La escalada de aranceles para las importaciones a Estados Unidos se traducirá con mayores costos para los insumos,
así como rutas logísticas más complejas y reducción de la competitividad de los exportadores,
advirtió la firma consultora EY.
Desde la campaña presidencial, Donald Trump anunció un endurecimiento de la política comercial con una imposición del 25 % para las importaciones de México y Canadá,
a quienes acusa de no ejercer suficiente control en la migración irregular.
El segundo anuncio que sacudió al mercado es un incremento de 25 % para el acero y el aluminio,
una medida que entrará en vigencia el 12 de marzo de 2025.
Además, Washington pretende aplicar aranceles recíprocos,
una medida que afecta a países que tienen esquemas proteccionistas para proteger a sus economías.
Carolina Palma, socia de Impuestos Indirectos y líder de Comercio Internacional de EY Centroamérica,
Panamá y República Dominicana, indicó que la imposición de cargas arancelarias afectará a las “empresas alrededor del mundo”
pero representa “oportunidades” a la región.
“Aunque el panorama presenta desafíos,
existen estrategias clave para minimizar los efectos y mantener la resiliencia operativa”, aseguró Palma.
Tal como lo han planteado los empresarios
salvadoreños sobre un mayor costo para los insumos,
la experta de EY señala que también afectará las rutas logísticas y reducirá la competitividad de las exportaciones que dependen de ensamblaje y distribución.
«Acciones inmediatas»
Ante la incertidumbre de una guerra comercial,
Palma propone medidas para “navegar en esta nueva realidad”,
las cuales pasan por un rediseño de las cadenas de suministro de países locales cercanos a Estados Unidos,
pero que no representen una “amenaza para esa economía”.
La ejecutiva señaló que hay “acciones inmediatas” para proteger la posición del mercado y optimizar las cadenas de suministro.
En el cóctel de medidas mencionó una optimización de costos y estructura de precios,
como implementar estrategias de eficiencia operativa y renegociar los contratos para mitigar el impacto de la rentabilidad.
Además,
Palma sugirió a los empresarios revisar la clasificación arancelaria para aprovechar los tratamientos preferenciales
y maximizar los beneficios fiscales.
«El momento de actuar es ahora.
Una evaluación rápida y estructurada del impacto ayudará a minimizar riesgos y capturar oportunidades dentro de un entorno comercial cambiante»,
agregó.
Estados Unidos es el principal socio comercial para las exportaciones centroamericanas,
con una participación de un 37.4 %,
mientras que el comercio intrarregional ocupa un 26.7 %.
De la primera economía del mundo procede también la mayor cantidad de bienes,
un 29.8 %.
Para El Salvador es el mayor comprador de las exportaciones,
con una participación de un 31.7 %.
Sin embargo, el Banco Central de Reserva (BCR) confirma que la demanda se mantiene comprimida,
con una caída en los envíos de 5 % en enero pasado,
luego de superar $172.9 millones.
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