Categoría: Opinión

  • El trabajo forzado en las prisiones castristas

    El trabajo forzado en las prisiones castristas

    Las penitenciarías del sistema penal cubano tienen claras instrucciones de hacerle la vida lo más difícil posible a los presos y que todos los esbirros que prestan servicio en esas instancias tienen que estar dispuestos a las vilezas más extremas, entre otras, obligar a los sancionados a jornadas de trabajo crueles e inhumanas.

    Tema que aborda en un reciente informe la ONG, Prisoners Defender, una entidad radicada en España que cumple la difícil tarea de mantenernos informados sobre el presidio político cubano sin olvidar los numerosos presos de otras categorías que hay en la Isla por las injusticias propias del totalitarismo castrista.

    El informe en cuestión alude “la alarmante situación del trabajo forzoso en los centros penitenciarios cubanos, revelando y demostrando, sin dar lugar a la duda, la dolorosa y criminal situación de trabajo forzoso ejercido por el Estado, con fines económicos y punitivos sobre un total de 60 mil de entre los 90 mil internos penales y 37.458 sancionados en régimen abierto en el país.

    El documento detalla “que las leyes en Cuba amparan de manera impúdica y explícita el trabajo forzoso de los reos y sancionados. La elaboración de carbón, agrícola, de tabaco o el corte de caña bajo las más inhumanas condiciones de esclavitud, y la producción obtenida de tales labores, es destinada en su totalidad a la exportación, fundamentalmente a países europeos como, por este orden, España, Portugal, Italia, Grecia y Turquía”.

    El pliego certifica, además, la histórica complicidad de la Europa democrática con la dictadura cubana, una relación incomprensible que solo puede justificarse por las añoranzas comunistas o fascistas, de algunos líderes del viejo continente que a través de la Unión Europea subsidian la dictadura insular, como ha denunciado en numerosas ocasiones la Asamblea de la Resistencia Cubana.

    La lectura del valioso informe de Prisoner Defenders conduce inexorablemente al Presidio Modelo de Isla de Pinos, una cárcel en la que el trabajo forzado alcanzó un nivel de sordidez comparable a los campos de trabajo de los gulag soviéticos y chinos, muy próximos a los campos de concentración nazis.

    El Reclusorio para varones de Isla de Pinos, fue, en lo que al trabajo forzado respecta, un centro de experimentación que fracasó en su empeño. La resistencia constante de los presos y el heroísmo de quienes “plantaron” al Plan de Trabajo Camilo Cienfuegos hizo comprender a la tiranía que estaba obligada a clausurar ese reducto de resistencia para lograr alcanzar el control que deseaba, tal y como afirmó en una de sus conferencias el exprisionero político Ramiro Gómez Barruecos.

    En los ominosos planes de trabajo esclavo, el Plan Morejón, que experimento entre otros el desaparecido Francisco “Paco” Talavera, como el Camilo Cienfuegos, que describe en un excelente artículo otro expreso político, Roberto Jiménez, se puede apreciar la maldad del castrismo, porque a las innumerables horas de labor hay que incorporar los asesinatos, lisiados y la demencia de incontables encarcelados que solo cumplían con el deber de amar a su Patria.

    Las condenas que dicta el sistema penitenciario castristas son muy particulares, una de ellas es la confiscación de los bienes del sancionado, incluidas las viviendas cuando ambos cónyuges han sido penados, lo que ha generado siempre un escenario desesperante para la pareja cuando salen de la cárcel sin tener donde vivir, debido a la crónica escasez de habitaciones que sufre el país; a lo que hay que agregar que siempre disponen que el recluso cumpla la sanción lo más alejado de sus familiares en un país donde transportarse es una agonía.

    No obstante, es el trabajo forzoso, en condiciones inhumanas, el castigo más cruel. Largas e intensas jornadas de trabajo, bajo una perenne vigilancia sin que falten abusos y malos tratos, seguido por un ineludible regreso a la soledad carcelaria solo amparada por la espera de la visita familiar que puede ser suspendida por la voluntad de un sicario malhumorado. Esas son las normas en la existencia de un preso en Cuba, sin que importe si es político o de derecho común.

    Al trabajo forzado hay que sumarle el hambre que es mucho menos penosa que el hacinamiento, la ausencia de atención médica o la negación del agua, todos superados, por el conocimiento de los malos tratos y abusos que sufre la familia, lo más devastador que padece un prisionero.

    El autor es periodista cubano.

  • La Corte de Cuentas ante el acuerdo con el FMI: oportunidades de mejora institucional

    La Corte de Cuentas ante el acuerdo con el FMI: oportunidades de mejora institucional

    El reciente acuerdo de Facilidad de Fondo Ampliado (EFF) firmado entre El Salvador y el Fondo Monetario Internacional representa un hito en la política fiscal del país. Más allá del alivio financiero que supone, el acuerdo ofrece una oportunidad valiosa para fortalecer la institucionalidad fiscal, especialmente el papel de la Corte de Cuentas de la República (CCR), órgano clave en la vigilancia del uso de los recursos públicos. Diversos informes internacionales, entre ellos los del propio FMI, la Encuesta de Presupuesto Abierto y el Reporte de Transparencia Fiscal del Departamento de Estado de los Estados Unidos, han coincidido en señalar la necesidad de reforzar la independencia y capacidad técnica de la entidad contralora del Estado salvadoreño.

    Una gestión fiscal responsable requiere instituciones sólidas y transparentes. Según la más reciente edición de la Encuesta de Presupuesto Abierto del International Budget Partnership, El Salvador obtuvo una calificación de 61 puntos sobre 100 en vigilancia presupuestaria.

