Médicos y edad de retiro: ¿Debe regularse la práctica profesional después de los 60 años?

Hace cuatro años decidí independizarme laboralmente y comenzar a recibir mi pensión. Después del periodo de pandemia me sentía agotado física y mentalmente; además, necesitaba independencia institucional para continuar escribiendo mis columnas de opinión. Sigo activo profesionalmente, aunque de forma independiente, y continúo escribiendo.

Pero, ¿qué ocurre con el resto de colegas en El Salvador?

En nuestro país, la jubilación no es obligatoria al alcanzar la edad legal de retiro. Los trabajadores pueden continuar laborando si así lo desean. Según la Ley Integral del Sistema de Pensiones, la edad para acceder a la pensión por vejez es de 55 años para las mujeres y 60 para los hombres, siempre que se hayan acumulado al menos 25 años de cotización. No existe, por tanto, una jubilación forzada o automática; la decisión depende del trabajador y del empleador.

La edad de retiro es únicamente una referencia para acceder al beneficio de pensión, no una obligación de cesar actividades. Tampoco existe una normativa específica que obligue a los médicos a jubilarse al cumplir la edad mínima general. La práctica médica puede continuar mientras el profesional mantenga vigente su licencia y autorización emitida por el Consejo Superior de Salud Pública.

¿Debería regularse la práctica médica en profesionales mayores de 60 años?

La medicina es una de las profesiones que más demandan precisión, juicio clínico y actualización constante. Por ello, en muchos países se ha debatido si debiese establecerse una regulación específica para los médicos mayores de 60 años. Este debate enfrenta dos valores esenciales: la seguridad del paciente y el respeto a la experiencia profesional.

Regular la práctica médica en mayores de 60 años puede considerarse necesario desde una perspectiva de seguridad. El envejecimiento no implica necesariamente pérdida de competencia, pero puede afectar la agudeza visual, la memoria o la rapidez de reacción, elementos fundamentales en el ejercicio clínico. Además, la constante evolución del conocimiento médico exige una actualización continua.

Por tanto, implementar evaluaciones periódicas de aptitud física, cognitiva y técnica podría garantizar que los profesionales sigan ejerciendo con plena capacidad.

Países como Japón, Corea del Sur, China, Francia, Italia y España establecen edades de retiro obligatorio del sistema público entre los 60 y 70 años, aunque permiten que los médicos que demuestren sus competencias continúen ejerciendo en la práctica privada.

No obstante, imponer un límite de edad o una jubilación obligatoria también puede considerarse una forma de discriminación. Muchos médicos con décadas de experiencia mantienen habilidades sobresalientes y aportan un valor incalculable en la docencia, la toma de decisiones complejas y la atención empática. La edad, por sí sola, no determina la calidad del ejercicio médico; lo hacen la competencia, la ética y el compromiso profesional.

Por ello, más que fijar una edad de retiro, los sistemas de salud deberían optar por evaluaciones individualizadas. Este enfoque equilibra la seguridad de los pacientes con el respeto a la experiencia acumulada. En conclusión, la regulación no debe centrarse en la edad cronológica, sino en la capacidad real para ejercer la medicina con excelencia y responsabilidad.

¿Qué opinan los médicos?

Aunque en El Salvador no existen estudios sobre este tema, en México sí se ha investigado la postura de los médicos ante la jubilación. Los resultados muestran que entre los profesionales menores de 45 años, la mayoría proyecta retirarse entre los 50 y 60 años (25% y 33% respectivamente). En cambio, entre los mayores de 45 años, el 21% desea trabajar hasta los 70 y el 13% hasta los 80 o más.

Las principales razones para jubilarse fueron el desgaste profesional y la expectativa de una pensión económicamente cómoda. Los médicos jóvenes consideran que la edad es un factor determinante para continuar o dejar la práctica, mientras que los mayores de 45 años valoran más la capacidad individual. Sin embargo, ambos grupos coinciden en que a partir de los 71 años un médico podría considerarse demasiado mayor para ejercer.

En el contexto salvadoreño, con una población envejecida y un déficit de personal de salud, una jubilación obligatoria sería contraproducente. No obstante, en aras de la seguridad del paciente, sería recomendable implementar evaluaciones anuales de competencia médica para los profesionales mayores de 60 años.

De este modo, se equilibraría la protección del paciente con el aprovechamiento de la vasta experiencia de quienes han dedicado su vida a la medicina.

 

*El Dr. Alfonso Rosales es médico epidemiólogo y consultor internacional.