El turismo internacional en Cuba registró una caída del 25 % durante el primer semestre de 2025, en comparación con igual período del año anterior, según cifras oficiales publicadas este lunes por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei). El país recibió 981,856 visitantes, una cifra que pone en riesgo el cumplimiento de la meta gubernamental de alcanzar los 2.6 millones de turistas este año.
Las estadísticas indican que el país caribeño podría cerrar 2025 con cifras incluso peores que las de 2024, cuando Cuba tuvo su peor desempeño turístico en 17 años, excluyendo los años afectados por la pandemia del covid-19.
Canadá, el principal mercado emisor de turistas hacia Cuba, redujo en 25.9 % el envío de visitantes, pasando de 577,624 en 2024 a 428,125 en el primer semestre de 2025. La situación es aún más crítica con Rusia, otro mercado estratégico para el Gobierno cubano, que experimentó una contracción del 43.5 % en comparación anual.
El retroceso se extendió a casi todos los países del ranking de emisores: Estados Unidos, Alemania, Francia, México, Argentina, España e Italia reportaron caídas de dos dígitos en la llegada de turistas durante el mismo período.
Colombia fue la excepción, con un ligero incremento del 2.4 % en relación al año anterior, totalizando 16,622 visitantes en seis meses.

Factores estructurales
La caída del turismo en Cuba está vinculada a múltiples factores estructurales. Entre ellos se destacan la profunda crisis económica y energética que atraviesa la isla, la reducción de rutas aéreas y las sanciones impuestas por Estados Unidos, que continúan limitando los flujos turísticos hacia la nación caribeña.
El turismo ha sido históricamente una fuente clave de ingresos en divisas para el gobierno cubano, junto a las remesas y los servicios profesionales. Su debilitamiento compromete aún más la ya frágil economía del país.
Cuba cerró 2024 con 2.2 millones de visitantes, y previamente alcanzó 2.4 millones en 2023 y 1.6 millones en 2022. Sin embargo, estas cifras están muy por debajo de los récords previos al deterioro de las relaciones con Estados Unidos: en 2018 se registraron 4.6 millones de turistas y en 2019, 4.2 millones, impulsados por el deshielo diplomático y el levantamiento parcial de restricciones a los viajes.
A diferencia de destinos como Punta Cana (República Dominicana) o Cancún (México), que están batiendo récords de visitantes tras la pandemia, Cuba enfrenta un estancamiento que refleja su compleja realidad interna y las limitaciones externas que condicionan la reactivación del turismo.