El Gobierno de la India aseguró este viernes que está «examinando las implicaciones» de la decisión de Estados Unidos de revocar la exención de sanciones para el puerto de Chabahar en Irán, lo que puede constituir un golpe para el proyecto de conectividad más ambicioso de Nueva Delhi en Asia Central.
La medida, anunciada por la administración del presidente Donald Trump, pone fin a una exención que desde 2018 permitía a la India desarrollar y operar el puerto sin temor a represalias.
«Hemos visto el comunicado de prensa de EE. UU. (…) Actualmente estamos examinando sus implicaciones para la India», dijo en una rueda de prensa el portavoz de Exteriores de la India, Randhir Jaiswal.
La decisión de EE.UU., que entrará en vigor el 29 de septiembre, fue justificada por el Departamento de Estado como parte de la «política de máxima presión» contra Irán, citando el presunto «apoyo a grupos terroristas interpuestos regionales y sistemas de armas avanzados» por parte de Teherán.
Para la India, el puerto de Chabahar es la piedra angular de su plan para eludir a su rival, Pakistán, y abrir una ruta comercial y humanitaria directa hacia Afganistán y las repúblicas de Asia Central.
Es, además, un componente del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), una iniciativa para conectar la India con Rusia y Europa a través de Irán.
Las consecuencias de las sanciones son directas para la empresa estatal india India Ports Global Limited (IPGL), que gestiona la terminal Shahid Beheshti desde 2018.
Las inversiones ya realizadas y los compromisos futuros quedan ahora en riesgo, ya que cualquier empresa o persona que opere en el puerto se expone a sanciones estadounidenses.