Categoría: Opinión

  • Mi Nueva Escuela y la relevancia estratégica de la Primera Infancia

    Mi Nueva Escuela y la relevancia estratégica de la Primera Infancia

    La atención integral y prioritaria de la Primera Infancia ha sido el detonante de la reforma educativa Mi Nueva Escuela impulsada por el Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología (MINEDUCYT) iniciando por atender esta etapa del desarrollo de la persona humana.

    Desde que comenzó la gestión del Presidente NayibBukele y la Primera Dama Gabriela de Bukele, se replanteó la atención a dicho grupo poblacional en todas las dimensiones, incluyendo la educación, y la ruta de la planificación sigue avanzando.

    Para alcanzar el desarrollo individual y social, se requiere de una inversión a corto, mediano y largo plazo, puesto que el subdesarrollo tiene un costo que se debe pagar en el tiempo. Cuando el Estado invierte en el desarrollo integral de las niñas y niños desde la Primera Infancia, se cimientan las bases para su salud, su aprendizaje, sus relaciones interpersonales y la toma de decisiones responsables, ampliando la posibilidad de tener generaciones saludables, personas asertivas, plenas y realizadas, comunidades en convivencia solidaria y pacífica, mujeres y hombres relacionándose con respeto, consideración e igualdad que se encuentra plasmada en la Política Crecer Juntos-

    Garantizar la calidad de la educación inicia con la promoción del ser humano desde sus primeros días de existencia ya que estos son determinantes para cultivar un desarrollo adecuado y un futuro con oportunidades. En El Salvador la Primera Infancia comprende a niñas y niños desde su gestación hasta cumplir los ocho años.

    La primera infancia abarca el período de vida desde el nacimiento hasta los 8 años de edad. Es una etapa crucial del desarrollo humano, caracterizada por un rápido crecimiento físico, cognitivo, social y emocional. Durante estos años, se sientan las bases para el aprendizaje futuro, la salud y el bienestar general.

    El ambicioso proyecto del nuevo modelo educativo «Mi Nueva Escuela» en El Salvador no es solo una reforma pedagógica; es una inversión estratégica en la seguridad y el futuro de la nación, con la primera infancia como su cimiento fundamental. Desde la perspectiva criminológica, la atención prioritaria a los primeros años de vida representa una poderosa herramienta de prevención, capaz de moldear ciudadanos resilientes y menos propensos a la violencia y la delincuencia.

    La relevancia de la primera infancia radica en su impacto duradero en el desarrollo humano. Durante estos años cruciales, el cerebro experimenta un crecimiento exponencial, estableciendo las bases para el aprendizaje, la regulación emocional y las habilidades sociales. Un entorno estimulante, seguro y afectuoso, acompañado de una nutrición adecuada y programas de salud integrales, sienta las bases para individuos más adaptados y con mayor capacidad para navegar los desafíos de la vida sin recurrir a la violencia.

    «Mi Nueva Escuela» parece comprender esta premisa fundamental al colocar la primera infancia en el centro de su diseño. La implementación de programas de salud y nutrición desde edades tempranas aborda factores de riesgo biológico que pueden influir en el comportamiento futuro. Un niño bien nutrido y con un desarrollo físico saludable tiene mayores probabilidades de un desarrollo cognitivo óptimo, lo que a su vez se traduce en una mejor capacidad para la resolución de problemas y la toma de decisiones informadas, elementos disuasorios de la conducta delictiva.

    La educación inicial, también conocida como educación preescolar o parvularia, es la educación que se ofrece a los niños en la primera infancia, generalmente desde los 3 hasta los 5 años, aunque puede comenzar incluso antes. Se concibe como un proceso continuo y permanente de interacciones y relaciones sociales de calidad, oportunas y pertinentes que posibilitan a los niños y las niñas potenciar sus capacidades y desarrollar competencias para la vida. Mi Nueva Escuela establece las bases y prioridades desde la primera infancia. Mañana se reanudan las clases luego del receso de vacaciones de verano 2025 las y los maestros y los centros educativos esperan a esta nueva generación de primera infancia para continuar formando y preparando a los próximos adultos significativos en nuestro amado país.

    *Por Ricardo Sosa, Doctor y máster en Criminología
    Docente certificado educación superior

  • Viacrucis

    Viacrucis

    Se trata de un padecimiento; de un sufrimiento fuerte y profundo, prolongado en el tiempo. Eso es lo que sufrió Jesucristo: escarnio, tortura y muerte en la cruz, como se lee en los evangelios. Durante su historia, buena parte de la humanidad ha sido sometida a esa condición por las guerras, las hambrunas y otros desastres cuyo origen se encuentra –demasiadas veces– en el egoísmo y la insultante ambición de las minorías privilegiadas por tener cada vez más riqueza, lujos y poder; son estas élites las constituidas por “escribas y fariseos”, “mercaderes” usurpadores de templos, “sepulcros blanqueados” en una “cueva de ladrones”…

    Y mientras, las mayorías populares permanecen sumidas en insoportables injusticias inmerecidas, adversidades infames y penurias indecentes que nada tienen que ver con la divinidad.

    Lo padecido por nuestro pueblo oprimido y reprimido, lo confirma; asimismo, lo que le está ocurriendo actualmente nos plantea el gran desafío que representa superar ese perenne calvario. A continuación, a semejanza de lo ocurrido con el hijo de Dios, imagino a lo largo del tiempo catorce estaciones salvadoreñas con algunas de sus figuras martiriales notables.

    La primera tiene que ver con el levantamiento de los pueblos nonualcos iniciado en enero de 1833, liderado por Anastasio Aquino; la segunda con otra rebelión también esencialmente indígena que reventó en enero de 1932, impulsada sobre todo allá en la zona de los izalcos ubicada al occidente del país. Su líder más conocido, Feliciano Ama, fue asesinado igual que Aquino; el cadáver colgado de Ama y la cabeza de Aquino exhibida en un parque, contenían el mismo mensaje: eso le esperaba a quien se alzara contra el poder establecido.

    Tercera estación: la dictadura del siglo pasado encabezada por Maximiliano Hernández Martínez, a partir de diciembre de 1931. Duró casi doce años y medio, hasta que el tirano renunció forzado principalmente por la “huelga de brazos caídos” empujada en principio desde la Universidad de El Salvador. Cuarta estación: la guerra con Honduras desatada por las ambiciones de los poderosos en ambos países, con consecuencias terribles para sus poblaciones sojuzgadas. Quinta: los fraudes electorales de 1972 y 1977, que cerraron las puertas a posibles cambios estructurales por esa vía y las abrieron de par en par a la guerra. Sexta: la represión estatal y la violencia guerrillera contra población civil no combatiente, sin que la verdad y la justicia brillaran después.

