Categoría: Opinión

  • Sobre la financiación de los partidos

    Sobre la financiación de los partidos

    Surge en la comunidad internacional democrática, en cualesquiera de sus expresiones, el tema del origen de la financiación de los partidos políticos. En concreto si el Estado debe financiar su funcionamiento cotidiano, las campañas electorales o asumir un sistema mixto; donde el particular sea como individuo o como empresa, haga donaciones periódicas o excepcionales conjuntamente con el Estado.

    Ambas posturas tienen detractores y conciliadores, otros asumen una posición mixta, siempre con el objetivo de contrarrestar el poder en la inclinación del electorado, que pudiere distorsionar los objetivos finales del proceso mismo o impedir el acceso al poder público por encontrarse en situación de debilidad.

    Si el Estado asume el financiamiento puede proteger la equidad de condiciones, asumen algunos; así, los nuevos partidos o los más pequeños se equipararían proporcionalmente a los más numerosos, y el estado pudiere retener una mayor capacidad de control y vigilancia del buen uso del dinero asignado, a cada uno de ellos.

    En realidad, los dos argumentos son válidos, con sus pro y en contra, si asumimos que los partidos políticos son consubstanciales con el sistema democrático.

    En contra, podríamos esgrimir que es muy fuerte la tentación para que el gobierno de turno no intentare influir en el voto del electorado al ser selectivo en el apoyo financiero a determinado partido o candidato presidencial o legislativo, a pesar de los controles burocráticos que pudieren intervenir.

    Aparte de ello, entraña una mayor burocracia gubernamental, una carga presupuestaria y la siempre presencia amenazadora del Estado con sus sutiles o no, maneras de obtener su objetivo.

    Además ese dinero sale del contribuyente, quien al final es obligado a asumir un impuesto más, de los muchos que ya tiene. Es cierto que en nuestro continente hispanoamericano, la cultura política de la ciudadanía va a la par de la cultura educativa formal, que deja mucho de desear, donde aun existen zonas enteras urbanas y rurales de cuasi analfabetismo, lo cual dificulta la verdadera intención del elector.

    A las consideraciones anteriores debemos agregar el rol de los partidos políticos en la sociedad actual. Esas organizaciones rígidas, formales, dogmáticas, con sus tribunales disciplinarios, van quedando en el pasado de una manera inesperada y acelerada. Social demócratas, social cristianos, comunistas, conservadores y liberales se han venido diluyendo en nuestra civilización occidental actual, porque no llenan las necesidades y expectativas contemporáneas, signadas por nuevos retos, mayores libertades personales, conciencia del yo sin desconocer el nosotros, los adelantos científicos, tecnológicos y comunicacionales que le han otorgado al individuo mayor libertad y autonomía.

    Son corrientes del pensamiento, sentimientos, interiorizados e influenciados por la comunicación instantánea, los adelantos tecnológicos, los conocimientos científicos, la disminución o substitución del patriarcado por una igualdad efectiva ante la ley, la moral y el hecho societario. Podríamos entonces hablar de sociedades liberales o conservadoras, con sus matices y encuentros positivos o negativos, según la percepción individual.

    Me inclino en deslastrar esa carga burocrática, impositiva, manipulable y paternalista al contribuyente, ya agotado con los múltiples impuestos que le agobian; desde el inaceptable IVA, hasta el de la herencia familiar. Además, y es quizá lo más importante, se presta a una mayor tentación a la corrupción moral y materia, y a mayor control del gobierno, valga decir de la oferta electoral triunfante, sobre el ciudadano.

    Si tomamos en cuenta estos apurados pero meditados razonamientos, estimo que los partidos políticos deben financiarse exclusivamente con el aporte de sus militantes o simpatizantes, sea a nivel individual o empresarial. Siempre con una clara y demostrable cuantificación de lo donado y la persona donante. No debe el Estado, en una democracia moderna, subvencionar las actividades políticas electorales de los ciudadanos o de los partidos políticos, porque eso es también ejercer independencia y autonomía ciudadana.

    En la actual Venezuela, por ejemplo, el gobierno (que en este caso es el mismo estado) financia abiertamente a una multiplicidad de partidos políticos, que solo son útiles para fortalecer su poder omnímodo, debilitar, confundir y dividir al electorado en general.

    Se trata de enaltecer y empoderar al individuo, al ciudadano, no al Estado, al gobierno que administra al estado.

  • El caballo de Troya del género que debemos conocer

    El caballo de Troya del género que debemos conocer

    En el discurso de la toma de posesión de Donald Trump, impuso lo siguiente: «Habrá solo dos géneros: hombre y mujer».

    Eso ha servido para discusión a nivel mundial. Un tema complejo de analizar; ya que se mezclan aspectos políticos, legales y religiosos. La narrativa de Trump está supeditada a un pensamiento de ultraderecha.

    Mientras tanto, en las redes sociales divisé un caballo, el cual no era un caballo normal, en su texto bien explicito confirma que existe un lobby o presión internacional para terminar con la familia. ¿Está de acuerdo que se ataque a la familia para crear nuevas formas de familia?

    Antonio Gramsci, quien con su ideología de género y su pensamiento marxista expuso: «Para imponer un cambio ideológico era necesario comenzar por lograr la modificación del modo de pensar de la sociedad civil a través de pequeños cambios realizados en el tiempo en el campo de la cultura, para lograr este objetivo era necesario adueñarse de los organismos e instituciones en donde se desarrollan los valores y parámetros culturales: medios de comunicación, universidad, escuela… y para tener éxito, habría que sortear dos obstáculos: la Iglesia Católica y la familia».

