Autor: Yolanda Magaña

  • Nueve de cada diez salvadoreños se sienten seguros donde viven

    Nueve de cada diez salvadoreños se sienten seguros donde viven

    Nueve de cada diez salvadoreños se siente seguros en el lugar o colonia donde viven pensando en la posibilidad de ser víctimas de un asalto u otro hecho delictivo.

    Un 18.4 % de los salvadoreños se sienten «muy seguros» y un 71.8 % dijeron sentirse simplemente «seguros», la mayoría lo atribuyó a una baja de la delincuencia, la ausencia de pandilleros y a la presencia policial.

    Sin embargo, uno de cada diez salvadoreños se siente «muy inseguro» o «inseguro», un 9.8 % de la población, la mayoría de este grupo lo atribuyó a la presencia de delincuentes o pandilleros en su colonia o a la ausencia de patrullajes policiales.

    Dos de cada 100 salvadoreños (1.7 %) cree que la delincuencia e inseguridad son el principal problema del país.

    Los datos fueron obtenidos a través de la encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (Uca).

    83 % dice bajó delincuencia en 2024

    La seguridad sigue siendo el área mejor evaluada del país por los salvadoreños. Del 68.8 % de la población que ven un mejor país, un 67.7 % aseguran que fue «porque mejoró la seguridad». La inseguridad y la delincuencia es una razón del deseo de migración solo para el 0.6 % de la población.

    Sin embargo, un 14.1 % asegura que «el respeto por los derechos humanos a empeorado», aunque un 40.6 % indica que ha mejorado.

    Sin embargo, hubo una reducción de 8 puntos porcentuales en el grupo de personas que consideran que la delincuencia ha disminuido respecto a 2023, de un 91 % a 83 %. Así mismo, un 74.2 % de la población cree que la inseguridad disminuyó durante el año 2024.

    Un 5 % de la población declaró haber sido víctima de un delito durante 2024, un porcentaje que no se redujo en comparación con el año anterior. Levemente disminuyó del 16.1 % al 14.8 % la proporción de personas que vieron a un policía maltratar a una persona.

    También bajó la cantidad de población que cree que la justicia ha mejorado del 64.5 % al 34.8 %.

  • Población reprueba a partidos políticos, alcaldías y TSE

    Población reprueba a partidos políticos, alcaldías y TSE

    En una evaluación de 17 distintas instituciones estatales y no estatales, la encuesta de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) encontró que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) se sumó a los partidos políticos y alcaldías en el listado de las entidades reprobadas, con una nota menor a 6, en una escala del 0 al 10.

    El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, mantuvo su primer lugar en la nota promedio que le otorgaron los salvadoreños, aunque bajó levemente de 8.54 a 8.13 de 2023 a 2024. La nota otorgada al mandatario es más baja que la que obtuvo en 2022 pero más alta que la de 2021, de 7.54.

    De las 17 entidades evaluadas, únicamente suben su nota promedio las alcaldías y la Policía Nacional Civil (PNC); las 15 entidades restantes bajan en las notas promedios puestas por la población.

    La Fuerza Armada de El Salvador (FAES) subió a segundo lugar del ranking de notas, aunque su calificación bajó de 8.02 a 7.93.

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    Los partidos políticos, la institución peor calificada por la población, han subido de un promedio de 3.65 en 2019 a 5.47 en 2022 pero en 2024 volvieron a bajar su nota a 4.91.

    Sin embargo, en 2019 más del 70 % de la población percibía mucha corrupción en los partidos políticos; ese porcentaje disminuye al 42.7 % en 2024. Solo 4.1 % de la población cree que hay «ninguna corrupción» en los partidos; ya que el 27.2 % dice que hay «alguna» y el 18.7 % indica que hay «poca» corrupción.

    Un 57.5 % les tiene poca, alguna o mucha confianza; pero el 38.9 % no tiene confianza alguna en los partidos.

    Por otra parte, la población percibe algún nivel de corrupción –poca, alguna o mucha– en todas las instituciones. Las mayores proporciones de población que perciben «mucha» corrupción son: 42.7 % hacia los partidos políticos, 28 % hacia la Asamblea Legislativa, 24.2 % hacia el sistema penitenciario y 23.9 % hacia la alcaldía.

