EE.UU. intensifica presión sobre Venezuela y evita confirmar acciones militares

El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, evitó confirmar si la Administración Trump busca deponer al presidente venezolano, Nicolás Maduro, pero advirtió que la estrategia en Venezuela se enfoca en “defender los intereses” de Estados Unidos.

Durante una rueda de prensa de fin de año, Rubio calificó al gobierno de Maduro como un “régimen ilegítimo” que coopera con grupos terroristas, y afirmó que “no hay nada que impida” bloquear el ingreso y salida de buques petroleros sancionados en puertos venezolanos.

“Tenemos un régimen ilegítimo que coopera abiertamente con terroristas que amenazan la seguridad de Estados Unidos”, afirmó el funcionario, al referirse a supuestos vínculos del chavismo con Irán, Hizbulá, el narcotráfico y grupos armados colombianos como el ELN y disidencias de las FARC.

Sin confirmar una guerra, pero tampoco la descarta

Rubio evitó responder si Washington contempla acciones militares directas contra Venezuela o si sería necesario el aval del Congreso para ejecutar ataques. “No ha pasado nada que nos obligue a solicitar la aprobación del Congreso”, se limitó a decir.

Las declaraciones se producen en paralelo a una entrevista publicada por NBC News, en la que el presidente Donald Trump tampoco descartó la posibilidad de un conflicto armado. Cuando se le preguntó si busca derrocar a Maduro, respondió: “Él sabe exactamente lo que quiero… más que nadie”.

Medidas de presión

Trump ordenó el martes bloquear la entrada y salida de Venezuela de todos los buques sancionados por EE.UU., una medida que se suma a la incautación de un petrolero con crudo venezolano, registrada la semana pasada cerca de las costas del país sudamericano.

Rubio confirmó que en las últimas horas salieron cuatro embarcaciones, aunque aclaró que sobre estas no pesaban sanciones. Recalcó que “no existe nada que vaya a impedir” la aplicación de la legislación estadounidense sobre los buques sancionados.

El gobierno de Trump acusa a Maduro de encabezar el denominado “Cartel de los Soles”, lo cual Caracas niega. El aumento de la presión forma parte de una política exterior más agresiva que, según analistas, marca un giro respecto a la campaña electoral de Trump, en la que prometió evitar nuevos conflictos internacionales.

Sin embargo, desde su regreso al poder, la Casa Blanca ha intensificado su discurso en América Latina, reactivando elementos de la Doctrina Monroe y apostando por un mayor protagonismo en la región. Venezuela y Cuba han sido los blancos principales.

El debate sobre la legalidad de estas acciones persiste. El Partido Demócrata insiste en que el Ejecutivo necesita la autorización del Congreso para atacar embarcaciones o ejecutar cualquier acción armada fuera del país.