistir a las mujeres transexuales y a los feriantes de Ostia, la costa de la región del Lacio. La monja llevaba cada miércoles a las audiencias generales del papa a grupos de homosexuales y trans, muchos trabajadores sexuales en esta zona degradada a las afueras de Roma.

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