Categoría: Opinión

  • Indulto en clave geopolítica: Trump, Hernández y la derecha hondureña 

    Indulto en clave geopolítica: Trump, Hernández y la derecha hondureña 

    “Su excelencia”, así comienza la carta que el expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández (JOH), dirige al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desde una celda en una prisión estadounidense, una misiva que se convirtió probablemente en pieza clave para obtener su indulto por delitos de narcotráfico, junto con una persistente campaña de cabildeo liderada por Roger Stone, viejo amigo de Trump y también beneficiado previamente por un indulto presidencial. En la carta, Hernández sostiene que sus problemas legales se deben a una persecución política orquestada por el Departamento de Justicia bajo la administración Biden‑Harris para empoderar a sus adversarios ideológicos en Honduras y afirma además que no contó con una defensa legal eficaz.

    “Le escribo desde una prisión federal, donde cumplo injustamente una condena de 45 años que, dada mi edad, equivale prácticamente a cadena perpetua. Al igual que usted, presidente Trump, he sido víctima de persecución política, blanco de la administración Biden‑Harris no por haber cometido delito alguno, sino por motivos políticos”, sostiene Hernández, quien utiliza ese argumento para deslegitimar su condena y enlaza el alegato con una serie de halagos personales a Trump: “Su resiliencia ante la implacable persecución política me ha inspirado profundamente. Al igual que usted, yo solo buscaba servir a mi pueblo, defender nuestros valores conservadores y, al mismo tiempo, impulsar reformas sin precedentes para hacer que mi país fuera más fuerte y seguro”.

    La carta de Hernández llegó a Trump a través de Roger Stone, quien no solo actuó como intermediario, sino que también presionó activamente a favor del indulto mediante sus propios canales —Substack, programa de radio y redes sociales— aprovechando su acceso directo al mandatario. Stone, quien recibió en 2020 un indulto presidencial relacionado con el caso de la “trama rusa”, había sido condenado a 40 meses de prisión por mentir al Congreso, obstruir la justicia y manipular testigos en la investigación sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016, en parte para proteger a Trump y a su campaña.

    Desde esa posición, Stone sostuvo públicamente que Hernández fue víctima de una campaña de “guerra jurídica” con motivaciones políticas, impulsada por la administración Biden y fiscales estadounidenses, que lo presentaron como un aliado de Trump derribado para favorecer al actual gobierno de centroizquierda en Honduras, encabezado por Xiomara Castro. A juicio de Stone, los procesos penales en Estados Unidos contra aliados de Trump —ya sean nacionales o extranjeros— forman parte de un sistema judicial instrumentalizado por los demócratas, de modo que los indultos se convierten simultáneamente en una “corrección” de injusticias y en un arma de combate político.

    En el caso hondureño, Stone vinculó de forma explícita el indulto a JOH (quien perteneció y llegó al poder con el Partido Nacional de Honduras) con la proyección geopolítica de Estados Unidos en Centroamérica, al argumentar que la liberación de Hernández daría un nuevo impulso a la derecha hondureña, debilitaría al gobierno de Castro y, en consecuencia, reforzaría lo que él presenta como los intereses de Estados Unidos y de Trump en la región.

    Indudablemente, este segundo mandato del presidente Trump ha experimentado un cambio rotundo en la mirada de ese país del norte hacia Latinoamérica. Brasil, Venezuela y ahora Honduras son pruebas tangibles del cambio de rumbo de la política exterior estadounidense. Muy probable las miradas norteñas se fijen en breve sobre nuestro vecino de Nicaragua. Es obvio, países con gobiernos de izquierda en el continente americano son y serán víctimas potenciales de la poderosa influencia del gigante norteamericano en su intento de fomentar un cambio continental de rumbo hacia la derecha.

    Entretanto, Antonio “Tony” Hernández, hermano de JOH, sigue preso en Estados Unidos cumpliendo una condena de cadena perpetua más 30 años por narcotráfico y delitos relacionados. No hay información pública de que haya recibido indulto, reducción de pena o liberación; continúa recluido en una prisión federal estadounidense. Sin embargo, y aunque se le hayan decomisado $138.5 millones de dólares, además de hermano del expresidente, es un exdiputado de la República de Honduras, y por tanto a lo mejor y también se considera que su indulto fortalezca a la derecha hondureña. Vivimos en regímenes de “posverdad” donde pesan mas las emociones, identidades y creencias que los hechos verificados, por ende, todo se vale!

     

     

     

     

     

     

     

     

     

  • La Villa Navideña 2025: Seguridad y cohesión en el Centro Histórico de San Salvador 

    La Villa Navideña 2025: Seguridad y cohesión en el Centro Histórico de San Salvador 

    El pasado viernes 5 de diciembre, el Centro Histórico de San Salvador no solo encendió las luces de su Villa Navideña; encendió, ante los ojos del mundo, un caso de estudio criminológico sobre la recuperación del espacio público. Mientras otras metrópolis de América Latina y ciudades globales se ven obligadas a ceder sus calles al toque de queda informal impuesto por el crimen y la delincuencia, El Salvador exhibió un escenario de orden preventivo que merece un análisis profundo.

    La Seguridad como facilitador, no como barrera

    Lo acontecido en el epicentro de la capital fue una demostración de prevención situacional de alto nivel. El despliegue de la Policía Nacional Civil (PNC) no se percibió como un tradicional dispositivo de seguridad, que puede incomodar, sino como un cinturón de confianza. Lograr un evento de tal magnitud con cero incidentes es el resultado de la neutralización previa de los factores de riesgo que, por décadas, hicieron del centro una «zona roja».

