Categoría: Opinión

  • El método más eficiente de perder peso: amputación de ambas piernas

    El método más eficiente de perder peso: amputación de ambas piernas

    Pasada la medianoche, me desperté súbitamente, angustiado e hiperventilando.

    Incorporado en la cama, sentí un inmenso alivio al comprender que todo había sido una pesadilla.

    Soñaba que, obsesionado con eliminar mi sobrepeso, decidía que la forma más efectiva y eficiente de lograrlo era amputándome ambas piernas.

    En un quirófano, me cortaban ambos miembros inferiores.

    En cuestión de minutos, mi peso corporal disminuía un 40 por ciento.

    Efectivo y eficiente, sí, pero ¿cómo se vería afectada mi calidad de vida?

    ¿Cuál sería el costo de esta decisión en aras de la eficiencia?

    Últimamente, hemos estado bombardeados de información referente a la nueva iniciativa de Elon Musk, el hombre más rico del mundo, dentro del gobierno de Trump.

    El Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), oficialmente la Organización Temporal del Servicio DOGE de Estados Unidos, es una iniciativa de la segunda administración de Trump dirigida informalmente por Elon Musk.

    Su propósito es llevar a cabo la agenda de Trump de recortes de gastos federales y desregulación, y, según la orden que lo estableció, «modernizar la tecnología y el software federales para maximizar la eficiencia y la productividad gubernamentales.»

    Treinta días después de iniciar actividades, un reporte divulgado de DOGE informo que había ahorrado 55 mil millones de dólares en gastos del gobierno federal, aunque un análisis externo reporto una inflación desmesurada de dicha cantidad y que en realidad el ahorro había sido de 8,600 millones de dólares.

    La principal fuente de esta estrategia para mejorar la eficiencia ha sido, hasta el momento, el recorte de personal laborando en instituciones del gobierno federal.

    Miles de personas en la Salud y Servicios Humanos (HHS) fueron despedidos esta semana sin mérito, advertencia, o una visión de cómo hacer que los sistemas funcionen mejor para los estadounidenses.

    Según el rastreador de eficiencia, el DOGE sólo ha alcanzado el 2,75% de su objetivo.

    Estos recortes son sólo el principio.

    ¿Es esta la estrategia adecuada para mejorar la eficiencia del gobierno federal?

    La deuda externa de Estados Unidos ascendió a aproximadamente 25.9 billones de dólares en diciembre de 2023.

    En 2024, la deuda pública de Estados Unidos alcanzó el 121% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.

    El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que esta deuda superará el 130% a partir de 2028.

    La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) estima que el costo anual del servicio de la deuda estadounidense alcanzará los $870,000 millones de dólares en 2024.

    Se proyecta que el gasto en el servicio de la deuda se dispare en la próxima década, representando un aumento del 132%, pasando de $658,000 millones de dólares anuales en 2023 a $1.527 billones en 2033.

    Mejorar la eficiencia del gobierno federal es una necesidad urgente.

    Sin embargo, surge la pregunta de si un recorte masivo de la fuerza laboral federal es el mejor camino para lograr un gobierno eficiente, y cuál sería el costo potencial de esta iniciativa.

    Las ciencias económicas y sus expertos señalan que, si bien equilibrar el presupuesto es importante, la eficiencia trasciende este objetivo.

    Se trata de mejorar estratégicamente los procesos, reforzar las infraestructuras y garantizar la sostenibilidad.

    Descuidar estos aspectos conlleva un costo.

    En el ámbito de la sanidad pública, por ejemplo, los recortes imprudentes pueden tener hoy un buen aspecto en el balance, pero a la larga pueden costar mucho más a los estadounidenses, tanto en dólares como en vidas.

    Análisis económicos de costo-beneficio de algunas intervenciones de salud pública reportan que por cada dólar invertido en programas comunitarios de reducción de peso produce un rendimiento de 16.70 dólares;

    Cada dólar invertido en modelos de atención colaborativa (tratamiento integrado de salud mental en entornos de atención primaria) produce un retorno de 6,50 dólares en ahorro sanitario y mejora de la productividad de los trabajadores.

    De igual manera, solo en los Estados Unidos el programa de vacunas infantiles evita 42 mil muertes al año y ahorra 10,50 dólares por cada dólar invertido, lo que equivale a 22.2 billones de dólares de ahorro para los contribuyentes.

    Reducir el peso del gobierno federal es urgente y necesario; creo que en estos momentos todos los ciudadanos de este país son conscientes de esta necesidad.

    Sin embargo, intentar lograr esta reducción a través de la eliminación de la fuerza laboral me genera angustia y temor, tanto a nivel personal como profesional.

    Es una sensación similar a la angustia que sentiría al perder mis piernas con el fin de disminuir rápidamente mi peso.

  • MS-13, organización Terrorista Global

    MS-13, organización Terrorista Global

    La semana anterior entró en vigor la designación de la Mara Salvatrucha (MS-13) como organización terrorista global por parte del gobierno de Estados Unidos la cual ha generado un debate en torno a la naturaleza de esta pandilla y las posibles implicaciones de esta decisión. Ya era designada una organización criminal transnacional.

