Categoría: Opinión

  • Ese siniestro espejo nicaragüense

    Ese siniestro espejo nicaragüense

    Cuando un año termina y comienza otro, la prensa suele publicar obituarios mediante los cuales rinde homenaje a las celebridades que han fallecido en los últimos 365 días. Aunque me gusta esta tradición periodística, pienso que también pueden evitarse los óbitos obvios y escribir sobre personas que, por una razón u otra, no figurarán en esas listas globales de nombres.

    Este ejercicio no es sencillo de hacer. Por supuesto que me encantaría reseñar, por ejemplo, a Maggie Smith (fallecida el 27 de septiembre a los 89 años), cuyo inolvidable rostro británico llenó con tanta maestría la gran pantalla. Roger Corman, el prolífico productor de cine independiente en Estados Unidos, murió el 9 de mayo. Philip G. Zimbardo, el influyente psicólogo neoyorkino que hizo aportes notables al estudio del comportamiento humano e investigó sobre nuestra propensión al mal —su controversial experimento de la prisión de Stanford, en 1971, sigue siendo un hito—, nos dejó el 14 de octubre. Y qué decir de la gentil Ethel Skakel Kennedy, esposa del asesinado Robert F. Kennedy y madre de sus once hijos, que era la única sobreviviente de aquella generación de políticos jóvenes que enamoró a América, finalmente fallecida, con 96 años, el 10 de octubre.

    De todas estas figuras, estoy seguro, se dirá bastante en estas fechas. De quien dudo se hable mucho —fuera de su natal Nicaragua— será de Michael Healy Lacayo, que el 25 de enero de 2024 murió de un ataque al corazón en Panamá, el último de sus destinos tras el destierro al que lo había condenado la binaria dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

    «Mike» Healy fue el productor agrícola que tomó las riendas del Consejo Superior de la Empresa Privada, COSEP, en septiembre de 2020, sustituyendo al tristemente célebre José Adán Aguerri, justo cuando el régimen nicaragüense preparaba la ola de represión que llevaría a decenas de opositores, sacerdotes y líderes sociales a la cárcel.

    «Chanito» Aguerri estuvo al frente de la cúpula empresarial de Nicaragua por espacio de 13 años, tiempo durante el cual fue reelegido unas once veces consecutivas. Apoyado por los millonarios más poderosos del país, Aguerri fue tétricamente funcional al «modelo de consenso y diálogo» instaurado por Ortega, un modelo que consistía en permitir que el dinero siguiera llenando los bolsillos del gran empresariado mientras la dictadura se consolidaba con tranquilidad en todos los demás ámbitos. «Chanito» no solo encarnaba esta vergonzosa entrega de su país en manos de la dictadura, sino que se enorgullecía de hacerlo. Aunque en varias ocasiones se le advirtió de que aquella situación era política y socialmente insostenible, Aguerri prefería jactarse del poder real que parecía tener, pues daba órdenes a ministros y diputados con la anuencia de Ortega. En la práctica, se comportaba como lo que probablemente era: un funcionario público, pues trabajaba a tiempo completo en el COSEP y nunca demostró que percibiera ingresos provenientes de otras actividades.

    Cuando en abril de 2018 estalló la crisis en las calles y plazas de Managua, «Chanito» quiso ponerse del lado correcto de la historia. Por desgracia, la decisión era tan tardía, que no hubo modo de tomarla con verdadero espíritu de lucha. Cuando en los primeros días del alzamiento popular las gremiales tuvieron la oportunidad de respaldarlo con acciones audaces y determinantes —lo que habría provocado la caída de Ortega—, Aguerri tuvo una última falta de coraje que le resultó fatal. Su larga complicidad con el régimen, hasta ese momento, le había dado únicamente dividendos: ahora ya solo le pasaría facturas.

    Michael Healy, por tanto, fue llamado a ocupar el liderazgo del Consejo en el peor momento posible, cuando la cúpula empresarial había perdido toda autoridad moral para hacer reclamos y los ríos de sangre derramada también teñían las conciencias de numerosos directivos gremiales, culpables del desastre por acción o por omisión.

    Incomprensiblemente, hay «líderes» empresariales en nuestras tierras centroamericanas que llaman «prudencia» al silencio cobarde, o le dan el retórico nombre de «enfoque técnico» a la indecorosa habilidad de hablar de la economía o de la justicia sin causar molestias al tirano de turno. Conmovedoramente ingenuos y pusilánimes, piensan que cruzarse de brazos mientras los dictadores desmantelan los sistemas democráticos les traerá beneficios y tranquilidad en el largo plazo. El triste destino del COSEP nicaragüense, ya desaparecido, debería despertarlos de ese sueño.

    José Adán Aguerri fue arrestado el 8 de junio de 2021, junto a seis precandidatos de la oposición política. Condenado inicialmente a 90 días de prisión preventiva, su sentencia —13 años de cárcel— terminó justificándose bajo el delito de «traición a la patria». En agosto de 2022 fue enviado a detención domiciliar por el evidente deterioro de su salud, pero la orden fue revocada tres meses después y el régimen le trasladó de nuevo a la lúgubre prisión conocida como «el Chipote». Incluso su esposa, María Germania Carrión, fue llevada por la fuerza a un interrogatorio en noviembre de ese año. La represión ilimitada que él había ayudado a consolidar, en efecto, ya no tenía límites.

