MAG asegura que gusano barrenador está controlado endémicamente

El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) aseguró que la plaga del gusano barrenador del ganado está controlada endémicamente en El Salvador, aunque no descartó el riesgo de nuevos contagios.

“Ya podemos decirlo firmemente: es un tema que se ha controlado”, dijo el viceministro ad honorem Óscar Domínguez durante una entrevista radial en 107.7 Fuego.

“Para ser muy técnico, quiero usar el término correcto: lo tenemos controlado endémicamente. ¿Qué significa? Que sí, lo tenemos controlado a nivel país, pero eso no significa que la mosca se haya ido; siempre pueden aparecer uno, dos o tres casos aislados, pero ya tenemos todo para combatirlos”, agregó.

El MAG no ha confirmado públicamente cuántos casos de gusano barrenador se han detectado en El Salvador desde que se confirmó el primero en diciembre, en el departamento de Morazán. El último dato compartido por el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA) señala que, hasta el 28 de junio pasado, en el país se habían registrado 2,973 contagios.

Domínguez aseguró que en la región centroamericana se han detectado 125,000 casos, de los cuales El Salvador representa el 3.6 %.

El funcionario atribuyó el control endémico a la producción interna de insumos para combatir la plaga, en un contexto regional marcado por la escasez de productos debido a la alta demanda.

Proceden legalmente por abandono de animales contagiados

Domínguez indicó que hubo “un par de casos” en los que algunas familias, al ver que sus perros estaban infestados, los abandonaron en la calle.

“Según ellos, se están salvando en su casa, pero afuera están provocando una problemática de salud pública”, advirtió el funcionario, quien recordó que la Ley Especial de Protección y Bienestar Animal podría aplicarse en estos casos.

“Esos casos ya fueron atendidos legalmente con las autoridades”, afirmó.

Aunque el gusano barrenador representa un alto riesgo para los productores de ganado, esta plaga afecta a todo ser vivo de sangre caliente, incluidas las mascotas e incluso los seres humanos.

El gusano es transmitido por la mosca Cochliomyia hominivorax, que busca heridas para depositar sus huevos. A las pocas horas, emergen las larvas que se alimentan del tejido vivo.
Cuando la infestación crece, algunos insectos caen y se entierran en el suelo, generando así un ciclo de reproducción continua.

El Salvador fue declarado libre de esta plaga en la década de 1990, pero la mosca cruzó la barrera biológica del Tapón del Darién hacia Panamá, donde se detectaron los primeros casos en 2023.