Reducción del gasto público podría empujar a una “normalización” a la burbuja inmobiliaria en El Salvador, indica Zumma Ratings

La reducción del gasto público, en cumplimiento con acuerdos pactados con el Fondo Monetario Internacional (FMI), podrían empujar a El Salvador a percibir una normalización de la burbuja inmobiliaria, apuntó el presidente de Zumma Ratings, Carlos Pastor, quien sostuvo que los grandes motores del crecimiento salvadoreño están relacionados con el gasto público.

El Salvador y el FMI firmaron un programa de financiamiento en febrero de 2025 por $1,400 millones. La aprobación implicó para el país, entre varios aspectos, un compromiso de realizar un ajuste fiscal de 3.5 % de producto interno bruto (PIB) en un plazo de tres años.

Es decir, que El Salvador debe incrementar los ingresos y reducir el gasto sin perjudicar los recursos de carácter social y de infraestructura.

“El estado ha gastado e invertido en muchos proyectos que el dinero acaba en las manos de los ciudadanos, y eso genera la construcción y compra de vivienda”, puntualizó Pastor durante un evento relacionado con el orden económico organizado por Almacenes de Desarrollo (ALDESA).

El experto explicó que si no existe un mayor gasto público, como antes, por las restricciones del FMI, va a haber menos flujo de dinero que circule en la economía local por parte del gobierno salvadoreño.

Por ende, “eso que llamamos burbujas van a ir normalizando por el menor influjo de dinero proveniente de proyectos públicos del estado”, añadió.

Los únicos que tendrán un “poder de compra” serán las personas que no dependen directamente de los proyectos de inversión pública, puntualizó Pastor.

A nivel general, Pastor indicó que negociar con el FMI fue lo mejor que pudo hacer el gobierno salvadoreño, porque eso significa flexibilizar la caja del estado y la presión fiscal. Además, añade liquidez a la banca y le quita presión al sistema financiero.

Riesgo país

Sobre la prima de riesgo, o indicador de bonos de mercados emergentes (EMBI), Pastor destacó la reducción que El Salvador tuvo entre septiembre de 2023 y el mismo mes de 2025, al pasar de 6.92 puntos porcentuales a 3.69

“Es decir, la percepción del extranjero hacia el país dice que su riesgo ha mejorado, pero es suficiente, no, sigue siendo muy alto”, añadió el presidente de Zumma.

A los inversionistas a nivel mundial también podría preocuparles las decisiones que Estados Unidos tome, por ser el mayor comprador del mundo y manejar la economía global.

Sobre la deuda del país, Pastor indicó que ya no hay mucho piso para seguir creciendo, por lo que el país debe buscar el desarrollo de mercados, refinanciar pasivos y reestructurar el sistema de pensiones.

Hasta julio de 2025, el Ministerio de Hacienda reportó que la deuda del sector público no financiero (SPNF) rondó los $32,461.7 millones, un 88.7 % del producto interno bruto (PIB) salvadoreño.

Tasas de interés

La influencia de Estados Unidos sobre el continente es tan fuerte que, como ocurre con los niveles de tasas de interés, termina impactando o beneficiando a los hogares.

La última actualización, por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed), la hizo a mediados de este mes, cuando redujo en 25 puntos básicos el precio del dinero, situando la tasa en un rango de 4 % a un 4.25 %.

Pastor aseguró que si la Fed continúa reduciendo las tasas de interés, se beneficiará al mercado local.

“Nos beneficia porque las tasas de interés tal cual se endeudan los bancos para pedir líneas de crédito van a ser más baratos y eso tendería a trasladarse al mercado local”, indicó el presidente de Zumma Ratings.

El efecto en el mercado salvadoreño no será inmediato, pues deberán pasar varios meses para que las tasas bajen.

La repercusión, indicó Pastor, depende de lo mucho que bajen las tasas de interés de referencia y el impacto de la misma sobre el costo de las empresas bancarias.