    Michael Healy fue capturado el 21 de octubre de 2021. Sin haber sido nunca complaciente con Ortega, tuvo la desgracia de sufrir las mismas consecuencias que los verdaderos responsables. Encerrado y sentenciado con otros directivos del COSEP, fue uno de los prisioneros que mayores muestras de desgaste físico exhibió en pocos meses. Finalmente liberado por la tiranía en febrero de 2023, logró salir junto con Aguerri hacia los Estados Unidos, en una medida unilateral que buscaba, más que demostrar humanidad, quitarse la presión de tanta denuncia internacional alrededor de los presos políticos. Lamentablemente, ni siquiera un año sobrevivió Healy a su excarcelación y destierro.

    Los obituarios de 2024 se llenarán de elogios, merecidos o no, a celebridades que nos dejaron. En estas líneas he querido destacar la muerte de la moralidad de la cúpula empresarial nicaragüense para recordar que el miedo y la complicidad con los déspotas se pagan caro.

    Federico Hernández Aguilar, Escritor y colaborador de Diario El Mundo

  • Cuba: 66 años en la oscuridad

    Cuba: 66 años en la oscuridad

    Recuerdo como si fuera hoy, el primero de enero de 1959 y días subsiguientes, acababa de cumplir 16 años y se apreciaba una histeria colectiva como bien la describiera el periodista e historiador Enrique Encimosa, en el documental «Al Filo del Machete» producido por Pedro Suarez «Tintín» y Luis Diaz y el escritor Jose Antonio Albertini en su más reciente publicación «Memoria Constante: Relatos verídicos».

    El fin de año,1958, estaba programado en el cine más moderno de Santa Clara, «El Cloris», el estreno de la película «El Puente sobre el Rio Kwai».

    No creo que hubiera espectadores en esos días. Varios grupos rebeldes atacaron la ciudad llevando la guerra a las calles, aunque si recuerdo que pocos meses después, el cine y el edificio que lo albergaba, el Gran Hotel, la construcción más alta del interior del país, fueron confiscados por la revolución.

    El antiguo propietario, Orfelio Ramos, era un emprendedor, como le gusta decir al dictador Miguel Diaz Canel, que había hecho su fortuna alquilando bicicletas y conduciendo ómnibus locales con tanto espíritu y talento, que llego a ser dueño de los autobuses que prestaban servicio urbano en la ciudad de Santa Clara.

    La histeria había apresado tanto, a hombres como mujeres. En mi conocimiento, la mayoría de la población participaba en aquel carnaval que mezclaba esperanza para algunos y miedos para otros, a la postre, el férreo control social establecido por Fidel y Raúl Castro, aterrorizo a la población en un marco de ineficiencia colosal que ha conducido al país a una miseria espiritual y material sin precedentes.

    La esperanza de un mundo mejor se frustro, solo quedo el miedo. Estos sentimientos tan contrarios fueron consecuencias del fanatismo de unos cuantos que, por destacarse en el torbellino revolucionario, protagonizaban un sectarismo del que era difícil librarse, aunque se poseyeran credenciales revolucionarias como le sucedió al dirigente insurreccional Pedro Barata, prisionero político por muchos años, cuando dio fe ante unos energúmenos que el sujeto que acusaban era inocente.

    Recuerdo una consigna castrista que decía más o menos así, «No importa lo que hiciste, sino lo que estás haciendo» un mensaje claro a los nuevos y futuros cómplices de la destrucción de la Republica que perdimos.

    La crispación de la sociedad se acentuaba cada día porque las detenciones arbitrarias y el estruendo del paredón nos amedrentaba y ensordecía. Los arrestos por meras sospechas o acusaciones infundades de colaboracionismo con el régimen derrocado, fueron factores que incentivaron a los oportunistas o a los más temerosos, a convertirse en acusadores ante tribunales revolucionarios que no buscaban justicia sino una cruel venganza, encubierta en un espurio proceso judicial.

    La Revolución como fuente de derecho, pronunciamiento de la Corte Suprema de Justicia de la República, como expusiera el doctor Ramon Barquín en un reciente artículo, le daba el tiro de gracias a la civilidad, incluyendo la conversión de los medios de información, hasta los privados, en instrumento de una propaganda atronadora que confundía hasta lo indescriptible a la ciudadanía que paulatinamente, pero de forma constante, se estaba transformando en masa al servicio de los Castro y criminal comparsa.

    Por otra parte, la confiscación masiva de bienes, sin proceso judicial, despojo a muchas personas de patrimonios familiares bien habidos. Apresuradamente se creó un ministerio de Recuperación de Bienes Malversados, designando administradores incompetentes que destruyeron las propiedades, una especia de antecedentes de los nuevos ricos del presente, hijos de los moncadistas que en la actualidad disfrutan del poder y las riquezas de las que se apropiaron sus padres y abuelos.

    Los días y las noches se sucedieron hasta acumular 66 años. Muchos han sido los cómplices del totalitarismo castrista, al régimen no le han faltado verdugos que, aunque no hayan disparado un fusil contra un semejante, son cómplices de las numerosas muertes y padecimientos sufridos por la población.

