La Casa Blanca niega presiones en suspensión del programa de Jimmy Kimmel

La Casa Blanca rechazó este sábado haber ejercido presión para que se cancelara el programa del comediante Jimmy Kimmel, suspendido tras comentarios sobre el asesinato del activista ultraconservador Charlie Kirk.

«La decisión de despedir a Jimmy Kimmel y cancelar su programa fue tomada por los ejecutivos de ABC, como se ha informado, y puedo asegurarles que no fue una decisión de la Casa Blanca. El presidente de los EE.UU. (Donald Trump) no ejerció ninguna presión», declaró la portavoz Karoline Leavitt en una entrevista con Fox News.

Leavitt relató que estaba junto al presidente durante su visita de Estado al Reino Unido cuando se conoció la noticia y que fue ella misma quien lo informó, asegurando que Trump desconocía lo que estaba ocurriendo.

El conflicto surgió a raíz de los comentarios emitidos por Kimmel el lunes por la noche, cuando criticó la narrativa conservadora sobre el caso.

«La pandilla MAGA trató desesperadamente de tildar a este muchacho (Tyler Robinson) que asesinó a Charlie Kirk de cualquier cosa menos de ser uno de ellos y de hacer todo lo posible por sacar rédito político», expresó el presentador.

El programa, uno de los más vistos de la televisión nocturna estadounidense, fue suspendido de manera indefinida el miércoles por ABC tras la reacción de numerosos sectores conservadores.

Horas antes, el presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC), Brendan Carr, sugirió que el Gobierno podría tomar medidas contra las filiales de la cadena que transmitían el espacio.

«Fue una decisión de ABC, porque Jimmy Kimmel mintió deliberadamente a su audiencia en su programa sobre la muerte de un hombre muy respetado, en un momento en que nuestro país estaba de luto», agregó Leavitt.

«Si bien el Presidente está de acuerdo con esta decisión, nosotros no tuvimos nada que ver. Fue una decisión de ABC, y sin duda, fue la correcta», concluyó.

No obstante, algunos republicanos manifestaron preocupación por lo que consideran un riesgo de censura. El senador por Texas, Ted Cruz, calificó las acciones de Carr como «peligrosas como el infierno» y advirtió que podrían sentar un precedente que afecte a los conservadores bajo una futura administración demócrata.