El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, descartó el domingo una guerra contra Venezuela, pese a la creciente tensión militar en el Caribe por ataques de su gobierno a supuestas narcolanchas, que ya han dejado al menos 64 fallecidos desde septiembre.
En una entrevista con la cadena CBS, el mandatario fue cuestionado sobre la posibilidad de una intervención directa en el país sudamericano. “Lo dudo, no lo creo”, respondió Trump, refiriéndose al posible conflicto, mientras se espera la llegada del portaaviones USS Gerald Ford a aguas del Caribe.
Consultado sobre si Estados Unidos planea una intervención terrestre en Venezuela, el presidente evitó confirmar o negar cualquier acción.
“No me inclinaría a decir que haría eso porque no hablo con los periodistas sobre si voy a atacar o no… no le voy a decir qué voy a hacer con Venezuela, si es que lo voy a hacer o no”, sostuvo Trump, agregando que el gobierno de Caracas “nos ha tratado muy mal, no solo con las drogas”.
El presidente reiteró su acusación de que las autoridades venezolanas han enviado a miles de criminales a Estados Unidos. “Han traído a nuestro país a… a 11,888 asesinos”, declaró, responsabilizando de esta situación a las políticas migratorias del expresidente Joe Biden. “Venezuela vació sus cárceles en Estados Unidos. Dejaron entrar a gente que jamás debió haber entrado”.
Trump defendió los bombardeos a embarcaciones como una acción contra el narcotráfico, asegurando que cada lancha destruida representa un golpe al crimen transnacional. “Cada uno de esos barcos que ven derribados —y estoy de acuerdo, es algo terrible— mata a 25,000 estadounidenses”, dijo, en referencia al daño causado por las drogas que ingresan desde Sudamérica.

La caída de Maduro está cerca
Al ser cuestionado sobre si estas operaciones buscan derrocar al presidente venezolano, Nicolás Maduro, el mandatario estadounidense respondió con ambigüedad, pero dejando entrever sus intenciones.
“Yo diría que sí. Creo que sí”, afirmó, sugiriendo que el tiempo de Maduro al frente de Venezuela estaría llegando a su fin.
Las recientes declaraciones del presidente se dan tras un nuevo ataque del Ejército estadounidense en el Caribe, donde murieron tres personas, provocando fuertes críticas del gobierno de Venezuela y de Colombia, encabezado por Gustavo Petro. Ambos mandatarios denunciaron la operación como una violación a la soberanía regional.
Organizaciones no gubernamentales han calificado las ofensivas como “ilegales” y han pedido una rendición de cuentas. Naciones Unidas también expresó preocupación, señalando que “ninguno de los individuos en los barcos atacados representaba una amenaza inminente”, y llamó a una investigación “rápida, independiente y transparente”.
Según reportes de la CBS, las operaciones militares estadounidenses en el Caribe y el Pacífico han dejado al menos 64 personas muertas desde septiembre, en un contexto de creciente presión internacional contra las acciones unilaterales del gobierno de Trump.