    No obstante, para satisfacción de los hombres y mujeres con decoro, no han faltado compatriotas dispuestos a enfrentar el oprobio del castrismo con las dolorosas secuelas de exilio, cárcel y paredón, sin olvidar el exilio interno en el que viven muchos compatriotas, que, por diversos motivos, permanecen en la Isla.

    Estoy seguro de que Cuba y los cubanos serán libres, pero hay que procurar justicia por esta vasta desolación de 66 años de espanto.

  • El salvadoreño no se detiene

    El salvadoreño no se detiene

    Los analistas están bien vestidos en un canal de televisión analizando la situación de El Salvador, mientras tanto, un mar de gente se la rebusca cada día para sobrevivir. No son solo gente de corbata que estará en su trabajo esperando el pago. Muchos hacen de todo, el objetivo es llevar lo justo y necesario al hogar.

    Cada mañana el panadero se levanta temprano para hornear el pan francés, luego se irá a las calles del barrio a venderlo.

    El estudiante universitario se sube a los buses para tocar con guitarra vieja «Solo le pido a Dios». Ese dinero le servirá para pagar las cuotas universitarias y para sus alimentos.

    El que acarrea bultos en los mercados, el sudor le resbala por todo el cuerpo, los músculos le crecen, su lucha constante no cesa, todo por llevar el sustento a su hogar.

    La señora que baja del volcán con canasto en su cabeza con la esperanza de vender los pitos, las moras, los chipilines y otras verduras. Llevará unos cuantos dolaritos a su casa. Eso será la satisfacción de su vida. La maquilera joven y madre soltera que gana el sueldo mínimo y hace milagros para poder vivir y alimentar a sus hijos.

    El aprendiz de pastor, quien se sube a todos los buses, diserta en los parques, su único objetivo es llevar la palabra de Dios. Más de alguno logrará abrir el corazón y darle una moneda. Ese mensaje hizo cambiar de actitud a más de algún oyente.

    El pescador que aguanta sol, piel tostada y diestro con la red. En casa le esperan bocas hambrientas. Mas no saben los peligros que avistó durante la jornada.

    Los que venden dulces de fiestas, tal vida cirquera o gitana, quienes se la pasan toda la vida de forasteros vendiendo los típicos dulces de pueblo. En algún lugar del país dejaron su verdadero hogar. Endulzan la vida del amargado que no le encuentra sentido a la vida.

    Los jóvenes malabaristas que encienden las antorchas para iniciar el show en las calles de la ciudad. Los conductores inician a subir los vidrios, les ven con indiferencia. Al final del día, ambos contarán sus ganancias. Un día cansado, la sociedad los mandó a la calle a trabajar. Quizá más de alguno sea licenciado.

    La señora que empuja a su hijo en la silla para llevarlo a las calles, su rebúsqueda es que la gente perciba la lástima de un niño inválido. Más de alguno les dará unas monedas.

    El salvadoreño trabaja arduamente, lo hace para callar las tripas que no dejan de crujir. Es por unos hijos que esperan como bomba de tiempo la comida. Lástima que la desnutrición es irreversible. Demasiado tarde, los niños se quedaron pequeños, su inteligencia merma debido a la falta de alimentos. Al final del día, una sonrisa de los niños hará alimentar los deseos de seguir luchando. Los padres se acostarán cansados pensando en mañana, pensando si venderán o no sus productos.

    El joven recién graduado de la universidad, con hoja en vida en mano, aplanará las calles de la ciudad tocando puertas para tener un «trabajito». Pasarán los años y, al ver que su cuerpo se pone delgado, se hará emprendedor. Y, le llamará a su empresita «La Constancia», no, no es la cervecera, es una pequeña tienda en donde ha iniciado a vender sueños.

    La prostituta que asalta la noche, siempre está en la misma esquina, se la rebusca para alimentar a sus hijos. Hijos que morirán engañados creyendo que su madre trabajaba en una maquila, call center o restaurante.

    La señora que vende carbón en el mercado, sucia, pero con la sonrisa siempre bien puesta. ¡Ah Patria salvadoreña! Siempre habrá un salvadoreño que no se rinda.

    La rebúsqueda es para todo aquel que quiere vivir, no importa lo que haga para poder sobrevivir. Para qué hablar de la clase política, ellos tienen los estómagos saciados. Es que al salvadoreño nada ni nadie lo detiene.

    Fidel López Eguizábal es docente investigador de la Universidad Francisco Gavidia
    flopez@ufg.edu.sv

  • Chaves, yo pregunto

    Chaves, yo pregunto

    ¿Por qué no imitar lo bueno de una dictadura cuando alguien tiene en sus manos, como sea, las riendas del poder absoluto? ¿Por qué sí lo malo? Pues porque de lo primero no existe nada copiable porque no lo hay, mientras que lo segundo brota abundante. Por ello, cualquier perverso, ególatra y autoritario se decanta por recrear las prácticas despóticas. Eso está ocurriendo en Costa Rica con el publicitado y plantoso “modelo Bukele”. El extravagante Rodrigo Chaves, presidente del hermano país, recibió babeando a su colega guanaco hace unas semanas. Entonces acordaron quién sabe qué cosas. Lo único que quedó claro fue que promocionarán su “Liga de naciones” para hacerle algunos mandados al próximo presidente estadounidense y quedar bien con él. Inicialmente dicen que lo harán entre las centroamericanas; pero, pretenciosos como son, se consideran capaces de convocar a otras más allá de nuestras comarcas.

