Autor: Yolanda Magaña

  • El Salvador es de los países menos católicos en América Latina

    El Salvador es de los países menos católicos en América Latina

    El Salvador, con apenas un 40 % de su población que se declara de religión católica, aparece junto a otros seis países latinoamericanos señalados de «menos católicos» por el informe de Latinobarómetro 2024 publicado recientemente.

    Entre los países menos católicos se encuentra Uruguay (33 %), Honduras (36), Guatemala (39), República Dominicana (43) y Chile (45).

    El bajo catolicismo tampoco implica un crecimiento de la población que se declara evangélica: apenas un 35 % de los salvadoreños profesan una religión evangélica. Según el Latinobarómetro, El Salvador está entre los tres países en América Latina con más evangélicos junto a Honduras y Guatemala.

    Este proceso de secularización está cambiando las sociedades más que cualquier otro cambio, reforma o nuevas constituciones que los pueblos puedan darse a sí mismos. Latinobarómetro 2024.

    Los países con menor proporción de población con religión evangélica son Chile (12), Argentina (9), Paraguay (7), Uruguay (6 %) y México (5).

    El 21 % de los salvadoreños dice no ser de ninguna religión. En toda América Latina las personas que no declaran alguna religión, según los datos de Latinobarómetro, han aumentado de 4 % en 1995 a 19 % en 2024.

    Uruguay y Chile tienen una proporción considerable de población agnóstica, aquellos que no tienen una opinión certera sobre la existencia de Dios. Más de la mitad de los uruguayos se declaran sin religión (52 %); en la lista le sigue Chile con el 37 %, República Dominicana con 25 %, aquí aparece El Salvador con 21 % y continúan Argentina y Colombia, con 20 %, la quinta parte de su población agnóstica.

    En 2023, la población salvadoreña que decía ser católica era 43.9 %; evangélica, 39.6 %; y ninguna, 16.3 %. En 1996, la proporción era totalmente distinta: 67.1 % eran católicos, 9.3 % sin religión y 16.2 % evangélicos de distintas corrientes.

    Los datos provienen de 19,214 entrevistas con muestras nacionales representativas de la población de cada país, con un margen de error de 3 % en las muestras nacionales y 1 % en la región; realizadas en 17 países entre el 23 de agosto y el 9 de octubre de 2024.

  • La democracia en la que creen los salvadoreños según Latinobarómetro 2024

    La democracia en la que creen los salvadoreños según Latinobarómetro 2024

    Los salvadoreños califican la democracia de su país con un 7.1 solo abajo de Uruguay y Costa Rica, en una escala de 1 al 10 en donde 1 significa que «no es democrático» y 10 es «completamente democrático» pero el apoyo a esta forma de gobierno no es mayoritaria, de acuerdo con el más reciente informe de Latinobarómetro 2024.

    El estudio hace un recuento de la satisfacción con la democracia en El Salvador que era sostenida por el 11 % de la población en 2018, pasó al 46 % en 2020 hasta llegar al 62 % después de la reelección de Nayib Bukele pese al señalamiento de que era inconstitucional por transgredir la prohibición de reelección en periodo consecutivo.

    Esta satisfacción no es exclusiva de El Salvador, ya que según Latinobarómetro «en 2024 en todos los países de la región aumenta la satisfacción de la democracia» respecto a 2023, excepto en Honduras.

    Sin embargo, la credibilidad expresa de los salvadoreños hacia la forma de gobierno democrática es limitada, por un 47 % de la población. Esa proporción de los salvadoreños dijeron que la democracia es «preferible» a cualquier otra forma de gobierno.

    En medio de ese limitado apoyo al concepto de democracia, aparece una «incongruencia» señalada por el informe, ya que un 79 % de salvadoreños dice estar de acuerdo con que la democracia es «el mejor sistema de gobierno» aunque «puede tener problemas». Según el estudio, El Salvador es el país con «mayor incongruencia de apoyo a la democracia», una diferencia de 32 puntos entre ambas opiniones sobre la democracia.

    La idea de autoritarismo no es apoyada expresamente por la mayoría de salvadoreños. Solo un 15 % de los salvadoreños, idéntica proporción del año pasado, siguen creyendo que «en algunas circunstancias un gobierno autoritario puede ser preferible a uno democrático», una proporción que es más alta en Paraguay, México, Ecuador, Perú y Guatemala. La proporción de salvadoreños que cree en un gobierno autoritario ha disminuido, ya que en 2008 llegó a ser el 28.9 %.

    A más de un cuarto de la población de El Salvador (26 %) le es indiferente un régimen democrático que uno no democrático. El apoyo eventual a un régimen autoritario sumado a la indiferencia respecto al régimen democrático resulta en 41 % en El Salvador.

    El país con más apoyo indirecto a la democracia son Argentina con el 87 %, seguido de Uruguay (83 %) y El Salvador, con 79 %. El informe Latinobarómetro 2024 encontró un aumento de 4 puntos porcentuales en la población que apoya expresamente la democracia, por lo que se refiere a una «democracia resiliente» en donde el deterioro democrático que venía desde 2010 se ha frenado y, según dicho informe, se revierte.

    El apoyo expreso a la democracia en El Salvador aumentó de 2023 a 2024 apenas en un punto porcentual, del 46 al 47 % de la población que cree la democracia «preferible» a cualquier otra forma de gobierno, un respaldo mayormente visto en México, Argentina y Panamá.

    Sin embargo, el estudio indica que en Nicaragua, Venezuela y El Salvador han «fracasado» las democracias pero que «nadie se atreve a declarar que El Salvador dejó de ser una democracia pese a su masiva y flagrante violación de los derechos humanos» de personas detenidas y que por ello «hay una gran disputa respecto de cuántas democracias hay». «La única democracia consolidada en América Latina podría ser la uruguaya. El resto cae en la categoría no consolidada», indica. «Al parecer se usan las elecciones como elemento para la legitimidad democrática pero se aplaude el desempeño más allá de las normas de la democracia y se quedan con una mayoría de ciudadanos no demócratas. En El Salvador se han roto las reglas de la democracia en cuanto al respeto de los derechos humanos de sus ciudadanos, así como se modificaron a la fuerza las reglas de reelección», indica el informe.