    En este ámbito, la Corte de Cuentas alcanzó 72 puntos, superando a la Asamblea Legislativa y destacándose por su aporte al control del gasto público. Sin embargo, persisten desafíos importantes: ampliar el acceso a los informes de auditoría, garantizar que los más relevantes lleguen a conocimiento de la Asamblea Legislativa y realizar una auditoría financiera completa conforme a los estándares internacionales a la liquidación del presupuesto ejecutado del Estado. Como aspecto favorable, la legislación salvadoreña permite la participación ciudadana en la fiscalización cuando se sospecha un uso irregular de fondos, siendo este un aspecto alentador que puede favorecer el mejor uso de fondos.

    El Departamento de Estado de los Estados Unidos, en su Reporte de Transparencia Fiscal, reconoce los avances de la Corte de Cuentas, pero insiste en la necesidad de que sus auditorías abarquen todo el presupuesto ejecutado y que la institución cumpla con los principios de independencia establecidos internacionalmente. En esa línea, el acuerdo entre el FMI y el Gobierno salvadoreño contempla la presentación, antes de diciembre de 2025, de una propuesta de reforma legal para fortalecer la autonomía institucional y financiera de la Corte de Cuentas, otorgándole además un mandato claro en materia anticorrupción.

    Con base en el Acuerdo entre el Gobierno de El Salvador y el Fondo Monetario Internacional, la reforma deberá alinearse con las mejores prácticas internacionales, tomando como referencia la Declaración de México de la INTOSAI, que consagra los principios de independencia de las entidades fiscalizadoras superiores, y la Declaración de Abu Dabi de la ONU sobre integridad institucional.

    Entre los cambios esperados figuran una mayor independencia política y técnica, un mandato ampliado para investigar irregularidades administrativas y financieras, y mecanismos de coordinación con la Fiscalía General de la República mediante protocolos de intercambio de información y remisión de casos. Estos ajustes permitirían transformar la Corte de Cuentas en un órgano de control moderno, técnico e independiente, capaz de detectar y prevenir la corrupción en la gestión pública.

    El acuerdo con el FMI debe verse, más que como una imposición externa, como una oportunidad para avanzar hacia una cultura  de responsabilidad en el uso de los fondos públicos. Publicar auditorías pendientes, proporcionar datos fiscales y adoptar estándares internacionales no son metas ajenas al país, sino pasos concretos hacia una gestión pública más eficiente y confiable. Cada acción de apertura, cada informe disponible y cada avance en rendición de cuentas contribuye a fortalecer la confianza ciudadana y la sostenibilidad fiscal.

    El Salvador se encuentra ante un momento decisivo. La modernización de la Corte de Cuentas no solo podría mejorar la calidad del gasto público, sino que también puede consolidar la confianza en las instituciones y la capacidad del Estado para administrar con probidad los recursos de todos. Aprovechar este impulso con determinación es clave. La fecha clave es diciembre de 2025 donde las propuestas deben estar en el congreso salvadoreño para que puedan ser discutidas y, una vez aprobadas, fortalecer el proceso de evaluación del gasto público.

    *Rommel Rodríguez es economista de Funde

  • Negociar con la sangre: el costo político y moral de pactar con pandillas en El Salvador

    Negociar con la sangre: el costo político y moral de pactar con pandillas en El Salvador

    Por años, El Salvador ha sido rehén de una violencia estructural que ha cobrado miles de vidas. En este contexto, la reciente condena de exfuncionarios de los partidos FMLN y ARENA por negociar con pandillas para obtener apoyo electoral y cometer fraude electoral en las elecciones de 2014 y 2015 representa no solo un hito judicial, sino una profunda herida en la ética democrática del país. Benito Lara, Ernesto Muyshondt, Arístides Valencia y otros actores políticos fueron sentenciados a penas de hasta 28 años de prisión por fraude electoral y agrupaciones ilícitas, tras comprobarse que ofrecieron dinero y beneficios carcelarios a líderes de la MS-13 y Barrio 18 a cambio de votos y de amenazar a la población por el apoyo o no a dichos partidos políticos.

    Este caso revela una verdad lamentable y vergonzosa: las pandillas no solo han sido actores criminales, sino que fueron convertidas en actores políticos por quienes debían combatirlas. Por ambos partidos que gobernaron el país por 30 años. La institucionalización de estos grupos como interlocutores válidos en procesos electorales es una traición a la ciudadanía, especialmente a las víctimas de la violencia pandilleril. Negociar con estructuras que han sembrado el terror en comunidades enteras equivale a legitimar su poder territorial y simbólico. Es, en esencia, negociar con la sangre, la vida y la libertad de los salvadoreños.

    Desde una perspectiva criminológica, este tipo de pactos representa una forma de “insurgencia criminal”, donde grupos violentos no estatales desafían al Estado no para derrocarlo, sino para obtener autonomía y beneficios económicos mediante el control social y político de territorios. Al pactar con ellos, los partidos políticos no solo cedieron poder, sino que contribuyeron a la consolidación de un seudo-Estado paralelo, donde la ley de las armas de fuego, la amenaza, extorsión, desplazamientos forzados reemplazó al Estado de derecho.

    Las implicaciones son múltiples. Primero, se erosionó la confianza ciudadana en las instituciones democráticas. ¿Cómo puede el pueblo creer en dichas elecciones que fueron limpias si los votos fueron comprados con pactos oscuros? Segundo, se debilita la legitimidad del sistema judicial, que durante años fue cómplice por omisión o por incapacidad. Tercero, se perpetúa el ciclo de violencia, al enviar el mensaje de que el crimen organizado puede negociar su impunidad si tiene suficiente poder de fuego o influencia territorial.

    Este caso también plantea una pregunta urgente: ¿cuál es el límite ético de la política? La búsqueda de poder no puede justificar alianzas con el crimen organizado. La democracia no puede construirse sobre cadáveres ni sobre pactos con quienes han convertido la vida en las comunidades en una moneda de cambio.