    La séptima estación: el magnicidio de monseñor Óscar Arnulfo Romero; la octava: el largo, sangrento y doloroso conflicto armado interno. La novena: los tres disparos directos al corazón del proceso de pacificación; es decir, la amnistía para los violadores de derechos humanos de ambos bandos, la vuelta casi inmediata de los militares al ámbito de la seguridad pública y el desmontaje del Foro de Concertación Económica y Social que la mísera visión de los firmantes de los acuerdos de paz apuntaba, tan solo, a convertirlo en “el mecanismo para concertar medidas” que aliviaran “el costo social del programa de ajuste estructural”. Así como se lee: una curita destinada a mitigar los impactos de la metástasis neoliberal.

    Entre las cuatro estaciones restantes está un traicionado ideario de justicia social, democracia y paz. Le sigue el desmontaje “bukeleano” de la institucionalidad a partir de la toma militar y policial de la Asamblea Legislativa, consumada el 9 de febrero del 2020. No podía faltar la criminalidad de las maras y la complicidad con estas por parte de los tres partidos gobernantes durante la posguerra. Treceava estación: el régimen de excepción y las decenas de miles de personas inocentes capturadas. Y última: la inconstitucional reelección del actual usurpador del aparato estatal y la profundización de la corrupción oficialista.

    Debo agregar una estación más: la resurrección de la organización indignada de las mayorías populares en torno a sus necesidades más sentidas así como la acción inteligente y creativa de estas, plena de pasión e imaginación.

    La celebración del Domingo de Ramos viene de aquella última entrada de Jesucristo a Jerusalén, en la víspera de su viacrucis. Para nuestro pueblo tiene un significado más, pues en el de hace 45 años entregó muchas vidas para hacer comunión, conexión, alianza con la figura de quien desde entonces se convirtió en el santo patrono de los derechos humanos: monseñor Romero.

    El Domingo de Ramos debe ser pues, como sostiene Andrew Thayer, protesta no procesión; porque el poder de los textos sagrados ‒según este candidato al doctorado en Teología por la Universidad de Oxford‒ “no reside en la magia ni en los milagros sino en su testimonio de personas que amaron con valentía, actuaron con justicia, dijeron la verdad al poder, resistieron al imperio y mantuvieron una esperanza desafiante frente a la desesperación”.

  • No te olvides del sacrificio en la cruz

    No te olvides del sacrificio en la cruz

    Desde el momento del arresto del Señor Jesucristo, en el Jardín de Getsemaní, donde oró intensamente, experimentando una angustia profunda («su sudor era como gotas de sangre», Lucas 22:44), Jesús se enfrentó a una serie de eventos que culminarían en su crucifixión. La traición de Judas, el juicio injusto ante los líderes religiosos y romanos, y la tortura física que sufrió durante su arresto prepararon el escenario para el que sería uno de los episodios más dolorosos de toda la historia de la humanidad. La Biblia destaca el sufrimiento del Señor Jesucristo, de manera indubitable.

    En Mateo 27:26, se menciona que «Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado». La flagelación era un método brutal que ocasionaba un dolor insoportable y a menudo resultaba en heridas abiertas y hemorragias. Las lesiones infligidas por esta tortura no solo eran físicas; el dolor emocional de la traición por parte a crucifixión del Señor Jesucristo es, sin duda, uno de los eventos más impactantes y significativos en la historia de la humanidad. No solo es un momento clave para la salvación de los seres humanos, sino que es una invitación a vivir correctamente en este mundo.

    La crucifixión, como forma de ejecución, era infame por su crueldad y prolongado sufrimiento. La tortura que enfrentó el Señor Jesucristo, comenzó mucho antes de ser clavado en la cruz. Después de su arresto en el Jardín de Getsemaní, Jesús fue llevado ante el Sanedrín, donde enfrentó un juicio injusto. En Marcos 14:65, se menciona que «algunos comenzaron a escupirle; a cubrirle el rostro, y a darle de puñetazos, y a decirle: «Profetiza». Y los guardias le dieron de bofetadas». Este fue solo el inicio de una serie de humillaciones que reflejan el escarnio moral y físico que estaba por venir.

    En el relato de Lucas 22:44, se describe cómo, en medio de su agonía, «su sudor era como grandes gotas de sangre que caían a tierra». Este extremo estrés no solo resalta la angustia psicológica que Jesús experimentaba al anticipar su sacrificio, sino que también introduce el concepto de hematidrosis, una condición médica que sucede bajo una tensión emocional intensa. Así, la crucifixión no empieza en la cruz, sino en el corazón de Jesús, que estaba abrumado por el peso del pecado de la humanidad y por la inminente separación del Padre.

    Cuando finalmente fue llevado a la cruz, Jesús sufrió una forma de tortura inhumana.

    La flagelación, como uno de los métodos para aumentar el dolor al Señor Jesucristo es uno de los episodios más conmovedores y significativos de la historia del cristianismo. Este evento, que tuvo lugar hace más de dos mil años, no solo marca la culminación de la vida terrenal de Jesús, sino que también simboliza el sacrificio supremo por la redención de la raza humana, que continua en los designios de su corazón viviendo la vida sin limites, dando rienda suelta a sus bajos instintos, prueba de ello, es que en este tiempo de Semana Santa, las personas prefieren las fiestas, drogas, alcohol y libertinaje que buscar al Señor Jesucristo que sacrifico su vida por toda la humanidad.

    Nunca olviden que, de camino hacia la crucifixión, el Señor Jesucristo, fue objeto de una serie de abusos y sufrimientos. Desde la traición de Judas, que lo entregó por treinta monedas de plata (Mateo 26:14-16), hasta el juicio injusto llevado a cabo por las autoridades religiosas y romanas, Jesús enfrentó un sufrimiento emocional inmenso. En Juan 19:31-34, se narra «Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí….

    …Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que había sido crucificado con él. Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. No desprecies ese sacrificio que el Señor Jesucristo hizo por toda la humanidad. «Búscalo con todo tu corazón»

  • Momento para la reflexión: Espacio para el reencuentro

    Momento para la reflexión: Espacio para el reencuentro

    Hoy la humanidad, desmemoriada, inhumana y deshumanizada, debe cultivar como jamás la visión del alma y someterse a la operación mística del reencuentro. En consecuencia, hemos de hacer un alto en el camino, ya no sólo para adquirir aliento, sino también para tomar conciencia de lo que uno es y representa. Lógicamente, tampoco merecemos hundirnos cuando vemos muchas poblaciones, tan desfavorecidas como oprimidas, por la injusta pasividad de sus análogos y por la brutalidad de la violencia.