    La ideología de género del caballo de Troya presenta seis peligrosos engaños sobre la ideología de género:

    No se nace hombre o mujer: No nacemos con un sexo determinado biológica, anatómica y cromosómicamente, sino que éste se aprende y se construye social y culturalmente, denominándose género.

    La sexualidad es diversa: La expresión sexual puede tomar muchas formas, siendo la heterosexualidad solo una de ellas. Todo lo que importa es cómo deseamos autopercibir nuestro género, pudiendo «elegir» entre una infinita gama de posibilidades sexuales, que incluyen transespecie y/o transgeneracional.

    La familia es un invento: La familia natural o «tradicional» (compuesta por un varón y una mujer) es un invento religioso y cultural en decadencia. Existen familias «diversas» dependiendo del género de sus miembros.

    Los hombres son el problema: Todas las desigualdades, la violencia y las injusticias son causadas por los roles de género creados por los hombres, el machismo y el mítico «patriarcado». Las mujeres son víctimas inocentes y seres moralmente superiores.

    La violencia es unidireccional: La violencia de género se da, única y exclusivamente. de parte del hombre hacia la mujer y nunca a la inversa. Todos los hombres son violentos y potenciales criminales y femicidas. La masculinidad y lenguaje «sexista» son expresiones violentas y misóginas a erradicar.

    El matrimonio es opresivo: El matrimonio y la maternidad son formas de oprimir y subyugar al género femenino que limitan y restringen sus libertades, oportunidades y derechos. La promiscuidad y el aborto «liberan» a la mujer de este yugo.

    Del texto anterior, el punto en donde se menciona que la familia es un invento, viene a engañar más a la sociedad. Es necesario que los religiosos y diputados analicen este contexto para que no siga la presión internacional en nuestro país.

    Actualmente, se habla mucho de género, de leyes que apoyan los matrimonios entre personas del mismo sexo, se habla de la legalización del aborto, etc. En El Salvador, el presidente, Nayib Bukele, arremetió contra la perspectiva de género y decidió que no se incluya en la educación pública del país centroamericano. (El País, 28 de febrero de 2024). El ministro de Educación dio la orden que no se incluyera la teoría de género.

    La escuela es un lugar en donde es fácil manipular a los estudiantes. Les comparto algunos nombres de libros que son lecturas que no deberían de leerse o difundirse en las escuelas: La princesa Li, Mi primer amor, Monstruo Rosa, Mi Princesito, etc.

    Usted, lector, ¿qué análisis realiza al respecto? Es una cuestión no solo religiosa, son las leyes, los diputados o congresistas los que tienen la última palabra. Veremos qué sucede en El Salvador con lo que Trump ha impuesto en Estados Unidos. Cada mandatario impone sus ideas.

    El caballo de Troya del género se metió silenciosamente en la sociedad sin percatarnos. En conclusión, la destrucción de los valores es la lucha de muchos grupos (oenegés). Debemos estar como atalayas vigilando para que no se destruyan las cosas buenas que nos enseñaron. ¿Qué pasa cuando en las escuelas o colegios salvadoreños les hablan a los niños y jóvenes sobre la teoría de género? Es de analizar este tema y no dejarlo a un lado.

    • Fidel López Eguizábal, Docente Investigador Universidad Francisco Gavidia
    flopez@ufg.edu.sv

  • ¿Tirar la toalla?

    ¿Tirar la toalla?

    Durante este octubre, la declaración de la Conferencia intergubernamental de Tiblisi sobre educación ambiental cumplirá casi cinco décadas de aprobada. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) junto con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) montaron dicho evento del 14 al 26 de octubre de 1977 en la capital de Georgia. “En los últimos decenios” –se aseguró entonces– fue utilizado “el poder de transformar el medio ambiente” para modificar “aceleradamente el equilibrio de la naturaleza”. Una de sus lamentables consecuencias fue la exposición de las especies vivas a serios peligros; en determinados casos, “irreversibles”. Su agravamiento, con el tiempo ha quedado comprobado.

    Y en esta nuestra comarca, invariablemente injusta para sus mayorías populares, de forma por demás lamentable esas materias siempre han permanecido entre las tantas pendientes para avanzar hacia el bien común. Aunque por ahora la educación y el medio ambiente aún sean componentes formales del discurso oficial, su concreción real continúa bastante lejos de ser cierta; más bien, camina igual que el cangrejo. Como cantó Aute, son “extrañas palabras” en boca de sus conjuradores: los tramposos y mentirosos gobernantes entuturadores, embaucadores, engatusadores del pueblo para alcanzar sus personales o grupales apuestas egoístas. Pero el usurpador de hoy día, le ha dicho “quitádiay” a quienes ocuparon antes la silla presidencial durante la posguerra comenzando por algo esencial: ninguno de ellos, pese a todo, lo hizo inconstitucionalmente.

    Veamos qué ocurre con la educación. Con los votos incondicionales de su genuflexa bancada legislativa, hace poco le redujo el presupuesto para el 2025 a la cartera estatal respectiva; le metió mano para sacarle casi 35 millones de dólares. Sumado a lo que le quitó al Ministerio de Salud, el monto del drástico recorte a ambas entidades por poco llega a los 127. Mientras, la Presidencia de la República se recetó abajito de los 140 millones sin incluir en ese monto los “misterios” del Ejecutivo; lo siento, quise decir ministerios.