    Lo que sucedió en los tribunales con una tardìa justicia por falta de voluntad política de quienes les correspondió en aquellos años y no lo quisieron hacer, no es novedoso en diferentes medios de comunicación lo sostuve de los pactos con el crimen organizado y las pandillas de los partidos políticos ARENA y FMLN que ante la ausencia de una plataforma o propuesta creíble decidieron negociar e ir a buscar ellos a los criminales con la autorización y visto bueno de sus cúpulas y máximas autoridades partidarias y quizás de sus financistas. Quedan muchas preguntas sin resolver cómo quienes proporcionaron el dinero que se les entrego a las pandillas criminales, quienes fueron los ideólogos, porque los ahora condenados guardan silencio y van a cumplir sendas condenas en el olvido. Pero ahora ya existe una verdad judicial y una sentencia.

    La condena judicial es un paso importante, pero insuficiente. Es mi opinión que jurídicamente existe fundamentación y legalidad para iniciar un proceso de cancelación de dichos partidos políticos por comprobarse el fraude electoral de autoridades en la toma de decisiones, no son solo militantes o simpatizantes, y conociendo la verticalidad de dichos institutos no es creíble que fuera una decisión sin el conocimiento de sus máximas autoridades y representantes, incluyendo presidentes y secretarios generales. Porque tendríamos que renunciar a lo establecido en la Ley. Porque el Tribunal Supremo Electoral TSE no actúa de oficio ante el fallo judicial que ha sido público y tantas noticias criminis. Y, sobre todo, necesitamos recordar y dejar en claro que la seguridad y la paz no se negocia con quienes han hecho de la violencia su estilo de vida, con los actores del crimen organizado.

    * Ricardo Sosa es doctor y máster en Criminología

    @jricardososa 

  • Entre la verdad y la sombra: la nueva era de la censura

    Entre la verdad y la sombra: la nueva era de la censura

    Stalin mandaba borrar de las fotografías a los colaboradores que caían en desgracia. En la Alemania nazi, el Ministerio de Propaganda, dirigido por Joseph Goebbels, controlaba por completo la prensa, la radio, el cine y la literatura. En España, la Ley de Prensa de 1938 impuesta por Franco estableció la revisión previa obligatoria de todo material publicado. En Corea del Norte, Kim Jong-un mantiene un control absoluto sobre internet y los medios de comunicación; solo se puede acceder a información aprobada por el Estado. Y en Rusia, el célebre Putin ha restringido la prensa, cerrado medios independientes y perseguido a periodistas críticos de su régimen. Incluso Estados Unidos, paladín de la democracia, actualmente utiliza el acoso legal y castigo con pérdida de ingresos contra medios de información para fomentar el temor a la difusión de noticias que critiquen a su presidente.

    Cuán satisfechos estarían los dictadores del pasado y del presente al ver el amplio régimen de censura que aún se aplica en muchos países, incluido el nuestro. Estamos llegando a la distopia que nos planteaba George Orwell en su novela “1984”, con una sociedad totalitaria controlada por un régimen omnipresente y su ministerio de la verdad.

    ¿Que entendemos por censura y para qué sirve?

    La censura es la supresión, control o limitación de información, ideas o expresiones por parte de una autoridad, ya sea un gobierno, institución o grupo de poder, con el objetivo de impedir que el público acceda a ciertos contenidos que se consideran indeseables, peligrosos o inconvenientes.

    Mantener el poder político, controlar la opinión pública, proteger la moral o valores “oficiales” son los objetivos primordiales de la censura para evitar el cuestionamiento, y/o debilitar la autoridad de los grupos de poder.

    Evolución de la censura en nuestro país:

    Antes del actual gobierno, la Ley de Acceso a la Información Pública (LAIP) fue aprobada en 2011, durante la presidencia de Mauricio Funes (FMLN). Esta ley permitió la creación del Instituto de acceso a la información Pública (IAIP), entidad que aseguraba que todo ciudadano salvadoreño tuviese acceso a información estatal. Entre 2011 y 2018, aunque hubo casos de opacidad o retrasos, el acceso a datos públicos fue relativamente amplio. Los ciudadanos y periodistas podían solicitar informes sobre gastos, salarios, compras públicas, etc. Pero todo cambio con la llegada de Nayib Bukele al poder en junio de 2019.

    En 2020, el gobierno clasificó como “reservada” gran parte de la información relacionada con gastos en publicidad, viajes, contratos y compras de emergencia (por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19). Durante este año, se comenzó a negar información solicitada por periodistas y organizaciones civiles, alegando “seguridad nacional” o “protección de datos personales”. Durante este tiempo, el IAIP sufrió el cambio de comisionados independientes por funcionarios “amigables”, así debilitando su autonomía. Con esta infusión de personas afines al gobierno, el instituto comenzó a avalar la reserva de información en casos donde antes habría exigido transparencia.

    Desde 2021, muchas instituciones del Estado ya no publican datos actualizados (por ejemplo, sobre finanzas públicas, seguridad o salud). Diferentes medios independientes de información han denunciado obstáculos sistemáticos para acceder a fuentes oficiales. En 2023, el gobierno reformó procedimientos administrativos que facilitan declarar como “reservada” casi cualquier información.

    La censura nos mantiene en la oscuridad. Limita y debilita la participación ciudadana y por ende la democracia. Cuando los gobiernos censuran información o medios de comunicación, los contrapesos se debilitan. A largo plazo, esto genera concentración del poder, y puede derivar en regímenes totalitarios. La censura permite ocultar irregularidades financieras, contratos sospechosos y desvíos de recursos. Los abusos de poder y la corrupción se multiplican. De acuerdo con la clasificación en el índice de percepción de la corrupción, en el 2024, El Salvador cayo al puesto 126 de 180 países.

