La Cámara Alemana Salvadoreña de Comercio e Industria (AHK El Salvador) lanzó este 19 de septiembre la cuarta edición del Oktoberfest, que se celebrará el próximo 26 de septiembre en el Hotel Real Intercontinental de San Salvador. La velada busca diferenciarse de otras celebraciones por estar inspirada en la auténtica tradición bávara, organizada por alemanes y respaldada por la red global de Cámaras Alemanas de Comercio e Industria.
Además de música en vivo, gastronomía típica y la cerveza oficial Paulaner, el Oktoberfest de AHK se posiciona como un espacio estratégico para las empresas, donde la cultura alemana se enlaza con el dinamismo empresarial salvadoreño. “Nos encanta que existan muchas versiones en el país, pero esta es la hecha por y para las empresas, con el sello de calidad alemán”, afirmó Karla Klaus, presidenta de AHK El Salvador. La celebración también contará con el tradicional “grito” de apertura y la participación del recién llegado embajador alemán, quien dará el primer toque al barril ceremonial.

Las entradas ya están disponibles en las redes sociales de AHK El Salvador. El acceso al área Biergarten tiene un costo de $35, mientras que el boleto Business, diseñado para un ambiente de networking corporativo, tiene un valor de $50. Ambas opciones incluyen acceso a la gastronomía alemana —salchichas, mostaza bávara y cortes de cerdo— junto con la experiencia de una noche de intercambio cultural.
Con un aforo proyectado de más de 600 asistentes y el respaldo de patrocinadores y aliados estratégicos, esta edición se presenta como una oportunidad para fortalecer lazos empresariales y al mismo tiempo rendir homenaje a la tradición que desde hace más de dos siglos une a Baviera con el mundo.

El Oktoberfest salvadoreño, alineado con el calendario alemán, se consolida así como una cita anual clave en la agenda cultural y corporativa del país.
En su origen, el Oktoberfest nació en octubre de 1810 para conmemorar la boda del entonces príncipe heredero Luis de Baviera con la princesa Teresa de Sajonia-Hildburghausen —una celebración que incluyó carreras de caballos, música, banquetes populares y manifestaciones folclóricas.
Con el paso del tiempo y la creciente popularidad del evento, la fecha se adelantó a finales de septiembre para aprovechar un clima más templado en Baviera, ya que el otoño comenzaba siendo lluvioso.
Entre las costumbres más emblemáticas que sobrevivieron están los concursos de trajes tradicionales (Dirndl y Lederhosen), los desfiles, y el famoso “O’zapft is!” – grito que da inicio al festival cuando se abre el primer barril oficial de cerveza.