  • Estas son las estrategias de los salvadoreños para afrontar el alto costo de la vida

    Estas son las estrategias de los salvadoreños para afrontar el alto costo de la vida

    Dos terceras partes de los salvadoreños tuvieron que reducir la cantidad de alimentos que compran o cambiar a marcas más baratas para enfrentar el alto costo de la vida según la encuesta publicada el jueves por el Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).

    El estudio de opinión pública encontró que menos de la tercera parte de la población, un 27.5 %, visitó los agromercados abiertos por el Gobierno al menos una vez por semana.

    El 97.9 % de la población percibe un aumento del costo de la vida con diferente intensidad: 54.3 % dice que «mucho»; 20.4 %, que algo; y 23.2 % considera que el costo de la vida ha aumentado un «poco». Concretamente, dos terceras partes de la población (66.3 %) sostienen que los precios de los productos de la canasta básica «han aumentado». Solo uno de cada diez salvadoreños dicen que los precios bajaron.

    Únicamente 2.1 % de los salvadoreños dice no percibir un aumento del costo de la vida en El Salvador de acuerdo con la investigación. Sin embargo, solo el 28.1 % percibe que la economía «ha empeorado». Un 27.8 %, tres de cada diez ciudadanos, indica que la economía ha mejorado y 44.1 % siente que sigue igual.

    ¿Qué hacen los salvadoreños para afrontar el alto costo de la vida?
    [encuesta del Iudop-UCA, realizada en diciembre de 2024, porcentajes de la muestra total]

    1. Compran marcas de alimentos más baratas: 65.6 %.
    2. Reducen la cantidad de alimentos que compraban: 65 %.
    3. Dejaron de comprar algunos alimentos aunque los precios aumentaron: 51.5 %.
    4. Tuvo que pedir dinero prestado a otra persona durante este año: 39.2 %.
    5. Tuvo que adquirir nuevas deudas: 35.2 %.
    6. Recibió alguna ayuda económica de familiar o amigo en el extranjero para cumplir los compromisos mensuales del hogar: 35.2 %.
    7. En su casa tienen una tienda o hacen algún tipo de venta de alimentos para generar más ingresos para su hogar: 24.1 %.
    8. En el área rural, crían animales o cultivan algún tipo de verdura o fruta para el consumo del hogar: 38.9 %.

    Entre los principales alimentos que han dejado de comprar los salvadoreños por su aumento de precio están: carne de res, pollo y pescado, leche, huevos y queso, granos y cereales.

    27.5 % suele ir a los agromercados

    Menos de la tercera parte de la población, un 27.5 %, acude con frecuencia a los agromercados del Gobierno para comprar fruta, verdura u otros productos al menos una vez a la semana.

    Según la encuesta, 2 % va todos los días y un 25.5 % de la población lo hace una o dos veces por semana.

    Un 26.2 % respondió que ha visitado un agromercado «rara vez». Pero cuatro de cada diez salvadoreños nunca han visitado los agromercados porque «quedan muy lejos» (34.9 % de los que nunca fueron), se hace mucha cola (19.9 %) y no sabe dónde están (11 %).

    Luego de la crisis de los precios el gobierno abrió 54 agromercados con un horario de 6:00 a.m. a 1:00 p.m. y una central de abastos ubicada en Soyapango de lunes a sábado de 2:00 a.m. a 10:00 p.m.

    El Banco Central de Reserva (BCR) registró una inflación (aumento de precios) del 0.29 % en diciembre de 2024 luego de que ocurriera por primera vez en tres años una deflación o baja de precios en octubre y noviembre, de apenas -0.07 % y -0.31 %.

  • Deseo de migrar de salvadoreños persiste en la cuarta parte de la población en los últimos seis años

    Deseo de migrar de salvadoreños persiste en la cuarta parte de la población en los últimos seis años

    El 25.4 % de la población salvadoreña aseguró en diciembre que desearía migrar o irse a vivir a otro país por diferentes razones, de acuerdo con un estudio de opinión pública de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (Uca).

    Esta proporción se ha mantenido durante los últimos años y solo disminuyó sensiblemente, al 21.4 % en 2022, año en el cual inició la vigencia del régimen de excepción, desde el 27 de marzo.

    La proporción de población deseosa de migrar se mantiene desde 2019 en aproximadamente un cuarto de la población: 27.4 % en 2019, 27.8 % en 2020, 26.9 % en 2021, 21.4 % en 2022, 24.8 % en 2023 y 25.4 % en 2024.