    En este sentido, los signos presentes nos llaman a la actuación como signo de esperanza, que ha de comenzar por conciliar miradas para reevaluar las alianzas globales, con latidos del corazón, que son los que objetivamente, nos ponen alas.

    Trabajar por la concordia, es fundamental. Que se callen los artefactos y dejen de causar destrucción y muerte, es un buen compromiso para reconstruir con valentía y diplomacia espacios de negociación, orientados a formar y a conformar vínculos de unión y de unidad. Los encontronazos no sirven para nada, sólo para generar división y activar absurdos frentes. Lo suyo es tender la mano y extender el abrazo, ante la inestabilidad y la incertidumbre presente. Por desgracia, aún no hemos aprendido a reprendernos para compartir con los demás, hasta nuestro propio entusiasmo. Urge, por tanto, que se trabaje por un porvenir más equitativo y fraterno. La desolación no puede gobernarnos, necesitamos recuperar la alegría de vivir y la satisfacción de desvivirnos por los demás.

    En efecto, porque nos falla el alma y nos sobran armas, no podemos conformarnos con sobrevivir. Amoldándose al escenario actual y dejándose satisfacer únicamente por objetos materiales, nos corrompemos. Tenemos un espíritu que requiere despertar cada día y hacer generación. Cada latido es un sueño más, que nos invita a sentirnos cercanos, pues todo nos afecta a todos. Desde luego, a poco que nos adentremos en lo que nos rodea, veremos que los dramas del empobrecimiento están ahí, en cualquier esquina, pueden ser nuestros vecinos. Resulta escandaloso que, en un mundo dotado de avances y recursos, sólo los disfruten algunos privilegiados. De hecho, a la hora de una actuación concreta; los excluidos, que casi siempre son víctimas no culpables, apenas reciben migajas.

    Olvidamos que los bienes de la tierra son para el ser humano, no para destruirse unos a otros, sino para dar subsistencia sin exclusiones. Si en realidad queremos hermanarnos, esforcémonos por remediar las causas que originan los calvarios indignos, tomemos esta santa semana como reflexión, cancelemos las deudas injustas y saciemos a los hambrientos. Precisamente es esta comunión plena de pulsaciones, la que nos humaniza y nos llena de felicidad, aunque estemos surcados por las lágrimas. Dejémonos transportar por esa nueva vida que todos llevamos mar adentro, volvamos al reino de la poesía para injertarnos el verso de la pureza, viviremos entonces sin dobleces, con la libertad de servir y de no servirnos de nadie.

    Sólo gracias a ese encuentro o reencuentro meditativo, lograremos ser rescatados de lo mundano. Tanto es así, que llegamos a ser plenamente humanos cuando somos más que hermanos, donantes a pulso abierto, sustentados bajo el aliento místico del afecto, que indisoluble lo justifica con la compasión, con una eterna novedad transmisora de luz y transformadora de bien. Ciertamente, con la vitamina del aguante todo se sobrelleva, es menester cultivarla, ponerse en espera para reponerse, esperando el instante precioso y preciso que aunados demandamos para ese cambio de actitud, que no requiere de una resistencia estoica al sufrimiento, sino que es fruto de un amor, que no es otro que el controlar nuestros instintos y refrenar las malas respuestas.

    Víctor Corcoba Herrero-Escritor

  • Realismo y dadaísmo

    Realismo y dadaísmo

    El final del año 2024 y el comienzo del 2025 han sido bastante particulares: la estable democracia coreana queda perpleja ante el comportamiento del presidente Yoon Suk-yeol, Rumanía se topa nuevamente con su encrucijada, y tanto Alemania como Francia atraviesan unas inéditas crisis políticas.

    Por su parte, la embrollada guerra civil siria, aprovechando la distracción rusa e iraní, desemboca en una resolución a priori pragmática y sorprendentemente veloz, con la cual Ankara sonríe más que Constantinopla, dado que, a pesar de su elogiable utilización de la mesa, Turquía a veces sufre reacciones intestinales.

    DeepSeek de repente iba a sumir al mundo entero en una antiutopía china, pero la batalla internacional por la inteligencia artificial superficialmente sigue pareciendo una competencia de inteligencia artificiosa, la cual se manifiesta a través de vídeos más aterradores que graciosos y desagua en una mayor pereza intelectual.

    Mientras tanto, la ultraizquierda se queda varada en un mundo cada vez más pequeño, es decir, en Gaza, aunque no le importa, pues se encuentra con la ultraderecha en ese vasto ciberespacio “alternativo” de huérfanos que se estremecen al añorar aquel padre ruso al que nunca irían a ver fuera de lo virtual.

    Aquí se ubica un sector de los medios de comunicación que se evacúa desde y hacia las redes sociales: la supuesta guerra cultural continúa su escalada ciega en la cual ya no es importante lo que se defiende, sino aturdir al oponente con una respuesta aún más desmesurada; he aquí la Katalysepolitik.

    Ante esto, la prensa tradicional mantiene sus noticias bloqueadas bajo suscripción: la promoción de la libertad de prensa y de la verdad deja de ser libre cuando llega el momento de la verdad.

    Con todo, el mejor momento empieza con la inauguración del segundo gobierno de Donald Trump: la catarata de titulares que va dejando se convierte en el sueño dorado de los medios de comunicación; los periodistas se sumergen en un permanente frenesí de redacción y opinión acerca de cada palabra que sale de la boca del mandatario y de sus colaboradores.

    La puesta en escena de la reunión de Trump con Zelenski es la cúspide, un espectáculo obvio frente a las cámaras de dos personajes fraguados por las cámaras.

    Entre el vaivén de amenazantes aranceles y el desconcierto de los mercados, toda imagen y discurso tiembla para permanecer firme en la bifronte superpotencia que al final mira recto.

    De esta manera, en esta proyección de poder se sigue con atención el comportamiento de los pocos miles de electores de Groenlandia, mientras Canadá se indigna, Centroamérica se sacude desde el canal de Panamá a la megacárcel salvadoreña, México aguanta la respiración (como siempre con mutismo acerca del presente y locuacidad sobre su pasado) y Europa se sobresalta como un aristócrata que recuerda que el portero es el nuevo dueño del edificio.