    La censura facilita proyectar una imagen idealizada del gobierno, incluso cuando la realidad es muy distinta. Es muy clara la contradicción de la percepción del ciudadano común salvadoreño, por ejemplo, con respecto al estado de la economía nacional, y los reportes técnicos producidos por entidades como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. La censura fomenta desinformación, rumores y teorías conspirativas, ya que la ciudadanía busca información en fuentes no oficiales. Pensadores como John Stuart Mill, argumentan que la censura limita la búsqueda de la verdad y restringe el desarrollo moral e intelectual de las personas. La búsqueda de la verdad, un concepto cada vez más ajeno en nuestro país.

    *El Dr. Alfonso Rosales es médico epidemiólogo y consultor internacional

     

     

  • Crespín/Octubre

    Crespín/Octubre

    Antes, en octubre, aquellos vientos anunciaban el verano y prometían las flores de enero a marzo. Ahora, octubre es húmedo, tanto, que parece mayo o junio. Pero, qué cosas, el estallido de flores de enero y de febrero y de marzo, en maquilishuat y en cortés blanco y en árbol de fuego no falta a la cita.

    Así es la obra plástica de Augusto Crespín que, desde la década de 1970, año con año, ha venido desplegando colores, líneas precisas para sus figuraciones (en realidad, sus interpretaciones) y sueños. Los tiempos han cambiado, pero el Artista ha sabido aspirar el aroma de estas horas.

    Ya no sos el mismo, le habrán dicho por ahí, y es cierto, ya no. Sin embargo, se trata de una mejor versión de aquel muchacho nacido en las faldas del volcán de San Salvador seis décadas atrás. Ha evolucionado. Ha visto el mundo y sus demonios y sus humores le han estallado en la cara. Pero el artista plástico que Augusto es, ha sabido arrostrar las augustas horas que han llovido sobre sus lienzos y sus papeles.

    Ha sido un angosto camino por el que ha transitado este Artista, alumno de Valero Lecha. Pero no se ha arredrado. Él sigue con su paleta de colores y sus pinceles y sus trazos capturando las briznas de la humana realidad que no rehúye.

    Con la llegada del fin de la guerra, en 1992, Augusto Crespín pudo haber ‘adelgazado’ su arte, descuidado su introspección, y entonces… se habría ido por el tragante. ¡Se lo habría comido el Lobo Feroz! No ha sido así. Crespín es un Artista pleno, dueño de su técnica y autónomo en sus ideas. No ha tenido necesidad de usar máscaras. Lo que ha dibujado, lo que ha pintado, lo que ha grabado está ahí y se reconoce su estilo, su postura estética.

    En la historia de la plástica centroamericana Augusto Crespín tiene ganado su sitio de forma merecida.

    El mercado de Arte, en esta zona del mundo, no debería ser el parámetro para establecer la calidad artística. Si vende mucho, entonces vale. Si vende poco, entonces no. Por suerte, esas disquisiciones no han preocupado nunca a Augusto, quien siempre ha sido un constante y disciplinado artista plástico, sin cuerda que lo ate y siempre abierto a los cambios del mundo.

    Hay perfiles de algunos de los personajes que dibuja Crespín donde es claro que el Artista está vién-do-se lo que ve. O lo que no vemos. O peor aún: lo que no queremos ver. Como el Poeta, el Artista Plástico interroga su mundo, y no se conforma con
    lo que ve y oye y siente: quiere ir al fondo, a la fuente, al origen del ‘borbollón’ ―del que hablaba Salarrué―, y es desde esa atalaya desde donde paisajes y personajes emergen en Augusto Crespín.

    La institucionalidad cultural salvadoreña siempre estará en deuda con los artistas plásticos, a quienes nunca ha sabido valorar, comprender y apoyar. Y esto es de larga data, lo vivieron Valero Lecha, Salarrué, Zélie Lardé, José Mejía Vides, Alfredo Cáceres Madrid, Camilo Minero, Julia Díaz, Carlos Cañas, Benjamín Cañas…, y lo viven Bernardo Crespín, Antonio Bonilla, César Menéndez, Augusto Crespín, Mayra Barraza, Ricardo Clement… No se trata de prebendas, sino de un empeño sostenido para que las artes plásticas nunca pierdan su llama entre nosotros.

    Hay una pieza reciente de Crespín que, para comenzar, con su título, ‘Sr. de la literatura, incansable buscador de espacios intangibles’ (acuarela y tinta sobre papel, 2025), muestra sus señales inconfundibles de identidad artística. Ese hombre de perfil anguloso, de chaleco o poncho azul, de nariz como cuchilla y de gorro de fiesta (¿o de dormir?) lanza su mirada hacia algún lado indefinido o ha cerrado los ojos y ‘mira hacia adentro’. Ese tono rosa y amarillo del fondo de la pieza plástica le da a la escena, a pesar de la seriedad del personaje, incrustado en sus afanes y en sus ensoñaciones, un aire esperanzador y nostálgico a la vez.

    En este octubre, Augusto Crespín, sigue su andadura con sus instrumentos de auscultar el tiempo y la vida. Y nos recuerda en cada trazo, en cada paisaje rasgado y en sus múltiples caras que asoman en sus cuadros, que el Artista hoy y siempre debe ser siempre un adelantado, no un espectador inmóvil.

    *Jaime Barba, REGIÓN Centro de Investigaciones

  • Los problemas endógenos y exógenos del sistema educativo público salvadoreño (II)

    Los problemas endógenos y exógenos del sistema educativo público salvadoreño (II)

    Analizo la segunda parte de variables endógenas y exógenas de los centros educativos públicos de El Salvador; las endógenas se pueden controlar; sin embargo, las exógenas, son las que conllevan problemas, las cuales hacen dificultoso tener a un sistema educativo óptimo y eficaz.

