Cuba suma ya doce meses de crisis energética total, con apagones que superan en promedio las 20 horas diarias fuera de La Habana, cuatro apagones nacionales en el último año y un sistema eléctrico colapsado que mantiene paralizada la economía y aumenta el malestar social.
Los cortes de electricidad se han convertido en el principal problema para los cubanos, que no pueden conservar alimentos, hacer trámites bancarios, cargar teléfonos ni bombear agua. Muchos deben levantarse de madrugada, cuando regresa la corriente por algunas horas, para cocinar, planchar o abastecerse.
En La Habana los apagones duran entre 4 y 10 horas al día, pero en el interior del país se extienden hasta 38 horas consecutivas en algunas localidades.
El 12 de febrero se registró la peor jornada: en el momento de mayor demanda, el 57 % del país quedó a oscuras por la incapacidad del Sistema Energético Nacional (SEN) de cubrir la demanda.
Termoeléctricas deterioradas y falta de combustible
La Unión Eléctrica (UNE) reconoce que el 66 % de los cortes se debe a la falta de divisas para importar combustible, mientras que el resto responde a la precariedad de las siete termoeléctricas, que acumulan décadas de explotación sin inversión.
En un intento de paliar la crisis, Cuba llegó a tener ocho centrales flotantes (patanas) arrendadas, pero hoy solo queda una tras la retirada de varias por impago.
Expertos independientes estiman que el saneamiento completo del SEN costaría entre $8,000 y $10,000 millones, una cifra inalcanzable para un país en recesión desde hace más de cinco años.
El Ejecutivo cubano atribuye la crisis a las sanciones de Estados Unidos, que califica como parte de una “asfixia energética”. Sin embargo, especialistas señalan que la situación es resultado de décadas de malas decisiones internas y falta de inversión.
La estrategia oficial para reducir la dependencia de combustibles fósiles se centra en la energía solar. Con apoyo de China, el Gobierno impulsa la construcción de 92 parques solares con una capacidad de 2,000 megavatios. Hasta ahora, 25 parques han sido conectados al SEN.
Pese a los avances, expertos advierten que el plan no resolverá la crisis en el corto plazo, ya que se completaría en 2031 y requiere además grandes baterías de almacenamiento para cubrir la demanda nocturna.
El propio Ministerio de Energía y Minas reconoce que las termoeléctricas seguirán siendo la base del SEN, lo que augura que los cubanos seguirán enfrentando apagones prolongados y un horizonte incierto en la crisis energética.