    Pero no nos perdamos; centrémonos en lo educativo. Ciertamente, su estado se observa mucho muy preocupante; perdón por el arcaísmo, pero la situación lo amerita. De las más de cinco mil escuelas públicas que Bukele prometió renovar en cinco años a partir del 2022, según información oficialista a febrero del 2025 solo habían realizado “mejoras parciales o integrales” en poco más de 400; asimismo, apenas habían diseñado menos de 158. A ello agréguenle una buena cantidad de despidos de personal docente y el cierre de escuelas que –según el Frente Magisterial Salvadoreño– ya suman una treintena, sin descartar que esa cantidad siga creciendo.

    Acerca del medio ambiente deberíamos comenzar a entonarle un adelantado y afligido réquiem. Evidentemente, cuando Bukele ingresó a Casa Presidencial el 1 de junio del 2019 –respetando la legalidad– no encontró el mejor escenario. Las credenciales del país no daban para mucho; pero al igual que en otros ámbitos, rápidamente la gravedad de su proyecto quedó clara al convertir al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales en “una entidad tramitadora de permisos, flexibilizando la normativa ambiental y permitiendo abusos del sector privado en cuanto a la integridad de los ecosistemas y la biodiversidad”. Eso opinó Carlos García, defensor de derechos humanos, en septiembre del 2021.

    En ese marco, por orden presidencial expresa, sin mayor disimulo el titular del ramo aprobó aceleradamente casi 1600 permisos ambientales entre junio del 2021 y mayo del 2022. Cabe denunciar, además, la depredadora actividad estatal impulsada para construir mega obras propias de una megalomanía malsana como el viaducto en Los Chorros, el aeropuerto en La Unión y –desnudando la esencia del “bukelato”– la presumida cárcel más grande de Latinoamérica. Y por si aún quedaba alguna duda, quien durante unos pocos meses fue presidente constitucional de El Salvador, nos impuso su nefasto “regalo navideño” el año recién pasado: contra viento y marea su servil legislatura aprobó la Ley general de minería metálica, que sancionó inmediatamente.

    Así como están las cosas, aspirar a que se promueva la “educación ambiental” de la población es creer en flores de papel que se les echa agua y crecen. Así las cosas, cada vez se aprecia más la clarividencia de Aute pues acá y en buena parte del mundo –con una Casa Blanca más turbia que nunca– hoy por hoy el arte, la poesía y la belleza son pues “extrañas palabras”; son conjuro, magia, ilusión en medio de una realidad donde “cualquier cerdo es capaz de quemar el Edén por cobrar un seguro”. Pero no lo serán por siempre, a menos que… ¿tiremos la toalla? Pero no; ese es un “lujo” que no podemos ni debemos permitirnos.

  • Una vávula de escape

    Una vávula de escape

    Una válvula de escape.

    Así mismo, una válvula de escape de un motor que siempre está al tope en su combustión, eso ha sido la emigración en nuestro país. Entre convulsiones sociales intermitentes a través de décadas y abriéndose como una salida al final de un túnel, donde aún habitan fantasmas, emigrar era, es y será una forma de comenzar o seguir.

    Conocemos miles de historias de compatriotas que partieron de esta tierra que a veces se vuelve dura y cruel, muchas de ellas se fueron por diversos motivos pero encontrando la certeza, con el pasar del tiempo, que algo se ganó pero igual algo se perdió.

    Siempre imaginé la cantidad de sentimientos que estaban presentes en las llamadas telefónicas, allá por la mitad de los años ochenta, pero que se liberaban en un precoz llanto al levantar el auricular. Extrañando a los ausentes y muy cierto que solventando los gastos, pero con la ausencia presente, aquella ausencia que se instala y jamás se va. Algunos se pudieron reunificar con sus familias aquí o al país donde emigraron, y aunque todo vuelve, nunca vuelve igual.

    ¿Quiénes habrán sido o serán más fuertes y evitan quebrarse, los que se quedan acá o los que se van? Con exactitud no lo sabremos. Los entornos sociales y económicos nos empujan a moldear las circunstancias o como dicen unos, a seguir buscando la vida.

    Con el cuerpo acá, pero el pensamiento allá, con mi país, con mi gente. Las palabras anteriores me las escribió un compatriota en el extranjero, me quedaron grabadas desde que las leí, luego de preguntarle que cómo estaba. Percibí una sensación de tristeza, de pasar la vida aquí y allá con un viento helado que envuelve la añoranza y nos recuerda que nada se detiene.

    Independiente de las razones económicas, políticas, por seguridad o superación, la estela que dejamos tras partir de alguna manera se cuela en nuestras vidas y allí comprendemos que nada es borrón y cuenta nueva, sino un continuar en tierras ajenas y nos acompaña una maleta que evitamos abrir, pero que vemos de reojo, sabiendo que su clave son los recuerdos.

    En el dilema de la supervivencia nos encontramos con las condicionantes estatales de turno, a las que nos regimos pero que pocas veces se homogenizan con la voluntad, la buena disposición y el derecho a vivir dignamente de las mayorías; ya sea que estas no se concretan por el lastre que dejaran las administraciones anteriores o las políticas públicas llegaron tarde para problemas sociales que hoy son enfermedad y no hay forma de sanarlas de a poco sino de tajo o, también el destino de un pueblo empobrecido que se curte de ver nacer en la oscuridad adalides con antorchas fugaces.

    Circunstancias por las que unos, optan a ver más allá de lo que hay acá.

    Pero ya lo hemos dicho, todo vuelve, aunque no igual. Y la deportación, es un fantasma que ronda la vida de un inmigrante donde su permanencia ilegal le hace vivir con miedo todo el tiempo. Y ese temor, se agrava al saber que las condiciones del país de origen no son las mejores o no existen en realidad y más aún, con los estragos que acarrea un regreso forzado, donde todo el fruto de su trabajo, el tiempo que pasó lejos de su familia, quede en nada de provecho de los suyos, convirtiendo en cuesta arriba la lucha por la vida.

