Una “escuela modelo” necesita de políticas educativas acordes a la realidad nacional; además de una excelente infraestructura y un mejor presupuesto para el Ministerio de Educación. Han existido muchos modelos educativos en El Salvador¨; cada uno ha tenido sus fortalezas y debilidades.
Para analizar la educación salvadoreña, es pertinente analizar el modelo educativo de Chile, según el Banco de Desarrollo de América Latina, Chile ha hecho grandes avances en materia educativa y muchos indicadores lo ubican como líder entre los países latinoamericanos. Además, cuenta con las mayores tasas de cobertura educativa de la región y lidera los rankings en las pruebas estandarizadas de conocimientos.
Con respecto al programa SABE (Sistema de Apoyo a la Calidad Educativa) el cual tuvo un papel fundamental en la implementación y consolidación de las Escuelas Modelo en El Salvador. Impulsó metodologías centradas en el aprendizaje activo y participativo. Su objetivo fue desarrollar competencias en los estudiantes que van más allá de las aulas o del contenido curricular.
Según Julio Roberto Magaña, maestro, normalista y exdirector de la Escuela Urbana Mixta Unificada “José Martí” de Tacuba, Ahuachapán, “las escuelas modelo surgieron en el marco de la Nuclearización Educativa, un modelo de administración y supervisión escolar, donde había una escuela sede y las demás escuelas, generalmente rurales, de una zona o municipio, giraban alrededor de esa sede, con un director de núcleo como supervisor de la jurisdicción y cuando se daba la integración con pequeños proyectos y se veía la calidad qué de ahí se desprendía, es decir, sobresalían en muchas formas, las escuelas sedes tomaban ese nombre de escuelas modelo. Acá en Tacuba, yo supervisé el núcleo y conseguí tener talleres de aprendizaje no solo para los alumnos de la escuela sede, sino también llegaban alumnos de las escuelas satélites como le llamaron al principio. Y al hacer un trabajo con empeño se observaba la calidad cuándo los alumnos ganaban concursos de matemáticas, ortografía y otros, a nivel nacional. Eso fueron, en rayas gruesas, las escuelas modelo”.
Para implementar un modelo de calidad educativa se debe de analizar investigaciones realizadas por pedagogos o estudiantes en las áreas de la educación. En la investigación realizada por egresados de pedagogía de la UCA, descubrieron en el Instituto Nacional de El Sauce (La Unión) lo siguiente: “Este modelo de calidad se fundamenta en prácticas pedagógicas que desarrollan las habilidades de los estudiantes de cooperación, competencia, resolución de problemas, pensamiento crítico”. En este estudio se evidenció que los estudiantes realizan prácticas pedagógicas. El Instituto Nacional de El Sauce, se catalogó como Modelo de la Escuela Inclusiva de Tiempo completo clásico.
El modelo Escuela Inclusiva de Tiempo Pleno (EITP) quizá ha sido uno de los más prometedores, buscaba el desarrollo integral de los estudiantes. Se aplicaba competencias académicas, productivas y ciudadanas. Su enfoque era de extender la jornada y la participación ciudadana. Para este modelo se necesita de tener muchos recursos económicos.
Recordemos que, en El Salvador, son pocas las instituciones públicas que puedan tener la capacidad de albergar a los alumnos durante una jornada desde la mañana hasta la tarde. Recuerdo cuando estudié en la “José Martí”, los alumnos, en tercer ciclo, recibíamos aprendizajes extracurriculares como: carpintería, electricidad; mientras que las alumnas aprendían croché y costura.
Las Escuelas modelo deben de fortalecer las habilidades blancas, incorporar metodologías que promuevan el aprendizaje en proyecto, evaluación integral e infraestructura adecuada. En una escuela modelo también debe impartirse: arte, educación física, manualidades, educación musical, enfoques pedagógicos innovadoras, etc. El objetivo es formar a estudiantes integrales.
Actualmente, el modelo educativo Mi Nueva Escuela, busca una educación con enfoque de calidad e integridad. El objetivo es renovar la infraestructura, incorporar más tecnología y la formación docente. Como propuesta, es idóneo que en los libros de texto se incorporen temas como: habilidades blandas, educación financiera y emprendimiento.
No hay un modelo educativo perfecto; Sin embargo, es de tener en la mira a las escuelas que son ejemplo, las cuales gradúan a sus estudiantes con excelentes conocimientos, competencias y habilidades para triunfar.