    Desde una perspectiva criminológica, la MS-13 es una pandilla transnacional que se originó en la década de 1980 en Los Ángeles, California, allí nació y dejo su ombligo, su partida de nacimiento es en los Estados Unidos de Norteamérica, y que se ha extendido por todos los continentes. La pandilla se caracteriza por su violencia, su estructura de mando jerárquica y su participación en actividades delictivas como el narcotráfico, narcomenudeo, la extorsión, sicariatos, actividades de lavado de dinero, y todo cobro ilegal para hacer llegar ingresos a sus arcas.

    Si bien la MS-13 ha cometido actos de violencia que pueden ser considerados como terrorismo, masacres, atentados, y otros graves crímenes su principal objetivo no es político ni ideológico, no aspiran llegar al poder de ningún país, sino más bien es criminal y económico. La pandilla busca controlar territorios y obtener ganancias a través de sus diversas actividades ilícitas que les producen millones de dólares cada año, con programas regionales y transnacionales.

    La medida de esta designación firmada por el secretario de estado Marco Rubio entró en vigor el 20 de febrero 2025, designando a seis carteles mexicanos: Cártel de Sinaloa, Cártel Jalisco Nueva Generación, Cárteles Unidos, Cártel del Noreste Los Zetas, Cártel del Golfo, La Nueva Familia Michoacana, y dos grupos criminales cuyo origen no es mexicano: El Tren de Aragua y la MS-13.

    Estas designaciones por parte del presidente Trump en su primer día de mandato, un mes después entran en vigor, y en esencia es declararlos terroristas. Este enfoque que nace con este lineamiento del presidente Trump incorpora y modifica los lineamientos que venían operando en Estados Unidos desde el año 1996 donde están registradas al menos 75 organizaciones y personas. Además de ser extranjeros, participar o tener la intención de cometer actos de terrorismo, y ser una amenaza a la seguridad y defensa nacional, o la seguridad ciudadana, ahora incluye formaciones criminales que persiguen objetivos económicos, lucrándose con ilícitos como el tráfico de drogas, la extorsión y la trata de personas, así como niveles de violencia.

    La designación de organización terrorista internacional a la MS-13 permite principalmente llevar a cabo acciones militares, políticas y económicas contra los miembros de la Mara Salvatrucha, así como contra sus socios y cómplices fuera del territorio estadounidense. Los oficiales podrán actuar con menos restricciones. Lo primero que dicta la orden del presidente Trump es «invocar la Ley de Enemigos Extranjeros» en contra de la MS-13. Esta ley le otorga al presidente la autoridad para tomar medidas más severas contra personas u organizaciones identificadas como enemigos en tiempos de guerra o emergencia nacional.

    En mi opinión, dentro de Estados Unidos se facilitaría la deportación inmediata de sus miembros o personas sospechosas de asociación, mientras que los países que reciben apoyo financiero o militar de Estados Unidos enfrentarían una mayor presión para intensificar sus acciones contra la MS-13.

    Ahora falta que el presidente Trump ordene e implemente medidas internas, no hay decomisos de toneladas de drogas que ingresan a su país, como principal consumidor de cocaína, metanfetaminas y fentanilo en el mundo. No existen capturas o informes sobre estructuras criminales, la disminución de violencia homicida, asesinatos en masa, capturas de asesinos en serie, ¿existen personas que permiten o facilitan el paso de personas ilegales y drogas en las fronteras y que laboran para entidades oficiales? ¿Hay o no posibles estructuras corruptas?

    El Salvador es el único país en América Latina que se está enfrentando al crimen organizado transnacional y está decomisando y destruyendo de inmediato toneladas de cocaína pura que van rumbo a sus estados, se requiere la ayuda financiera, donaciones de buques, lanchas rápidas, radares, tecnología, a la Marina Nacional de la Fuerza Armada de El Salvador, Policía Nacional Civil y Fiscalía General de la República que están trabajando, apoyando al denominado problema mundial de las drogas, no es suficiente con mensajes en redes sociales de felicitaciones, el talento humano de las instituciones salvadoreñas arriesgan la vida por ayudar y ser ejemplo al mundo, y le siguen evitando mayores tragedias y daños a la sociedad estadounidense.

    * Ricardo Sosa, Doctor y máster en Criminología

    @jricardososa

  • Javier Milei y el criptogate, lecciones urgentes

    Javier Milei y el criptogate, lecciones urgentes

    El primer gran resbalón del presidente de Argentina, Javier Milei, se relaciona con la economía pero no en el sentido que desearían sus críticos. A estos últimos les pica la lengua por hablar del mal desempeño de su némesis en el manejo de las finanzas y las políticas productivas; las cifras, sin embargo, no les están ayudando: Milei cerró su primer año de gobierno con una economía en moderado ascenso, un régimen de incentivos a la inversión que ha probado su eficacia, un superávit fiscal inédito en cinco lustros y un indiscutible éxito en la reducción de los peores índices de inflación en décadas. Por lo tanto, si quieren restarle méritos, los opositores del mandatario argentino no pueden por ahora restregarle fracasos estrepitosos. ¿Qué les queda? Únicamente esperar con ansias a que Milei cometa errores. Y eso es justo lo que ha sucedido con este innecesario escándalo llamado “criptogate”.