    Desde la criminología ambiental, sabemos que el crimen prospera en el desorden y el abandono por medio de la famosa Teoría de las Ventanas Rotas que en El Salvador cobró vida y no solo quedo en los libros, tratados y ponencias. Al iluminar, limpiar y asegurar el Centro Histórico, el gobierno del presidente Nayib Bukele ha invertido el ciclo: la seguridad y el orden atrae al ciudadano, y el ciudadano, con su presencia masiva, ejerce una vigilancia natural que disuade cualquier conducta antisocial y reporta situaciones de posibles riesgos de todo tipo.

    El Derecho a la noche: Un lujo y privilegio agotado en la Región

    Es imperativo reflexionar sobre lo que este espacio representa en el contexto regional. En muchas capitales del continente, la noche se ha convertido en un territorio hostil. El ciudadano común se resguarda en su hogar, paga el sistema de cable, o en centros comerciales por miedo al asalto o al homicidio, es un punto de encuentro de familias completas debido a que las comunidades y colonias están sometidas al crimen organizado, delincuencia general y pandillas.

    En El Salvador la PNC con el apoyo invaluable de la Fuerza Armada, la Academia de Policía ANSP con el aporte de sus estudiantes en prácticas y promociones de recién graduados que han sido asignados a las diferentes unidades policiales han recuperado el «Derecho a la Ciudad», un concepto sociológico que implica que el habitante no solo reside en una urbe, sino que la disfruta y la habita en todas sus franjas horarias, no solo en el día cuando pasa para transbordar el servicio público de pasajeros. La FGR ha hecho equipo y excelente coordinación con las fuerzas del orden y gana las batallas en los tribunales y con la PNC han reducido la impunidad. Quien se atreve a cometer ilícitos es detenido en las próximas horas por la PNC y presentado ante la justicia por la FGR con una sólida investigación y evidencias.

    Que las familias salvadoreñas puedan caminar a medianoche entre luces decorativas, comida, diversión, música de orquestas sinfónicas y otros géneros, arte urbano, sin la zozobra de cruzar fronteras invisibles impuestas por pandillas, es una anomalía positiva en una región que sangra inseguridad. Lo que para nosotros fue el viernes una fiesta familiar, para un habitante de ciudades azotadas por el narcoterrorismo o el crimen organizado es un sueño inalcanzable.

    En Francia para este fin de año varias villas y eventos navideños en ese país de primer mundo y élite de turismo han sido cancelados o están bajo fuertes restricciones de seguridad debido a una «altísima» alerta de inseguridad, destacando la suspensión del tradicional concierto de Año Nuevo en los Campos Elíseos y la incertidumbre sobre mercados populares como Le Barcarès, ya que las autoridades priorizan la protección ante posibles sabotajes o ataques a los asistentes. En Alemania el 20 de diciembre del 2024 se registró un atentado en el mercado navideño de Magdeburgo que dejo cinco muertos y caso 200 heridos. Ya no digamos en Centro y Sur América o los mismos Estados Unidos Mexicanos

    Cohesión social y prevención del delito

    La decoración, presentación, imagen, excelencia de diseño y materiales de la Villa Navideña es imponente y nos hace pensar que estamos en otro país.  La Villa Navideña representa un mecanismo de cohesión social. Cuando el espacio público es seguro, se rompen las barreras de clase; el centro se convierte en el punto de encuentro democrático donde todos convergen sin importar sus ingresos o clase social. Para la criminología moderna, esta interacción es la base de la eficacia colectiva: ciudadanos que confían en sus vecinos y en sus autoridades.

    La inauguración del pasado viernes no fue solo un acto protocolario de la temporada. Fue la consolidación de un nuevo paradigma: el Gobierno del presidente Bukele y su gabinete de seguridad ha recuperado el monopolio de la fuerza y, con ello, ha devuelto la paz a la cotidianidad del salvadoreño, ahora si disfruta del espacio público y la noche.

    *Por Ricardo Sosa, Doctor y máster en Criminología, @jricardososa 

  • ¿Llegó el momento?

    ¿Llegó el momento?

    El acuerdo entre el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Gobierno de El Salvador, aprobado en febrero de 2025 bajo un programa de Servicio Ampliado (EFF), no sólo persigue sanear las finanzas públicas y reducir vulnerabilidades macroeconómicas; también le da un grado de relevancia a la gobernanza y transparencia. El propio informe del FMI subraya que el programa busca “fortalecer las finanzas públicas, reconstruir los colchones externos y financieros y mejorar los marcos de gobernanza y transparencia”.  En ese contexto, la Corte de Cuentas de la República (CCR) se convierte en una institución clave para asegurar que el ajuste fiscal y el uso del endeudamiento se ejecuten con probidad.

    Dentro de los compromisos asumidos figura un hito específico para diciembre de 2025: la aprobación de reformas legales que fortalezcan el rol de la Corte de Cuentas. En la matriz de acciones estructurales del programa se exige “enmendar la legislación para fortalecer la independencia y el mandato anticorrupción de la Corte de Auditorías [Corte de Cuentas]” y alinearlo con estándares internacionales como la Declaración de México de INTOSAI y la Declaración de Abu Dabi de la UNODC, incluyendo una base legal clara para la colaboración con la Fiscalía General de la República.

    Un elemento fundamental es la necesidad de que la Corte de Cuentas opere gradualmente bajo los estándares internacionales de la Organización Internacional de Entidades Fiscalizadoras Superiores (INTOSAI). El hecho de que el FMI haga referencia explícita a la Declaración de México —que define pilares de independencia para las entidades fiscalizadoras— supone que la CCR debe avanzar no sólo en su marco legal, sino también en la forma en que planifica, ejecuta y comunica sus auditorías. Esto implica transitar hacia metodologías auditorías basadas en riesgos, criterios de materialidad claros, procesos de revisión de calidad y una comunicación de resultados oportuna y accesible al público.