    Pese a que las detenciones de salvadoreños reportadas por la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos disminuyeron en el año 2024, casi la mitad de la población (46.1 %) sostiene que la migración al extranjero sí ha aumentado y solo 14.7 % cree que ha disminuido.

    El estudio, publicado este jueves, indaga las razones por las cuales la cuarta parte de los salvadoreños quiere irse del país: siete de cada diez (73.6 % de este grupo) respondieron que quieren mejorar su economía familiar y sus ingresos; un 15.6 % mencionan que quieren encontrar empleo o un mejor trabajo y solo un 4.1 % busca reunirse con su familia. Un 2.5 % dice que quiere migrar por la situación política del país.

    Durante el año 2024, un 5.2 % de la población entrevistada respondió que algún adulto o persona menor de edad que vivía en la casa ‘encuestada’ «tuvo que migrar o irse a vivir a otro país». En un 33.3 % de los casos de migración revelados por la población, según el estudio, migraron dos personas o más de esa misma vivienda. En 1.5 % de los casos dijeron que habían migrado cinco personas.

    Si se extrapola a la cantidad de hogares salvadoreños, esto implicaría una migración de al menos 99,874 personas salvadoreñas durante 2024; según la encuesta un 66.7 % de sus familiares se fueron como migrantes indocumentados y un 27.3 % lo hicieron de forma regular o legal.

    Según la Patrulla Fronteriza durante 2024 se realizaron 45,362 detenciones de migrantes salvadoreños en todo Estados Unidos, 42,047 en la frontera sur de los Estados Unidos.

    Las razones de la migración reportada por las familias en esta encuesta son las mismas que reportan los salvadoreños que dicen querer migrar: un 59.1 % dijo que para mejorar su economía familiar o mejorar sus ingresos, el 22.7 % por desempleo o para encontrar un mejor trabajo, el 9.1 % por la inseguridad, un 6.1 % porque su familia migró y un 3 % porque obtuvo autorización o residencia.

  • Población califica con 8.13 a Bukele según encuesta UCA

    Población califica con 8.13 a Bukele según encuesta UCA

    El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, es calificado con un promedio de 8.13 en una escala del 0 al 10, según la encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (Uca) realizada del 5 al 17 de diciembre de 2024 y presentada este jueves.

    La nota más frecuente otorgada al mandatario es 9.

    La nota es menor al promedio de 8.46 obtenido en la encuesta de evaluación al quinto año de gobierno, realizada del 20 de mayo al 4 de junio de 2024. En la encuesta realizada del 16 al 24 de marzo de 2024, el presidente logró un promedio de nota de 8.68.

    El estudio también encontró que un 56.1 % de los entrevistados expresó tener mucha confianza en el presidente, un 20.7 % dijo que tiene «alguna» confianza, un 14.6 % le tiene «poca» confianza y un 8.5 % de la población le tiene «ninguna» confianza.

    En la investigación, los entrevistadores preguntaron a la población cuánta corrupción cree que hay en el presidente de la República y en las distintas instituciones estatales analizadas.

    Un 10 % respondió que «mucha», un 15.4 % que «alguna», un 23.3 % dijo que «poca» y 41.8 % contestó que ninguna. Un 9.6 % no respondió o respondió que no sabía.

    El presidente tiene la mejor notas de las instituciones evaluadas por la encuesta, con el promedio de 8.13, en una escala del 0 al 10, seguido de la Fuerza Armada, con 7.93, la Policía Nacional Civil (PNC), con 7.85, el Gobierno Central, con 7.7, las iglesias evangélicas, con 6.96, y el sistema penitenciario, con 6.85. En los peores puestos están los partidos políticos, con 4.91, alcaldías, con 5.27, y el Tribunal Supremo Electoral (TSE), con 5.95, los tres que no superan la nota de 6.

  • Aumenta al 75.8 % la población que ve la economía como principal problema del país

    Aumenta al 75.8 % la población que ve la economía como principal problema del país

    La economía, desempleo, pobreza, alto costo de la vida y el alza de los productos de la canasta básica son los principales problemas de El Salvador para un 75.8 % de los salvadoreños, según la encuesta presentada este jueves por el Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).

    El 40.7 % de los salvadoreños percibe, incluso, que el desempleo en El Salvador aumentó; el resto sostiene que no varió (38.3 %) o que disminuyó (18.3 %).