    Con respecto al desarrollo del aprendizaje de los niños, los factores endógenos y exógenos son los que moldean esos aprendizajes y, es el entorno cultural, familiar y social el que determinará su éxito. Acá se mezclan esos dos factores que hemos venido analizando. Una interrogante crucial: ¿Por qué razón el Ministerio de Educación no analiza los diferentes planes curriculares que se han ejecutado a través de la historia para tener un mejor sistema educativo?

    Según Vygotski, “Los niños desarrollan su aprendizaje mediante la interacción social: van adquiriendo nuevas y mejores habilidades cognoscitivas como proceso lógico de su inmersión a un modo de vida. Aquellas actividades que se realizan de forma compartida permiten a los niños interiorizar las estructuras del pensamiento y comportamentales de la sociedad que les rodea, apropiándose de ellas”.

    Es acá en donde el sistema educativo salvadoreño debe poner hincapié, las reformas educativas sirven de mucho; sin embargo, para tener mejores habilidades cognoscitivas y educación de calidad, se debe priorizar el proceso de enseñanza-aprendizaje desde la niñez.

    En el libro “La eficacia escolar en El Salvador”, de Gustavo Alonso Ramos, analiza variados factores, uno que se extrae es el factor exógeno, la situación socioeconómica de la familia. Según el MINED (2000) “la situación socioeconómica de la familia hace una valoración de dicho factor como determinante en el éxito del estudiante porque le provee de herramientas necesarias para efectuar sus labores académicas eficazmente”. Aunque, el éxito de un estudiante se comprueba que es a través de su esfuerzo, no importa el extracto social o socioeconómico.

    Si el MINED reconstruye una escuela, es un factor importantísimo y por lo tanto una satisfacción para todos. Eso sí, se debe contemplar la calidad educativa, no solo la infraestructura. Además, los profesores deben de incentivar a sus alumnos sobre la importancia de estudiar. Es necesario que los centros educativos cuenten con profesionales competentes que identifiquen las habilidades y aprendizajes de los estudiantes.

    Se sabe cuáles son los factores que intervienen en la calidad educativa; sin embargo, es de analizar aspectos relacionados con la deserción escolar, es algo que preocupa; no solo a los niveles educativos desde primaria hasta bachillerato, sino a las universidades.

    Entre otras causas que vienen a contribuir a que los estudiantes no aprendan o no quieran seguir estudiando, están las variables: muchos quieren ser influencers, youtubers, generadores de contenido, etc. Hasta algunos padres de familia lo corroboran.

    Cada país tiene sus problemas estructurales para llevar óptimamente el proceso de enseñanza-aprendizaje. Un problema complejo en el sistema educativo público es que no hay inversión suficiente. Eso lo demuestra el informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el cual manifiesta que, en América Latina, la inversión en educación bajó en los últimos 20 años.

    Para ir concluyendo, es importante que los centros educativos tengan estadísticas sobre deserciones escolares; un factor que golpea mucho al sistema educativo. Siendo la deserción escolar es una variable compleja de solventar. Los embarazos, la migración, el trabajo infantil, la desmotivación escolar, la falta de educación o escolaridad de los padres de familia son factores que contribuyen a que los estudiantes ya no continúen sus estudios. Recordemos que, en El Salvador, el promedio de estudios de la población es hasta séptimo grado.

    Se debe mejorar la lectoescritura y comprensión lectora, que se apueste a una mejor calidad educativa, que disminuya el abandono escolar, que haya maestros mejor remunerados, entre otras variables. Los problemas se pueden ir paliando si el MINED le apuesta a un mejor país en el rubro educativo.

    Es importante que las variables analizadas sean un preámbulo para poder cambiar el rumbo de la educación pública. Hay casos de éxito, pero hace falta realizar un trabajo exhaustivo para poder tener cambios en el sistema educativo.

    *Fidel López Eguizábal es docente e investigador Universidad Nueva San Salvador

    fidel.lopez@mail.unssa.edu.sv

     

  • Al pan, pan…

    Al pan, pan…

    “Población en extrema pobreza en El Salvador crece por tercer año consecutivo”. “La pobreza se agrava por el hacinamiento, analfabetismo y el desempleo”. “El 27.2% de los hogares viven en pobreza en El Salvador”. “La pobreza: una enfermedad crónica en El Salvador”. “Ingresos de los más pobres se han reducido desde 2019 en El Salvador”. “El Salvador suma más de 21.300 personas en pobreza extrema en 2024, un 3,62% más que 2023”. “Hambre en aumento: se profundiza la crisis alimentaria en El Salvador y golpea con más fuerza a los más pobres”.

    Estos son algunos titulares de prensa emitidos durante los últimos tres meses; su denominador común, como es notorio, tiene que ver con la difícil situación económica y social en la que permanece buena parte de nuestra gente. Se dice, asimismo, que alrededor del 30 % de esta se encuentra sumergida en una situación de pobreza generalizada; esto, en números, se traduce en más de un millón ochocientas mil personas. ¿Preocupante, verdad? Debería serlo; pero, además, vergonzante.

    Dicha situación penosa y angustiante, se confirma con los datos arrojados por los resultados de la última encuesta presentada por el Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP); este ente, parte de la proyección social institucionalizada por Ignacio Ellacuría desde hace mucho dentro de la casa jesuita de estudios superiores salvadoreña, consultó hace poco sobre el principal problema que el pueblo de abajo y adentro resiente en su día a día. Así se hermanaron en el listado la economía, el desempleo, el alto costo de la vida y la pobreza. En alrededor del 70 % de las opiniones, estos asuntos fueron ubicados como sus mayores desesperos. Esa es la penosa y sofocante sobrevivencia extendida; no la “color de rosa” que el oficialismo pretende que nos traguemos.