    Introducir estos estándares no es un cambio que pueda hacerse de la noche a la mañana. Requiere inversiones en formación de personal, sistemas de información, herramientas de análisis de datos y manuales de auditoría actualizados. También exige una transformación cultural: pasar de auditorías predominantemente de cumplimiento formal a ejercicios que evalúen economía, eficiencia y eficacia del gasto público. La gradualidad es clave para que el personal asimile las nuevas metodologías y para que los entes auditados se adapten a mayores exigencias de documentación y control interno.

    En este punto resulta revelador comparar el presupuesto votado para 2025 de la Corte de Cuentas con el proyecto para 2026, según la información suministrada. El total pasa de 50,448,939 dólares en 2025 a 55,820,585 dólares en 2026, un incremento nominal de 5,371,646 dólares, equivalente a un 10.65 %. Sin embargo, la verdadera transformación se observa en el rubro de Gastos de Capital: de 803,265 dólares en 2025 se proyecta un salto a 4,441,610 dólares en 2026, es decir, un aumento de 3,638,345 dólares que supone un crecimiento cercano al 453 %. En otras palabras, la inversión de capital prevista para la CCR se multiplica considerablemente entre un año y otro.

    Como aspectos positivos, al desagregar este gasto de capital se aprecia que la mayor expansión se concentra en Bienes Muebles, que pasan de 355,035 dólares a 2,895,775 dólares (un incremento superior al 700 %), seguidos por Intangibles —probablemente software, licencias y desarrollos informáticos— que suben de 208,230 a 524,670 dólares (alrededor de 152 % más). La partida de Infraestructura también crece de forma significativa, de 240,000 a 1,021,165 dólares, cuadruplicando su nivel previo. Estas cifras sugieren un esfuerzo deliberado por modernizar equipamiento, sistemas y espacios físicos de la Corte de Cuentas, lo cual es coherente con la necesidad de adoptar estándares INTOSAI y de fortalecer su capacidad tecnológica y logística para realizar auditorías más complejas y oportunas. Así, la lectura conjunta de los compromisos con el FMI y del presupuesto 2025–2026 permite extraer una conclusión: el fortalecimiento de la Corte de Cuentas no es sólo un asunto de leyes, sino también de recursos.

    Las reformas legales que refuerzan la independencia y el mandato anticorrupción de la CCR, junto con la introducción gradual de estándares INTOSAI y el fuerte incremento en gasto de capital, crean una ventana de oportunidad para transformar a la entidad en un verdadero pilar del sistema de control público salvadoreño. El desafío hacia adelante será garantizar que estas inversiones se traduzcan en más y mejores auditorías, en informes públicos accesibles y en una coordinación efectiva con la Fiscalía y otras instituciones, de modo que la lucha contra la corrupción y el uso transparente de los recursos públicos dejen de ser promesas y se conviertan en resultados verificables para la ciudadanía.

    *Rommel Rodríguez es economista de Funde.

  • Lo que sucede cuando no se asiste a clases

    Lo que sucede cuando no se asiste a clases

    ¿Qué pierde un alumno cuando no asiste a clases? Es de analizar primeramente el nivel de estudio, por ejemplo, un niño pierde la interacción con sus compañeros, las maravillosas historias que cuenta la profesora en parvularia o kindergarten. Un niño va conociendo el mundo. La escuela le marcará de por vida; ya que, en ella se encuentran, aparte de aprendizajes, un mundo lleno de amistades, tertulias, juegos y buena convivencia.

    En Japón, los niños aprenden habilidades sociales, autonomía y hábitos de vida. Toda esa interacción inicia en el hogar. Y, es de tomar ejemplos a países que logran, a través de modelos pedagógicos encumbrar hacia el éxito a sus discentes.

    Mientras tanto, en Finlandia, en donde en las escuelas no hay pruebas estandarizadas, se aprende con juegos, bienestar y aprendizajes que ayudan al desarrollo físico y emocional. Un modelo, el cual debería ser referente. El aprender haciendo es la mejor manera que un docente le puede enseñar a un infante o adolescente. Es emocionante cuando uno es padre y recibe a los hijos y ellos comienzan a contar todo lo que aprendieron en la escuela. Narran cómo hicieron amistades y aprendieron de cosas que en el hogar es más difícil practicar. Un niño en la escuela puede aprender a tocar un instrumento musical, un deporte, experimenta en el laboratorio, etc. Un niño en la escuela ríe, juega, interactúa; el maestro le estimula la curiosidad, pregunta y aprende muchas habilidades y destrezas.

    El psicólogo Juan Ignacio Pozo analiza: “La propia escuela, como institución social para la transmisión cultural –no sólo de saberes y conocimientos, sino de valores, formas de comportarse y de pensar–”. Pozo analiza que hay distractores o aparatos que distraen el proceso de enseñanza-aprendizaje. No permitamos que un aparato se convierta en la niñera.

    Según la UNICEF, un niño al asistir a la escuela reconoce objetos, los organiza y nombra y aprenden sus propiedades. Al explorar y reconocer el ambiente, son capaces de percibir cómo está organizada la naturaleza. La escuela es un componente fundamental para garantizar el desarrollo de su personalidad, su inteligencia, y su comportamiento.

    Lo anterior es algo que se discute constantemente por pedagogos y especialistas. Eso no quiere decir que la educación tradicional, la que nos enseñaron, sea la mejor. Actualmente, como mencioné, un niño o adolescente aprende mucho con la internet. Aunque, hay cosas que no se pueden aprender virtualmente. En la escuela, los maestros transforman vidas, moldean conductas y enseñan las habilidades que marcan el futuro de sus alumnos.

    En el aula, un docente le pide a un alumno que abra su libro y lea; eso ayudará para que haya razonamiento, pensamiento crítico. El docente corrige, ayuda a que el alumno interprete mucho mejor esa lectura. Al no asistir un alumno a clases hasta pierde la oportunidad de tener mejores habilidades comunicativas y sociales. Cuando un alumno es autodidacta y responsable, no tiene este tipo de dificultades.