    La población que identifica los problemas económicos como el principal desafío del país aumentó sensiblemente del 43.8 % en agosto de 2021 al 58.4 % en septiembre de 2022. Desde entonces, subió gradualmente al 63.4 % en diciembre de 2022, al 69.9 % en diciembre de 2023 hasta llegar al 75.8 % en diciembre de 2024.

    Los problemas que más afectan los salvadoreños también son los económicos para seis de cada diez habitantes. La encuesta fue realizada del 5 al 7 de diciembre de 2024 a 1,266 personas y tiene un error muestral de 2.75 % y un 95 % de confianza.

    El país está mejor. La economía, peor.

    Siete de cada salvadoreños creen que el país está mejor en comparación con el año pasado, debido principalmente a la seguridad; y quienes creen que está peor (10.9 %) lo atribuyen a la economía.

    Sin embargo, según el 28.1 % de la población salvadoreña cree que la situación económica del país empeoró al cierre del año, mientras que solo el 27.8 % dice que ha mejorado. El resto, dice, sigue igual.

    En octubre pasado, el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, aseguró que en El Salvador “no hay desempleo en agricultura, no hay desempleo en construcción, no hay desempleo en turismo”. “Tenemos que importar trabajadores de Honduras y de Nicaragua porque ya no hay albañiles, soldadores, trabajadores de la construcción salvadoreña, todos los que existen ya están contratados”, sostuvo el gobernante en una reunión con senadores argentinos.

    Al menos 10,048 salvadoreños cayeron en desempleo de 2023 a 2024 según la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) publicada por la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos (Onec), ya que en 2022 había 151,352 salvadoreños desocupados y en 2023 crecieron a 161,400.

    Sin embargo, según el Ministerio de Trabajo, la cantidad de cotizantes en planilla aumentó de 989,663 a 1,103,167 de agosto de 2023 a agosto de 2024.

    La encuesta de la UCA realizada en diciembre de 2024 fue presentada este 16 de enero.

  • Detenciones de migrantes salvadoreños en EEUU bajaron 33.2 % en 2024

    Detenciones de migrantes salvadoreños en EEUU bajaron 33.2 % en 2024

    El año 2024 cerró con 45,362 retenciones de salvadoreños con estatus migratorio irregular en todo el territorio estadounidense, un 33.2 % menos de las 67,905 reportadas en el año 2023, según datos de la Oficina de Aduanas y Patrulla Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).

    Durante 2024 Estados Unidos ha realizado el doble de retenciones de salvadoreños que hizo en el año pandémico 2020 pero la mitad de las que ejecutó en 2021.

    La tendencia a la baja inició en 2022, año en el cual la detección de migrantes salvadoreños disminuyó un 26.6 %, con 86,018 encuentros de salvadoreños; y continuó en 2023, con una baja del 21.1 %, a los 67,905 encuentros.

    Un año atrás se registró una alza de más del 400 % con más de 117,000 retenciones de salvadoreños respecto a las escasos 21,000 realizados durante 2020.

    Solo en la frontera sur estadounidense, si cada retención corresponde a un solo salvadoreño, esto implicaría que en un quinquenio han sido detenidos 330,786 salvadoreños.

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    Un total de 42,047 retenciones fueron reportadas al cierre de 2024 por la CBP, un promedio de 3,500 encuentros mensuales. Es decir, un 93 % de las detenciones de salvadoreños se realizaron en la frontera sur de los Estados Unidos.

    A diferencia del año 2023, cuando aumentaron las detenciones de migrantes de todas las nacionalidades respecto al año 2022, el año 2024 marcó una baja.

    En 2024, las retenciones de migrantes de todas las nacionalidades fueron 895,691 menos que 2023, un 35.2 %. En 2023, aunque los encuentros de salvadoreños bajaron en un 21 % no ocurrió una disminución de detecciones del resto de migrantes, ya que incluso subieron los encuentros en 113,775 o un 5 %.

  • A 33 años de la firma del Acuerdo de Paz: "Ni enfrentamientos, ni riesgo de ser capturado por ser joven"

    A 33 años de la firma del Acuerdo de Paz: «Ni enfrentamientos, ni riesgo de ser capturado por ser joven»

    Hace exactamente 33 años, un 16 de enero de 1992, la población salvadoreña daba testimonio del fin de una guerra que por más de una década sometió a miles de salvadoreños a enfrentamientos, persecuciones, asesinatos, torturas, secuestros y masacres.