    El periodista invitado a presenciar, en un grupo de Signal del altos funcionarios estadounidenses de seguridad nacional, una conversación acerca del ataque a los hutíes termina simbolizando toda esta contorsión: errores pueriles ensamblados con obsesión comunicacional llenos de verborrea despectiva, pero cumpliendo lo que se debe hacer.

    George F. Kennan, el realista promotor de la contención de la URSS, dijo en plena Guerra Fría: “Veo con escepticismo nuestras posibilidades de ejercer una influencia útil a menos que aprendamos a generar un respeto por nuestra posible falta de favor al menos tan grande como el respeto por nuestro posible favor”.

    Para luego directamente agregar: “Los rusos, como todos sabemos, se han beneficiado enormemente, en el sentido político, precisamente por el grado en que han logrado ser temidos en lugar de amados.

    No recomiendo que los imitemos en este aspecto. Pero dudo que ninguna política estadounidense pueda tener éxito con respecto a los países que se debaten entre ambos mundos a menos que incorpore, a la vista de todos, tanto los elementos duros como los benignos, con la posibilidad de que ambos se apliquen de forma flexible e intercambiable, e incluso a veces simultáneamente, según lo requiera la situación”.

    En tiempos en donde el meme narrativo se traslada ciegamente hasta el cansancio, se puede variar y, en vez de repetir que esta es una época surrealista, expresar que en lo estético este es un período de bastante dadaísmo (si se lo reduce a un movimiento artístico que defendía el caos, la irracionalidad y lo inmediato desde la provocación y el escándalo).

    Sin embargo, como siempre, más allá de la tecnológica y emotiva confusión del espectáculo, el realismo sigue haciendo su trabajo.

    * Augusto Manzanal Ciancaglini, Politólogo

  • Grietas en el liderazgo moral y político de la Casa Blanca

    Grietas en el liderazgo moral y político de la Casa Blanca

    Como toda secta, el trumpismo es impermeable a la evidencia.

    Del mismo modo que los comunistas nostálgicos se esfuerzan penosamente en adaptar los dogmas marxistas a la tozuda realidad —algo parecido a buscar la cuadratura del círculo—, así los fanáticos seguidores del presidente de EE UU tratan hoy de urdir explicaciones sobre por qué su adorado líder acabó por dar un frenazo en seco a la ejecución de la más irracional escalada arancelaria de la historia.

    Entonces, en lugar de admitir las debilidades de Trump, ahora resulta que esta marcha atrás viene a ser parte de una brillante estrategia económica destinada al éxito desde la eternidad.

    Claro, cuando el “análisis político” se reduce a mantener la fe en un individuo, la sensatez y la lógica saltan por la ventana.

    En ese terreno cenagoso no valen los hechos ni las consecuencias naturales de las acciones, ni siquiera la experiencia histórica; lo único que cuenta es hallar justificaciones para conductas absolutamente injustificables.

    La bravuconada arancelaria de Donald Trump era un soberano disparate desde el principio; tanto así, que para darle un toque de respetabilidad tuvo que disfrazarla de “justicia económica”, “equilibrios comerciales” y otros eufemismos indigestos.

    Pero ningún análisis económico serio respaldaba esas tesis.

    Los pésimos argumentos del llamado “Día de la Liberación” hacían aguas por todas partes.

    Y luego, como era previsible, vinieron las caídas bursátiles sostenidas, la cotización bajista del dólar y las primeras críticas abiertas desde los allegados al bando republicano.

    Bill Ackman, un exitoso empresario de fondos de cobertura que apoyó a Trump en la pasada carrera presidencial, mostró su desacuerdo con él afirmando que estaba “destruyendo la confianza en nuestro país como socio comercial”, haciendo notar lo inoportuno que era “imponer aranceles masivos y desproporcionados a nuestros amigos y enemigos por igual, y lanzar así una guerra económica global contra todo el mundo a la vez”.

    Imposible ser más claro y menos borreguil.

    Sin embargo, hasta la víspera del 9 de abril, el mandatario norteamericano se mantenía firme en la grupa.

    El billón de dólares en pérdidas registrado por la bolsa no parecía despeinarle.

    Desde su muy pugilística forma de entender el comercio internacional, aseguró que la vigencia de los nuevos aranceles era “la única oportunidad que tendrá nuestro país de volver a poner las cosas en su sitio.

    Porque ningún otro presidente estaría dispuesto a hacer lo que yo estoy haciendo (…) Pero no me importa pasar por ello, porque veo una hermosa imagen al final”.

    Para graficar su sublime visión, el propio Trump recurrió a una vulgar expresión en inglés, mezcla de vanidad y prepotencia, durante una cena benéfica con congresistas de su partido: “Les digo que estos países nos están llamando, besándome el trasero.

    Se mueren por hacer un trato: Por favor, por favor, hagamos un trato, haré lo que sea, haré lo que sea, señor…”.

    Así de seguro se hallaba el presidente a pocas horas de anunciar su paso atrás.

    El 4 de abril, apenas cinco días antes, se había ufanado lanzando a los inversores una frase tajante: “Mis políticas nunca cambiarán”.

    Pero cambiaron.

    ¿Y qué las hizo cambiar?

    La venta masiva de títulos del Tesoro americano, por supuesto.

    Estos bonos, tan apetecidos en tiempos de inestabilidad, de pronto dejaron de ser una garantía de refugio para miles de inversionistas alrededor del mundo, que se desprendían de ellos en previsión al desastre económico que se avecinaba y a la falta de seguridad en Estados Unidos para liderar tan peligrosa coyuntura.

    La advertencia de Bill Ackman, de la noche a la mañana, cobraba dramático vigor en proporción inversa al desplome de los precios de bonos.

    “Los negocios son un juego de confianza”, había sentenciado.

    “El presidente está perdiendo la confianza de los líderes empresariales de todo el mundo.

    Las consecuencias para nuestro país y los millones de nuestros ciudadanos que han apoyado al presidente (en particular los consumidores de bajos ingresos que ya sufren una enorme presión económica) serán gravemente negativas.

    Nosotros no votamos por esto”.

    Ninguna de estas consecuencias, por cierto, era imprevisible.

    Trump y su equipo conocían los riesgos y prefirieron burlarse de ellos, sometiendo el mercado global a una ansiedad innecesaria.

    Las razones, se ha dicho en esta columna, parecen demandar más interpretaciones psicológicas que políticas o financieras.

    Los peores efectos, sin embargo, son reales y han llegado para quedarse: ahora el planeta entero alberga severas dudas sobre la solidez moral y la responsabilidad histórica del liderazgo estadounidense.

    Hoy, repentinamente, el voluntarismo imprudente de un solo hombre se ha convertido en una amenaza internacional de insospechados alcances.