    En el ámbito universitario, cuando un alumno no asiste a clases, con un solo click lo tiene todo a su alcance. Sin embargo, hay muchas cosas que se pierden. Al no asistir al aula universitaria, los alumnos pierden interacciones sociales, exposiciones magistrales, datos, historias de los docentes y compañeros. Los alumnos se divierten, desarrollan habilidades comunicativas y sociales, juegan UNO en los pasillos, cuentan historias, chistes, aventuras y logran hacer amistades. Las tareas grupales las discuten, se reúnen en la biblioteca y logran tener mejores aprendizajes. Eso nunca lo olvidarán.

    Me alegra ver fotos en redes sociales cuando un docente en la universidad les dice a sus alumnos que coloquen el celular en una caja. Eso ayudará a que los alumnos se concentren más, que escriban, que piensen por sí solos. El pensamiento crítico aumenta cuando un alumno no tiene distractores. Esa interacción con el docente, ese debate, hace que los aprendizajes sean mejor percibidos.

    Es importante asistir a clases, los aprendizajes son mejores. Está en cada docente que ese tema que enseña sea fructífero y logre tener la atención de todos. La actitud y comportamiento de cada alumno es mejor cuando en su formación asiste a la escuela.

    * Fidel López Eguizábal, Docente e investigador Universidad Nueva San Salvador

    fidel.lopez@mail.unssa.edu.sv

     

  • Crear entusiasmo y reafirmar lazos

    Crear entusiasmo y reafirmar lazos

    Es necesario elevarse con las alas del buen ánimo, máxime en un momento marcado por la polarización política y el aislamiento social; sin embargo, solemos proceder en nuestro diario vivencial, como si la ostentación y la riqueza fueran lo más importante en la vida, cuando lo único que precisamos para estar realmente satisfechos es algo por el cual entusiasmarnos, sabiendo que toda contribución es vital para todo tipo de avances humanitarios. En consecuencia, tampoco perdamos el tiempo en necedades que nos contraigan el alma y en lugar de abrir sus puertas, las cerremos por el cansancio, el dolor y la desilusión. No olvidemos que, cada aurora, es un nuevo florecer y la esperanza debe ser lo último que perdamos.

    Hoy más que nunca requerimos tomar aliento y renovarnos para cambiar el curso de la historia. En efecto, otro mundo es posible, en la medida que enmendemos recorridos trazados por intereses egoístas y reafirmemos la comunión entre nosotros. La efectiva resistencia al mal no es el mal, sino el amor que pongamos en nuestro habitual acontecer, capaz de sanar las propias heridas, mientras se curan las de los demás. Lo valioso radica en vencer el cansancio, para remediar las contrariedades que nos deshumanizan por completo. Contemplando el actual panorama mundial, tan penoso como desolador, por los mil conflictos que nos amargan; da la impresión de que nos hemos acostumbrado a cruzarnos de brazos y a no hacer nada por secar las lágrimas.

    Sintiéndonos familia, es cómo podemos impulsar ese calor de hogar, que es el que nos da alegría y gozo, bienestar y tranquilidad, para renovar el entusiasmo de la concordia y compartir el anhelo que arde en nuestro pulso. Únicamente, bajo este espíritu armónico, es posible la proximidad de latidos, sustentados en la compasión y en la ternura. Por tanto, tenemos la obligación de perseverar con expectativa, sobre todo ante los trances y obstáculos, que nos acrecienta la indignación pública. Quizás tengamos que aprender a reflexionar, tanto de los errores como de los éxitos, que suelen brotar cuando se combina el esfuerzo con la diplomacia de lenguajes en favor de un bien común incuestionable y global.

    Indudablemente, todos estamos llamados a extender los brazos en la cotidianidad de cada jornada y a la búsqueda de valores comunes, con su dinamismo y fervor espiritual, contribuyendo a revitalizar el hermanamiento y a practicar la hospitalidad, conscientes de que, trabajando en plena donación, encontraremos sentido a nuestra existencia. Será un buen propósito a cultivar en un espacio tirante de desafíos, tragedias e injusticias, muchas de ellas relacionadas entre sí. Es público y notorio que nos falta energía y convicción en muchas ocasiones, el poder de soñar con un nexo más del corazón que del cuerpo, para hacer realidad lo que nos parece irrealizable. Ojalá aprendamos a convivir en paz; y, las divergencias, se afronten no con las armas sino con el diálogo.

    Por eso, es sustancial asegurar esa mirada global con una visión centrada en las personas para fortalecer los enlaces comunitarios. Las soluciones inteligentes continúan siendo soluciones humanas. Será bueno, por consiguiente, impulsar un nuevo quehacer para restaurar la confianza y fortalecer los vínculos sociales. La tecnología y el cambio climático están reconfigurando las sociedades más rápido de lo que los marcos institucionales pueden adaptarse, provocando una creciente desconexión entre gobiernos y ciudadanos. A este cúmulo de despropósitos hay que sumarle la tremenda desigualdad que nos aqueja, lo que requiere voluntad política, colaboración por parte de todos y una visión compartida de un futuro más equitativo, al menos para no exacerbar las divisiones sociales.

     

  • El 2 de diciembre de 1931

    El 2 de diciembre de 1931

    Está lejos aquel golpe de Estado del 2 de diciembre de 1931 y hay quienes creen que eso ‘ya pasó’ y no merece la pena volver sobre ello. Sin embargo, se trata de uno de los ‘momentos’ clave de la historia nacional que de peor manera se ha estudiado. Por manipulación y por desidia.

    Un golpe de Estado es un ‘hecho social’ que involucra actores, propósitos y proyecciones políticas. No se trata de ocurrencias sin más de militares calenturientos. En el siglo XX hubo una curiosa variedad de golpes de Estado que tuvieron consecuencias significativas en la vida nacional. Los tres de signo progresista (abril de 1944, marzo de 1972 y octubre de 1979) fueron de corta duración y terminaron ahogados, y el más relevante, el del 15 de octubre de1979, además, rápido fue tergiversado y convertido en herramienta conservadora y represiva.

