Construyen Instituto RETOS como apuesta de la educación técnica en Valle de San Andrés

El país contará en 2026 con su primer instituto especializado en educación técnica superior en el Valle de San Andrés. El Instituto RETOS, impulsado por el empresario Óscar René Toruño Contreras, busca convertir la educación técnica en una vía real para que más jóvenes accedan a oportunidades de crecimiento profesional.

El campus se construye en Ciudad Arce y ocupará 10 manzanas con aulas, talleres, laboratorios, cafeterías y espacios de innovación. En su primer año atenderá a 160 estudiantes, quienes iniciarán clases en marzo de 2026. La proyección es llegar a una capacidad de 1,200 alumnos en 12 carreras técnicas.

Terreno donde avanza la construcción del campus de 10 manzanas en Ciudad Arce./ Alexander Montes

Las primeras carreras serán Mecatrónica, Operaciones y Mantenimiento Industrial, Desarrollo de Software y Logística, todas diseñadas según las necesidades de sectores con alta demanda. Además, incluirán certificaciones internacionales, formación en inglés y un componente fuerte de ética y habilidades humanas.

La idea de crear un instituto técnico nació como un proyecto compartido entre René Toruño y su esposa, Jutta Steiner de Toruño, quien tuvo un papel decisivo en impulsar iniciativas educativas junto a él. Aunque Jutta ya no está presente, su visión y compromiso siguen siendo parte esencial del origen del Instituto RETOS y de la intención de abrir oportunidades reales para los jóvenes. “Desde 1999 decidí contribuir con la educación de los jóvenes salvadoreños… apoyarlos para que lo económico no fuera obstáculo para su preparación académica y pudieran tener oportunidades para superación profesional”. Añadió que RETOS es una forma de devolver “oportunidades bien aprovechadas” a las nuevas generaciones.

Fotografía grupal de los principales impulsores del Instituto RETOS en el anuncio oficial. / Alexander montes

 

Educación técnica con apoyo empresarial

El Instituto RETOS funcionará como un espacio de aprendizaje práctico, con un modelo basado en formación dual, participación del sector privado y trabajo con las comunidades del Valle de San Andrés. También contará con apoyo internacional, integración de tecnologías y preparación para el empleo o el emprendimiento.

El equipo técnico revisa el avance del diseño arquitectónico del Instituto RETOS durante una reunión de trabajo./ Alexander Montes

 

Toruño explicó que la visión del proyecto es clara: “Nuestro deber y nuestro compromiso es abrir oportunidades reales a quienes tienen talento, ambición y tenacidad para superarse… crear técnicos altamente calificados. La industria salvadoreña no puede crecer al ritmo que el país necesita; durante años he visto ese desafío”.

El secretario de Comercio e Inversiones, Miguel Kattan, destacó la importancia de ampliar el acceso para los jóvenes: “La única manera de que un país verdaderamente se desarrolle es cuando todos los jóvenes tengan igualdad de oportunidades y acceso a formación e instrucción en valores”. Por su parte, Roberto Kriete, presidente de Fundación Gloria Kriete, señaló que el centro tendrá un impacto directo en la industria nacional: “Este instituto va a ser muy importante en el desarrollo técnico y va a contribuir enormemente al desarrollo industrial del país porque va a preparar a jóvenes a ser técnicos de clase mundial”.

Impacto en la zona y en la productividad del país

Situado en el corazón del parque industrial del Valle de San Andrés, el Instituto RETOS busca fortalecer la economía local y generar nuevas oportunidades laborales. La institución trabajará con empresas de la zona y promoverá proyectos con impacto social y productivo.
El rector Rolando Marín resaltó el papel del instituto en la formación de talento técnico: “Somos un motor de transformación que impulsa el desarrollo nacional… al formar técnicos y profesionales de excelencia altamente demandados por la industria”, afirmó.

Raúl Toruño junto a un grupo de jóvenes aspirantes al futuro Instituto RETOS./ Alexander Montes

El lema “Somos Toruños” acompañará a la comunidad académica como recordatorio de esfuerzo, pertenencia y gratitud. Toruño señaló que la aspiración es que cada estudiante se convierta en un agente de cambio para su familia, su empresa y su comunidad.

Con este proyecto, El Salvador da un paso hacia un modelo de educación técnica más accesible, práctico e integrado con las necesidades de la industria, con la meta de impulsar productividad y abrir nuevas oportunidades para la juventud.