    •Ivette María Fuentes, Lic. en Ciencias Jurídicas

  • Garrote en mano

    Garrote en mano

    Trump ha iniciado su nueva administración como lo anunció: lanzando andanadas en cualquier dirección. En ese esquema sus enemigos reales y potenciales son muchos. Esa línea de acción política confrontativa asegura una permanente tensión en la vida pública de Estados Unidos y, por la dimensión imperial de este país, también en el resto del mundo.

    Sin embargo, hay que apreciar las cosas más allá de la epidermis. Es innegable que el poder de Estados Unidos es impresionante, sobre todo en el ámbito militar, aunque no puede pensarse que en lo económico es una locomotora imparable. Y es ahí donde cojea, y mucho, y donde quiere resolver las cosas de mala manera.

    Trump en realidad no es Trump, es decir ese empresario inmobiliario que participó en shows televisivos por años. Trump es un personaje político que representa a una amalgama de intereses corporativos y que concentra en su conducta, en su verbo y en sus proyectos lo peor de la sociedad norteamericana.

    Pero eso es lo que votaron los norteamericanos. Y es cierto. No obstante que sea el más votado y hasta aclamado por las mismas víctimas de sus decisiones gubernamentales, no quita que se trate de la esencia de lo más deleznable de esa sociedad que para muchos millones de personas en el mundo es el modelo de vida a seguir.

    Cuando Trump habla de ‘hacer grande de nuevo a América’ en realidad está tratando, como experto mercachifle que es, de vender humo. Ninguna de las medidas con las que ha amenazado (y ya está ejecutando) podrán llevar a Estados Unidos a una era de prosperidad y de bienestar generalizado.

    Estados Unidos como potencia militar es intimidante. Pero en lo económico ya no lo es. El desafío chino constituye, sin duda, su gran némesis.

    También en otras dimensiones la sociedad norteamericana se encuentra muy quebrantada. Tres ejemplos ilustran la cuestión: los tiroteos masivos en escuelas, el consumo de drogas y la difusión de plataformas virtuales de explícito contenido sexual.

    Uno de los últimos libros que publicó Paul Auster (‘Un país bañado en sangre’) es una exploración acerca de la temática de los tiroteos masivos en distintos lugares de Estados Unidos. El tema es importante, pero desde las esferas de poder no parece haber una respuesta clara para enfrentar esto. El asunto de la venta casi indiscriminada de armas es quizás la clave para comenzar a desmadejar esta cuestión que año con año acumula cadáveres y zozobra a la ciudadanía.

    Si se pondera el lenguaje agresivo y procaz de Trump es claro que un tema como el de los tiroteos masivos no está en su agenda.

    Sobre el consumo de drogas en los diferentes tramos de la sociedad norteamericana se ha escrito bastante, pero aquello sigue incontenible. Las historias en las que jóvenes y adultos viven enganchados en las drogas son muchísimas. El mercado de consumo de drogas en Estados Unidos es inmenso. Eso quiere decir que se trata de un boyante negocio en el que participan actores diversos y donde hay intereses económicos que trabajan 24 horas los 7 días de la semana alimentando el consumo de drogas. ¿Cuántos millones de norteamericanos son adictos? Nadie lo dice en voz alta, pero hay informes que hablan de que en Estados Unidos cerca de 50 millones de personas muestran al menos un trastorno por consumo de drogas. Si la población norteamericana ronda los 250 millones con personas mayores de 18 años (330 millones es el total poblacional), ya puede evaluarse la grave situación en la que se encuentra Estados Unidos.

    ¿Y para Trump y sus aliados es este un problema grave? Por supuesto que no. Por eso las bravuconadas de Trump son ruidosas y esperpénticas, ya que rehúyen enfrentarse a las cuestiones que tienen quebrantada a esta sociedad.

    El tercer ejemplo que ilustra el estado del ‘alma norteamericana’ casi nunca es abordado como un tema de construcción social. Así, la difusión de plataformas como Second Life (esa comunidad virtual creada en 2003 por la empresa estadounidense Linden Lab), que tiene áreas explícitas de contenido sexual, deja al descubierto el tipo de mecanismos de control que atenazan a los norteamericanos (y a los de otros países que se enganchan a eso). Poco se sabe de las historias sexuales que pululan por Second Life, pero las hay y muchas y denotan con crudeza diversas modalidades de manipulación descarada. Second Life es el escenario perfecto para que tengan lugar procesos y dinámicas amparados bajo la carpa del sexo sin bridas.

    Y aquí las mujeres (jóvenes y maduras) son las más perjudicadas, aunque parezca que entran a Second Life por su propia cuenta ─y tal vez sea así─. Lo que sucede es que los sátrapas o cazadores sexuales que deambulan por el mundo virtual tienen en Second Life un medio ideal para sus prácticas depredadoras que el oxímoron ‘abuso consentido’ describe muy bien.

    Trump no habla de esto, porque, no tiene solvencia de nada, si él mismo fue encontrado responsable del delito de abuso sexual contra la columnista E. Jean Carroll, según el veredicto de un jurado emitido en 2023 en Nueva York en el marco de un juicio civil.

    Trump va por el mundo garrote en mano, pero no le será fácil dominar a todos.

  • Las obras de la DOM y la aparente falta de supervisión

    Las obras de la DOM y la aparente falta de supervisión

    La Dirección de Obras Municipales (DOM) es una organización gubernamental descentralizada que tiene como objetivo cumplir con la Ley de Urbanismo y Construcción así como con el Plan Regulador Comunal y de las ordenanzas y disposiciones legales y reglamentarias que regulen las construcciones y las obras de urbanización que se ejecutan el territorio nacional.