    En sus cuentas de X e Instagram, el pasado 14 de febrero, el presidente promocionó una memecoin —un tipo de criptomoneda altamente volátil inspirada en imágenes icónicas de la cultura popular— asegurando que se trataba de “un proyecto privado” destinado “a incentivar el crecimiento de la economía argentina fondeando pequeñas empresas y emprendimientos…”. En las siguientes dos horas, la moneda en cuestión, de nombre $Libra, no solo experimentó un alza impresionante, sino que su pico fue muy coincidente con el momento en que unas pocas billeteras abandonaron con cuantiosa ganancia el proyecto y generaron pérdidas totales a otras cuarenta mil cuentas involucradas. Percatándose, al día siguiente, que “no estaba interiorizado de los pormenores” de este criptoactivo —Milei dixit—, con el que además negaba tener “vinculación alguna”, el mandatario borró el tweet y dedicó un párrafo “a las ratas inmundas de la casta política” que salivaban ante el flanco abierto de su archienemigo.

    La primera defensa de Javier Milei, el 17 de febrero en una entrevista televisiva, se vio de pronto interrumpida por su asesor Santiago Caputo, que reaccionaba con esa intervención después de oír decir a su jefe que su apoyo a $Libra había sido dado desde su “cuenta personal”. Por supuesto, esa forma de querer borrar —también— las porosas fronteras entre lo público y lo privado, en el caso de alguien que ya cumple un año siendo presidente de una nación, no sentó bien a Caputo, como tampoco a quienes analizamos la política con la conveniente mezcla de fascinación y suspicacia propia del método científico.

    Ironías aparte, el hecho es que Milei otorgó a sus adversarios un rédito que no merecían. Si bien la oposición fue incapaz de conseguir los votos que necesitaba para conformar una comisión investigadora en el Senado, el gobernante deberá enfrentar las denuncias que se han acumulado en los tribunales federales argentinos, con lo cual tiene suficiente para varias semanas de relativo desgaste. Ni hablar de lo que ocurra con posibles demandas internacionales.

    Pese a todo, es difícil hacer creer a la gente que Milei cometió una estafa a sabiendas. Los mercados no reaccionaron negativamente al escándalo y las encuestas de estos días parecen demostrar que sigue siendo un líder popular. La herida política será superficial, si acaso llega en verdad a herirlo. Pero el presidente está en la obligación moral de analizar las causas de este enredo y extraer lecciones. Quien se niega a aprender de sus propios errores se incapacita para dos cosas muy valiosas en el ejercicio del poder: la autoobservación y el mejor provecho de los fallos del adversario.

    Javier Milei quiere proyectar una imagen de alguien ajeno a la política tradicional. De ahí que pretenda justificar la promoción de un proyecto privado asumiendo que tiene esa libertad “como ciudadano”. Tal narrativa tiene su lógica de labios para fuera, pero el propio mandatario no puede —ni debe— creérsela. Él dejó de ser un argentino más cuando se convirtió en presidente: lo que haga o diga, incluso en redes sociales, tiene un valor específico. Para bien y para mal. Le guste o le disguste. Eso de buscar sacarle la vuelta a los asuntos mezclando lo privado con lo público, y optando por uno en detrimento del otro cuando conviene, tarde o temprano sale caro.

    “Creo que si Milei no mete más la pata, puede sobrevivir”, ha dicho el politólogo Andrés Malamud, con sorna pampera. “El problema es que si no metiera la pata, no sería Milei”. En todo caso, solo de Milei depende que esa descripción esté lejos de transformarse en su epitafio.

    En cuanto a las esperables consecuencias del zipizape, el mandatario tiene que abordarlas y hacerlo con suficiente energía. Que rueden cabezas en su entorno es una posibilidad. Lo más obvio, de momento, es que algunos de sus asesores no están haciendo bien su trabajo, pues una parte delicada de él consiste en cuidar los perfiles de quienes se acercan a plantearle proyectos al presidente.

    El entusiasmo de Javier Milei por las criptomonedas, si es honesto, no puede arrastrarlo a hacer apuestas públicas en esa ciénaga ya de por sí inestable y riesgosa. Por otro lado, las cuentas digitales estrictamente “personales”, en la práctica política, son ilusorias, en contraste con la tarea, muy real, de advertir a los cercanos sobre los efectos de incumplir su deber. Quien no aprende, aunque sea a la fuerza, a ser presidente de una nación, tarde o temprano volverá a ser aprendiz de ciudadano. Y quienes vemos con simpatía lo que Milei ha conseguido en lo económico hasta hoy, no le deseamos semejante desenlace en términos políticos.

  • La geopolítica de Trump

    La geopolítica de Trump

    Cuando el presidente más poderoso del mundo toma decisiones que cambiarán el rumbo de la historia, se debe de analizar hasta qué medida son buenas o malas decisiones. Hay muchos aspectos que no pueden pasar desapercibidos.

    Todo empezó desde que Donald Trump llegó al poder, o quizás antes; eso se corrobora cuando mencionaba que iba a limpiar de indocumentados los Estados Unidos. Hasta los mismos que votaron por él están en la cuerda floja.

