Nayib Bukele generó elogios y rechazos también en 2025, año marcado no solo por su primer discurso como presidente salvadoreño en su segundo mandato consecutivo sino por la tensión que mantuvo con los críticos de su gobierno y por la necesidad de impulsar la economía del país.
El 14 de enero de 2025, cuando recién en diciembre de 2024 se había aprobado la polémica reforma a la Ley de Transporte Terrestre para convertir en delito el consumo de cualquier nivel de alcohol mientras se conduce, Bukele defendió las reformas, así:
“Usted puede tomar, tome todo lo que quiera, este es un país libre, mayor de 18 años, puede tomar todo lo que quiera, compre una caja de cerveza para que le salga más barato y tómesela toda, todita, dóblese, pero no maneje. Ni con una, ¿y por qué? Porque todos los países desarrollados son así».
En febrero de 2025, meses después de que Nuevas Ideas revirtiera la prohibición de la minería metálica en El Salvador, el gobernante rechazó las críticas de la Iglesia Católica al regreso de la minería en el país:
“Cuánto esfuerzo por detener la minería, de los mayores poseedores de oro del mundo. Pero jamás se pronunciaron cuando mataban 30 salvadoreños al día. Al contrario, avalaron y dieron su ‘bendición’ para negociar con ellos».
Ese mismo mes, Bukele se declaró procapitalista y a favor de la libertad económica ante empresarios reunidos en San Salvador:
“Nosotros queremos ser un país full libertad empresarial, capitalista, proempresa, un gobierno lo más fuerte pero pequeño posible, pero que no tenga grasa, solo músculo, pero que ese músculo vaya a enseñar a pescar, a invertir en educación, a invertir en infraestructura educativa, infraestructura en salud, invertir en esos proyectos de país”.
El 2 de mayo, después de una publicación de El Faro titulada “Las confesiones de Charli: entrevista con un líder pandillero que pactó con el gobierno de Bukele”, el presidente escribió:
«Está claro que un país en paz, sin muertos, sin extorsión, sin sangre, sin cadáveres todos los días, sin madres llorando a sus hijos, no es rentable para las ONG de derechos humanos, ni para los medios globalistas, ni para las élites, ni para Soros».
El 13 de mayo, el gobernante dijo que los manifestantes de la cooperativa El Bosque, que protestaban contra un desalojo cerca de su residencia en Los Sueños, habían sido manipulados y anunció que aprobarían la Ley de Agentes Extranjeros para utilizar los impuestos cargados a las oenegés para pagar la deuda de la cooperativa que estaba protestando:
“Ayer fuimos testigos de cómo personas humildes fueron manipuladas por grupos autodenominados de izquierda y ONG globalistas cuyo objetivo real es atacar al gobierno”.
También defendió la Ley de Agentes Extranjeros:
“Con estos fondos se pagará la deuda de la cooperativa. Así todos ganan, las familias saldan su deuda y mantienen su vivienda, la población no paga por reclamos ajenos y las ONG cumplen, por fin, su supuesto propósito de ayudar al pueblo».
También, el 9 de mayo, Bukele cuestionó los mapas de las democracias en el mundo, retomando una investigación de la Unidad de Inteligencia de The Economist (EIU) que ubica a El Salvador como régimen híbrido con un puntaje de 4.61 y que solo el 7 % vive en democracia plena en todo el mundo:
“Nada en contra de las monarquías (en absoluto) pero, si este es un mapa de democracia, ¿por qué las puntuaciones más altas las obtienen las monarquías hereditarias y los regímenes que prohíben a sus oponentes?”.
Este año también estuvo marcado por la captura de personas claramente críticas del gobierno de Bukele. Ruth Eleonora López, de la asociación Cristosal, fue detenida el 18 de mayo de 2025 y Salvador Enrique Anaya fue detenido el 7 de junio.
El 1 de junio, en su primer discurso de su segundo periodo presidencial, Bukele se refirió a las detenciones:
“Dicen que encarcelamos defensores de derechos humanos, disidentes, opositores al régimen. Cualquier opositor corrupto que se lleve a la cárcel es un perseguido político. Estuvieron 20 años lucrándose del Estado pero ahora se pusieron el carnet de perseguido político”.
También defendió la Ley de Agentes Extranjeros:
“Nosotros permitimos injerencia extranjera, solo les pedimos que paguen impuestos, igual que todos”.
Expresó su molestia por los índices de democracia en donde El Salvador y se refirió a las críticas que recibe su forma de gobierno:
Yo no tengo ningún problema con ninguna monarquía. Al contrario, respetamos la decisión soberana de cada pueblo que decide tener una monarquía. Nosotros somos respetuosos de la autodeterminación de los pueblos… ¿Saben qué? Me tiene sin cuidado que me llamen dictador. Prefiero que me llamen dictador a ver cómo matan a los salvadoreños en las calles”.
El gobernante salvadoreño también rechazó que haya pactado con las pandillas:
«Dicen que pactamos con pandillas. ¿Qué pacto es ese? ¿En serio vamos a pactar que atrapemos a más de 80,000 pandilleros de este país? ¿Alguien puede creer que eso es real, alguien cree en eso?»
También en junio, en X, lanzó su crítica hacia la Unión Europea, que rechazó la aprobación de la Ley de Agentes Extranjeros, el 20 de mayo, y los arrestos de los opositores Ruth Eleonora López y Salvador Enrique Anaya, así:
“UE: El Salvador lamenta que un bloque envejecido, sobreregulado, dependiente de la energía, rezagado tecnológicamente y liderado por burócratas, no electos todavía, insista en dar sermones al resto del mundo».
En septiembre, Bukele consideró irónico que Bélgica quisiera desplegar militares en sus calles luego de más de 50 tiroteos en Bruselas. Luego, el mandatario salvadoreño avisó de un próximo cambio en el país, sin mencionar a qué se refería:
“¿Crees que la velocidad del cambio es increíble? Probablemente no hayas notado la aceleración. Prepárense”.
En octubre, Bukele retomó un post de agosto 2024 en la cual el gobierno del Reino Unido recomendaba pensar antes de publicar, señalando que el contenido que incita al odio también puede ser ilegal y que el servicio fiscal británico “se toma muy en serio la violencia en línea”. Así respondió Bukele, más de un año después:
“Occidente nunca más nos dará sermones sobre democracia, derechos humanos o libertad de expresión”.
En diciembre, Bukele aceptó una entrevista con un youtuber que le preguntó durante cuánto tiempo estaba pensando en gobernar. Así le respondió:
“Pero todo tiene una fecha de expiración, las cosas no son para siempre, yo en lo personal no me gustaría irme ahorita, pero vamos a ver qué dice Dios y mi familia y el país también. Pero, sí, si yo fuera por mí, yo sigo diez años más”.