    Ningún mandatario había conseguido, con tanto ahínco y precisión, que la mala reputación de EE UU se globalizara así.

    En estos días, Washington está negociando aranceles con mayor vulnerabilidad de la que exhibía antes del “Día de la Liberación”.

    Por ese lado ha perdido más de lo que ha ganado.

    Y si bien todavía cuenta con la ventaja necesaria para poner de rodillas a Europa —cuyos líderes políticos suelen enfrentar mal cualquier pulso de credibilidad—, Trump debe tener presente que China es, por cierto, una dictadura.

    Este “detalle” es importante a la hora de elegir antagonista para avanzar juntos a una recesión, porque toda crisis económica golpea a los Gobiernos de turno en las democracias funcionales, mientras que los sistemas totalitarios aguantan la presión con esa resiliencia particular que les otorga la mano dura.

    Tampoco por ese lado, el de someter a prueba la paciencia ciudadana, el presidente de Estados Unidos debería aventurarse.

    Perderá también.

  • Aquellos días en la FIL Guadalajara 2005

    Aquellos días en la FIL Guadalajara 2005

    “Por favor, detenga el ascensor”. La voz fuerte iba unida a un par de piernas que corrían y a un brazo que se extendía para evitar que la puerta del aparato se cerrara. Como me lo indicó el autor de aquella petición, toqué el botón de abrir puertas y el propietario de la voz y su comitiva subieron.

    El hombre me dio las gracias. Iba con su esposa y uno de sus hijos. Era Mario Vargas Llosa. Le dije que, si me lo permitía, me gustaría dejarle un ejemplar de mi “Diccionario de autoras y autores de El Salvador” (2002) en la recepción para cuando pudiera reclamarlo. Me bajé en mi piso, nos despedimos y ellos siguieron su camino.

    Esa misma tarde cumplí mi promesa. Era mi primera vez en Guadalajara, la capital tapatía y tenía mucho para recorrer y degustar. Sobre todo, quería ver aquel espacio donde había fallecido el conquistador Pedro de Alvarado, así como las impresionantes pinturas murales de Siqueiros en el antiguo orfanato.

    Del Hotel Hilton a la sede permanente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara hay apenas unos pasos. De hecho, una calle. Todo aquel barullo editorial en un espacio de 26,000 metros cuadrados comenzó el sábado 26 de noviembre de 2005. Había más de 600 actividades en el programa, Perú era el país invitado, había más de 300 autores internacionales presentes -entre ellos, Toni Morrison, Arturo Pérez Reverte, Vargas Llosa y decenas más-, con 230 presentaciones de libros por parte de unas 1500 editoriales llegadas desde 38 países. Entre ellas, la guatemalteca Letra Negra, que en ese año me honraba con la publicación de mis haikus bajo el título “Palabra incontenible”. Una verdadera fiesta de la literatura global contemporánea.

    Yo estaba en la FIL por asuntos de trabajo, pero me daba muchas vueltas por los diferentes estands de las editoriales para ver, aprender y adquirir materiales. Disfrutaba mucho con las propuestas gráficas para promover los libros y organizar las actividades. Mis maletas llegaron vacías y salieron a reventar. Tras cada ronda, llegaba con mi cargamento a la sede de Letra Negra y allí dejaba mis libros recién comprados en custodia.

    A la mañana siguiente, en el ascensor hacia el comedor del hotel, vi que mi compañero de descenso era de nuevo Vargas Llosa. Me reconoció y me dio las gracias por el diccionario. Me dijo que desconocía muchos de los detalles biográficos de Claribel Alegría y Roque Dalton, a quienes conocía y había leído. Me honró saber que, cuando menos, un escritor de su talla había sentido curiosidad por hojear y ojear un texto mío.

    Otro encuentro de esos en el ascensor de ida o de vuelta fue con Pérez Reverte, a quien ya había visto antes en Madrid. En una breve conversación amable, hablamos de su reciente charla acerca del lenguaje marinero en la obra de MIguel de Cervantes. Él ignoraba que el autor de Don Quijote alguna vez quiso marcharse a vivir a la villa de la Santísima Trinidad de Sonsonate, en el Reino de Guatemala.

    Entre tequilas y tortas ahogadas, los días en la FIL transcurrieron demasiado veloces. Había tanto por ver, oír y leer que el tiempo fue una leve brizna de vida para cubrir tantas experiencias. Una foto con la actriz Ana Colchero, un apretón de manos con Xavier Velasco, escuchar a Alessandro Baricco, Carlos Monsiváis y Sergio Ramírez e ir en busca del abogado chileno Dr. Juan Salvador Guzmán Tapia, el juez de Pinochet, que presentaba su libro de memorias. Cuando me presenté como “lo saluda un compatriota”, tomó mi gafete en sus manos, sonrío y me reconoció. Unos meses antes, su nacimiento en El Salvador, como hijo del poeta y diplomático chileno Juan Guzmán Cruchaga, ocupó varias páginas de periódico que coescribí con el periodista costarricense Lafitte Fernández.

    Ese contacto fue el detonante de amistad con ese intelectual del derecho, que nunca pudo cumplirle a su padre la promesa de colocarle un monumento conmemorativo en el Jardín de los Poetas, en lo alto del turicentro Los Chorros, en las afueras de Santa Tecla, donde desde 1973 descansan las cenizas de su amigo salvadoreño, el también poeta y diplomático Raúl Contreras Díaz.

    Más que fotografías personales, yo atesoro paseos y recuerdos. De aquella FIL de 2005 guardo muchos, junto con bastantes agradecimientos. Dos décadas más tarde, los he actualizado en mi mente para rendirle este brevísimo homenaje a Mario Vargas Llosa, a quien apenas conocí en el tiempo que duraron dos viajes por ascensor, pero cuya enorme obra literaria disfruto desde que yo era un adolescente, pese a que sus posturas políticas nunca fueron de mi agrado.

  • El día del preso cubano

    El día del preso cubano

    El 5 de abril ha sido la fecha escogida por los prisioneros y exprisioneros políticos cubanos para conmemorar el Dia del Preso, una jornada muy especial que conduce al más ilustre y digno de todos nuestros compatriotas, el apóstol Jose Martí.

    Ese día de 1870, un joven que apenas había cumplido 17 años, fue transportado a las canteras de San Lázaro, próximas a la barriada del Vedado, para sacar piedras de un inhumano farallón.