    El golpe de Estado del 2 de diciembre de 1931 ocurrió en unas circunstancias de indefinición política, cuando el gobierno encabezado por Arturo Araujo ―y que tenía, al asumir la conducción del Estado el 1 de febrero de 1931, un programa más o menos modernizante―, se encontraba en su máximo momento de debilidad y vaciado de sus aliados iniciales.

    No hay un solo factor que pueda explicar por qué en ese momento fue desalojado del aparato gubernamental Arturo Araujo, el presidente que había tomado posesión el 1 de febrero de 1931. Sin embargo, es claro que la fragilidad de ese gobierno progresista se fraguó a una velocidad insospechada debido a malas comprensiones y malas decisiones que se adoptaron, y de las que no solo fue responsable Arturo Araujo como de forma ordinaria se ha insistido.

    De hecho, cuando asumió la conducción gubernamental Araujo se topó con que su antecesor, Pío Romero Bosque, había dejado una mala situación financiera, que el negativo flujo de caja denotaba. Y puesto en contexto ese gobierno en concreto, resulta que es al que le tocó atajar los graves efectos multidimensionales de la Gran Crisis de 1929 que en el mundo subdesarrollado estaba causando estragos. Los precios internacionales del producto de exportación decisivo del país (el café) se desplomaron y eso se expresó de diversas formas en la economía nacional: problemas para el pago de los salarios de los empleados públicos, escasez de mano de obra para la recolección de la cosecha 1931/1932 por las restricciones propietarias, dificultades en la producción de granos básicos…

    Pero eso no fue todo. Desde 1928 se había venido configurando un tejido organizativo de nuevo tipo (el de la corriente de militancia comunista), radical en sus modos de expresión, y de choque en sus métodos, que de algún modo recogía los ecos a la consigna que en esa época había asumido la Tercera Internacional (o Internacional Comunista) y que orientaba de manera táctica su actuación sobre este postulado: ‘clase contra clase’. La agenda propuesta por Araujo como candidato presidencial, y con el apoyo expreso de Alberto Masferrer y su red del magisterio nacional, apuntaba a salirle al paso, aunque de un modo tibio, a la crisis social que estaba en marcha. No se trataba de una revolución ni siquiera de un programa de reformas sociales, pero sí era un giro en relación con el conservadurismo en el mundo rural. Y en mayo de 1931, cuando se produce una masacre de campesinos en Sonsonate por parte del aparato militar gubernamental, la situación política comenzó a discurrir de un modo complicado, porque la corriente de militancia comunista (que se expresaba al menos a través de estos instrumentos: el Partido Comunista de El Salvador ―fundado en marzo de 1930―, la Federación Regional de Trabajadores ― fundada en 1924, pero solo hasta 1928 pasó a ser orientada por militantes comunistas―, la seccional local del Socorro Rojo Internacional y la pequeña red de estudiantes articulada en la universidad estatal) elevó su tono y modo de protesta social.

    Y a esto hay que agregar un dato poco estudiado hasta ahora, y es que al ‘bajarse’ de la precandidatura presidencial y pasar a ser el candidato a la vicepresidencia de la fórmula de Arturo Araujo, Maximiliano Hernández Martínez (o como él firmaba: Max H. Martínez), también pasó a ser el ministro de Guerra. Y no solo eso, de facto, y al margen o a la sombra o sin poder evitarlo Arturo Araujo, se conformó un ‘directorio militar’ encabezado por Martínez donde estaba personal militar (generales y coroneles, y también de otros rangos más abajo) en el que confiaba. Así, la deriva represiva en la que se embarcó ese gobierno de Araujo tuvo a ese ‘petit comité militar’ como el formulador y ejecutor de tal deriva. De hecho, cuando se sacan cuentas de los participantes directos en el aplastamiento insurreccional campesino a partir del 25 de enero de 1932, aparecen Tomás Calderón, Salvador Castaneda Castro, Osmín Aguirre…, como los funcionarios del gobierno de Martínez desde el 5 de diciembre de 1931, pero que también provenían de aquel ‘petit comité militar’.

    Es decir, para ese golpe de Estado del 2 de diciembre de 1931 convergieron varios factores, y la tentativa del empréstito de que tanto se habla y en el que se empeñó Araujo, fue uno de ellos, pero no el único, y quizá no el decisivo.

    *Jaime Barba, REGIÓN Centro de Investigaciones

     

  • Enfermedad Renal Crónica: Un Problema de Salud Pública Mundial con Impacto Local en EL Salvador

    Enfermedad Renal Crónica: Un Problema de Salud Pública Mundial con Impacto Local en EL Salvador

    En el mundo, cada vez más personas están desarrollando Enfermedad Renal Crónica (ERC). En 2023 se estimó que 788 millones de adultos vivían con esta enfermedad, más del doble que en 1990. Hoy casi 1 de cada 7 personas adultas tiene algún grado de daño renal. La ERC ya es la novena causa de muerte mundial, provocando alrededor de 1.4 millones de fallecimientos al año. Los factores que más están impulsando esta enfermedad a nivel mundial son: Azúcar elevada en la sangre, Aumento del peso corporal y Presión arterial alta.

    ¿Qué es realmente la Enfermedad Renal Crónica?

    La ERC ocurre cuando los riñones dejan de funcionar correctamente de manera progresiva. Esto puede verse en: Disminución de la capacidad del riñón para filtrar la sangre, o Pérdida de proteínas en la orina. Si la enfermedad avanza sin tratamiento, puede llegar a insuficiencia renal, donde el paciente necesita diálisis o trasplante para sobrevivir. El aumento de la obesidad, la diabetes y el envejecimiento poblacional hace que cada año más personas estén en riesgo.