    Tras una larga negociación, la noticia de la paz llegó a las familias salvadoreñas la noche del 31 de diciembre de 1991 desde Nueva York, un día de fiesta que terminó con abrazos de paz dentro de las familias y que se selló con la firma dieciséis días después. Ahora, un grupo de miembros de organizaciones, representantes de víctimas del conflicto o de crímenes cometidos en esa época, subrayan la importancia del fin del conflicto aunque aún ven desafíos.

    María Luz Rivas, representante legal de Comadres, quien nunca más volvió a ver a su padre desde que fue detenido y desaparecido en 1987, cuenta que, cuando se firmó la paz, sintió «alegría», pero que hoy ve «una gran deuda histórica» con las víctimas del conflicto armado como una Ley de Justicia Transicional que garantice justicia, verdad y no repetición.

    «Lo peor que me ha pasado durante la guerra es ese vacío que no se llena con nada, que es la pérdida de un padre, fue detenido y desaparecido justo en los años que una hija más lo necesita, cuando estaba sufriendo violencia de personas cercanas». María Luz Rivas (Comadres).

    «La firma de los Acuerdos de Paz significó paz y esperanza. Es importante que conozcamos la verdadera historia, que nos empaticemos con ella, que la reconozcan y que empaticen con las víctimas del conflicto armado». María Luz Rivas, Comadres.

    Dos militares pintan carteles sobre la paz en el cerro de Guazapa, el 15 de enero de 1992. / AFP.

    «Ni el riesgo de ser capturado por ser joven»

    Ramón Arita, sobreviviente de tortura, ahora miembro del Comité de Expresos Políticos (Coppes), fue capturado en septiembre de 1985 y sufrió torturas durante más de 10 días en la entonces sede la Policía Nacional (PN). «Nada justifica la tortura, ni el disentimiento político», dice. Pero en la época del conflicto, cuenta, «por el mero hecho de disentir» una persona «corría el riesgo de que alguien fuera capturado, torturado, asesinado o desaparecido».

    «En los acuerdos de Chapultepec se logró silenciar las armas. Era muy angustiante para la población saber que en cualquier momento podría ser víctima de fuego cruzado, la captura de gente inocente por mera sospecha o vendettas personales. Muchas veces se utilizaba la delación falsa sobre gente que no tenía ninguna participación».

    No creíamos que se debía negociar y llegar a un acuerdo de paz, pero el hecho llevó tranquilidad a la población, ya no iba a haber enfrentamientos y, en las ciudades, el correr riesgo de ser capturado sencillamente por ir pasando, por ser joven, había una persecución sobre la población civil tremenda. No digamos alguien que fuera señalado por ser líder de un gremio. Ramón Arita, sobreviviente de tortura.

    Él no creía en la firma de la paz, pero la aceptó. Ahora la define como «una paz aceptable» y advierte que «los crímenes no deben ser repetidos». La garantía de «no repetición» es una de las exigencias de la sentencia de la Sala de lo Constitucional –del año 2016– que anuló la amnistía absoluta decretada en 1993.

    Según Humberto Sánchez, presidente de Coppes, fueron más de 20 años de momentos difíciles en el país que se manifestaban contra «el libre tránsito, el libre pensamiento o la libre expresión individual o colectiva». Por eso, no cree la firma de la paz sea una farsa. «Represión, desapariciones, capturas, desplazamientos y una serie de otras condiciones, no se puede decir que los Acuerdos de Paz fueron una farsa», dice.

    «Es un tema que no se desarrolla en los colegios»

    Luis V. Villaherrera, un líder juvenil salvadoreño que no había nacido cuando se firmó la paz, cree que hablar de lo que sucedió en la guerra es una forma de no repetir la experiencia de la guerra, pero no ve una conciencia suficiente en los jóvenes.

    «Si yo lo hablo con amigos con diferentes partes del país, hay poco conocimiento. Si nos vamos a jóvenes y niños, hay casi nulo conocimiento de lo que sucedió y la lucha que se creó durante ese momento», reconoce.

    Luis es un promotor de la democracia de 29 años y finalista del Premio de la Democracia Kofi Annan por su trabajo como presidente de la organización Transparencia, Contraloría Social y Datos Abiertos (Tracoda).

    Históricamente yo no oía sobre este conflicto armado. Lo poco que escuché era que la gente se escondía, que eran dos bandos y eso era todo. En el colegio lo conocí muy brevemente. Es un tema que no se desarrolla en los colegios y es algo que debería marcar la historia salvadoreña. Contar el relato es muy importante y redignificar a las víctimas. Luis V. Villaherrera, presidente de Tracoda.