    Pelado al rape, con el número 113 y un grillete atado a un tobillo inició una vida que jamás le amilanó, al extremo, que en la foto que envió a su madre perpetuando el momento, escribió: «Mírame madre, y por tu amor no llores: Sí esclavo de mi edad y mis doctrinas, Tú mártir corazón llené de espinas, Piensa que nacen entre espinas flores».

    El presidio político cubano contra el totalitarismo, siguiendo las huellas indelebles del apóstol, asumió el 5 de abril, fecha de su encarcelamiento, para evocar su sacrificio y testimoniar que su heroica gesta es repetida en la Isla por hombres y mujeres que creen fielmente en su apostolado.

    Este pasado domingo el Presidio Político Histórico Cubano, bajo la presidencia de Ángel Pardo Mazorra y el liderazgo de Luis González Infante, Enrique Ruano y Jose Luis Fernández convocaron como todos los años a la comunidad a rememorar la fecha para rendir tributo a la memoria del maestro y al más del millar de compatriotas que, aunque tras las rejas, no cesan en su resistencia a la tiranía.

    La continuidad del Presidio ha sido tan intensa que debemos recordar que cuando el exprisionero político Oscar Elías Biscet nació, nuestro héroe Roberto Martin Pérez estaba preso, cuando nació el también exprisionero político Jose Daniel Ferrer el mártir, 44 años preso en dos etapa, Armando Sosa Fontuni estaba cumpliendo su primera condena, cuando nació el también mártir Orlando Zapata Tamayo estaban cerrando el presidio de Isla de Pinos y cuando vino al mundo la heroica Sayli Navarro, todavía restaban prisioneros de los históricos Plantados.

    El presidio político cubano es el más longevo y diverso de América, además el más numeroso, en particular el de las mujeres, las féminas cubanas sumas miles de años tras las rejas, algunas cumplieron más de 15 años de cárcel como la heroína Cary Roque y más de un centenar de hombres superaron las 25 navidades encarcelados, con al menos tres que batieron todas las marcas, Ignacio Cuesta Valle, 29 años y Mario Chanes de Armas y Miguel Diaz Bouza con más de 30 años de prisión.

    En Cuba antes del establecimiento del totalitarismo no llegaban a una docena las prisiones, décadas después habían más de 300 las cárceles y campos de trabajo forzado que podían rivalizar por la crueldad de los esbirros que allí vigilaban, con sus iguales de la Alemania nazi, de la Unión Soviética, China o Corea comunista.

    Por las cárceles castristas, en estos 66 años, han pasado más de medio millón de hombres y mujeres a los que les ha sobrado voluntad para pagar el alto precio de ser libres y ciudadanos de pleno derecho.

    El acto estuvo cargado de emociones como era de esperar. La exprisionera Angelica Garrido, 36 meses en la cárcel por participar en las protestas cívicas del 11 de julio, los hermanos Fidel y Raúl Castro solo estuvieron 22 meses después de causar decenas de muertos por el ataque al Cuartel Moncada. Angelica, a pesar de tener a su hermana, María Cristina, en prisión, reclamo confrontar la dictadura como fuera preciso, repitiendo el clamor mambí, «Corneta, toca al degüello».

    El Presidio Político Cubano, aunque es consecuencia de la lucha contra la tiranía tiene vida propia. En las cárceles se resiste al igual que lo hacen miles en las calles, lo mejor de todo, cuando estos hombres y mujeres son excarcelados no salen quebrados, se sienten mas comprometidos, mas respetuosos de sus obligaciones razón por la cual siguen actuando contra el régimen y mostrando su orgullo por haber estado en las ergástulas castrista, hoy vigiladas por Miguel Diaz Canel.

    Todos reflejan el compromiso contraído con la libertad y los derechos humanos. La cárcel los preparó para ser mejores ciudadanos, para sentir y mostrar con orgullo su condición de expresos políticos cubanos.

  • El Acuerdo de El Salvador con el FMI. Una oportunidad para reconstruir la institucionalidad fiscal.

    El Acuerdo de El Salvador con el FMI. Una oportunidad para reconstruir la institucionalidad fiscal.

    ¿Quién asegura de que cada dólar que pagamos en impuestos sea bien utilizado? En El Salvador, esta pregunta se ha vuelto pertinente en los últimos años. La transparencia fiscal –es decir, la claridad con que el gobierno muestra cómo recauda y gasta el dinero público– ha atravesado importantes retrocesos.

    Información que antes era pública pasó a manejarse con opacidad, debilitando la confianza ciudadana.

    En este contexto, en los inicios de 2025, el Gobierno salvadoreño ha logrado un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para acceder a un programa de financiamiento de 40 meses por aproximadamente $1,400 millones, bajo la modalidad de Servicio Ampliado del Fondo (SAF). Más allá del alivio financiero, este acuerdo trae consigo una serie de compromisos que persiguen mejorar la gobernanza, la transparencia y la lucha contra la corrupción en la gestión pública. En otras palabras, en el marco de este acuerdo, el país se ha comprometido a reconstruir la transparencia fiscal y la institucionalidad presupuestaria que se había erosionado.

    A continuación, explicaremos algunos de los problemas de transparencia que enfrenta El Salvador y cuáles son las medidas que el gobierno, junto al FMI, ha pactado para corregir el rumbo. Al final, veremos por qué estos compromisos podrían marcar una diferencia en la rendición de cuentas, la confianza de la ciudadanía y la salud financiera del país en el mediano plazo, y por qué por dicha razón es importante que estemos pendientes de cómo avanza dicho acuerdo y de los logros que se vayan alcanzando.

    En años recientes, el país experimentó un marcado retroceso en la transparencia fiscal y la institucionalidad de sus finanzas públicas. En 2020 se suspendió la aplicación de la Ley de Responsabilidad Fiscal, una normativa que imponía límites al gasto y la deuda pública para mantener las cuentas fiscales sanas. Al suspenderse esta ley durante la emergencia por COVID-19, el gobierno dejó de estar sujeto a metas fiscales claras. Asimismo, ciertas decisiones financieras durante la pandemia se tomaron de forma poco transparente, incluyendo el manejo de fondos de emergencia. De hecho, las auditorías de los gastos especiales COVID-19 (como el Fondo de Protección Civil, Prevención y Mitigación de Desastres) dejaron de estar accesibles al público por un tiempo, lo que generó preocupación sobre en qué se usaron esos recursos.