    Fuera de eso, el resto de lo acordado lo declararon información reservada. “Las partes ‒se lee en el numeral 6 del documento suscrito por estos‒ se comprometen a no difundir ningún aspecto de las informaciones, datos, informes y resultados, presentados o recibidos, en el modo que sea, a los que hayan podido tener acceso en el desarrollo del mismo, ya que dicha información tendrá carácter confidencial”.

    Pensé llamarlos pintorescos, pero al cabecilla del “bukelato” y a su homólogo tico prefiero decirles calamitosos por ser los principales responsables del daño gravísimo que están causando en sus respectivas naciones y ‒por consiguiente‒ dentro del istmo: el desmontaje de ambas democracias, aunque una apenas “gateaba” y la otra aún se encuentra enpie… al menos hasta ahora. Esta última, la costarricense, aparece amenazada mientras que la salvadoreña ya es cosa del pasado no obstante su alto costo humano producto de la “guerra sucia” gubernamental, la guerra de guerrillas y la posterior guerra abierta desatada entre los ejércitos de dichos bandos.

    La última de estas finalizó hace más de tres décadas, logrando concluir la dictadura militar que arrancó en diciembre de 1931 con la entronización del general Maximiliano Hernández Martínez; este presentó su renuncia a la Asamblea Nacional Legislativa, la cual le fue aceptada el 9 de mayo de 1944. Ese logro ocurrido hace más de ochenta años, no se tradujo en el inicio del trayecto hacia un Estado democrático pues los“dueños de la finca” no lo permitieron y mantuvieron a los militares “administrándola” y “cuidándola”, hasta que el movimiento popular organizado en las ciudades y el campo dio paso a la lucha armada concluida con los acuerdos de paz firmado entre las partes beligerantes.

    En adelante, lentamente y a empujones, costó llegar adonde se llegó: a crear y mantener un andamiaje institucional ‒raquítico, ciertamente‒ mediante el cual se garantizó que la violación sistemática de derechos humanos por razones políticas fuera superada, que la labor del aparato electorero no se desnaturalizada como antes, que los resultados de los comicios se respetaran ‒al punto de lograr que la exguerrilla metiera dos de sus candidatos en Casa Presidencial‒y que la justicia constitucional comenzara a irrumpir en nuestra sociedad. No se me ocurren más logros destacados, pero sí fallas; fundamentalmente dos: la mejoría de la economía familiar entre las mayorías populares y la garantía de su seguridad no se asomaron de manera cierta y consistente. Y, parafraseando al cubano Carlos Puebla, ¡en eso llegó Nayib!; y parafraseando además al mexicano Emmanuel, ¡todo se derrumbó!

    Por ser mi última columna escrita en el 2024 y la primera publicada en el 2025, rescato tres hechos notorios ocurridos durante los últimos doce meses que desnudan como dictador a Bukele; entre tantos, hablando en buen salvadoreño, lo chulonean como tal: reelegirse inconstitucionalmente en febrero; además, están la reactivación de la minería en diciembre y la continuidad del régimen de “excepción” ‒solo de nombre, pues se volvió “normal”‒ a lo largo de todo el año. Para ello, mantiene secuestrado todo el aparato estatal derrochando millonadas destinadas a una descomunal y ególatra publicidad; también a incrementar el número de integrantes de la Fuerza Armada y su equipamiento. Además, hay casos “misteriosos” como las muertes de Alejandro Muyshondt y del director general de la corporación policial junto a otras personas más, en el “helicopterazo” ocurrido en septiembre.

    Y ahora parafraseando a Marcos Mundstock ‒admirado integrante de Les Luthiers fallecido hace casi cinco años‒ yo pregunto y quiero que usted, presidente Chaves, me conteste: ¿es hacia lo antes señalado que pretende conducir a la hasta ahora seductora y respetada democracia costarricense? Ya mandó algunas señales preocupantes como la reserva de información e, imitando el “mejor” estilo “bukeleano”, las cadenas nacionales de medios. Así que mucho cuidado, querida Tiquicia.

  • ¡Feliz próspero 2025!

    ¡Feliz próspero 2025!

    Bienvenido 2025. Con la fe puesta en Dios, debemos esperar que el año nuevo sea de prosperidad, de objetivos, sueños y de mucha cordialidad entre los salvadoreños.

    Inicia un año y con ello renovamos nuestras esperanzas y nos proponeos cumplir metas que nos permitan acercarnos a la felicidad nuestra y de quienes nos rodean.

    El 2024 nos deja alegrías y tristezas. Algunos tuvieron el infortunio de perder a seres queridos, pero otros el privilegio de ver crecer su dinastía. Los vaivenes de la vida son así y aveces llevan dolor y angustia, pero también otras veces conllevan satisfacciones y motivos para agradecer a la vida misma y al Todopoderoso.

