La Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) firmó el miércoles una carta de entendimiento para fortalecer la formación técnica de personas en desplazamientos, refugiadas, solicitantes de asilo y deportados por medio del Instituto Nacional de Capacitación y Formación (INCAF).
Acnur indicó que la carta de entendimiento pretende facilitar la capacitación y el acceso a empleo de personas en desplazamiento interno, extranjeros refugiados, solicitantes de asilo político y deportados que se encuentran en El Salvador en áreas como turismo y atención al cliente, construcción y tecnología.
El organismo internacional también espera que con la firma de este documento se permita elaborar estudios de mercado de competencias para que extranjeros que requieren de protección y los salvadoreños deportados «puedan trabajar con más facilidad». El Viceministerio de Diáspora y Movilidad Humana reporta al menos 10,025 salvadoreños deportados en 2025.
«Esta alianza facilitará la capacitación y el acceso a empleo en sectores estratégicos como: turismo y atención al cliente, construcción y tecnología». Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur).
Según la Ley del INCAF, la institución tiene la finalidad de «fortalecer las habilidades y competencias del talento humano», por ello, garantiza la formación y capacitación, debe diseñar programas de formación, debe impartir los cursos directamente o a través de terceros.
Solo desde Estados Unidos, El Salvador ha recibido 148 vuelos con salvadoreños deportados en lo que va del año. Para el próximo año, la entidad planea duplicar su presupuesto, pasando de $284,140 a $580,475, sin embargo, solo el 4 % de esos fondos sería destinado para «atención a la diáspora y movilidad humana».
La Cancillería salvadoreña ha asegurado que desde 2020 ha atendido a más de 33,000 salvadoreños deportados que participan en 20 programas que ofrecen, los cuales, son financiados por la cooperación internacional, empresa privada, sociedad civil, academia y el Gobierno.