    Cuando se creó la DOM siempre se dijo que era con la finalidad de acabar con el abandono en que se encontraban los entonces 262 municipios y el mal uso que hacían muchas administraciones edilicias del dinero que se les asignaba a través del ya desaparecido Fondo para El desarrollo Económico y Social de El Salvador (FODES).

    Y es que muchos alcaldes y concejales de todos los colores partidarios fueron procesados judicialmente por enriquecimiento ilícito, malversación de fondos, incumplimiento de deberes, administración fraudulenta, desviación de fondos y otros delitos, por seguir esquemas corruptos y hacer mal uso del dinero que el Estado les daba a las comunas en calidad de Fodes.

    A partir del manejo corrupto del dinero que jefes edilicios y regidores hacían del dinero que los salvadoreños les dábamos, muy pocos vieron con mal ojo la creación de la DOM, aunque surgió la duda razonable de llegar a pensar que dicha institución iba a desarrollar obras con mayor énfasis en los municipios gobernados localmente por el partido en el gobierno central. Creería que no ha sido así pues la DOM está trabajando en los 44 municipios de El Salvador.

    En los 262 distritos la DOM ha realizado distintas obras, pero en los distritos del interior del país es conocida principalmente por reparar o reconstruir calles y caminos vecinales, lo que ha una vez finalizado los proyectos ha generado mejores condiciones de movilización.

    Sin embargo, quiero señalar algunas deficiencias de la DOM que ha llevado al descontento de muchos. Aunque son muchos casos, quiero centrarme en uno que conozco muy bien y me refiero a la reparación del sistema de calles, avenidas y pasajes de Olocuilta, lugar que suelo visitar a menudo porque es mi ciudad natal.

    Resulta que hace varios meses la DOM comenzó a intervenir las calles, levantando el cemento y el asfalto en algunos tramos, siendo en apariencia innecesarios en algunos sectores, cerrando el paso vehicular. Tras varios meses y cuando aún no han terminado rompen otras calles, luego las cuadrillas de trabajadores y la maquinaria se va a romper otro tramo y cierran otro paso, teniendo a buena parte de la ciudad bloqueada. En síntesis, no terminan una vía cuando ya rompen otras.

    Repentinamente abren una vía y sin ninguna justificación aparente dos o tres días después la vuelven a cerrar sin hacer ninguna obra más. En este momento la calle El Naranjo, reabierta hace más de un mes, permanece nuevamente cerrada sin que al parecer sea necesario ese cierre. Al preguntarle a los trabajadores ellos responden que los encargados ordenan cerrar y ellos solo cumplen. A veces cuadrillas de más de hasta 20 trabajadores son enviados a reparar un deterioro, donde solo son necesarios a lo sumo dos obreros.

    Lo mismo que sucedes en la calle El Naranjo has pasado en todas las que ha intervenido la DOM en Olocuilta, un municipio que literalmente se encuentra ausente de alcalde y que desde la administración edilicia pasada no había sido objeto de proyectos de desarrollo local. Al contrario, en la administración edilicia anterior no hubo proyectos y en la actual tampoco, salvo las obras que realiza el gobierno central a través de la DOM.

    El problema, entonces, no son las obras viales que realiza la DOM, sino el desorden que generan porque los concejos no intervienen y porque la participación edilicia es la de un simple espectador incapaz de pedir explicaciones. En estas obras la participación edilicia es nula. Aparentemente tampoco hay controles efectivos dentro de la DOM que supervise el cumplimiento ordenado de los proyectos. Los mismos trabajadores reconocen que en ocasiones se la pasan sin hacer nada o que en pequeños tramos en reparación se asigna a cuatro o más empleados para queden vía al mismo tiempo.

    Situaciones similares han vivido otros distritos como Cuyultitán, donde las calles han permanecido cerradas por meses. El cierre, a veces innecesario, ha afectado no solo a los conductores y peatones, sino también a los comerciantes y a los mismos vecinos que no pueden acceder a sus cocheras ni a dejar estacionados sus vehículos frente a sus casas.

    En Olocuilta, en invierno pasado la DOM intervino y abandonó la calle El Chilamate, dejando un lodazal que hacía imposible el paso en vehículo y a pie. Los vecinos se exponían a sufrir percances pues para ir a estudiar, trabajar o salir de su comunidad tenían que hacerlo a través de bordos y haciendo uso de lazos. En casos de emergencia vehicular tenían que ir dar la vuelta casi 40 kilómetros para llegar al centro de la ciudad. Hasta hace poco la calle fue habilitada por completo. En el tiempo que estuvo los vecinos nunca fueron visitados por el alcalde o su representante a efecto de encontrar una solución.

    La población está contenta con la remodelación vial del distrito de Olocuilta, pero sí inconforme con la irresponsabilidad de los encargados de las obras que en apariencia no son supervisados por nadie y que hacen su antojo. Supervisores de la DOM deben procurar que durante la ejecución de las obras viales se reduzcan los desórdenes y que las obras sean puntuales. Se trata de trabajar a favor de la gente.

    * Jaime Ulises Marinero es periodista

  • La cooperación internacional es valiosa herramienta

    La cooperación internacional es valiosa herramienta

    Es comprensible que un gobierno otorgante de cooperación internacional recién llegado revise lo que le dejó el anterior y más si es de signo contrario, en cuando a la línea seguida y proyectos específicos derivados de aquella, así como su correcto diseño e implementación.

    Ergo, no ha de extrañar que el señor Rubio quiera examinar lo que se encontró, a fin de vincularlo a los objetivos políticos de la nueva administración.