    Muchos inician 2025 con incertidumbres porque inician desempleados como muchos, pero con la firme convicción de que nada es para siempre y que las oportunidades deben emerger. Desempleados, lo que menos deben hacer es deprimirse, al contrario, deben ser optimistas y confiar en sus capacidades y en el rumbo divino, al final no hay mal que dure cien años.

    Algunos inician postrados en un hospital o convaleciendo por alguna dolama. Hay que fortalecer el alma y confiar en que la salud vendrá acompañada de la voluntad divina. Dios a veces nos pone obstáculos para probarnos y para salir fortalecidos como seres humanos.

    Cualquiera que sea nuestra condición hay que esperar un año mejor que el anterior, en todos los sentidos de la vida. No podemos ser pesimistas porque el pesimismo es un valor de los que carecen de esperanza y ésta es la última que se pierde. Debemos esperar que en 2025 nuestros gobernantes tomen mejores decisiones y que revoquen todo lo que podría generar algún daño a los salvadoreños. Debemos pedir y esperar más y mejor funcionamiento del aparataje estatal. Como ciudadanos debemos exigir nuestros derechos y cumplir nuestros deberes.

    2025 debe traer más desarrollo para todos. Cada familia debe percibir en su intimidad los beneficios del desarrollo y aportar individuamente en la formación de buenos ciudadanos formando valores que generen moralidad y civismo. Formar ciudadanos respetables, honestos y honrados y sobre todo útiles para la sociedad debe ser la misión más sagrada de cada grupo familiar.

    En 2025 todos debemos comprometernos con la búsqueda de mejores derroteros que nos conduzcan a nuestro propio bien y al de los demás. Hay que orar y hacer nuestro mejore esfuerzo. Este año debe ser el nuestro, sin perder nuestra dignidad y recurriendo a nuestra propia fortaleza. Hay que trabajar con ahínco, con esmero y con buena voluntad, seguir la ruta hacia adelante sin atropellar a nadie porque todos tenemos derecho a seguir nuestros sueños. Hay que tener presente que los rostros que vemos cuando vamos hacia arriba son los mismos rostros que nos ven cuando vamos hacia abajo.

    No desmayemos de continuar con nuestros anhelos. El camino es empedrado y a veces hasta fangoso, pero cuandose llega a la meta el disfrute es mayor si el trajinar ha dejado huellas imborrables que alguna vez dolieron. Nada que sea fácil tiene tanto merito para significar un tesoro invaluable.

    Quizá 2024 haya sido un año para el olvido, pero su incidencia en el 2025 es inevitable. No hay un parteaguas que permita dejar lo malo del año pasado y sus consecuencias. Conviene echarle ganas al año que hoy comienza para enfrentar con estoicismos los retos que se nos vienen en el campo económico, social, ideológico y en todas las esferas de la cotidianidad.

    Lo que para unos es bueno para otros es malo. Es la ley de la vida. En esencia ideal lo bueno debería ser para todos, pero como dice el dicho popular; “para gustos los colores”. Loque siempre debe prevalecer es el respeto a los derechos de los demás. Aceptar que hay personas que piensan y sienten diferente y que eso no las hace menos ni más que nadie.

    Este 2025 debe ser un año de propósitos logrados y de participación activa. Exigir para ser exigidos y promover para ser promovidos, tratar de hacer las cosas diferentes y diferenciarnos de los demás. Debemos ser nosotros mismos y agudizar nuestras destrezas para que cuando finalice el año podamos sentirnos complacidos.

    Las adicciones y los vicios son enfermizos y como tal debemos superarlos y centrarnos en aspectos positivos. Como dice la Oración de la Serenidad del teólogo estadounidense Reinhoid Niebuhr, para este 2025, “Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, el valor para cambiar las cosas que puedo, y la sabiduría para reconocer la diferencia”.

    2025 debe ser de muchos logros, tomando y dando pasos ainiciativas propias y no dar cabida a las manipulacionesmalintencionadas. Debemos seguir sujetados a la mano de Dios y confiar en nosotros mismos. Este año en nombre de Dios debe ser de salud, trabajo, seguridad, unión familiar y mejores condiciones de vida para todos. ¡Feliz y próspero 2025!

    Jaime Ulises Marinero/Periodista

  • Momento para el balance humano

    Momento para el balance humano

    Lo importante radica en reconocerse en el camino, en comprobar la veracidad de nuestros andares, que no deben reducirse únicamente a lo material; puesto que requerimos también de otras necesidades anímicas que están ahí, y que nos sirven para encauzar nuestro estado de ánimo vitalista.

    Continuamente tenemos que reponernos para retroalimentarnos de ese calor de parentela necesario, al menos para darnos dulzura de aliento y secarnos las lágrimas; aparte de aportar los nutrientes alimenticios para el estómago y su complejo organismo.

    Desde luego, este tránsito existencial que nos demanda en su peregrinación, caminar reconciliados en la diversidad, no es fácil para nadie; sobre todo para aquellos que suelen llamar por su nombre al bien y al mal.

