En medio de la incertidumbre y la pérdida de sus puestos de venta, los vendedores ambulantes de la 4ª calle Poniente, han optado por poner en liquidación sus productos, tras el pronto desalojo programado para el próximo domingo 2 de marzo, y será ejecutado por las autoridades municipales.
La liquidación de los productos es una medida para mitigar las pérdidas causadas por la intervención en una de las zonas más transitadas de la ciudad, que llevan directamente a la Biblioteca Nacional, estas son: la 4ª calle Poniente, con conexión a la 5a avenida Sur, la 7a avenida Sur, la 9a avenida Sur, 6a calle Poniente, así también, el pasaje Colombia y el pasaje Guatemala, del Centro Histórico de San Salvador, que prontamente estará deshabilitado para las ventas ambulantes.
El aviso de desalojo fue entregado a los vendedores el día 27 de febrero, en hora del mediodía, por miembros de la alcaldía de San Salvador Centro, con fecha de 26 de febrero, y con el enunciado: “Notificamos que a partir de la fecha del presente comunicado, se concede un plazo de 72 horas para el retiro voluntario de estructuras y mercancías que ocupan el espacio público en la zona del proyecto”. Las personas tendrán hasta el día domingo 2 de marzo para retirar sus ventas.
Este comunicado ha dejado a los vendedores con incertidumbre y teniendo como opción la venta de sus productos a precios muy bajos. La decisión de liquidar los productos es una estrategia para recuperar al menos una parte de su inversión, aunque algunos de ellos mencionan que es muy poco el dinero logran recuperar tras la rebaja, que les representa un impacto económico considerable.
Los vendedores durante años han sobrevivido en el sector, como el caos de Beatriz Lorena Ortiz López, una vendedora de ropa que hasta ayer se ubicaba en la 7ª avenida sur; se quiebra en llanto al mencionar la cantidad de tiempo que tiene de vender en las calles del Centro Histórico, afirma que tiene 32 años de vender ahí, mientras limpia sus lágrimas de sus mejillas: “Tengo a mi mamá que es ya de la tercera edad, yo la mantengo”, relató.
“Estoy de acuerdo en el sistema, pero que nos den donde ponernos de regreso, pero que nos digan que nos van a quitar y que nos van a mandar para la casa, no”, acotó.
Sergio Alexander Vidal, vendedor de ropa en la 7ª avenida sur también remató su mercadería: “Ahora estamos rematando la venta por la situación, que por lo menos, queremos salir con un poco de dinero para estos días que faltan; ya para el domingo ya no quieren a nadie en la cuadra y pues necesitamos sobrevivir un poco más de tiempo, en lo que falta de la semana, hasta que nos incorporamos a un nuevo trabajo”.
Vidal también agregó que no está contra el reordenamiento pero sí en contra de que no les hayan dado una opción factible para seguir con su trabajo. “Si hay lugares que le dicen a uno, por ejemplo nuevos mercados pero los precios son demasiado altos para pagar y a veces las ventas no son buenas”, sostuvo.
Otra vendedora afectada es Lidia Cáceres, quien vende calzado, en la 4a calle Poniente, afirmó tener más de 40 años de vender en el lugar. “El impacto es mucho porque ahorita, no nos han dado lugar donde podamos ir a vender, ahorita todos vamos para la casa, imagínese la pérdida que hemos tenido de los zapatos, los estamos dando a $3 y los compramos a $10, $12, $8 … la verdad que ahorita no nos han resuelto, que nos van a dar lugar donde vender, nosotros lo que pedimos es que nos den un lugar donde trabajar”, pidió.
La situación sigue tensa y los vendedores esperan que las autoridades tomen en cuenta sus necesidades para buscar soluciones inclusivas, que no solo se enfoquen en el reordenamiento, sino también en garantizar que quienes viven del comercio informal puedan hacerlo sin temor a perder su fuente de ingresos.
El Centro Histórico es conocido por ser un área clave para el comercio y sigue siendo un punto de discusión entre las autoridades y los vendedores ambulantes.
Mientras algunos insisten en la necesidad de revitalizar la zona, los comerciantes informales luchan por la supervivencia de su actividad económica, que ahora se ve amenazada por los recientes cambios en la regulación.
Deja una respuesta