Las consecuencias políticas de la lucha por los aranceles de Trump: ¿se fortalecería China?

Dos especialistas en política exterior consultados por El Mundo señalan que podrían surgir nuevas alianzas circunstanciales entre países afectados por las amenazas arancelarias de EE.UU., lo que incluso podría favorecer a China.

Michael Paarlberg, profesor asociado de Ciencias Políticas en la Virginia Commonwealth University y exasesor del congresista Bernie Sanders, considera que esta política a largo plazo podría reducir el comercio y la inversión global, así como la dependencia del dólar y de Estados Unidos como eje económico mundial, lo que «fortalecería a China».

Luis Villatoro Villaherrera, especialista en estrategia y política exterior, no descarta alianzas entre China, España o países latinoamericanos, dependiendo de la postura que tome EE.UU.

El 9 de abril, el presidente Donald Trump anunció una suspensión de 90 días al aumento de aranceles. «He autorizado una pausa de 90 días y una reducción sustancial del arancel recíproco durante este periodo, del 10 %, también con efecto inmediato», dijo. Sin embargo, se aumentaron los aranceles a China hasta un 125 %.

Villatoro advierte que los efectos políticos dependerán de cómo Washington gestione sus relaciones. «Habrá que ponerlo en espera a ver si se concreta alguno de estos tratos», dijo sobre la posibilidad de un nuevo acuerdo arancelario con EE.UU.

Mientras tanto, advirtió que China ya forja alianzas con España y países de América Latina. Citó el foro Celac-China que se celebrará el 13 de mayo en Beijing. «Se comentó en la Celac que, ante este conflicto arancelario, todo dependerá de cómo proceda Estados Unidos», indicó.

«Ya se están forjando (cambios en la geopolítica). Se firmó una alianza entre Beijing y España para reafirmar su relación comercial. China también se unió con Japón y Corea del Sur para aliviar las tarifas impuestas por EE.UU. Se están abriendo nuevas negociaciones entre países ajenos a EE.UU. Sí se están viendo algunos lazos que potencialmente pueden ser circunstanciales, pero se están dando», explicó.

El 11 de abril, el presidente del gobierno español se reunió con Xi Jinping y firmaron siete acuerdos para facilitar la venta de productos españoles a China.

Villatoro considera que China está «preparada» y «dispuesta a ir hasta las últimas consecuencias» frente a una política estadounidense que busca demostrar su fuerza y que obliga a los países a negociar con EE.UU.

Paarlberg afirma que la visión comercial de Trump se aleja de la economía liberal del Partido Republicano, y se parece más a la de «economistas y sociólogos de izquierda de Latinoamérica de mediados del siglo XX, como Raúl Prebisch y Fernando Henrique Cardoso», quienes «rechazaban el capitalismo global y describían el libre comercio como fundamentalmente explotador» para América Latina y «solo beneficioso para los países centrales como Estados Unidos».

«Considera los déficits comerciales como inherentemente malos, incluso si el otro país es demasiado pobre para comprar productos estadounidenses», dijo. Por eso, cree que Trump busca que «Estados Unidos se aproveche de otros países antes de que estos puedan hacer lo mismo».

Sin embargo, cree que esta estrategia «no funcionará». Señala que ha provocado caídas en bolsas internacionales y ha dado la impresión de que EE.UU. actúa como «un agente de caos» más que como un socio confiable. «Esto desincentiva a otros países a comerciar con EE.UU. o a construir fábricas en ese país».

Aunque los nuevos aranceles están suspendidos temporalmente, Paarlberg recuerda que los aranceles contra China aumentaron y que este país respondió de igual forma.

«Trump intentará obligar a los países a elegir entre hacer negocios con EE.UU. o con China. Quienes vendan en EE.UU. pagarán precios más altos si usan piezas chinas. Países que exportan materias primas, como productos agrícolas, no se verán tan afectados», explicó.

A largo plazo, advierte que esta política podría reducir el comercio y la inversión mundial, así como la influencia del dólar y de Estados Unidos.

«Más países se verán incentivados a excluir a EE.UU. de sus alianzas comerciales, invertir menos en ese país, comprar menos bonos y vender menos productos a EE.UU. Esto podría fortalecer a China. También podría provocar una recesión global, ya que muchos países de América Latina aún dependen del mercado estadounidense», concluyó.

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