    Activar una recta conciencia en un mundo de intereses mezquinos, nos lleva a renunciar a este sentido corporal de las cosas, que son las que verdaderamente nos vacían y nos vician de esclavitudes. La liberación de uno mismo es fundamental para quererse y donar adhesión. El vínculo sentimental vale más que el de la sangre, no lo olvidemos. En consecuencia, es crucial garantizar el acceso humanitario seguro y sin restricciones, por todos los lugares.

    Nunca es tarde para redescubrir el valor de la familia y ayudarle, con todos los medios posibles, para mejorar el propio ambiente. Cada niño que viene al mundo ha de ser acogido, desde su concepción, con ternura y gratitud; en un espacio hogareño donde se respire un clima sereno que favorezca lo armónico.

    Ciertamente, los momentos vuelan, no corren. Otro año termina y empieza otro, con viva conciencia de la fugacidad del período. Quizás sea, por consiguiente, el instante precioso y preciso de tomar una actitud nueva. Ojalá que cada ser humano, pueda reavivar reencuentros olvidados, rehacer y renacerse cuando se baña en el silencio, practicar el corazón en comunión con sus análogos, reactivar el sueño de niño con el impulso de una renovada mística, reavivando lo que verdaderamente nos da fuerza para proseguir el camino.

    Precisamente, son estos días en los que se enternecen las entretelas, como si la eternidad divina viniera a visitar el tiempo mundano, la época que debe hacernos reflexionar sobre lo vivido y, de igual modo, sobre lo que nos queda por vivir.

    Cohabitar armónicamente es nuestra dimensión satisfactoria. Esto nos estimula a cultivar la práctica comunitaria de atendernos y entendernos entre sí, de ser uno para todos y todos para uno. Nuestra pasión es la morada, el hogar que hemos formado corazón a corazón. Romper las raíces sería como dejar un cuerpo sin alma, un pulso sin poesía, un nido sin nada. Desde luego, nos urge restituir los vínculos familiares y restaurar esta institución fundamental enraizada en la misma naturaleza del ser humano. Cuando su figura se desdibuja, el egoísmo, la prepotencia y las pasiones inhumanas crecen y predominan, hasta que nos hunden en un calvario de desafectos persistentes y continuos.

    Es público y notorio, que la humanidad se ha deshumanizado, porque la situación que nos circunda no parte de nuestras verdaderas entrañas, de la raíz del verbo único y del tronco indivisible. En cualquier caso, no hay que acostumbrarse a las cosas habituales, lo significativo es no dejarse de asombrar y de sorprender por las experiencias de cada jornada, reconociendo que la verdadera sabiduría se alcanza con la cátedra viviente, inspirada en la certeza absoluta de que lo único que precisamos es amor y vida.

    Al fin y al cabo, si rebusco en mis recuerdos para hacer balance de lo que ha valido la pena en este último año, siempre me hallo con aquellos motivos que me dieron consistencia humana y no me vertieron fortuna alguna. La placidez del órgano, no entiende de dinero, sino de sueños.

  • Vuelven los comedores de pecado

    Vuelven los comedores de pecado

    No es nuevo que políticos y funcionarios estadounidenses se crean responsables de todos los males que padece el prójimo, como se aprecia en una reciente carta que exdiplomáticos y funcionarios de la Seguridad Nacional dirigieron al presidente Joe Biden y a su vicepresidente Kamala Harris, en relación con Cuba.

    Estados Unidos es muy propenso a producir “come pecados o devoradores de pecados”, personas que por medio de rituales liberan de los pecados cometidos a individuos recién fallecidos o cercanos a la muerte. Tal vez, el más conspicuo de esos comedores de pecado sea el presidente Barack Obama, que restableció relaciones con la tiranía cubana sin reclamar cambios en la Isla.

    En mi opinión estos sujetos se equivocaron de objetivo porque la carta debieron dirigirla al dictador Miguel Díaz Canel, puesto que reconocen en la misiva al ejecutivo de su país, que son disposiciones del propio gobierno de Cuba las que han sido “insuficientes e incoherentes reformas políticas que en gran parte han causado esta crisis”, sin embargo, el comedor de pecados aparece, cuando afirman creer que “la política actual de Estados Unidos ha exacerbado las dificultades de los cubanos”.

    Hay personas que nunca han dejado de culpar a Estados Unidos por los fracasos y errores del totalitarismo cubano, afirmando que el embargo y las políticas de Washington obligaron a Fidel Castro ser hostil contra este país, pasando por alto, que el sistema cubano arriba a 66 años con prisioneros políticos y un pueblo sumido en la miseria por las políticas fallidas del régimen y no por reales o supuestas agresiones extranjeras.

    Aún más, recuerdo haber leído opiniones de compatriotas que en el marco de reclamos a Estados Unidos de eliminar el embargo y restablecer relaciones con La Habana, responsabilizaban a la oposición y a Washington de haber llevado a Fidel Castro a aliarse con la Unión Soviética, pasando por alto que antes del triunfo de la insurrección, junio 5 de 1958, escribió a Celia Sánchez: “Al ver los cohetes que tiraron en casa de Mario, me he jurado que los americanos van a pagar bien caro lo que están haciendo. Cuando esta guerra se acabe, empezará para mí una guerra mucho más larga y grande: la guerra que voy a echar contra ellos. Me doy cuenta de que ese va a ser mi destino verdadero. Fidel”.