    Trump quiere manipular hasta los nombres de algunos países o golfos, tal es el caso del Golfo de México, ahora quiere que se llame Golfo de América. Además, en su agenda está anexar o adquirir Groenlandia y Canadá. Todos son asuntos geopolíticos.

    La geopolítica con respecto a USAID cambió, ya no se tendrá la ayuda que Estados Unidos proporcionaba a muchos países. Los más afectados son las personas de escasos recursos económicos. De una forma u otra, esa ayuda servía de mucho. Con respecto a América Latina, tal parece que todo cambió. Lo que está haciendo es atacar a los indocumentados en vez de promulgar el TPS.

    Las piezas del ajedrez le están dando un giro a la humanidad, más cuando se trata del hombre más poderoso del mundo. Las relaciones internacionales también se evidencian con el rubro comercial; ya que, Trump ha dicho que impondrá más aranceles a los países que no se acoplen a sus políticas.

    En el caso venezolano, muchos países pensaban que al llegar Trump al poder ayudaría a tomar el poder a Edmundo González; sin embargo, los intereses siempre son los más importantes. Recordemos que, Venezuela tiene petróleo. Eso es lo que le interesa a Trump. Del régimen autoritario de Maduro se hace caso omiso.

    Trump, además de tener el control en algunos países, también tiene a países rivales como lo es China. No es solamente quién tiene más o mejor armamento, hay una guerra entre ambos países, pero en el ámbito comercial.

    Con respecto a Israel, veremos si continúa ese apadrinamiento. Recordemos que ningún país ayuda a otro país sin interés alguno. Todo se trata de diplomacia. Hay países que son amigos por puros intereses. Así trabaja la política internacional.

    Un presidente cambia la historia cuando toma decisiones; el caso del conflicto entre Ucrania y Rusia es de pronóstico reservado. Aun así, se vaticina que entre Putin y Trump llegarán a un acuerdo geopolítico. Cesarás la guerra entre Ucrania y Rusia, aunque tal parece que los tres años de lucha que enfrentó Ucrania no sirvieron de mucho. La OTAN colaboró con Zelenski y, al final, una conversación cambió todo. Lo bueno es que ya no habrá sangre derramada. Trump decidirá el destino de Ucrania, de eso no hay duda. Trump es tan astuto y estratégico que ha desafiado a la Comunidad Europea, tal parece que la ha ignorado. Trump se quedará como un héroe.

    Muchos países han estado supeditados a lo que manifiesta el presidente de Estados Unidos. En la historia, ese país norteamericano ha colaborado para terminar con muchas guerras; ha intervenido con su fuerza militar y ha derrocado a presidentes autoritarios como Manuel Noriega de Panamá.

    Con respecto al canal de Panamá, el interés de recuperarlo es que Estados Unidos ayudó a construirlo. El canal lo recuperará. Aún no se sabe si lo hará diplomáticamente o a la fuerza.

    Trump, hace parecer que es un hombre de paz; sin embargo, los expertos en asuntos exteriores, diplomáticos y conocedores de la geopolítica analizan cada paso que está dando en pocos días del mandato. En cuatro años ya se sabe cuál es su ruta como mandatario. En conclusión, a Trump le interesa tener a su país como una potencia comercial. Lo económico y la geopolítica son lo que a él le interesa.

  • ¡Es la economía, estúpido!

    ¿Quién se acuerda de esa frase? Pues es la que prácticamente le allanó a Bill Clinton el camino para ingresar a la Casa Blanca, por primera vez, el 20 de enero de 1993; como cuadragésimo segundo presidente estadounidense, permaneció en el cargo dos períodos. La misma se atribuye al talento de su asesor de campaña, James Carville, quien la acompañó con estas otras: «cambio versus más de lo mismo» y «no olvidar el sistema de salud». Esas tres cortas y contundentes formulaciones proselitistas, pretendo me sirvan para echarle una mirada crítica a la gestión de Bukele al frente del Órgano Ejecutivo salvadoreño; ello, sin dejar de machacar sobre su inconstitucionalidad desde que el 9 de febrero del 2020 –hace más de cinco años– invadió y ocupó el Salón Azul de la Asamblea Legislativa rodeado de militares y policías como anuncio descarado de lo que vendría.

    Comenzaré por la segunda y finalizaré con la primera. Así, pues, parte fundamental de la campaña del salvadoreño para llegar a la Presidencia de la República ‒que inició mostrándose como víctima de «los mismos de siempre»‒ fue precisamente atacar frontalmente a estos; es decir, a los partidos Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Lo hizo sin andarse con cuentos, de manera tajante y metiendo a ambos en el mismo huacal; lo hizo, además, con base en el entendible descontento de la población votante reflejado en un sondeo del ente encuestador perteneciente a la Universidad Centroamericana José Simeón Cáñas (UCA).

    Cuando en mayo del 2017 este le consultó a la población sí el partido de «izquierda» debía seguir gobernando, más del 63 % respondió con un rotundo no; asimismo, el 68 rechazó la posibilidad de que la agrupación partidista de derecha tomara de nuevo las riendas del poder. Durante casi tres décadas, más de una y media del primero junto a dos del segundo, le habían fallado a la gente en lo relativo a su seguridad y ‒¡ojo!‒ su economía; eso fue aprovechado muy hábilmente por Bukele, quien terminó mandando al carajo a «los mismos de siempre» y posicionándose como la encarnación del «cambio».