    La situación en El Salvador

    La ERC es un problema especialmente grave en nuestro país. Según datos oficiales, afecta alrededor del 12.6% de la población, pero en algunas zonas agrícolas las cifras son mucho más altas: 16–18% en promedio y hasta 23% en hombres jóvenes. Actualmente existen más de 52,000 salvadoreños diagnosticados con ERC, y muchos más podrían tenerla sin saberlo. Las áreas más afectadas son: Zona oriental, áreas costeras y el Bajo Lempa. Los hombres trabajadores agrícolas son los más impactados. Además de los factores tradicionales como diabetes o hipertensión, en El Salvador hay causas adicionales:

    Factores de riesgo frecuentes en el país: exposición a agroquímicos y pesticidas, trabajo al sol y en altas temperaturas, deshidratación crónica, trabajo agrícola intenso, consumo nocivo de alcohol, y falta de actividad física. La llamada ERC de causa no tradicional (ERCnT) afecta especialmente a hombres jóvenes en áreas rurales y no siempre está relacionada con diabetes o presión alta.

    Síntomas de alerta

    La ERC suele avanzar sin síntomas al inicio, pero algunos signos que no deben ignorarse son: Cansancio o debilidad constante, hinchazón en pies o piernas, orina espumosa o con sangre, necesidad frecuente de orinar, sobre todo en la noche, presión arterial difícil de controlar, picazón persistente en la piel. Si aparece alguno de estos síntomas —más aún en personas de zonas afectadas o con factores de riesgo— es importante consultar al médico.

    ¿Cómo se detecta a tiempo?

    La prevención puede salvar vidas. Las siguientes pruebas deberían realizarse al menos una vez al año en personas en riesgo: Examen de orina (para detectar proteínas o albúmina), examen de sangre (para medir creatinina y calcular la función renal), control de la presión arterial.

    Impacto económico

    El tratamiento de la insuficiencia renal es costoso:

    Tratamiento Costo aproximado por año en El Salvador

    Hemodiálisis en centros privados $4,680

    Hemodiálisis en la red pública $19,000

    Trasplante de riñón $22,000 (cirugía y pruebas incluidas)

    La ERC causa un gran peso económico para las familias y para el sistema de salud. Por eso es fundamental prevenir y diagnosticar temprano.

    Conclusión

    La Enfermedad Renal Crónica no solo amenaza la vida de miles de salvadoreños, sino también el bienestar de las familias y la estabilidad del sistema de salud.

    La mejor herramienta para combatirla sigue siendo la misma: prevenir, detectarla a tiempo y proteger nuestra salud renal desde hoy.

     

     

     

  • Pastillas para no soñar

    Pastillas para no soñar

    Parafraseando a Sabina, si querés “vivir cien años” tenés que garantizar que el viento “de la libertad” no te despeine tu pelo arregladito para la foto; además, que ni se te ocurra plantearte la posibilidad de habitar fuera de “un hogar en el que nunca reine más rey que la seguridad”. La “seguridad” del rey, obviamente. “Y si protesta el corazón”, si hay algún asomo de rebeldía contra eso y le mueven el tapete a su majestad, el nacido en Úbeda hace casi 77 años recomienda ir a la farmacia a preguntar si “venden pastillas para no soñar”. Leyendo y releyendo la letra de esa rola, para mi gusto una de las mejores de este monstruo español, me pregunto si con el publicitado “DoctorSv” del “bukelato” distribuirán ese “medicamento” para evitar que vuelva a ocurrir en el país lo que, tras varios intentos, ya pasó en las décadas de 1970 y 1980: que mucha gente se lanzara a luchar decididamente hasta lograr la derrota de la anterior dictadura militar, impuesta en el siglo veinte por más de sesenta años.

    Y es que necesitamos volver a soñar para aliviar a El Salvador de su mala salud política actual. Porque ciertamente está enfermo, independientemente de un hecho innegable pese a cómo se logró: la reducción de muertes violentas intencionales. Más allá de dicho escenario que lastimosamente no es irreversible ni idílico por la forma en que se alcanzó, la militarización para mantenerlo, el temor provocado ahora por agentes estatales y las violaciones de derechos humanos ‒sobre todo en perjuicio de la numerosa cantidad de personas inocentes privadas de libertad y sus familias‒ en este nuestro “hogar” no reina la seguridad verdadera, plena e integral. Veamos por qué sostengo esto.

    Sencillo. Porque la personal se refiere a la reducción o la inexistencia de violencia física, como en el caso de las referidas muertes violentas. Pero esta es parte de la seguridad humana, que es más amplia y apunta a la dignificación de las personas. Se trata de una situación generalizada en la cual estas no tienen que preocuparse por el desempleo, la reducción de salarios y la profundización de la brecha de la desigualdad porque existe seguridad económica; tampoco por su comida ni por el aumento de los precios de las provisiones, porque está garantizada la seguridad alimentaria; la insalubridad, las epidemias, la mala calidad de los servicios sanitarios y la falta de agua potable son problemas que no existen o pueden superarse en una sociedad en la que prevalece la seguridad en salud; el deterioro del ecosistema es irrelevante porque impera la seguridad medioambiental; y, finalmente, porque la seguridad jurídica y la seguridad política no son productos publicitarios sino realidades que favorecen a la población.