    Estos funcionarios no son cortos en sus peticiones, también solicitan que Cuba sea sacada de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, obviando que los tres mayorales que ha tenido la Isla en estas más de seis décadas y media han apoyado de manera sistemática a los grupos violentos que han procurado destruir las democracias americanas, incluido este país.

    Por último, piden muy discretamente que la Casa Blanca sea el salvador de la tiranía aumentando la ayuda humanitaria y simplificando las normas para que los ciudadanos cubanos accedan al sistema financiero estadounidense.

    Estos sujetos están bien informados sobre la crítica situación de los cubanos, pero aparentemente prefieren ignorar de quién es la responsabilidad de la situación que describen al decir “la red energética del país está fallando, la desnutrición infantil está en aumento, los servicios básicos se están deteriorando y la mayoría de los cubanos ha perdido la esperanza, precipitando el mayor éxodo de migrantes de Cuba en su historia”.

    Muchos de los firmantes de este documento son antiguos funcionarios del gobierno de Barack Obama, como el ex embajador en Cuba Jeffrey DeLaurentis, quien niega que la política de deshielo de la era Obama haya sido un fracaso sin presentar elementos de que hubiera sido exitosa o como expresó en el 2020 la vicepresidenta Harris al calificar que la política del embargo solo ayuda a los partidarios de una confrontación, obviando que los únicos que han promovido el enfrentamiento son los gobernantes de Cuba desde los hermanos Castro al dictador designado Miguel Díaz Canel.

    Señores firmantes, no le hagan el juego a los enemigos de la democracia, salvo que algunos de los escribientes lo sean. Una licencia que permita a ciudadanos de Estados Unidos invertir en empresas cubanas no cambiará para mejor la situación de los cubanos; los españoles y canadiense han hecho grandes inversiones en Cuba sin que el contexto insular prospere, por último, el Estado cubano bajo el totalitarismo castrista está fallido mucho antes que algunos de ustedes votaran por Barack Hussein Obama o Joe Biden.

    Pedro Corzo es periodista cubano.

  • Conductores peligrosos por la razón o por la fuerza

    Conductores peligrosos por la razón o por la fuerza

    La Asamblea Legislativa aprobó por unanimidad, todos los partidos políticos representados en la misma votaron a favor por las reformas al Código penal y Procesal Penal para el delito de conducción peligrosa y el homicidio culposo presentadas y propuestas por el gobierno de la República.

    Reformas y modificaciones que muchos las hemos solicitado por muchos años en diferentes medios de comunicación y no eran atendidas a pesar de los lamentables y datos contundentes durante el presente siglo y el pasado.

    Le solicito su atención a las siguientes cifras oficiales que corresponden al año 2024 que son del Fondo para la Atención a las Víctimas de Accidentes de Tránsito:

    • Del 1 de enero al 27 de diciembre 2024 se han detenido al menos a 2,270 personas por el delito de conducción peligrosa de manera particular por conducir bajo efectos de bebidas alcohólicas.

    • Del total de conductores peligrosos detenidos del 1 de enero al 27 de diciembre 2024 el 96% son hombres que corresponde a 2,179 del total capturados.

    • Un 4% del total de personas detenidas por el delito de conducción peligrosa con mujeres que corresponden a 91 mujeres

    Las personas detenidas por el delito de conducción peligrosa son aquellas que fueron detectadas en puntos de control, o por ocasionar accidentes y no poder escapar de la escena. Existe una importante y relevante cifra negra de conductores bajo efecto de bebidas alcohólicas no detectados.

    Ha pasado más de una semana de la aprobación y existe una oposición de muchos sectores que tienen intereses, ya sea por qué forman parte de la industria licorera y cervecera, trabajan para estos grupos o se intentan promover, por que consumen alcohol etílico en cualquiera de sus presentaciones, tienen cervecerías, bar, prostíbulos, discotecas, restaurantes entre otros, o son adversarios del gobierno y por lo tanto todo lo que se aprueba está mal, y quizás su odio es contra el presidente Bukele que los hace emitir opiniones sin una debida reflexión.

    Se puede usted imaginar el tipo de país que tenemos que ahora se defiende, se lucha y hay un esfuerzo por que se permita conducir con niveles de alcohol etílico en sangre cuando no tienen ningún estudio científico, no saben la toxicología, farmacología, los niveles de alcohol, que sucede en el cuerpo desde el momento de la ingesta del primer trago, los daños a las familias, la desintegración familiar, los divorcios entre otros. Asombra la irresponsabilidad al justificar que se pueda conducir con unas cervezas o tragos.

    Si el régimen de excepción fue y continúa siendo la muestra de la división y fraccionamiento de una sociedad, estas disposiciones están superando los adversarios y argumentos más infundados en redes sociales y medios de comunicación. Esta segunda semana será clave y podremos observar si los grupos de poder y ciudadanos que están a favor del consumo del alcohol etílico al conducir ganarán ese pulso y abra marcha atrás a las reformas o posibles interpretaciones que concedan conducir vehículos bajo efectos de bebidas alcohólicas cualquiera sea su presentación, tipo o marca, es alcohol etílico.