    En cuanto a la salud no podemos hablar de un olvido; lo que este ha hecho con la misma es, más bien, bajarla de categoría en el marco de las prioridades contempladas por su usurpadora administración si se considera lo que ya he señalado antes: el presupuesto del ramo asignado para el 2025, en lugar de aumentarlo lo achicó. Comparándolo con el del 2024, Bukele le mochó más de 90 millones de dólares; mientras, el de la Defensa Nacional ‒su cartera consentida, junto con Obras Púbclicas‒ lo incrementó en 53. Claramente se ve qué le importa más.

    Tienen razón quienes le recriminan al sistema gubernamental de salud insuficiencia de recursos, mal servicio, falta de cuidados especializados y calidad desigual. Lo anterior se agravará con la reciente aprobación de la Ley general de minería metálica. El Colegio Médico de El Salvador considera que esa secretaría estatal, con sus carencias y con lo «visto hasta la fecha», no será «capaz de poder dar una atención en salud adecuada para la población». Por ello sostiene que, actualmente, «la minería metálica es la principal amenaza para la salud» en el país.

    Y sobre la economía, ni hablar. Por donde se mire, va de tumbo en tumbo. Tan jodida está la situación que Bukele tuvo que dejar de lado su caprichoso orgullo y debió doblar la nuca ante los dictados del Fondo Monetario Internacional, para darle vuelta a su «emblemática» moneda de curso legal: el bitcoin. También ha anunciado una nueva ley contra la corrupción; si hablamos de su «combate» que dice librar contra este flagelo en términos figurados de la lucha libre en un ring o cuadrilátero, esta sería otra caída más del todo perdida a pesar de sus marrullerías.

    Pero, además, le ha bolseado a usted y a usted los ahorros de sus pensiones; está reduciendo la liquidez del sistema bancario; el alto costo de la vida no baja por más que se invente «agromercados» y «centrales de abastos», así como el «generoso» pago con nuestros impuestos ‒en plena «cuesta de enero»‒ de la electricidad y el agua, para quienes gozan de este servicio aunque sea a cuentagotas; la pobreza extrema va para arriba; los despidos y la suspensión de plazas en el sector público están a la orden del día… No sigo por falta de espacio. La situación de las mayorías populares, pues, empeora cada vez más y esa será la perdición del «bukelato» porque a final de cuentas es su estúpida economía la que a futuro definirá las cosas.

  • El Arte, un acto político

    El Arte, un acto político

    Discutíamos hace algunos días en una reunión entre pintores, músicos y actores sobre el arte y su papel en la sociedad, unos que defendían que el artista no debe utilizar su arte como instrumento político, en contraposición otros defendían que sí, el arte en la sociedad ha sido una manifestación critica de la sociedad.

    El arte ha sido, a través de toda la historia, una forma de expresión que va más allá de la estética puramente. Detrás de cada obra de arte, hay un mensaje, una crítica, una reflexión o una denuncia que busca plasmar la realidad de una época determinada. En este sentido, el arte es un acto político, ya que refleja el sentir y el pensar del artista sobre la sociedad y el mundo que lo rodea.

    La vinculación entre el arte y la política es inherente. Las manifestaciones artísticas han sido siempre un espejo de la sociedad, reflejando los valores, las creencias y las preocupaciones de una época. Los artistas han utilizado su creatividad para criticar, cuestionar, provocar y desafiar el status quo, lo que ha llevado a que el arte se convierta en un instrumento político importante.

    La pintura, la escultura, la literatura, la música y el teatro han sido utilizados para expresar visiones políticas, sociales y culturales. Los artistas han abordado temas como la justicia social, la desigualdad, la libertad, la opresión y la resistencia, entre otros. Sus obras han sido un llamado a la reflexión, a la crítica y a la acción, lo que ha llevado a que el arte se convierta en un elemento clave en la formación de la conciencia política y social de una sociedad.

    Se pueden mencionar varios casos de artistas que han utilizado su arte para hacer una crítica política y social. El famosos cuadro «Guernica» (1937 de Picasso es representativo de cómo el arte puede ser utilizado para denunciar la violencia y la opresión. Esta obra de arte es una crítica fuerte directa a la guerra civil española y al bombardeo de la ciudad de Guernica por la aviación alemana.

    Asimismo, la literatura ha sido un instrumento político importante. Autores como George Orwell, con su novela «1984», escribió una ficción para criticar los regímenes totalitarios y advertir sobre los peligros de la pérdida de la libertad individual. La música también ha sido utilizada como un medio para expresar visiones políticas, como lo hicieron artistas Bob Dylan y Joan Baez durante la década de 1960, con canciones que abordaban temas como la justicia social y la oposición a la guerra de Vietnam.

    En la actualidad, el arte sigue siendo un instrumento político importante. Los artistas siguen utilizando su creatividad para criticar y cuestionar la sociedad y el mundo que los rodea. La tecnología ha permitido que el arte se vuelva más accesible y ampliamente difundido, lo que ha llevado a que el arte se convierta en un elemento clave en la formación de la conciencia política y social de una sociedad y su importancia seguirá siendo relevante en el futuro.

