El cardenal de Honduras, Óscar Andrés Rodríguez, cuestionó este domingo a quienes buscan el poder “a toda costa” para beneficio propio y denunció la hipocresía de quienes se autoproclaman cristianos pero actúan guiados por intereses egoístas. Sus palabras se dieron durante la misa celebrada en la Basílica Menor de Suyapa, en Tegucigalpa.
“Aquellos que quieren ganar el poder a toda costa, sabiendo que no es para hacer el bien, sino para servirse ellos mismos, eso es —no los conozco—, les dice el Señor: ustedes no son cristianos, aunque se pongan todos los rótulos o todos los títulos”, afirmó el prelado.
Rodríguez también criticó a quienes usan las redes sociales para atacar en nombre de la fe. “Hay personas que dan clase de teología insultando, ¿y qué saben ellos? Más que egoísmo y el afán de conservar un poder a toda costa. Eso no sirve; no ven cómo terminan los que hacen el mal, no ven dónde están los dictadores que han oprimido al mundo”, expresó.
El cardenal advirtió que la fe se debilita cuando se confunde con ideologías o intereses particulares, y señaló como ejemplo la crisis en Gaza. “¿Cuántos hombres y mujeres podrán subsistir en la fe si siguen las ideologías, los intereses económicos y políticos, mientras mueren cada día miles por hambre? Solamente contemplemos esas páginas dolorosas de niños muriendo de hambre en Gaza”, enfatizó.
El religioso también reprochó a quienes creen poder ocultar faltas morales y familiares. “Tantas personas piensan que son muy listas porque se olvidaron que robar está penado por los mandamientos de la ley de Dios. Entonces roban con tal de que nadie se dé cuenta, adulteran o traicionan la familia con tal de que no se sepa, y todo se sabe”, advirtió.
Durante la homilía, Rodríguez instó a los fieles a poner su esperanza y salvación en Cristo, no en el poder ni en el dinero. “La salvación no se compra. La salvación es un regalo de Dios que nos ha hecho en la cruz de Cristo, pero este regalo es también una tarea: hay que conservarlo y hacerlo vida”, indicó.
El cardenal llamó a los hondureños a un cambio interior, superando “la pereza, el odio, la mentira, el rencor y los egoísmos”. Asimismo, subrayó que la verdadera conversión se refleja en la humildad, la misericordia, la justicia, la verdad y en un compromiso auténtico con la paz y la reconciliación.
