¿Qué pierde un alumno cuando no asiste a clases? Es de analizar primeramente el nivel de estudio, por ejemplo, un niño pierde la interacción con sus compañeros, las maravillosas historias que cuenta la profesora en parvularia o kindergarten. Un niño va conociendo el mundo. La escuela le marcará de por vida; ya que, en ella se encuentran, aparte de aprendizajes, un mundo lleno de amistades, tertulias, juegos y buena convivencia.
En Japón, los niños aprenden habilidades sociales, autonomía y hábitos de vida. Toda esa interacción inicia en el hogar. Y, es de tomar ejemplos a países que logran, a través de modelos pedagógicos encumbrar hacia el éxito a sus discentes.
Mientras tanto, en Finlandia, en donde en las escuelas no hay pruebas estandarizadas, se aprende con juegos, bienestar y aprendizajes que ayudan al desarrollo físico y emocional. Un modelo, el cual debería ser referente. El aprender haciendo es la mejor manera que un docente le puede enseñar a un infante o adolescente. Es emocionante cuando uno es padre y recibe a los hijos y ellos comienzan a contar todo lo que aprendieron en la escuela. Narran cómo hicieron amistades y aprendieron de cosas que en el hogar es más difícil practicar. Un niño en la escuela puede aprender a tocar un instrumento musical, un deporte, experimenta en el laboratorio, etc. Un niño en la escuela ríe, juega, interactúa; el maestro le estimula la curiosidad, pregunta y aprende muchas habilidades y destrezas.
El psicólogo Juan Ignacio Pozo analiza: “La propia escuela, como institución social para la transmisión cultural –no sólo de saberes y conocimientos, sino de valores, formas de comportarse y de pensar–”. Pozo analiza que hay distractores o aparatos que distraen el proceso de enseñanza-aprendizaje. No permitamos que un aparato se convierta en la niñera.
Según la UNICEF, un niño al asistir a la escuela reconoce objetos, los organiza y nombra y aprenden sus propiedades. Al explorar y reconocer el ambiente, son capaces de percibir cómo está organizada la naturaleza. La escuela es un componente fundamental para garantizar el desarrollo de su personalidad, su inteligencia, y su comportamiento.
Lo anterior es algo que se discute constantemente por pedagogos y especialistas. Eso no quiere decir que la educación tradicional, la que nos enseñaron, sea la mejor. Actualmente, como mencioné, un niño o adolescente aprende mucho con la internet. Aunque, hay cosas que no se pueden aprender virtualmente. En la escuela, los maestros transforman vidas, moldean conductas y enseñan las habilidades que marcan el futuro de sus alumnos.
En el aula, un docente le pide a un alumno que abra su libro y lea; eso ayudará para que haya razonamiento, pensamiento crítico. El docente corrige, ayuda a que el alumno interprete mucho mejor esa lectura. Al no asistir un alumno a clases hasta pierde la oportunidad de tener mejores habilidades comunicativas y sociales. Cuando un alumno es autodidacta y responsable, no tiene este tipo de dificultades.
En el ámbito universitario, cuando un alumno no asiste a clases, con un solo click lo tiene todo a su alcance. Sin embargo, hay muchas cosas que se pierden. Al no asistir al aula universitaria, los alumnos pierden interacciones sociales, exposiciones magistrales, datos, historias de los docentes y compañeros. Los alumnos se divierten, desarrollan habilidades comunicativas y sociales, juegan UNO en los pasillos, cuentan historias, chistes, aventuras y logran hacer amistades. Las tareas grupales las discuten, se reúnen en la biblioteca y logran tener mejores aprendizajes. Eso nunca lo olvidarán.
Me alegra ver fotos en redes sociales cuando un docente en la universidad les dice a sus alumnos que coloquen el celular en una caja. Eso ayudará a que los alumnos se concentren más, que escriban, que piensen por sí solos. El pensamiento crítico aumenta cuando un alumno no tiene distractores. Esa interacción con el docente, ese debate, hace que los aprendizajes sean mejor percibidos.
Es importante asistir a clases, los aprendizajes son mejores. Está en cada docente que ese tema que enseña sea fructífero y logre tener la atención de todos. La actitud y comportamiento de cada alumno es mejor cuando en su formación asiste a la escuela.
* Fidel López Eguizábal, Docente e investigador Universidad Nueva San Salvador
fidel.lopez@mail.unssa.edu.sv