  • Selección Sub-17 presente en Catar

    Selección Sub-17 presente en Catar

    Por primera vez El Salvador clasifica a un mundial de Fútbol de la categoría Sub-17 y eso es un hecho que nos llena de mucho orgullo a todos los salvadoreños. Hasta ahora son 18 ediciones del mundial, el cual se realiza desde 1985. Esta vez se efectuará en noviembre venidero en Catar donde ondeará la bandera azul y blanco y se escucharán las sagradas notas de nuestro Himno Nacional.

    La clasificación al mundial Sub-17 convierte en una especie de héroes al grupo de adolescentes que lograron la hazaña pese a la adversidad. Los salvadoreños estamos acostumbrados al fracaso futbolístico, tanto a nivel de equipos como de selecciones, por lo que el triunfo ante Jamaica 2 a 1 representa un oasis en el desierto. Ya teníamos doce años desde que la Sub 20 clasificó al Mundial Turquía 2013 donde lograron la histórica victoria de 2-1 ante Australia.

    En la categoría mayor hemos asistido a dos mundiales (México 1970 y España 1982), donde nos fue muy mal porque se jugó contra todo desde el punto de vista administrativo, como el hecho de viajar a España atrasados y sin balones. A nivel de fútbol playa hemos tenido el honor de estar en cinco mundiales (Marsella 2008, Dubai 2009, Rávena 2011, Tahití 2013 y Rusia 2021), siendo Rávena 2011 donde mejor nos fue al lograr el apoteósico cuarto lugar.

    Reitero, lo efectuado por la camada de adolescentes (entre ellos ocho legionarios) es digno de elogiar, pues ante el desorden dirigencial en la Federación de Fútbol, la cual actualmente es administrada por una Comisión Normalizadora presidida por el panameño Rolando Enrique González, apoyado por sus coterráneos Oscar Giralt y Reynaldo Marden De León. Antes hubo una comisión presidida por José Sáenz Marinero, la cual poco o nada bueno hizo por el fútbol nacional.

    Pues bien el seleccionador Juan Carlos Serrano, quien había venido sumando fracaso tras fracaso, a tal punto que muchos pedíamos su renuncia o destitución, nos tapó la boca a muchos y junto a su cuerpo técnico jugaron contra la corriente y en aproximadamente dos meses conjuntaron una selección Sub-17 batalladora que ante Jamaica, cuya selección tenía año y medio de preparación, se impuso 2 a 1 con goles dignos de una clasificación mundialista.

    Por eso, aquella noche del sábado 15 de febrero, cuando terminó el partido en el estadio El Progreso de Guatemala y aquellos niños-adolescentes corrieron a abrazarse y llorar de alegría, era el abrazo y el llanto de todos los salvadoreños que amamos el fútbol y somos incondicionales a cualquier selección de fútbol que nos represente. Necesitábamos de una alegría y estos chicos nos las dieron con creces, todos hubiéramos queridos estar ahí, para fundirnos en un abrazo sincero y dar gracias al Creador. Contra todo pronóstico estaremos en Catar.

    Ahora viene el reto. No se trata de hacerse fotos con los muchachos o con el trofeo, tal como ya lo hicieron sin ninguna vergüenza los dirigentes de la Normalizadora o de tratar de sacar raja política como pretenden algunos funcionarios y políticos. Se trata de diseñar un plan para que en Catar se realice una digna presentación que permita a la Sub-17 llenarse de gloria.

    De aquí al desarrollo del Mundial se debe potenciar a su máxima expresión la preparación, nombrar uno o dos psicólogos deportivos, planificar campamentos y coordinar de la mejor forma la actividad académica y deportiva de los mundialistas. Para los muchachos que viven en el exterior se debe crear un programa virtual y controlado exhaustivamente. Debe, además, diseñarse un modelo de monitoreo para darle seguimiento a los legionarios, incluso designarse a alguien del cuerpo técnico para que constantemente viaje a supervisar el trabajo de esos chicos.

    Una vez terminado el Mundial se le debe dar seguimiento a cada seleccionado y promovérseles internacionalmente o buscar la manera de hacerlos competitivos, por ejemplo permitírseles competir en primera o segunda división como un equipo, o distribuirlos en la liga mayor. Potencialmente son la próxima selección Sub-20. Lo importante es que se elabore un plan ejecutable para estos mundialistas y no se les deje a la deriva como ocurrió con los juveniles que participaron en Turquía 2013.

    La ocasión debe generar una ganancia per se y ahora que hemos logrado una clasificación juvenil los dirigentes deben comenzar a planificar a conciencia el futbol infantil y juvenil. En las edades infantiles y juveniles se tiene una capacidad de absorción mental y desarrollo físico universal. Un niño de cinco años tiene las mismas posibilidades de desarrollo mental y físico sin importar si nació en Nigeria, Portugal, Argentina, India, Estados Unidos, Puerto Rico o El Salvador. Hay factores como la genética, la alimentación, el contexto, la educación y otros que determinan una facultad o predisposición, pero esos son factores que con planificación, preparación, formación y disciplina se equiparan y hasta se superan.

    Ojalá y quienes asuman las riendas de la Federación lo hagan con mucha responsabilidad y visión sabiendo que en los niños y adolescentes está el futuro de nuestro fútbol.