    Y es que –como bien señala Lanssiers– sería bueno comenzar por “quitar al mismo vocabulario el barniz que disimula la realidad pútrida. El calificar la mierda de ‘transformación bioquímica de los alimentos’ no la hace más apetitosa”. “La confusión en los términos lleva invariablemente a la confusión mental”, remata este con total certeza. Para tratar de evitar o superar esto, recurramos a dos voces por demás autorizadas que le llaman al pan, pan y al vino, vino. La primera con un impacto universal reciente: la del papa León XIV; la segunda, de alguien cuya figura inspira a este y a buena parte del mundo: san Romero de América.

    Remontándose a los años inmediato posteriores al Concilio Vaticano II ‒durante la segunda mitad de la década de 1960‒ el actual pontífice nos recuerda en su primera exhortación apostólica recién publicada que, en “casi todos los países de América Latina”, resultó ser muy fuerte “la identificación” eclesial “con los pobres y la participación activa en su rescate”; sostuvo además que el catolicismo terminó siendo conmovido “ante tanta gente pobre que sufría desempleo, subempleo, salarios inicuos y estaba obligada a vivir en condiciones miserables”. En tal escenario ubica el martirio de nuestro santo como “un testimonio y una exhortación viva para la Iglesia”; Romero ‒aseguró su santidad‒ “sintió como propio el drama de la gran mayoría de sus fieles, quienes ocuparon el centro de su opción pastoral”. Por eso, que quede claro, como buen pastor entregó sin pequeñeces su sangre en defensa de los derechos humanos de su rebaño; tanto de los civiles y políticos como de los económicos, sociales y culturales.

    ¿Qué ha cambiado acá desde entonces? Pese a su martirio en un entorno adonde una alarmada clase opresora y el aparato estatal represivo a su servicio enfrentaba la lucha popular organizada, de la subsecuente guerra abierta entre los ejércitos gubernamental e insurgente, de los acuerdos que le pusieron fin a la misma, de las ambiciones cortoplacistas de quienes mal administraron la cosa pública en la posguerra y del parto de los montes que ahora mal gobierna al país ‒surgido en gran medida de las imbecilidades propias de bajeras dirigencias partidistas‒ la realidad de nuestras mayorías populares permanece siendo la de la violación de sus derechos humanos. Ojo: nunca quedó atrás el atropello de los económicos, sociales, culturales, medioambientales y demás; ello, no obstante los mínimos y tímidos avances en lo relativo a los civiles y políticos que nos dejamos arrebatar.

    Esa realidad nos platea un gran desafío: aprender de las lecciones pasadas, malas y buenas, para iniciar y marcar el paso en el camino hacia la verdadera paz desde la ruta de Romero. Porque bien dijo este que “las violencias seguirán cambiando de nombre, pero habrá siempre violencia mientras no se cambie la raíz de donde están brotando todas esas cosas tan horrorosas de nuestro ambiente”.

     

  • El espiral vital

    El espiral vital

    Hace ya varios años, previo a una presentación en el Teatro Nacional, recuerdo haber visto proyectado en la cortina principal del escenario, un video que mostraba a la humanidad en sus ciclos históricos. Civilizaciones con sus aportes, aciertos y desaciertos; podía observarse tomas de las pupilas expectantes, en donde el asombro se columpiaba, algunas veces caía pero siempre volvía al ruedo por el soplo humano del saber, yendo de blanco y negro a color, de excavaciones en inhóspitas tierras que compartían igual oscuridad que las misiones en el fondo del océano, para luego maravillarse de un cuestionado alunizaje; de guerras, hambrunas, éxodos y todo esto y más al compás de la premiada composición Bolero de Maurice Ravel. Que al unísono de su crescendo, aparecían imágenes históricas de los tiempos más álgidos, de las luchas, de los conflictos que definieron a generaciones, las que se desarrollaron dentro de una civilización que como un hilo entrelazado van conformando la historia; talvez no linealmente, pero si en ciclos con propias características.

    En relación a esto, el filósofo español José Ortega y Gasset habló sobre la idea de las generaciones en el sentido de cómo estas influyen en la historia, como la evolución se hace presente en el cambio generacional ante los aspectos sociales, políticos, económicos o religiosos.

    Dichos elementos de siempre presentes en la historia, pueden ser percibidos por estas y si así sucediera, puede existir la espontaneidad previamente a tener una sensibilidad vital para modificarlos parcial o totalmente, así mismo, proponer algo nuevo y mejor; o, como caso contrario, serán estos aceptados y continuados sin objetar mínimamente lo establecido.

    Cada generación define una época, tiene y deja algo que la identifica de las anteriores y en ocasiones puede ser un referente a las venideras. Pero Ortega y Gasset también señaló sobre las variantes en cuanto a la sensibilidad vital de cada generación. Creo que esas “variantes” definieron y seguirán haciéndolo, si se presenta de esta manera el nivel de conciencia no es igual para todos los individuos y como ya lo sabemos, no existen generalizaciones ni máximas pétreas, al menos no en esta vida.

    Seguramente cuando una generación, generalmente unos cuantos, que comparten esa espontaneidad de decidir tomar acción en cualquier aspecto desde su sentir, deja una huella significativa. Y pienso que sucede con una armonización de intangibles que ocurren en el momento exacto para la consecución de sus propósitos, aun teniendo en su contra esos remolinos grises y ensordecedores que aparecen ante el temor de un cambio, de un replanteamiento de ideas de cariz evolutivo, pero que persisten en su desistimiento.

    Creo que cada generación hemos heredado un poco de las que nos antecedieron, así como hemos gozado de lo que estas allanaron positivamente el camino para nosotros, pero también hemos cargado con vicios y errores que no fueron tocados con el velo de la concientización evolutiva y racional; al final, el ciclo vital de la humanidad.

