Flores, colores y memorias: los salvadoreños se preparan para honrar a sus difuntos este domingo

El próximo domingo, El Salvador conmemorará el Día de los Difuntos, una fecha que, lejos de teñirse de luto, se llena de color y memoria. Los cementerios del país comienzan a recibir a quienes, entre flores y recuerdos, honran a sus seres queridos, mientras los comerciantes afinan los últimos detalles para recibir a cientos de familias que mantienen encendida esta tradición.

En el Parque Memorial La Bermeja, los puestos de flores artificiales ya están listos desde finales de octubre. María Bernal, una vendedora del lugar, comenta que esta época representa mucho más que una temporada de ventas: es una oportunidad para rendir homenaje a su madre, fallecida hace 15 años, y continuar su legado. Con voz serena, invita a los salvadoreños a no dejar pasar la ocasión de recordar a los suyos. “Vengan a regalarles unas flores —dice—, guardemos ese cariño y ese amor, siempre para toda la vida”.

Beatriz Hernández selecciona flores para adornar la tumba de sus seres queridos. / Alexander Montes.

A unos pasos, Beatriz Hernández muestra orgullosa los coloridos arreglos que ofrece a precios accesibles. “Hay desde un dólar hasta crucitas de $2.50”, explica, mientras acomoda girasoles, claveles, anturios y corazones chinos de vivos tonos. Cada diseño, elaborado con paciencia, busca transmitir el afecto que las familias expresan en estas fechas, una forma de decir: “Te recuerdo” sin palabras.

 

 

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Entre los visitantes del mismo camposanto se encuentra Tomás Navarrete, quien, como cada año, se acerca al lugar donde descansa su padre. Para él, adquirir flores en La Bermeja no es un simple acto de tradición, sino una manera de mantener viva la gratitud. “En su momento hicieron mucho por nosotros —expresa—, y para mí eso es lo principal: el agradecimiento hacia nuestros seres queridos”. Mientras elige cuidadosamente una corona, asegura que cada flor colocada representa una conversación silenciosa y un gesto de amor que el tiempo no ha logrado borrar.

Doña María Bernal ofrece flores en el Cementerio La Bermeja, en San Salvador. / Alexander Montes

En el Cementerio Los Ilustres, Gloria Vásquez se prepara para la jornada del domingo. Entre coronas de distintos tamaños, explica que los precios van “desde $4, $5, $6, $7 y $8 hasta las más grandes de $20”. Explica que cada una es elaborada con esmero, pues más allá del valor económico, lo importante es mantener viva la tradición. “Es bien importante —dice—, porque aunque ya no los tenemos, sí los recordamos, y esos recuerdos están aquí adentro; es el amor que se siente”, puntualiza.

Los cementerios salvadoreños se transforman así en escenarios llenos de color y sentimiento. Bajo el sol de noviembre, entre flores que no se marchitan y recuerdos que no se apagan, las familias reafirman que el amor, cuando es verdadero, trasciende el tiempo y florece incluso en la eternidad.