    Felicidades muchachos porque huérfanos de apoyo dirigencial lograron junto al cuerpo técnico y el apoyo incondicional de sus familiares darnos una alegría nacional y llenarnos de orgullo a cada salvadoreño. En Dios y en cada uno de ustedes confiamos y estamos seguros que en Catar la azul y blanco ondeará victoriosa.

  • La tragedia social del castrismo

    La tragedia social del castrismo

    Los únicos logros que van a sobrevivir al totalitarismo dinástico de los hermanos Castro y el hijo putativo de ambos, Miguel Diaz Canel, es la propaganda y su eficiencia represiva, incluida la destrucción material y humana causada por el sistema.

    El fracaso ha sido tan rotundo que sus prototipos de milagros sociales, Salud, Educación y Deporte, han sido retirados del escaparate que con delirio mostraban a los que desesperaban ahogarse en el mar de la felicidad del castrismo.

    La salud es un desastre. Los hospitales no cuentan con los medios para satisfacer las necesidades de los ingresados. No hay ropa de cama, alimentos ni medicinas. El fluido eléctrico falta con frecuencia y la higiene es prácticamente inexistente.

    Las enfermedades infecciosas azotan la isla varias veces en el año. Los burócratas tergiversan las estadísticas sistemáticamente. La falta de medicinas y de equipos médicos modernos o al menos en buen funcionamiento, es más que frecuente. Hay una clara diferencia en la atención médica que recibe la clase dirigente, los extranjeros y la población.

    Por último, se da la paradoja que la potencia médica, como gustan llamarse, no cuenta con profesionales suficiente para atender al pueblo porque los alquila a otros países en procura de ingresos multimillonarios que le permitan solventar parcialmente la perenne crisis económica del sistema.

    La educación, punto de partida para el adoctrinamiento de las nuevas generaciones, enfrenta un serio problema por el continuado éxodo de maestros a otras labores que les rindan más beneficios, afectando la calidad de estos servicios.

    No obstante, el mayor fracaso en la Educación fue la denominada Escuela al Campo. Un intento de sustituir a la familia con comunas ideológicas en las que los padres perderían toda capacidad de influenciar sobre sus vástagos.

    Niños y adolescentes fueron desarraigados. Lejos de sus patrones de conductas habituales se conducían arbitrariamente. El régimen intento imponer disciplina militar en muchos de estos centros fracasando la mayoría de las veces. La imposición del estudio y trabajo para formar el propuesto hombre nuevo, una especie de siervo ilustrado adiestrado para servir el proyecto, solo cosecho desilusiones.

    Las Escuelas al Campo, uno de los planes preferidos de Fidel Castro, fueron, según estudiantes de la época, campo de concentración en los cuales se practicaban métodos de severidad extrema junto a la dejadez disciplinaria más absoluta, favoreciendo espacios para la violencia entre los internos, perversidades de diferentes tipos, incluido el abuso sexual.

    La tercera pantalla del régimen fue el deporte. Por años Cuba fue una de las potencias mundiales en esa actividad, particularidad que favorecía al castrismo porque los deportistas laureados en números importantes daban todo el crédito al gobierno por sus victorias y otros, más serviles que el promedio, dedicaban sus laureles al dictador en jefe.

    Sin embargo, el protagonismo de Cuba en el deporte se extinguió, fundamentalmente por su incapacidad para sufragar los grandes gastos que demandan los atletas de alto rendimiento, además, el totalitarismo, aunque conserva el poder, padece de un agotamiento generalizado y masivo que lo conducirá en algún momento a una muerte por consunción, similar a la sufrida por la desaparecida Unión Soviética.

    La dictadura hábilmente mezcló la salud, educación y los deportes con la política, logrando un coctel propagandístico de gran fuerza.

    Sus éxitos en cada uno de estos sectores ofrecían una imagen de progreso, libertad y justicia que distaba mucho del verdadero contexto nacional del cual la mayoría de los observadores internacionales no querían percatarse por ser partidarios del régimen, o por recibir beneficios de un gobierno que les concedía bienes y privilegios a los que no accedía el pueblo cubano.

    Los avances en cada uno de estos sectores facilitaron al sistema diferentes progresos y beneficios internacionales. En el plano interno, favorecieron la confusión y victimización de la sociedad en aras de efímeras glorias. Los muy divulgados «logros» sociales fueron consecuencias de los formidables subsidios soviéticos y no por la capacidad productiva de un gobierno ineficiente que ha conducido al país a la miseria y endeudamiento absoluto.

    El totalitarismo convirtió a Cuba en un estado mendigo desde 1959, al extremo, que recibe donaciones alimenticias de productos como el azúcar, el género más importante de nuestra economía antes de producirse el desastre que ha puesto en riesgo la sobrevivencia de la nación.

  • La deuda política eliminada en El Salvador

    La deuda política eliminada en El Salvador

    La decisión del presidente salvadoreño Nayib Bukele de eliminar el financiamiento estatal a los partidos políticos me parece una decisión no solo valiente, sino genial.