    Podrían leerse estas líneas un tanto simplistas ante el mismo fenómeno de vida, pero no lo es. Es solo una atrevida manera de tratar de comprender el peregrinar del espíritu entre el nacer, descubrir, sentir y luego partir dentro de un marco de espacio y tiempo determinados.

    Cada generación que nace sigue y seguirá maravillándose de lo que va conociendo, pues es su tiempo, su época, su momento, ninguna mejor que otra. Todas arrastran omisiones, temores, dolores, vacíos que no fueron vistos o se ignoraron, estos y otros que fueron encontrados en el espiral vital.

    Cada uno tenemos la experiencia propia de vivir y que oportuno fuese que se incluyera la sensibilización vital para potenciar nuestro paso por acá.

    *Ivette María Fuentes Cortez es abogada 

  • Importancia de la detección temprana del cáncer de mama

    Importancia de la detección temprana del cáncer de mama

    Lady Ponce y Consuelo Ábrego, dos valiosas mujeres, pasaron a engrosar la lista de las mujeres salvadoreñas que fallecieron víctimas del cáncer de mama. Lady era una destacada periodista y Consuelo era mi prima. Sus decesos fueron muy lamentables y nos motivan a tener conciencia de la fatalidad de esta enfermedad.

    A Lady que murió en abril de 2017 a los 35 años, le detectaron la enfermedad entre  2015 y 2016 y ella luchó por su vida hasta convertirse en estandarte nacional de la lucha contra el cáncer de mama con apoyo de la Fundación Edificando Vidas. Los médicos lograron controlarle la enfermedad, desgraciadamente la misma le hizo metástasis (las células cancerígenas se diseminan a otras partes del organismo) y esa fue la causa de su deceso. Consuelo. una pequeña comerciante, falleció a los 50 años y ella ni siquiera tuvo oportunidad porque el cáncer le fue detectado en la etapa terminal, su muerte fue dolorosa para ella y toda la familia.

    El cáncer de mama es una enfermedad ingrata, a veces hereditaria o genética y otras veces adquiridas por el estilo de vida (alimentación, falta de ejercicio, enfermedades y otros factores). Esta enfermedad no respeta ideologías, clases sociales, grados de escolaridad, ni edad, aunque sus víctimas suelen ser prioritariamente mujeres mayores de 30 años y menores de 65.  La OMS señala que son miles de casos en los cuales también se ha detectado la enfermedad en hombres.

    Según la Organización Mundial para la Salud (OMS) anualmente en el continente americano un promedio de 460 mil mujeres son diagnosticadas con dicha enfermedad, de dicha cantidad más de 2 mil son detectados en nuestro país. Mientras el cáncer de próstata es el más común en hombres, en las mujeres es el cáncer de mama. Ambas formas cancerígenas son tratables y controlables si se detectan a tiempo, prueba de ello es que anualmente fallecen cerca de 100 mil mujeres, es decir que de cinco mujeres con cáncer de mama cuatro logran sobrevivir, generalmente porque se les detectó tempranamente la enfermedad y se sometieron al tratamiento pertinente.

    Para luchar contra la enfermedad y por iniciativa de la OMS, desde 1988 cada 19 de octubre se conmemora el Día Internacional del Cáncer de Mama, con la finalidad de crear conciencia sobre la detección y los diagnósticos tempranos y la importancia de los controles y tratamientos oportunos y efectivos.

    En El Salvador el sistema de salud ejecuta un plan de acciones y esfuerzos para lograr la detección temprana a través de campañas de concienciación sobre lo importante y trascendental de la autoexploración y los controles médicos.  Según la campaña a partir de los 40 años de edad, toda mujer debe someterse anualmente a chequeos médicos preventivos que incluyen la mamografía y a partir de los 20 años toda fémina debe hacerse la autoexploración y estar atenta a la detección de irregularidades somáticas.

    Las mujeres deben saber que según estudios científicos toda persona del sexo femenino corre el riesgo de desarrollar la enfermedad, pero que son más propensas las mujeres de edad avanzada (después de los 40), las que tuvieron su primera menstruación en edad temprana, las de primer parto en edad avanzada, las que nunca han parido,  las que consumen hormonas (estrógeno y progesterona), las que consumen alcohol o cualquier tipo de droga, las da raza blanca y las que heredan dicha enfermedad (orden genético).

    La herencia genética es la más relacionada como principal causa. Toda mujer que desarrolla el cáncer de mama tiene muchas probabilidades de heredar ese factor a sus descendientes. De hecho, los oncólogos sostienen que todo tipo de cáncer es hereditario, por lo que todos los que tuvimos padres que padecieron dicho mal, debemos someternos a controles periódicos para obtener diagnósticos oportunos y someternos a tratamientos efectivos. Toda forma de cáncer tratado medicamente a tiempo es curable.

    Los mismos oncólogos reconocen que no todos los tipos de cáncer son detectados en etapa temprana, pero vale la pena someterse a evaluaciones periódicas. En el caso de los senos cualquier alteración anormal o irregular debe ser objeto de consulta médica. Salvarse de la muerte es posible cuando la enfermedad no ha llegado a su etapa terminal.

    La concienciación del diagnóstico temprano debe ser permanente y transversal. Nuestro sistema educativo debe concatenarse en esa área y junto al Ministerio de Salud y Previsión Social, aleccionar a nuestras adolescentes y jóvenes. En el nivel de educación media debe concienciarse sobre lo que acarrea el cáncer de mama y enseñarle a las jovencitas sobre la autoexploración y prevención. Estas clases que deben impartirse por expertos y bajo la supervisión de los ministerios de Salud y Educación, deben ser de carácter obligatorio para las instituciones educativas y para el estudiantado femenino. Lo mismo debe hacerse para los jóvenes en cuan al cáncer de próstata.

