A menos de 72 horas para que finalice el año 2025, El Salvador no solo cierra un año calendario, sino que consolida una estrategia de seguridad por un año más, que hace apenas un lustro parecía una utopía de ficción. San Salvador, que alguna vez encabezó las listas de las ciudades más peligrosas del mundo, despide el año con una atmósfera de normalidad que, para el salvadoreño promedio, es una de acciones de gracia, principalmente si vivía en zonas controladas y asediadas por los pandilleros criminales.
Las cifras oficiales al cierre de diciembre son categóricas y contundentes.Con tres días completos pendientes de cifras, mi proyección del uno de abril del 2025 la mantengo y sostengo, y es que el año finalizará con un dato de entre 75 y 85 homicidios intencionales, con una tasa de homicidios situada entre el 1.2 y 1.4 por cada 100,000 habitantes, una cifra que no solo pulveriza el registro de 1.9 alcanzado en 2024, sino que sitúa a la nación como un referente en la menor tasa de violencia homicida del continente americano. Con más de 290 días sin homicidios intencionales acumulados a lo largo del año, el Plan Control Territorial y la herramienta constitucional del Régimen de Excepción han logrado lo que décadas de «Mano Dura» «Treguas» “Mano amiga” no pudieron:desarticular el control territorial de las pandillas.
Más allá de las estadísticas y gráficos, el beneficio para la población se traduce en menos familias en luto y drama por el asesinato de un familiar,Este 2025 ha sido el año de la recuperación de la cotidianidad:
* Libertad de movilidad: El fin de las «fronteras invisibles» ha permitido que miles de familias se reúnan sin miedo en colonias que antes eran zonas de guerra.
* Dinamismo comercial: La reducción drástica de la extorsión ha dado un respiro a los microempresarios. Ya no es el «impuesto de guerra» el que dicta si una tienda de barrio abre o cierra, sino la oferta y la demanda. Y miles de emprendimientos.
* Turismo y economía: El crecimiento económico, que alcanzó picos del 5.1% en el tercer trimestre, y un promedio cercano al 4% está íntimamente ligado a la percepción de seguridad. El Salvador se ha convertido en un imán de eventos internacionales y turismo de hermanos que viven en el exterior, muchos de ellos expulsados por la violencia y las pandillas, con un aumento significativo en los ingresos por vía terrestre.
El Salvador termina el 2025 con la frente en alto en materia de seguridadpública y ciudadana, en la cima de los países del continente, un año más.La población ha pasado de discutir sobre masacres a debatir sobre el costo de la vida y la calidad de la educación; un cambio de narrativa que, en sí mismo, es un triunfo. El país ya no es el enfermo de la región, sino un referente para ser estudiado y que cada Nación después de un análisis profundo e interno decida tomar decisiones sobre qué aspectos pueden replicar e implementar en su país. La próxima semana dispondremos de las evidencias y datos oficiales para confirmar mis proyecciones de inicio del presente año. La criminología es una ciencia y permite desarrollar estudios prospectivos con la ciencia de datos.
Dios es bueno y misericordioso. Que Dios les bendiga, les guarde y les siga prosperando, que el 2026 sea un año lleno de bendiciones y éxitos estimados lectores. Declaro 2026 año favorable de Dios para mi vida, familia, a nuestros lectores, para Diario El Mundo y para El Salvador.
*Por Ricardo Sosa, Doctor y máster en Criminología
@jricardososa