    Sin embargo, el Gobierno de los EEUU (GOBEU) cometería un grave error si elimina una herramienta importante parte de la política exterior de un país de la envergadura de los EEUU, como es la cooperación internacional oficial.

    En el caso de la se canaliza por vía del AID, que bien he conocido a lo largo de mi vida pública, demonizarla como si fuera un botín gestionado por una banda de forajidos, como se ha planteado, no es de recibo. Puede que haya proyectos mal gestionados o algunos proyectos mal planificados y por ende mal implementados; puede ser que se dé algo de algún tipo de irregularidad subsanable.

    Pero de allí a demonizarla como desastre, hay un gran trecho. Para ilustrar la posición que estoy esbozando, apunto lo siguiente:

    • La cooperación internacional bilateral, o sea, la otorgada por un país a otro, es, en buena lid una manifestación por parte del país otorgante, de su buena voluntad hacia países de un nivel de desarrollo inferior o muy inferior, un reconocimiento del papel que juega en el mundo y de su sentido de responsabilidad como país desarrollado, de compartir lo que puede ofrecer, sean recursos de inversión o la muy valiosa cooperación de formación científica o transferencia técnica que, podría ser también un mecanismo para dominar a un país que tiene implicaciones de seguridad o refleja algún interés económico.

    Esto es algo a examinar por el país recipiente de la cooperación para negociarla correctamente, lo que no siempre se da pues a menudo se aplica el “el que paga la orquesta manda el baile” y las necesidades del país receptor son tan grandes que se acepta lo que se ofrece sin ton ni son.

    • La cooperación puede ser para el desarrollo, cuando hay transferencia de conocimiento o recursos para mejorar las condiciones de vida y las perspectivas de progreso o puede ser asistencial, cuando se trata de colaborar con un país “x” ante un desastre natural o inclusive, la atención de necesidades fundamentales en casos de pobreza y desorganización extrema, como el caso de Haití, por ejemplo.

    En ambos casos, la cooperación desarrollista o asistencial juega un papel vital en la mejoría de la condición humana. El que un país desarrollado no la otorgue, puede ser considerado como un signo de desentendimiento de aquellos países o partes de mundo, no igualmente exitosos o cuyas condiciones estructurales lo impiden.

    • Puede ser reembolsable, cuando se trate de préstamos, generalmente en condiciones más favorables que las del mercado; no reembolsable, cuando se trate de donaciones o una combinación de ambas. Es común, por ejemplo, que proyectos reembolsables incluyan un componente de cooperación no reembolsable para facilitar el correcto desembolso de los recursos financieros disponibles.

    • La cooperación internacional bilateral le da vida y complementa el componente propiamente diplomático de la política exterior; para bien o para mal así es.

    Si es para bien y respetuosa, con mentalidad desarrollista y no promotora del vasallaje, como la canadiense, por ejemplo, genera progreso si es bien implementado lo que correctamente se diseñó y buena voluntad en el país recipiente y otros que desde afuera observan.

    No debe confundirse esta afirmación con situaciones en que la cooperación internacional por mal diseñada o con fines maléficos, beneficia a un grupo minoritaria fortaleciendo su capacidad para hacer desmanes y se convierte en un elemento de opresión e involución desarrollista. El caso de Siria, por ejemplo, es patético en ese sentido.

    • Una nación poderosa, que ha sido capaz de crear una economía fuerte, con recursos disponibles para el desarrollo de otros, que aspira a convertirse en una gran nación, debe entender que no es posible ese logro, si a su alrededor predomina la pobreza, la opresión y la desesperanza.

    De allí que la muy legítima aspiración del MAGA, debe incluir la correcta noción de que un MAGA duradero es insostenible si la poderosa nación aspirante, solo ve “para adentro” y actúa brusca y cruelmente hacia afuera, coadyuvando a que países que bien podrían si se les ayuda, no salgan de su círculo vicioso.

    • Hoy en día son muchos los países, algunos de ingreso medio como Costa Rica, que al menos han intentado brindar cooperación al exterior, dentro de la noción también de que dicha cooperación además de las transferencias ya apuntadas, crea beneficios para las partes involucradas al favorecer los intercambios humanos y culturales, así como los comerciales, la producción, la inversión y los negocios en general.

    La tónica prevaleciente desde hace años es la de favorecer la creación de agencias especializadas, adheridas al ministerio de relaciones exteriores o su equivalente, para que sigan los lineamientos de política exterior nacionales, pero con la debida independencia que facilite la excelencia técnica tendiente a que la cooperación sea lo más eficiente y eficaz posible, en el marco de las mejores prácticas internacionales y el cumplimiento de los legítimos objetivos nacionales.

    Ojalá que, en todos los casos de países otorgantes de buena voluntad, las autoridades tengan la capacidad y la independencia de criterios simplistas y atávicos, para entender las bondades de un programa de cooperación serio y robusto, tanto para la ayuda humanitaria de emergencia, como para la transformadora, así como para apuntalar su política exterior en lo legítimo.

    La historia nos enseña que cuando los países se aíslan y pierden puntos de contacto con otros, es cuando la guerra se presenta.

  • Cuidado con los malos consejeros

    Cuidado con los malos consejeros

    El Salmo 1:1-3 dice así: Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,

    Ni estuvo en camino de pecadores,

    Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia,

    Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,

    Que da su fruto en su tiempo,

    Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará. Este salmo presenta una visión de como el ser humano debe conducirse en la vida para no tropezar con malas amistades que lo lleven en consejos desastrosos,

    que le traerán a su vida tristeza y dolor.