    Y más allá de la drástica disminución del llanto, el luto y el dolor provocado por la violencia pandilleril entre las mayorías populares salvadoreñas, todo lo anterior no es parte de su cotidianidad. Nunca lo ha sido, pero durante los últimos años su desmejora se ha visto incrementada. Por ejemplo, según la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples elaborada por el Banco Central de Reserva, casi el 23 % de los hogares sobrevivían en situación de pobreza durante el 2019; la misma fuente estatal indica que en el 2024 estos se habían acercado al 26. En su descripción sobre el panorama regional durante el 2024, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe ubicó a El Salvador en el tercer sitio entre dieciséis naciones con la mayor “incidencia, intensidad e incidencia ajustada de la pobreza multidimensional”, solo abajo de Guatemala y Honduras. Según el mismo informe, estos tres países ‒a los que se unió Nicaragua‒ “destinaron menos de 600 dólares por persona al gasto social”, lo que contrasta con lo distribuido por Uruguay: más de cinco veces dicha cantidad.

    La lista de inseguridades humanas en nuestra comarca no se agota con lo anterior. Más allá del desmedido ejercicio cosmetológico oficialista que desde Casa Presidencial ya le metió mano al tradicional carnaval de la ciudad de San Miguel y está por adueñarse del decepcionante fútbol nacional, para seguir repartiendo atol con el dedo a montones, la publicitada e interesada “telemedicina” deberá incluir la distribución de “pastillas para no soñar”. De no ser así, retomando a Sabina, puede ser que alguna gente empiece a dejar de mantenerse “dentro de la ley”; es decir, amedrentada e inmovilizada por el régimen de “excepción” que está por consolidar su permanencia duranta ya casi cuatro años. En esas condiciones imaginables, si usted quiere “vivir cien años” tendrá entonces que comprarse “una máscara antigás”.

  • Por nuestros hermanos con discapacidades

    Por nuestros hermanos con discapacidades

    Juan Antonio Ramírez, cariñosamente conocido como Toñito, fue mi compañero de estudios en tercer ciclo. Toñito estudio profesorado en Matemáticas y se desempeñaba como docente, cuando en plena juventud perdió la vista por una herencia genética. Pasó a ser parte del aproximadamente 15 por ciento de la población mundial con algún tipo de discapacidad.

    Toñito dejó la docencia y aprendió a ver con los ojos del alma. Religioso, rápidamente se convirtió en el rezador “oficial” de Olocuilta y suele acompañar a los dolientes en los rezos y misas. Con resiliencia ha sabido insertarse en la sociedad y en el cariño de quienes le conocemos y admiramos. Con su fe ha logrado conllevar la discapacidad visual siendo ahora un referente para los jóvenes que lo ven como alguien que ha sabido ganarse el respeto y el cariño de todos.

    Por los cientos de millones de seres humanos con alguna discapacidad, desde 1992 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 3 de diciembre como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, con la finalidad de impulsar la inclusión social y laboral, asimismo para concienciar sobre la importancia de crear sociedades accesibles y con igualdad de oportunidades.

    Todos los días debemos, pero especialmente el 3 de diciembre, reconocer los desafíos que día a día enfrentan las personas con discapacidad, ya sea genética o que esta haya sido adquirida por alguna circunstancia de la vida. Muchas personas con discapacidades enfrentan discriminación de la sociedad que les impone obstáculos o barreras para acceder a un mundo de igualdad de oportunidades y los relega a vivir en condiciones paupérrimas o deplorables.

    Las discapacidades sean visuales, auditivas, de movilidad, físicas o de cualquier tipo no le quitan lo humano a nadie, y como personas quienes adolecen de alguna discapacidad son, como todos, personas en proceso de perfección humana con un cumulo de pensamientos., conocimientos y sentimientos en constante transformación.

    Una persona con discapacidad no necesita de la lástima de los demás, solo requiere ser incluido en una sociedad que le facilite el entorno adecuado y que le brinde las condiciones para acceder a oportunidades en todos o casi todos los ámbitos de la vida. Las discapacidades sobran cuando la verdadera inclusión se manifiesta en la conciencia ciudadana y el Estado asume su responsabilidad para con ellos.

    Recuerdo que cuando estudiaba en la universidad había alumnos con discapacidades estudiando diferentes carreras que a base de esfuerzo lograron coronar su sueño académico y ahora son destacados profesionales que aportan mucho a la nación. Sin embargo, vivimos en un país donde son pocas las oportunidades para estas personas, porque nuestra conciencia colectiva nos lleva a suponer que su desventaja es una barrera para el crecimiento como seres humanos útiles para la sociedad.

    Reitero, una persona discapacitada no requiere de la lástima enfermiza, más bien anhela cariño, respeto, comprensión, empatía, y por supuesto ser incluido y tener acceso a oportunidades en lo académico, social, laboral, accesibilidad arquitectónica, infraestructura y servicios básicos.

    Vivimos en una sociedad donde todavía hay grandes obstáculos para las personas con discapacidades en el área de la salud y la educación. Carecemos de servicios de apoyo para estas personas y eso literalmente es discriminación. Por axioma y deber humano nadie debe ser discriminado por sus pensamientos, su género, sus condiciones sociales y mucho menos por sus discapacidades, que lo vuelven persona especial.

    Muchos estudios revelan que en el campo laboral las personas con discapacidades tienen menos salarios que los demás empleados que ocupan sus mismas plazas y que muchas instituciones, especialmente las privadas, no dan empleos a personas que presentan algún tipo de discapacidad, aunque la ley les exija cierto porcentaje.

    Gloria Campos, mi paisana y amiga sufrió un accidente cuando era una joven treintañera y quedó en silla de ruedas. Gracias a su resiliencia logró sacar adelante a sus tres hijas, coronar una carrera universitaria y pese a su discapacidad de movilidad, conduce vehículo casi a la perfección.  Gloria, una mujer admirable y respetable ha demostrado que con oportunidades, fe y voluntad se pueden superar las discapacidades, aun conviviendo con ellas.

