La Comisión Europea presentó este miércoles un ambicioso plan de acción ferroviario para conectar por alta velocidad todas las capitales de la Unión Europea (UE) antes del año 2040. Uno de los objetivos clave es que el trayecto entre Lisboa y París, pasando por Madrid, se pueda realizar en tan solo nueve horas.
Aunque el plan no contempla aún un presupuesto específico, sí establece que los Estados miembros deberán fijar plazos vinculantes antes de 2027 para eliminar los cuellos de botella transfronterizos y priorizar rutas que sean económicamente viables para velocidades superiores a 250 km/h.
“El tren será el transporte preferido sobre el avión. Será una realidad en 2030”, aseguró el comisario de Transportes, Apostolos Tzitzikostas, quien destacó los avances entre Portugal y España para lograr una conexión Lisboa-Madrid en tres horas para 2034, como parte del acuerdo sellado bajo el respaldo de Bruselas.
Tzitzikostas advirtió que el cumplimiento de estos objetivos depende de la aprobación del próximo presupuesto europeo, que contempla inversiones clave para consolidar la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T). El comisario también adelantó que visitará la frontera entre España y Francia, uno de los tramos más críticos para la conectividad ferroviaria del continente.
Actualmente, el corredor Atlántico entre España y Francia figura en los proyectos prioritarios de la TEN-T con horizonte de cumplimiento en 2030. Sin embargo, el Gobierno de Emmanuel Macron decidió en 2023 retrasar las inversiones transfronterizas, priorizando rutas internas, lo que podría postergar esa conexión hasta 2042.
El plan también prevé trayectos como Berlín-Copenhague en 4 horas (hoy toma 7) o Sofía-Atenas en 6 horas(actualmente 13:40 h). Aunque se centra en las capitales, Bruselas aclaró que también contempla integrar otras grandes ciudades, “incluida Barcelona”, en fases posteriores.
La Comisión estima que completar la red de alta velocidad de la TEN-T requerirá una inversión de 345.000 millones de euros para 2040. Una versión más ambiciosa, con tramos de velocidades superiores a 250 km/h, podría alcanzar los 546.000 millones de euros para 2050.
Además, Bruselas destacó la necesidad de desarrollar un sistema de venta de billetes transfronterizos y multimodales, que permita a los ciudadanos comprar con un solo clic un pasaje que cubra varias compañías y países. Esta propuesta se formalizará en 2026 mediante una revisión de la directiva de derechos del pasajero ferroviario.
Tzitzikostas citó a España e Italia como ejemplos exitosos de liberalización ferroviaria, al haber reducido precios y aumentado la demanda. Pero subrayó que en otras regiones “aún existen barreras” por falta de inversión y mantenimiento en las infraestructuras.
Paralelamente, la Comisión presentó el Plan de Inversiones en Transporte Sostenible (STIP), orientado a descarbonizar sectores como la aviación y el transporte marítimo. Se estima que la UE requerirá 20 millones de toneladas de combustibles sostenibles para 2035, lo que implicará una inversión adicional de 100.000 millones de euros.
El plan busca movilizar al menos 2.900 millones de euros antes de 2027, apoyándose en instrumentos como InvestEU y el Banco Europeo del Hidrógeno, que destinará 300 millones de euros para el desarrollo de e-fuels e hidrógeno en el sector transporte.