    La medida aprobada es cero tolerancia. Y no establece excepciones o atenuación.

    Las disposiciones aprobadas por la Asamblea Legislativa a la conducción peligrosa de vehículos automotores tienen un gran fundamento, actualidad, relevancia y pertinencia, y es que se ha convertido en un grave problema en nuestra sociedad, ya que representa grave peligro de derechos de terceras personas. El impacto de los accidentes cuando el conductor está bajo los efectos del alcohol es de mayores consecuencias, cuando ocurren son de gravedad.

    La relevancia de la Asamblea Legislativa al aprobar estas reformas está en la unanimidad, que debe de hacernos pensar que es posible que los partidos políticos con representación parlamentaria se pongan de acuerdo en beneficio de la sociedad, por el bien común. El conducir vehículos bajo efectos del alcohol etílico es una problemática de orden público y de alto interés social, ya que evita, reduce, corrige, previene daños graves físicos y mentales a posibles víctimas y sus vehículos (propiedad-bienes) por lo que es pertinente no más tolerancia a esta conducta delictiva.

    Debemos trascender a un Estado de derecho donde se respete y privilegie la vida también en materia vial. El año 2025 está a las puertas y es una excelente oportunidad de disminuir las muertes violentas por accidentes de tránsito.

    *Por Ricardo Sosa, Doctor y máster en Criminología

    @jricardososa

  • El desaire al presidente Bukele en Costa Rica

    El desaire al presidente Bukele en Costa Rica

    Considero un error estratégico de importancia el que la Corte Suprema de Justicia y nuestra Asamblea Legislativa de Costa Rica, decidieran no recibir al presidente de El Salvador Nayib Bukele, en ocasión de su reciente visita de Estado a Costa Rica, donde fue recibido, como corresponde, por el jefe de estado local.

    Ciertamente la visita se da en un contexto interno político desfavorable, pues para nadie es un secreto que el presidente de la República vive en permanente pugna con el Poder Legislativo y el Poder Judicial.

    Por otro lado, Costa Rica, sin tener clara la situación de seguridad salvadoreña que heredó el presidente Bukele, así como los pormenores de su segundo mandato en seguidilla tras seis meses de alejamiento del poder, el país decide descalificar al mandatario salvadoreño.

    Ambos cuestionamientos son válidos. Sin embargo, me parece que la negativa de los mencionados poderes nacionales a recibirlo, fueron un error y hasta un signo de debilidad.

    Costa Rica, con todo y sus defectos en el ejercicio de la administración pública en sus diferentes estamentos, es sin duda y así lo confirma cada año hasta la fecha el Informe de Desarrollo Humano de la ONU entre otros, el país centroamericano, al menos de los cinco originales, más desarrollado políticamente, el más republicano y democrático de todos.

    Como tal y según me lo recordaba un excompañero nicaragüense en la Secretaría General del SICA, el embajador Erick Vílchez Archer (QDDG), Costa Rica, por interés propio debería interesarse en que su vecindario sea lo más estable posible…en democracia republicana parlamentaria por supuesto.

    Sus instancias estatales correspondientes, pueden opinar cuidadosa y transparentemente sobre temas de política general de los países miembros de SICA y viceversa, según sea posible y con el respeto que los gobiernos centroamericanos merecen mantener el diálogo al respecto. Más todavía si se da el caso como el que aquí trato, en el sentido de que es el propio gobernante del estado hermano el que solicita audiencia en ambos Poderes, evidentemente sabedor él, del escrutinio y posible crítica a la que se exponía.

    No se dio ninguna de las dos audiencias. En el caso del Poder Judicial, la Suprema Corte, entiendo en forma no unánime como se hizo público, decidió no recibirlo. En el caso del Poder Legislativo, cuando se había concertado la visita, se dio un “corto circuito” que la canceló.

    En ambos casos y dejando de lado el intercambio y debate clásicos de la idiosincrasia costarricense llevada al campo diplomático, se perdieron oportunidades de recibir información de primera fuente sobre eventos que interesan al menos a la clase políticamente pensante de nuestro país, así como de influir en el criterio del visitante. Con algo de arrogancia, no se fue elegante con el mandatario visitante, perdiéndose, además, una oportunidad de conocer más a fondo los pormenores de los temas arriba mencionados y otros que pudieran haber surgido.

    Respecto al conflicto político interno costarricense, soy del criterio de que conviene excepto en muy calificadas excepciones, aplicar el adagio “los trapos sucios se lavan en casa”. No se diga más.

    También menciono la desafortunada forma en que fue recibida ayuda de El Salvador, de “ciudadanía a ciudadanía” podría decirse. Al final de cuentas fue aceptada. pero ya el desaguisado se había dado.

    En conclusión, Costa Rica “quedó mal” con el pueblo y el gobierno de un país de especial y estratégica importancia; perdieron los dos poderes de Costa Rica mencionados la oportunidad de conocer una opinión toral para el caso y se perdió una oportunidad dorada de influir transparentemente de acuerdo a los valores costarricenses, en el proceso político de un país tan cercanamente hermano.

    Carlos Manuel Echeverría, ex embajador de Costa Rica en El Salvador y exdirector de Política Exterior de Costa Rica.