    Recientemente me encontré en Guatemala al colega columnista Gerardo Schonenberg, de 25 años de edad, quien tiene discapacidades para hablar y movilizarse. Toda su vida la ha pasado en silla de ruedas, pero al vivir en una familia amorosa y comprensiva ha logrado ser entendido y ha desarrollado capacidades que le permiten escribir columnsa de opinión sustanciosas y trascendentales. Gerardo es licenciado en turismo, graduado con ayuda de una tutora, de una universidad privada. Ha escrito libros y verificado accesos para personas discapacitadas en hoteles pequeños y medianos en El Salvador. Ama la aventura.

    No todas las personas discapacitadas tienen el apoyo de sus parientes, de la sociedad y el Estado. Muchos viven marginados y sin oportunidades. Esa deuda la tenemos todos, porque no hemos acumulado la conciencia suficiente para entender a estas personas y por ende garantizarle sus derechos como seres humanos especiales que merecen todo nuestro respeto y apoyo.

    Para este 3 de diciembre la ONU ha creado el lema 2025, el cual textualmente dice: “Fomentar sociedades exclusivas de las personas con discapacidades para avanzar en el progreso social”. El tema resalta la necesidad de una inclusión total en todas las esferas de la vida para lograr un desarrollo social equitativo, justo y más humano dentro de la convivencia social.

    No entender, no comprender y rechazar a las personas con discapacidades por esa simple razón, solo es una forma de manifestar la discapacidad del alma. La verdadera inclusión no pasa por el uso errado de la gramática, pasa y se acentúa en la necesidad de generar empatía, condiciones y oportunidades (en todos los campos de la vida) a nuestros semejantes que tienen una o varias discapacidades… En la vida todos somos criaturas de Dios.

    *Jaime Ulises Marinero es periodista

     

  • Entre páginas y pantallas: cuando el cine nos invita a leer

    Entre páginas y pantallas: cuando el cine nos invita a leer

    En estos tiempos donde las series y las películas dominan nuestras conversaciones, donde un estreno en Netflix mueve más opiniones que un libro en la mesa de noche, vale la pena preguntarnos algo sencillo: ¿puede el cine acercarnos a la lectura?

    La respuesta es sí. Y no solo puede: lo está haciendo.

    Las adaptaciones literarias al cine y la televisión están abriendo puertas que parecían cerradas para muchos jóvenes y adultos que nunca habían leído una novela completa. La pantalla despierta la curiosidad, y la curiosidad, si se guía bien, puede llevar a un libro que cambie una vida.

    Porque si la película enamora, el libro transforma.

    La magia de Macondo en movimiento

    La llegada de Cien años de soledad a Netflix es un acontecimiento cultural para nuestro continente. Por primera vez, millones de personas pueden asomarse a Macondo sin haber leído una sola línea del libro.

    La serie convierte la complejidad de García Márquez en imágenes vivas y en escenas que sorprenden, incluso a quien nunca había oído el nombre de los Buendía.

    Eso sí: por más fiel que sea, ninguna adaptación puede capturar el realismo mágico tal como aparece en la novela. Lo que en el libro es pura poesía, en pantalla es solo un reflejo.

    Pero justamente ahí está el encanto: la serie despierta la sed de conocer el texto original.

    El buen reparto y la producción de alto nivel le dan fuerza visual, pero la esencia sigue esperando en las páginas del libro.

    Isabel Allende: emociones que traspasan pantallas

    Algo similar ocurrió con La casa de los espíritus, de Isabel Allende. La película llevó al cine la intensidad emocional de sus personajes y su mezcla única entre historia familiar y fantasía.

    Actores como Meryl Streep, Glenn Close, Jeremy Irons, Antonio Banderas y Winona Ryder dieron vida a una narración que ya era poderosa por sí misma.

    Muchos espectadores descubrieron la novela después de ver la película, buscando entender más profundamente los silencios, los dolores y las memorias de esa familia marcada por la historia de un país.

    En ambos casos, García Márquez y Allende, el cine se convirtió en puente para que nuevas generaciones llegaran finalmente al libro.

    Cuando la literatura se vuelve una experiencia compartida

    Leer suele ser un acto íntimo, silencioso, personal. Pero ver una película o una serie basada en un libro convierte esa experiencia en algo colectivo: una conversación familiar, un debate en clase, un comentario entre amigos.

    Hablar de Macondo o de los espíritus de Allende ya no es cosa de unos pocos lectores, sino de miles que vieron la adaptación. La literatura, al llegar al entretenimiento, se vuelve tema común.

    Y ese diálogo abre nuevos caminos para que surjan lectores donde antes no los había.

    El camino de regreso al libro

    Cuando una novela llega a la pantalla, muchas personas sienten curiosidad por el texto original. Quieren entender lo que no se mostró, descubrir personajes omitidos y vivir en profundidad, lo que apenas se insinuó en la adaptación.

    Pasa con Cien años de soledad. Pasa con La casa de los espíritus. Pasa con Los Miserables, con Drácula, con El Señor de los Anillos y con tantas obras que, al verse en pantalla, dejan una sensación incompleta.

    Porque el libro siempre es más amplio que la película. Más profundo. Más íntimo. Más verdadero.

    La literatura sigue viva

    Algunos dicen que los libros están perdiendo terreno frente a las pantallas. Yo creo lo contrario: se están reinventando.

    Mientras más adaptaciones vemos, más lectores nuevos aparecen; jóvenes que descubren que una historia tiene más detalles en el papel que en la pantalla, y que la imaginación es un espectáculo que nadie puede filmar.

    La literatura se vuelve universal cuando llega al cine. Pero vuelve a ser personal cuando cada quien regresa al libro.

    Una invitación final

    Leer no es competir con el cine: es complementarlo. Quien vio una película basada en una novela ya tiene un pie dentro del mundo literario.

    Solo falta dar el siguiente paso: abrir el libro. Como escribió Pablo en las Sagradas Escrituras: “Examinadlo todo; retened lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21). Y pocas cosas son tan buenas, tan profundas y tan transformadoras como leer la obra original.

    Porque una película se ve. Pero un libro se vive.