Manejar un tractor de terminal (terminal trucks) era algo que Lorena de Gil no se habría imaginado hace algunos años. Al inicio tuvo miedo, pero, con el paso de las semanas y con la práctica, un sentimiento de empoderamiento se manifestó en ella.
De Gil fue parte de una lista de 188 mujeres y 22 hombres que se certificaron como operadores salvadoreños de equipo portuario, una iniciativa a cargo de la Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport), la Unión Portuaria del Pacífico (UPDP), el Organismo Internacional para las Migraciones (OIM), el Instituto Nacional de Capacitación y Formación (Incaf) y la Alcaldía de Acajutla Oeste.
La salvadoreña, quien también es abogada, se enteró de la convocatoria formativa a través de una publicación del OIM, pero fue hasta el primer día de clases que se dio cuenta que las capacitaciones se centrarían en manejar equipos de carga pesada (terminal trucks).
“Me asusté un poco, porque fue bastante inverosímil que iba a manejar una rastra, definitivamente abre un montón de campos porque uno se siente orgulloso, porque es pionera para roles que solo hombres habían manejado”, indicó la abogada.
Las 68 horas de formación a las que se sometió de Gil son parte de una medida estratégica para responder a la falta de mano de obra en Acajutla, principalmente para movilizar carga dentro de la terminal.
Aunque tenía experiencia conduciendo, de Gil reconoció que tuvo que desaprender varias técnicas para poder domar los camiones de más de 70,000 toneladas que funcionarán el próximo año en el Puerto de Acajutla.
Motivada por su hijo Gabriel de 29 años, de Gil avanzó con la formación hasta certificarse este mes. Además, espera ser parte de los 120 colaboradores que la UPDP contratará a inicios de 2026, para operar la nueva maquinaria que optimizará la carga dentro del Puerto de Acajutla, desde los muelles a los patios.
Oportunidades
El programa ejecutado significó una nueva ventana para llegar al mundo laboral con diferentes intereses para los participantes. Jaqueline Catalina Rivas, de 29 años, por ejemplo, se dio cuenta de que su mayor aprendizaje fue sentir que las mujeres pueden con todo.

Rivas destacó que por primera vez la terminal marítima abriera un programa para desempeñar actividades que concentran en su mayoría a hombres pues, en la actualidad, muchas iniciativas enfocadas en mujeres también estereotipan las labores con cursos de cosmetología, y corte y confección.
La iniciativa no solo benefició a nivel laboral a la salvadoreña de 29 años, sino que, psicológicamente, impregnó tanto en Rivas como en decenas de mujeres el saber que son capaces de desempeñar ocupaciones de hombres y que pueden enfrentar todas las adversidades que la vida presente.
Motivada por la superación, Rivas decidió organizar su tiempo y su emprendimiento de frappés para concluir con el programa, impulsada por obtener una de las plazas y con poner en práctica todo el conocimiento adquirido.
Experiencia laboral
El programa también se tradujo como experiencia laboral para Greysy Sixco, de 30 años, que viajaba desde Tepecoyo, en La Libertad Oeste, para acceder a las capacitaciones que por un período de tiempo se impartieron desde el Puerto de Acajutla.
“Durante estos dos meses aprendimos sobre la gestión portuaria y la importancia que tiene el personal en cada puesto de trabajo dentro del Puerto de Acajutla, la importancia que le dan a la logística para poder mover los contenedores desde los barcos a los muelles y al patio de contenedores”, indicó Sixto previo a recibir su certificación.

Para Sixco, los meses de aprendizaje se traducirán en un trampolín para optar a futuro en algún puesto laboral en una zona franca o en el área de las exportaciones.
Superación
Aunque en menor número, los hombres también tuvieron la oportunidad de formarse, como Pedro García Santamaría, quien fue parte del pequeño grupo. Residente de Acajutla y como un pequeño emprendedor de dulces y accesorios para el cabello, aseguró que su principal motivación para ingresar al programa fue entrar a un empleo formal.
Algunos días fueron difíciles, señaló García, quizás alguna maniobra en las máquinas no salían como lo esperaba, o la motivación simplemente se desvanecía.
Es ahí, indicó García, que aparecía su esposa empujándolo adelante y dándole ánimos de no rendirse para terminar el programa.
Los 200 perfiles de trabajadores que finalizaron con el programa serán analizados por una empresa, para contratar personal en una primera etapa para el Puerto de Acajutla.

Esta semana, la UPDP aseguró que contratará a más personas de las formadas a medida que el puerto lo requiera.
