Gaza vive su primera noche de paz tras alto el fuego entre Israel y Hamás

Tras meses de intensos bombardeos, la Franja de Gaza experimentó su primera noche de silencio tras la entrada en vigor del alto el fuego entre Israel y Hamás, ofreciendo un respiro a miles de palestinos que comienzan a regresar a sus hogares destruidos y a recuperar los cuerpos de sus familiares bajo los escombros.

El alto el fuego, que entró en vigor el viernes al mediodía, marca un punto de inflexión en más de dos años de ofensiva israelí que ha dejado más de 67.000 muertos, según el Ministerio de Sanidad gazatí. A diferencia de las breves treguas de noviembre de 2023 y enero de 2025, esta vez la calma parece más duradera.

“Anoche fue una noche tranquila, la primera sin bombardeos desde el inicio de la guerra”, relató Mohammad, médico en un hospital de la ciudad de Gaza.

“Ya no recibimos decenas de muertos diarios, sino cuerpos que comienzan a recuperarse de los escombros”, explicó.

Con la reducción de la presencia militar israelí —ahora replegada más allá de la denominada «línea amarilla» y controlando un 50 % del territorio (antes el 80 %)—, miles de desplazados palestinos están regresando a la ciudad de Gaza desde el sur del enclave.

Uno de ellos es Zaher, quien se había refugiado con su familia en una tienda en Deir al Balah:

“Por primera vez en mucho tiempo dormimos sin miedo. Anoche la gente caminaba por las calles, saludando, llorando, celebrando”, relató.

Sin embargo, el desafío ahora es encontrar dónde vivir. Zaher asegura que los precios de la vivienda se han triplicado, mientras la mayoría de los edificios permanecen dañados o arrasados. Su propia casa fue destruida al inicio del conflicto.

El alto el fuego entre Israel y Hamás contempla la liberación de rehenes por parte de las milicias palestinas en los próximos dos días. Este fue uno de los principales puntos del acuerdo que permitió la reducción de las hostilidades.

Desde el inicio de la ofensiva, las cifras del Ministerio de Sanidad del enclave estiman que al menos 7.000 cuerpos permanecen aún bajo los escombros, mientras la comunidad internacional mantiene la presión para avanzar hacia una solución humanitaria duradera.