    Otra señal de la pérdida de institucionalidad presupuestaria fue el manejo del Presupuesto General de forma cada vez menos escrutable. El gobierno no publicó completas ciertas piezas clave del presupuesto. Por ejemplo, el proyecto de presupuesto anual no viene acompañado de un Marco Fiscal de Mediano Plazo –es decir, un plan de ingresos, gastos y metas para los próximos años–. A veces el Ministerio de Hacienda tardó en publicar las modificaciones al presupuesto aprobado durante el año, pero esos cambios no siempre se divulgaron de forma accesible. De hecho, como parte del nuevo acuerdo, el gobierno tuvo que publicar todas las modificaciones realizadas a los presupuestos de 2023 y 2024, evidenciando que previamente esa información no estaba al alcance ciudadano.

    La falta de transparencia también se reflejó en la debilidad de los organismos de control. La Corte de Cuentas de la República, encargada de auditar el uso de los fondos públicos, en la práctica no cuenta con la suficiente independencia ni herramientas para fiscalizar eficazmente al Ejecutivo. Por otro lado, en materia de corrupción, durante este período se relajaron algunas exigencias: por ejemplo, las declaraciones de patrimonio de los altos funcionarios dejaron de hacerse públicas por decisiones administrativas. Todos estos factores combinados –información fiscal oculta, controles flexibilizados y menor escrutinio– crearon un terreno propicio para el uso discrecional de fondos públicos sin la debida vigilancia.

    Frente a esta situación, el acuerdo SAF con el FMI establece múltiples acciones para poner una lupa en las finanzas del Estado y contribuir a fortalecer las instituciones encargadas de vigilarlas.

    Como parte del acuerdo, el Ministerio de Hacienda divulgó el Presupuesto General del Estado 2025 aprobado, acompañado de un plan fiscal trianual (un plan de tres años) que incluye proyecciones del costo de las pensiones públicas y de los intereses de la deuda previsional. Por primera vez en varios años, se presenta el presupuesto junto a esta información crucial, cumpliendo una de las condiciones iniciales del programa; para 2026 se espera que el Proyecto de Presupuesto venga acompañado más formalmente con el Marco Fiscal de Mediano Plazo. Además, se pusieron a disposición datos que estaban pendientes: los flujos financieros y deudas del Instituto Salvadoreño de Pensiones (ISP) –la entidad pública que ahora administra los fondos de pensión tras la reciente reforma–.

    Por otra parte, el gobierno también se ha comprometido a publicar, antes de marzo de 2025, información valiosa sobre las empresas públicas. Entre otras cosas, entidades como las autónomas y empresas estatales deberán revelar sus estados financieros detallados, incluyendo cualquier actividad cuasifiscal (aquellas operaciones que, sin ser parte del presupuesto, pueden generar gastos o riesgos financieros para el Estado). También deberán divulgar las políticas de propiedad (cómo maneja el gobierno su participación en ellas), sus prácticas de gobierno corporativo, indicadores de desempeño y gestión de riesgos, entre otros datos. En palabras sencillas, las cuentas y operaciones de las empresas estatales estarán más a la vista para observar el uso que dan a los fondos públicos.

    Para combatir la opacidad en las contrataciones del gobierno, se iniciará la publicación regular de los beneficiarios finales de todas las empresas que ganen contratos públicos. ¿Qué significa esto? Si una empresa constructora obtiene una licitación para una obra, el gobierno informará en un sitio web quiénes son los verdaderos dueños de la empresa. Con esta medida, cualquier ciudadano debería saber quién está detrás de cada contrato público, cerrando espacios a posibles conflictos de interés o empresas de origen dudoso. Este compromiso debería empezar a implementarse a partir de marzo de 2025.

    Otro punto importante es restringir las excepciones que permiten al Estado comprar bienes o servicios sin concurso competitivo. Recientemente una figura legal denominada “proyecto estratégico” fue utilizada para justificar contrataciones directas, es decir, sin licitar, lo que reducía la transparencia y la competencia por esos contratos. Ahora, el gobierno acordó emitir regulaciones que definan con precisión qué puede considerarse “proyecto estratégico” y establecer requisitos de reporte y supervisión cuando se use esa excepción, para evitar abusos. En resumen, se trata de que las compras públicas se hagan preferentemente bajo licitación abierta; y si por alguna razón justificada no se licita, que ese proceso excepcional quede bien documentado y supervisado.

    A partir del presupuesto de 2026, el Ministerio de Hacienda incorporará, por así decirlo, una visión de mediano plazo en la planificación fiscal. Cada propuesta de presupuesto anual vendrá acompañada de un Marco Fiscal de Mediano Plazo, que es un plan plurianual donde el gobierno proyecta ingresos, gastos, metas de déficit y deuda para los próximos años; a modo de presentar el presupuesto, pero enmarcado en un plan fiscal más amplio. Este incluirá un listado plurianual de proyectos de inversión (por ejemplo, obras públicas previstas a varios años, incluyendo asociaciones público-privadas) y un análisis de riesgos fiscales (escenarios que podrían afectar las finanzas, como posibles costos no previstos).

    También como parte de los compromisos, el gobierno deberá promover y aprobar una nueva Ley de Responsabilidad Fiscal en 2025. Esta ley establecerá reglas claras para el manejo de las finanzas del Estado. En términos simples, fijará límites al déficit y al crecimiento del gasto público, y requerirá que el gobierno mantenga una trayectoria sostenible de deuda. También incluirá cláusulas de escape –excepciones bien definidas para casos de emergencia, como desastres naturales– y obligaciones de transparencia, como la publicación anual de los gastos tributarios (esto es, cuántos ingresos deja de percibir el fisco por exenciones o incentivos fiscales). Una ley de este tipo funcionará como un marco permanente que obligue a esta y futuras administraciones a ceñirse a la disciplina fiscal, evitando desequilibrios que pongan en riesgo la estabilidad económica.

    La entidad encargada de auditar al Estado, la Corte de Cuentas de la República, será objeto de una reforma legal. El objetivo es dotarla de mayor independencia y capacidad técnica para fiscalizar el uso de los fondos públicos sin interferencias políticas. Entre los cambios planificados está garantizar autonomía financiera y un mandato claro en materia anticorrupción. Esto podría implicar que los magistrados de la Corte de Cuentas tengan protección frente a presiones externas y que la institución pueda auditar e investigar irregularidades en todas las entidades estatales, incluso las que antes podían quedar fuera de su alcance. Asimismo, se busca mejorar la coordinación entre la Corte de Cuentas y la Fiscalía General de la República (encargada de perseguir delitos), estableciendo protocolos para compartir información y denunciar hallazgos de posible corrupción. Con estas reformas, se espera que la Corte de Cuentas evolucione hacia un órgano de control moderno y efectivo, capaz de detectar y disuadir el mal uso de los recursos públicos.