    Asimismo, el Estado debe masificar la prevención y desarrollar campañas móviles para visitar todos los rincones del país y acercar a la población, especialmente a la rural, las pruebas de mamografía. Los hospitales deben estar dotado del personal especializado y de lo último en tecnología para la detección de esta enfermedad, la que, si no se detecta y trata a tiempo, es dolorosa y mortal. Salvemos vidas valiosas a través de la detección temprana del cáncer de mama.

    *Jaime Ulises Marinero es periodista

  • Leer para despertar: el poder transformador de la literatura.

    Leer para despertar: el poder transformador de la literatura.

    Leer un libro no es solo un acto solitario, es un acto de nación. Cada vez que una persona abre una novela, un poema o una obra clásica, se despierta también una parte dormida de la sociedad. 

    La lectura no solo enriquece a quien la ejercita, sino que fortalece la cultura, el pensamiento y el espíritu de los pueblos. En eso coincidía el sabio escritor salvadoreño Francisco Gavidia, quien soñaba con un país que amara las letras y entendiera la lectura como una forma de libertad.

    Hoy, cuando la prisa y la distracción parecen haber desplazado al libro, conviene recordar que leer sigue siendo una de las formas más bellas y poderosas de transformar el mundo.

    Leer para pensar

    La literatura enseña a reflexionar. Las grandes obras plantean dilemas humanos que atraviesan el tiempo y las fronteras. Al leer Hamlet de Shakespeare, uno se pregunta: ¿es justo vengarse? ¿Vale la pena dudar? ¿Qué sentido tiene la vida cuando todo parece perdido? Estas preguntas, más allá del teatro, son ejercicios de pensamiento. Leer desarrolla el juicio crítico, la capacidad de análisis y el arte de escuchar la propia conciencia.

    Cuando un joven lee, no solo aprende palabras nuevas: aprende a pensar con profundidad y a decidir con sabiduría. Esa es una de las grandes tareas de la educación moderna: formar lectores que piensen. Como dice la Escritura: “Examínenlo todo y retengan lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21). Leer también es eso: examinar, discernir y retener lo que edifica el alma.

    Leer para pertenecer

    Cada pueblo guarda en sus libros el reflejo de su alma. Leer los clásicos no es mirar hacia atrás, sino reencontrarse con las raíces. En las páginas de Don Quijote de la Mancha late el espíritu de quien lucha por sus ideales, aunque el mundo se burle de él. En cada historia heroica o humilde se esconde un pedazo de nuestra identidad colectiva.

    Cuando una sociedad conoce sus letras, respeta su historia y valora su diversidad. La literatura nos enseña a ser salvadoreños, latinoamericanos y, al mismo tiempo, ciudadanos del mundo.

    Leer para expresarse mejor

    Quién lee, habla mejor, escribe mejor, y también piensa mejor. La literatura amplía el vocabulario, mejora la ortografía y enseña a comunicar con claridad y belleza. Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, demuestra que las palabras pueden crear universos enteros. Cada frase bien escrita es una herramienta para el trabajo, la convivencia y la vida pública.

    Una sociedad que se expresa bien, también se comprende mejor a sí misma.

    Leer para comprender al otro

    Leer nos vuelve más humanos. Cada novela, cada cuento, cada poema, nos invita a mirar con los ojos de otro. Al leer Los hermanos Karamazov de Dostoyevski, nos acercamos al drama moral, al conflicto interior, a la necesidad del perdón. La literatura nos enseña a entender el dolor ajeno, la pobreza, la injusticia, la soledad.

    Y cuando un pueblo aprende a sentir, también aprende a convivir. La empatía que nace de la lectura es la semilla de una sociedad solidaria. En palabras del apóstol Pablo: “Gócense con los que se gozan; lloren con los que lloran” (Romanos 12:15). La literatura nos entrena precisamente en eso: en compartir el gozo y el dolor de la humanidad.

    Por qué cuesta leer

    No es que la gente no quiera leer; muchas veces no sabe cómo reencontrarse con el libro. Vivimos rodeados de pantallas, mensajes instantáneos y estímulos que duran segundos. La lectura, en cambio, exige silencio y paciencia, dos virtudes escasas en la era digital.

    Los jóvenes prefieren los videos breves de TikTok o Instagram antes que las páginas de El Principito, sin saber que en esa pequeña novela se esconde una lección de vida sobre la amistad y la inocencia.

    A ello se suma la falta de hábito lector desde la infancia. Si los niños no ven leer a sus padres, difícilmente verán los libros como una puerta de gozo. Las bibliotecas públicas siguen siendo pocas y los libros, costosos para muchas familias. Y cuando en las escuelas la lectura se impone como castigo o tarea, sin emoción ni contexto, el resultado es rechazo.

    Leer debería ser una aventura, no una obligación. Cada texto puede conectarse con la vida real: Romeo y Julieta no es una historia antigua, es una reflexión sobre el odio heredado, las decisiones impulsivas y la fuerza del amor; La metamorfosis de Kafka no es solo fantasía, sino un espejo de la incomprensión y la soledad que viven muchos jóvenes hoy.

    Leer para renacer

    La lectura no es un lujo, es una necesidad espiritual. En tiempos de violencia, desconfianza y apatía, los libros pueden devolvernos el sentido de comunidad y esperanza. Leer es resistir al olvido, es educar la mente y el corazón.

    Como decía Gavidia, “el alma del hombre se engrandece cuando dialoga con la palabra”, desarrollado en sus “Ensayos y discursos literarios” (1944). Esa es, quizás, la tarea de nuestro tiempo: volver a dialogar con la palabra escrita, redescubrir la belleza de una historia bien contada, y dejar que la lectura nos humanice de nuevo.

    Porque cuando un pueblo aprende a leer con el alma, ningún poder puede apagar su luz.

    * Alfredo Caballero Pineda, es escritor y consultor empresarial. 

    alfredocaballero.consultor@gmail.com