    Las personas que son bienaventuradas nunca aceptan “consejo de personas malvadas”. En el original hebreo, la palabra que se traduce “consejo” es un sustantivo que significa “algo que proporciona dirección en cuanto a una decisión”. Los “impíos” son personas pecadoras, que se caracterizan por practicar la impiedad sin ningún remordimiento, son injustos en su actividad diaria.

    No andar en el consejo de los impíos significa rechazar cualquier consejo que conlleve al ser humano a perder la paz.

    Esto incluye evitar cualquier influencia que pueda guiarnos o dirigir nuestro camino de vida hacia el libertinaje.

    Caminar implica progreso; por lo tanto, el versículo enseña: “No anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado”.

    La aparente progresión presenta la imagen de aquellas personas descuidadas que caminan junto al pecado y finalmente se sienta en la silla de pecadores, para gozar de sus deleites temporales.

    De modo que las malas amistades sobran, y rara vez un joven busca de un buen consejo, dado que, por su inmadurez, casi siempre elijen el mal camino (drogas y alcoholismo, entre otros), por ello tienden a ver a sus padres como enemigos.

    Esto me recuerda aquella hija desobediente que tenia malas amistades y que no le gustaba el consejo de su madre, ocurrió en la ciudad de Campinas,

    Brasil en el año 2005, un grupo de amigos borrachos, la fueron a recoger a su casa para andar en caminos de pecadores.

    La madre la acompañó al automóvil y estaba tan angustiada sobre la embriaguez de sus amigos, que le advirtió a su hija que no fuera con ellos, porfió con la joven para que no saliera, pero no le quedó más que decirle a su hija “vaya con Dios” sin embargo, la jovencita respondió: solo si Dios viaja en el maletero, porque aquí dentro ya estamos completos.

    Horas más tarde, los medios de comunicación informaban sobre un fatal accidente en la que aquella jovencita desobediente estaba incluida, todos habían muerto, el automóvil había quedado destrozado,

    pero sorprendentemente, el maletero estaba intacto no tenia ningún rasguño.

    La policía dijo que no había ninguna manera de que el maletero podría permanecer intacto, es decir no existía una explicación lógica del porque estaba intacto.

    Dentro del maletero había una canasta de huevos, para su sorpresa, ninguno estaba roto.

    Jovencita o jovencito, no te atrevas a desafiar a Dios ni a tus padres.

    El resultado de la desobediencia y de andar con malas amistades, traerá tarde o temprano un desastre a tu vida.

    Para todo hay tiempo, para divertirse sanamente y para esparcirse, pero recuerda no traspasar los linderos que han puesto tus padres, ellos saben lo que es mejor para ti,

    tus amistades que te incitan al mal camino, no tienen la madurez para medir las consecuencias de su vida libertina.

    Los únicos que te aman y auténticamente quieren tu bien son tus padres, por esa razón te aconsejan y te reprenden, para evitar que circules,

    por el camino sin ley y sin limites, por ello la corrección y la disciplina te ayudaran a ser un mejor ciudadano aunque ahora no lo entiendas.

  • Tristes fanatismos que hemos de ahuyentar unidos

    Tristes fanatismos que hemos de ahuyentar unidos

    El extremismo violento es una ofensa a los proyectos y fundamentos que nos fraternizan. Globalmente, socava la concordia entre análogos y quebranta, tanto los derechos naturales e innatos, como el proceso sostenible y humanitario. Por consiguiente, es un fenómeno cruel descomunal, que nos deshumaniza por completo y nos deja sin esperanza alguna. Tampoco es nada nuevo, ni exclusivo de ningún país, nacionalidad o sistema de creencias. Sin duda, frente a la furia religiosa desmedida, es evidente que hoy existe también una rabia abundante ideológica o atea de carácter absoluto, que lo único que hace es enfrentarnos y dividirnos. Los dogmas no son hoy exclusivos de las religiones; aparte de que nunca ha sido bueno, lo desmedido, aunque sea en la virtud.

    Ya lo decía en su tiempo, el inolvidable filósofo griego Aristóteles, «la virtud es una disposición voluntaria adquirida, que consiste en un término medio entre dos extremos malos, el uno por exceso y el otro por defecto». En el equilibrio está la mansedumbre, o si quieren también, la templanza. Nos agradaría que alumbrase la moderación; sobre todo esto, nos ayudaría a salir del sombrío corredor de los absurdos conflictos e inútiles contiendas. Sería un modo de rebajar el brío huracanado de los grupos de intolerancia religiosa, cultural o social, que lo único que pretenden es cuestionar nuestros valores comunes de paz, justicia y dignidad humana, hasta el punto de que millones de seres humanos han tenido que abandonar los territorios controlados por estas tropas que siembran pugnas.

    Nada puede justificar esta atmósfera salvaje y sanguinaria, pero además hemos de reconocer que nada surge porque sí, requiere de una historia de agravios e injusticias continuas. Por eso, es primordial que no se violen los derechos humanos, ni tampoco se infrinja la seguridad internacional; al tiempo que ponemos en valor la prudencia y la tolerancia como sentimiento sistémico, la conjunción de pulsos y los proyectos solidarios. Necesitamos hermanarnos y sentirnos familia los humanos. De lo contrario, no saldremos de las inútiles batallas. Hoy más que nunca, debemos recomponer un tejido de relaciones, con la mano extendida siempre, tanto entre los Estados como entre sí la propia ciudadanía.