    Ya en 2024, como paso previo al acuerdo, la Asamblea Legislativa aprobó una Ley Anticorrupción. Esta ley exige que los altos funcionarios del Estado presenten y publiquen sus declaraciones patrimoniales y de intereses, de forma periódica. En lenguaje ciudadano, significa que ministros, viceministros, magistrados y otros funcionarios de primer nivel deben transparentar qué bienes poseen y si estos crecen durante su gestión, de manera que la sociedad pueda monitorear posibles enriquecimientos ilícitos. La efectiva implementación y aplicación de la ley será clave para prevenir la corrupción desde la cúpula del gobierno. Adicionalmente, el gobierno se ha comprometido en el acuerdo con el FMI a reforzar las normativas de acceso a la información pública, asegurando que la ciudadanía pueda obtener datos estatales sin trabas, salvo contadas excepciones justificadas. Todo este paquete normativo –desde la Ley Anticorrupción hasta las reglas fiscales– forma parte de la reconstrucción del andamiaje institucional que vela por el uso correcto del dinero público.

    Los compromisos asumidos por El Salvador en el marco del acuerdo con el FMI representan un giro importante hacia la transparencia y la rendición de cuentas en las finanzas públicas. Si se cumplen a cabalidad, estas medidas permitirán que tanto las instituciones de control como la ciudadanía puedan vigilar mejor el uso de los impuestos y préstamos. Contar con información fiscal abierta –presupuestos detallados, datos de empresas estatales, beneficiarios de contratos– facilita que los ciudadanos supervisen al gobierno y denuncien eventuales irregularidades con evidencia en mano. A su vez, reforzar entidades como la Corte de Cuentas e introducir reglas fiscales mediante ley dará continuidad y solidez a una nueva institucionalidad fiscal, independientemente del gobierno de turno.

    Por otro lado, se espera también que los organismos internacionales e inversionistas observen estos avances. Un país con finanzas ordenadas e información clara genera mayor credibilidad, lo cual puede traducirse en más inversión y apoyo financiero en mejores condiciones. En pocas palabras, la sostenibilidad fiscal a mediano plazo –es decir, la capacidad del país de manejar su deuda y gastos sin caer en crisis– está relacionada con la transparencia.

    Así las cosas, reconstruir la institucionalidad de las finanzas públicas requerirá la persistencia y vigilancia continua. Sin embargo, los pasos acordados sientan las bases para que en El Salvador el uso del dinero público vuelva a estar bajo control ciudadano e institucional. Al final del día, responder ¿quién vigila el uso de nuestros impuestos? con acciones concretas significa reafirmar que ese rol lo cumplen instituciones sólidas y la misma ciudadanía informada, en beneficio de toda la nación.

  • La hoja de ruta estratégica de "Mi Nueva Escuela": Sembrando futuro desde la cuna

    La hoja de ruta estratégica de «Mi Nueva Escuela»: Sembrando futuro desde la cuna

    El Salvador ha emprendido una travesía ambiciosa con la reforma educativa «Mi Nueva Escuela», un proyecto que aspira a transformar las bases del aprendizaje y forjar un futuro más prometedor para sus ciudadanos.

    Dentro de esta planificación estratégica, la atención prioritaria a la primera infancia emerge como el cimiento fundamental sobre el cual se edificará todo el sistema. Invertir en los primeros años de vida no es solo un imperativo moral, sino una estrategia criminológica inteligente, al sentar las bases para ciudadanos más resilientes y menos vulnerables a la violencia y la delincuencia.

    La hoja de ruta de «Mi Nueva Escuela» reconoce la intrínseca conexión entre el desarrollo integral en la primera infancia y la prevención del crimen a largo plazo. Programas sólidos de salud y nutrición durante estos años cruciales garantizan un desarrollo físico y cognitivo óptimo, reduciendo las probabilidades de déficits que puedan derivar en dificultades de aprendizaje y adaptación social, factores de riesgo asociados a conductas antisociales. Una infancia bien nutrida y saludable es una infancia con mayores oportunidades de prosperar lejos de los caminos de la violencia.

    La piedra angular de cualquier reforma educativa reside en la calidad de sus docentes. «Mi Nueva Escuela» contempla una formación docente continua y especializada, enfocada en metodologías innovadoras y sensibles a las necesidades de la primera infancia. Maestros capacitados para estimular el desarrollo cognitivo, socioemocional y psicomotriz de los niños, utilizando estrategias lúdicas y participativas, son esenciales para despertar la curiosidad, fomentar la creatividad y construir las bases de un aprendizaje significativo que perdure a lo largo de la vida.

    El modelo pedagógico propuesto se aleja de la memorización pasiva para abrazar un enfoque constructivista, donde el niño es el protagonista de su propio aprendizaje. La exploración, el juego y la interacción social se convierten en herramientas pedagógicas poderosas para desarrollar habilidades de pensamiento crítico, resolución de problemas y colaboración. Este cambio de paradigma busca formar individuos autónomos, capaces de analizar su entorno y tomar decisiones responsables, alejándolos de la impulsividad y la falta de reflexión que a menudo subyacen a la conducta delictiva.

    La transformación curricular basada en competencias es otro elemento estratégico clave. El currículo se articula en torno al desarrollo de habilidades prácticas y transferibles, relevantes para el contexto salvadoreño y las demandas del siglo XXI. En la primera infancia, esto se traduce en estimular habilidades comunicativas, lógico-matemáticas, de convivencia y autonomía, pilares fundamentales para una integración social exitosa y una menor propensión a la marginalidad y la delincuencia.

    Finalmente, la planificación estratégica de «Mi Nueva Escuela» reconoce la importancia de un entorno de aprendizaje digno y estimulante. El mejoramiento de la infraestructura escolar, especialmente en los niveles iniciales, es crucial para crear espacios seguros, inclusivos y equipados con los recursos necesarios para el desarrollo integral de los niños. Aulas coloridas, materiales didácticos adecuados y espacios al aire libre seguros fomentan la exploración, la creatividad y el bienestar emocional, elementos esenciales para un crecimiento saludable y una menor exposición a factores de riesgo.

    En conclusión, la planificación estratégica de «Mi Nueva Escuela», con su énfasis en la primera infancia, la salud y nutrición, la formación docente de calidad, un modelo pedagógico innovador, un currículo basado en competencias y una infraestructura digna, representa una inversión a largo plazo en la seguridad y el futuro de El Salvador. Sembrar las semillas de un desarrollo integral desde la cuna no solo transformará la educación, sino que también contribuirá a cosechar una sociedad más justa, equitativa y resiliente ante el flagelo de la violencia y mentes brillantes.