    Para las mujeres que sufrieron persecución de sus familiares durante la guerra fue imprescindible terminar con esa época.

    Antes de que iniciara oficialmente la guerra ya existía una persecución contra personas civiles. Comadres, como se conoce el Comité de Madres y Parientes de prisioneros, desaparecidos y mártires políticos de El Salvador, fue precisamente una organización creada en diciembre de 1975 por madres de víctimas de la masacre estudiantil ocurrida 30 de julio de 1975. ​​​​​​Este miércoles, otra de las integrantes de Comadres relató cómo a su hermano se lo llevaron y lo torturaron porque estudiaba en la Universidad de El Salvador (UES) en una época en que, recuerda, estudiar en una universidad o pertenecer a una organización era motivo de amenazas, capturas o torturas.

    Sin embargo, ahora las organizaciones señalan deudas con las víctimas del conflicto armado y no creen que la paz en El Salvador sea plena. Una de estas tiene que ver con tener un Estado de Derecho que vele por los inocentes que están pagando penas injustas pese a que ahora hay seguridad.

    Puede ser una paz simulada. La paz debe tener cimientos de justicia, igualdad y equidad. Sí creo que a este país le hace falta mucho para que sea un país justo, inclusivo y democrático. Hablar de paz yo creo que es hablar de una paz simulada. Óscar Pérez, presidente de la Fundación Comunicándonos.

    El acuerdo de paz que tuvimos fue lo mejor que se pudo tener en ese momento y los gobiernos que le siguieron, pues, tuvieron que haber construido país. Es algo que no se hizo porque se sembró esta polarización». Luis V. Villaherrera, presidente de Tracoda.

    Una guerrilla salvadoreña (izq.) observa una ambulancia en Mejicanos, el 12 de noviembre de 1989. / Francisco Campos-AFP.

    El presidente salvadoreño Alfredo Cristiani (izq.) estrecha la mano de los líderes guerrilleros salvadoreños (de izquierda a derecha): Schafik Handal, Joaquín Villalobos, Salvador Sánchez y Francisco Jovel tras la firma de un acuerdo de paz en el Castillo de Chapultepec, en la Ciudad de México, el 16 de enero de 1992. El tratado pone fin a 12 años de guerra civil. (Foto de DAVID HERNÁNDEZ / AFP)

    El entonces presidente salvadoreño Alfredo Cristiani (izq.) estrecha la mano de líderes guerrilleros Schafik Handal, Joaquín Villalobos, Salvador Sánchez y Francisco Jovel, tras la firma del acuerdo de paz en el Castillo de Chapultepec, México, el 16 de enero de 1992. / David Hernández-AFP.

  • Mesa contra la Impunidad exige estudio de ley de justicia transicional y acusa a Asamblea de obstrucción

    Mesa contra la Impunidad exige estudio de ley de justicia transicional y acusa a Asamblea de obstrucción

    Organizaciones aglutinadas en la Mesa contra la Impunidad de El Salvador (Mecies) consideró este miércoles que la Asamblea Legislativa realiza acciones de «obstrucción» y que viola su propio reglamento interior, al no estudiar el tercer proyecto de ley de justicia transicional presentado el 29 de octubre de 2024 por víctimas de crímenes de lesa humanidad.

    Las organizaciones aseguran que la Asamblea Legislativa transgrede la sentencia de la Sala de lo Constitucional del 13 de julio 2016, que declaró inconstitucional la «amnistía amplia, absoluta e incondicional» declarada en la «Ley de amnistía general para la consolidación de la paz» aprobada en 1993.

    Esta sentencia fue la que ordenó una «reparación integral a las víctimas de crímenes de guerra y de los crímenes de lesa humanidad cometidos por ambas partes» con ocho requisitos: 1. Establecimiento de los derechos, 2. Resarcimiento, 3. Compensación de daños, 4. Indemnización de daños y perjuicios, 5. Rehabilitación y readaptación de la víctima, 6. Satisfacción y reivindicación de las víctimas, 7. Garantías de no repetición y 8. Conocimiento público de la verdad.

    Las organizaciones calificaron de paradójico que los diputados «exaltan el decreto que designó cada 16 de enero como ‘Día nacional de las víctimas del conflicto armado’ aprobado en 2022» porque consideran que «busca tergiversar y negar la historia de los Acuerdos de Paz con fines políticos partidarios».