    Por cierto, pensando en los trances y en las peligrosas luchas, que ponen en riesgo la seguridad colectiva, cabe hacer memoria de lo vivido ya, con un sinfín de atrocidades. Sea como fuere, ante situaciones catastróficas, trabajemos conjuntamente, para construir sociedades armónicas que nos embellezcan de luz. Nos hace falta salir de los túneles de terror y despojarnos del sobrado haz de brutalidades. Creo que hoy se requiere de un nuevo humanismo para hacer frente a estos fenómenos perversos, porque únicamente lo sustancial es la persona, que ha de ser libre y humana. Desde luego, este horizonte será un antídoto genial para prevenir el fanatismo dominador y la intolerancia manifiesta, al que hay que sumarle un aluvión de crisis humanitarias.

    Vamos adelante juntos, enhebrados al verso de la vida, sobre la base de valores anímicos compartidos; dispuestos a romper el círculo del rencor y la aversión, la espiral del odio y la venganza, empezando por proteger al otro, sí a cualquier prójimo, pues su corazón ha de estar próximo al nuestro para regresar a la mística del gozo eterno y la alegría triunfante. En este sentido, también nos satisface que la Oficina de Lucha Contra el Terrorismo (OLCT), colabore con el Pacto Mundial de Coordinación de la Lucha Antiterrorista, al menos para prevenir y combatir el terrorismo y la propagación subyacente del extremismo violento. Ojalá la conciencia despierte en cada pulsación viviente y entone ese timbre moral que, el orbe requiere, para dar consistencia a la verdad y a la bondad.

  • ¿Legalizar la cocaína: locura o sanidad?

    ¿Legalizar la cocaína: locura o sanidad?

    Según un informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la producción de cocaína en Colombia, quien es el mayor exportador de esta sustancia del mundo, aumento un 53% en 2023 cuando se compara con el 2014.

    Mas de cinco décadas de persecución del narcotráfico en ese país, con la asistencia multimillonaria de Estados Unidos, pero el negocio sigue creciendo. Y seguirá creciendo, según Gustavo Petro, presidente de Colombia, quien en declaraciones recientes dijo: Si uno quiere la paz hay que desmantelar el negocio (del narcotráfico)”, agregando “Se podría desmantelar fácilmente si legalizan la cocaína en el mundo. Se vendería como los vinos”.

    ¿Pero que está diciendo el presidente de Colombia? ¿Se ha vuelto loco? ¿Como vamos a legalizar una sustancia que tanto daño hace a nuestras sociedades?

    Al revisar la literatura científica al respecto, nos damos cuenta, que la racionalización lógica del presidente colombiano se encuentra sustentada por un estudio científico (Daños causados por los medicamentos en el Reino Unido: análisis de decisiones con criterios múltiples), publicado en la famosa revista medica The Lancet en noviembre del 2010.

    El informe, publicado en «The Lancet», mide los efectos perjudiciales que tienen las drogas no sólo en el consumidor sino en su entorno y en la sociedad. El informe, elaborado por dos exasesores del gobierno británico, David Nutt y Leslie King, sostiene que, si las drogas se clasificaran sobre la base del daño real que causan, el alcohol ocuparía el primer puesto. Para demostrar su punto el experto llevó a cabo un modelo en el que se clasificó a 20 drogas y sustancias de abuso según su impacto sobre 16 factores: nueve daños individuales y siete daños a los demás, entre los que se incluyen salud mental, daños físicos, daños familiares, adicción, costo a la economía y crimen, entre otros.

    «Nuestros resultados mostraron que, aunque en daños al individuo el alcohol no está entre las sustancias más peligrosas, en daños a la sociedad es la más peligrosa principalmente por su impacto en accidentes de tráfico, violencia doméstica, discapacidad, pérdida de rendimiento laboral, etc.» explicó el científico a la BBC. «Y en general, el alcohol fue calificado como la sustancia más perjudicial para la sociedad del Reino Unido debido a su vasto uso y a que está ampliamente disponible», agrega. El costo social del alcohol fue calculado en US$48 mil millones anuales. El alcohol, dice, «es una droga enormemente costosa. En el Reino Unido cada contribuyente paga en promedio unos US$1.600 cada año para subsidiar los costos y pérdidas del alcohol, que suman casi US$5.000 millones de gastos de policía, US$5.000 millones en costos al Sistema Nacional de Salud, etc.»

    Según este estudio, la cocaína es mucho menos dañina que el alcohol. Al combinar daños individuales y sociales, el alcohol ocupa el primer lugar, mientras que la cocaína ocuparía el quinto lugar, por debajo de la heroína, el crack y la metanfetamina.

    En esta evidencia se basa el argumento, no solo del presidente de Colombia, sino de muchos otros políticos, referente a la legalización de la cocaína. Si el alcohol se ha estado bebiendo entre habitantes de civilizaciones tan antiguas como la egipcia y la china desde hace más de 7000 años, con muy pocas prohibiciones como la muy famosa ley seca de los Estados Unidos, desde 1920 hasta 1933, que si estimulo la producción y venta ilegal por los famosos mafiosos como Alfonso Capone y otros, ¿porque no legalizar la cocaína, que es mucho menos dañina a la sociedad que el alcohol?

    El argumento de políticos y académicos de la región en favor de esta acción es su efecto en la reducción de la criminalidad. «Una guerra que no se ha ganado en 40 años es una guerra perdida. Hay que reinventar esta guerra contra el narcotráfico y las drogas y una de las formas más efectivas es quitarle la prohibición a todo lo que tiene que ver hoy con el tráfico de drogas, y racionalizarlo para poderlo controlar mejor”, señaló el expresidente colombiano Juan Manuel Santos en entrevista con la agencia EFE. Otros factores que se mencionan son: ingresos para el estado, reducción de precios, y un enfoque de salud pública.

    En todo caso bien dicen por ahí: Locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes.