Para los empresarios de la industria automotriz, llevar los barcos con carros nuevos del Puerto de Acajutla al Puerto de La Unión fue como una “píldora amarga”, pero terminó siendo “la mejor decisión”, tras el éxito de la medida que colocó a la terminal en el radar regional.
La administración del Puerto de La Unión dio un giro drástico cuando la Unión Portuaria del Pacífico (UPDP) tomó posesión en diciembre de 2024, como parte de la sociedad entre el grupo turco Yilport y la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA).
La idea de recibir barcos RORO buscaba inicialmente liberar la congestión en el Puerto de Acajutla, pero existían dudas entre los empresarios. Para convencerlos, la Unión Portuaria del Pacífico ofreció beneficios de almacenamiento y tarifas y, de esa manera, en marzo de 2025 se recibió el primer barco.
“Fue una píldora amarga, pero fue la mejor decisión”, afirmó José Roberto Renderos, presidente de la Asociación Salvadoreña de Distribuidores de Vehículos (Asalve) y encargado de la operación de Nissan El Salvador y de otros países de la región.
De acuerdo con la UPDP, este año se han atendido más de 70 arribos de barcos con vehículos, con más de 16,000 unidades. Algunos se quedan en el mercado salvadoreño y otros se despachan hacia Nicaragua y Honduras.
“Eso no ha hecho aprender a valorar que tenemos eses puerto, que prácticamente solo los carreros lo usamos (…) Llegamos, descargamos al mediodía, y se va (portavehículos)”, sostuvo el ejecutivo.
Resurgimiento del interés por mover carga
El Puerto de La Unión se encuentra, “increíblemente”, a tres horas de la frontera de El Amatillo, que conecta con Honduras, pero enfrenta problemas por las condiciones de la carretera, lo que dificulta el tránsito. “Nosotros estamos evaluando si pueden quitarnos el problema de San Lorenzo en Honduras. Nosotros, como grupo (Grupo Q), tratamos de mover todo en tacuazina; así se mueven de La Unión para San Salvador”, explicó.
Renderos indicó que “estamos sufriendo” porque los puertos en Honduras y Nicaragua están colapsados. Ejemplificó que en Nicaragua tuvieron un contenedor con demoras de dos meses e incluso intentaron traerlo al Puerto de La Unión para luego trasladar los carros vía terrestre, pero el documento de conocimiento de embarque (BL, por sus siglas en inglés) ya tenía un destino final, lo que dificultó la maniobra.
Además de vehículos, el Puerto de La Unión tiene un acuerdo con una empresa para recibir materiales de construcción con un barco cada semana, y atiende a cinco grupos empresariales interesados en mover mercancías por esta vía.
El mayor problema del Puerto de La Unión es la alta sedimentación provocada por el arrastre de materiales desde la montaña, lo que obstruye el ingreso de barcos con calados menores a 8.7 metros.
La Unión Portuaria del Pacífico ha realizado un estudio de corrientes marinas, cuyos resultados no se han hecho públicos. En una entrevista, Luis Canto, gerente general de la UPDP, adelantó que dicho análisis sugirió un dragado de entre 10 y 12 metros para permitir el ingreso de grandes embarcaciones.
Por el momento, la sociedad también busca conectar el puerto con el canal seco y atraer el comercio de melones provenientes de Honduras.