    Esta jugarreta por parte de la clase política muerta de hambre de países tercermundistas con el fin, supuestamente, de fortalecer la democracia participativa, abrir espacios a corrientes ideológicas políticas nuevas, con planes frescos para la nación, demostró, desde el mismo principio, ser una rapiña grosera de la argolla de poder, y a veces del máximo líder y fundador de un nuevo partido.

    Nunca sirvió para que los partidos nuevos tuvieran un capital semilla de importancia y lograran arrancar.

    Y en cuanto a los partidos grandes, es una estupidez, una sinvergüenzada, una forma más que tienen los partidos fuertes de robarnos el dinero, porque, siendo grandes, teniendo una numerosa afiliación, contando con empresarios y profesionales, ¿cómo es que no pueden organizarse para recabar dinero de sus propias huestes y administrarlo bien?

    Las argollas se reparten ese dinero con la cuchara grande beneficiando a los movimientos internos que son de su preferencia y no empoderando la democracia al interior de sus instituciones políticas.

    Aplaudo esta buena decisión del Sultán enfermo de poder. Muy buena.

    Como ejemplo les cuento: cuando un grupo de universitarios conformamos en El Salvador la Democracia Cristiana Universitaria (DCU), los principales promotores lograron llevar a la secretaría general del Partido Demócrata Cristiano a “un buen amigo”.

    Resulta que cuando ese buen amigo recibió la «deuda política», lo primero que hizo (y uno de los fundadores de la DCU lo acompañaba) fue comprarse un reloj de 11 mil colones, que hoy, fácilmente, podrían ser 100 mil colones, y al cambio del dólar $ 11,428.57. A los pocos días cambió la camioneta destartalada que andaba por una Suburban gigantesca. Parecía repartidora de leche.

    Otro gran líder de izquierda de un partido emergente se quedó con toda la deuda política.

  • Víctimas del delito: el eslabón olvidado en la búsqueda de la justicia

    Víctimas del delito: el eslabón olvidado en la búsqueda de la justicia

    En el complejo entramado del sistema de justicia penal, las víctimas del delito más frecuente y cotidiano de lo que pensamos se encuentran en una posición de vulnerabilidad y desamparo. A pesar de ser el centro del conflicto, sus voces y necesidades suelen ser relegadas a un segundo plano, obstaculizando la verdadera búsqueda de justicia y reparación.

    Desde una perspectiva criminológica y victimológica, es fundamental reconocer que las víctimas no son meros objetos pasivos del delito, condición que fue por más de 150 años de inicio de la criminología, son sujetos activos que sufren un daño físico, psicológico y/o material como consecuencia de la acción delictiva. Este daño puede tener consecuencias devastadoras en su vida, afectando su bienestar emocional y psicológico, su salud física, sus relaciones sociales y su situación económica.

    La criminología, al estudiar el delito como un fenómeno social complejo, ha puesto de manifiesto la importancia de comprender la experiencia de la víctima, sus necesidades y sus expectativas. La victimología, por su parte, se centra en el estudio de la víctima como tal, analizando los factores que la hacen vulnerable, los riesgos que enfrenta y las consecuencias del delito en su vida, así como los procesos de desvictimización.

    Es crucial destacar que las víctimas no son un grupo homogéneo. Cada persona es única y su experiencia del delito es singular. Algunas víctimas pueden requerir atención médica y psicológica especializada, otras pueden necesitar apoyo legal y económico, y otras pueden necesitar a como dé lugar buscar un espacio seguro donde ser escuchadas y comprendidas, sin cuestionamientos, ni juzgamientos.

    El sistema de justicia penal tiene la obligación de garantizar los derechos de las víctimas, ofreciéndoles protección, información, apoyo y reparación. Esto implica reconocer su derecho a participar activamente en todo el proceso penal, a ser informadas sobre el desarrollo de la investigación y el juicio, a recibir protección frente a posibles represalias y obtener una reparación por los daños sufridos.

    Sin embargo, en la práctica, las víctimas a menudo se enfrentan a grandes obstáculos que dificultan su acceso a la justicia. La falta de información, la burocracia, la victimización secundaria en las Instituciones y por representantes del sector de Justicia, y la falta de recursos para una atención integral y especializada son algunos de los problemas que pueden enfrentar.

    Es necesario un cambio de paradigma en el sistema de justicia penal, donde las víctimas sean el centro de atención y sus necesidades sean prioritarias. Esto implica una mayor sensibilización en todo tiempo de los operadores del sector de justicia, una sólida formación especializada en victimología y la creación de mecanismos de apoyo y protección eficaces.

    Además, es fundamental fomentar una cultura de prevención del delito, donde se promueva la empatía, el respeto y la solidaridad hacia las víctimas. La sociedad en su conjunto tiene la responsabilidad de crear un entorno seguro y justo para todos, donde las víctimas sean escuchadas, comprendidas y apoyadas en su camino hacia la recuperación.

    A manera de conclusión, las víctimas del delito son el eslabón fundamental en la búsqueda de la justicia. Su reconocimiento, protección y reparación son elementos esenciales para construir una sociedad más justa y humana. Es hora de que sus voces sean escuchadas y sus derechos sean garantizados, y que su proyecto de vida sea restaurado de manera integral.

    *Ricardo Sosa, Doctor y máster en criminología

    @jricardososa