    Recriminaron que la Asamblea Legislativa haya archivado el proyecto presentado en 2021.

    La Comisión de Justicia de la Asamblea Legislativa, que en el periodo 2021-2024 fue presidida por la diputada Rebeca Santos, inició el 20 de septiembre un proceso de consulta para elaborar una ley de justicia transicional, en el que fueron citados el exprocurador Apolonio Tobar, Benjamín Cuéllar como representante de VIDAS, Geovanni Galeas, pero en mayo de 2024 la Asamblea Legislativa archivó los proyectos de ley impulsados por las organizaciones y partidos de oposición. «Ya perdieron su vigencia», argumentó en ese entonces el diputado Caleb Navarro, de Nuevas Ideas.

    En enero de 2023, la Asamblea Legislativa aprobó, a iniciativa del presidente Nayib Bukele, el «Día nacional de las víctimas del conflicto armado«, el cual se expresó que «el conflicto armado en El Salvador fue una larga historia de abusos de poder e irrespeto a la democracia» y se reconoce los esfuerzos del gobierno actual para «proteger a las víctimas y sus familiares», de la Fiscalía para juzgar los delitos cometidos durante el conflicto y se comprometen a «trabajar por garantizar acciones que permitan la no repetición» de hechos contra una vida «con dignidad y justicia».

  • Participación privada en mineras dependerá de complejidad en extracción según el Gobierno

    Participación privada en mineras dependerá de complejidad en extracción según el Gobierno

    La cantidad de acciones que pueda solicitar una empresa privada minera en la sociedad de economía mixta que deberá establecer con el Estado salvadoreño dependerá de la complejidad en la extracción del material en el cual está interesado, según el presidente salvadoreño, Nayib Bukele.

    La Ley General de Minería Metálica –vigente desde el 7 de enero de 2025– establece que el Estado «será el único autorizado para explorar, explotar, extraer y procesar las riquezas naturales del país» y detalla que lo podrá hacer «a través de sociedades en las que posea participación accionaria y de economía mixta».

    La noche del martes, Bukele reiteró que el Estado tendrá participación en todas las sociedades, como lo establece la normativa. «En el 100 % va a haber participación accionaria del Estado», fueron sus palabras. Sin embargo, la regulación no determina qué porcentaje mínimo de acciones tendrá el Estado o qué porcentaje máximo tendrá la empresa privada interesada.

    El presidente explicó que, cuando se monte la Dirección de Minas, las empresas «tendrán que negociar con el Gobierno la participación del Gobierno en las operaciones» y, después, «dependiendo de la complejidad de la mina» y «el tipo de materiales» que buscan extraer, así serán las acciones que demandarán. «Entonces, dependiendo de la complejidad se van a establecer cada uno de esos contratos mineros», indicó.

    Si viene una empresa que va a buscar el iridio, ellos tendrán un ‘know how’ muy alto y van a demandar una participación accionaria mayor a una empresa que simplemente quiere sacar oro, que cualquiera lo puede hacer».

    Nayib Bukele, presidente de El Salvador.

    El gobernante sostuvo que comúnmente la gente «piensa en el oro» pero que «hay materiales de mucho más valor» como el iridio y el gallium. El iridio es el metal más resistente a la corrosión usado en la fabricación de motores de avión y el gallium o galio es un metal que sirve para fabricar circuitos y dispositivos electrónicos.

    Bukele rechazó la noche del martes el argumento de que la minería contaminó los ríos de El Salvador señalando que la minería no estaba permitida en el país, en referencia a la prohibición vigente desde marzo de 2017 y que fue derogada desde el 7 enero de 2025. Sin embargo, El Salvador ya ha tenido actividades de exploración y extracción minera, así como minería artesanal.

    Según el mandatario, la participación accionaria estatal en las sociedades que realizarán actividades mineras en El Salvador fue un cambio de última hora a la normativa aprobada. «Nosotros pensamos que para garantizar que se haga bien, cambiamos la ley, se modificó antes de enviarse porque se puso que el gobierno tenía que tener participación en la empresa que está haciendo la minería», comentó.

    La minería metálica fue revivida en El Salvador pese al rechazo de la Iglesia Católica, ambientalistas y del 59.2 % de los salvadoreños según una encuesta divulgada en diciembre pasado por la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).