El 11 de septiembre de 2001, una soleada mañana en Nueva York se convirtió en tragedia mundial. Entre las casi 3,000 víctimas de los ataques terroristas contra las Torres Gemelas del World Trade Center se encontraban dos salvadoreñas: Ana Gloria Pocasangre de Barrera y Elsy Carolina Osorio Oliva.
Ana Gloria Pocasangre, de 49 años, viajaba en el vuelo 175 de United Airlines, uno de los aviones secuestrados y estrellados contra las torres.
Empresaria y madre de familia, había nacido en San Salvador en 1952 y dedicó su vida al trabajo y al bienestar de sus seres queridos. Dueña de negocios como la pupusería y restaurante “El Pipirín”, era considerada un pilar para sus cinco hermanos. Vivía con su esposo Ernesto Barrera, tres de sus hijos y dos hijastros.
Por su parte, Elsy Carolina Osorio, ingeniera en informática de 27 años, trabajaba como junior translation engineer para General Telecom en el piso 83 de la Torre Norte. Nacida en El Salvador en 1974, emigró junto a su madre y hermanos a Nueva York en busca de mejores oportunidades.
Descrita como amable y generosa, ayudaba económicamente a su familia, planeaba su boda y soñaba con comprar una casa para vivir junto a ellos. La mañana del ataque llamó a sus seres queridos para advertirles de la explosión, pero quedó atrapada en el edificio antes de su colapso.

Ambos nombres están grabados en el Memorial del 11 de Septiembre en la Zona Cero de Nueva York, donde se honra a las víctimas del mayor atentado en la historia de Estados Unidos.
Ese día, 19 terroristas de Al Qaeda secuestraron cuatro aviones comerciales. Dos fueron impactados contra las Torres Gemelas, uno contra el Pentágono en Washington D.C. y un cuarto se estrelló en Shanksville, Pensilvania, tras la intervención de los pasajeros.

Según cifras oficiales, 2,753 personas murieron en el World Trade Center; 1,653 restos han sido identificados, mientras que 1,100 permanecen sin reconocer.