Categoría: Opinión

  • Rosalía 

    Rosalía 

    Alguna vez, de pasadas, leí una crónica sobre una cantante de origen catalán que cantaba flamenco; acompañaba la nota una fotografía en blanco y negro de una joven bien plantada, con cierto aire pop, en estudiada pose de promoción.

    Así que, como el flamenco, el cante jondo y en general todo lo relacionado con Al-Andalus, el Sefarad, Maimonides, el cantejondo, las bulerías, Manitas de Plata, Gipsy Kings, García Lorca, Manolete, Gitanillo de Triana, Lola Flores me son tan íntimo, me dio curiosidad por oírla cantar, ya que la presentaban como la expresión contemporánea del flamenco.

    Y vaya que es expresión contemporánea del flamenco, según los tradicionalistas, que manifestaron su molestia. Cómo si el flamenco tuviese carta de inamovilidad, porque de ser así, pues no habría bulería; además, a partir de cual momento se hizo inamovible, porque el flamenco es una evolución arrastrada con los gitanos y su errante dolor.

    No obstante mi curiosidad, por azar oí unas estrofas de Rosalía que tuve que poner toda mi atención porque no la entendía, me pareció rap, ese estilo urbano desgarbado, sin musicalización surgido en las grades urbes americanas, y luego en algunas ciudades hispanoamericanas siguiendo el compás. El rap, el reguetón lo identifico como una expresión humana básica comercializada y musicalizada, de mal gusto y totalmente vulgar.

    Además, absolutamente irrespetuoso con la mujer, inaceptable; aunque muchos defensores de los derechos humanos lo dejaron pasar, por aquello de la inclusión, el igualitarismo y el wokismo que excluye la dignidad de lo femenino. De modo que cambié la emisora con cierta decepción.

    Más estaba equivocado en mi prejuicio inicial. Rosalía es fenómeno musical, rompe paradigmas, reta lo convencional sin el recurso facilista de lo comercial o chabacano. Experimenta en los diferentes géneros, cuando canta flamenco lo hace con las tonadillas y golpeteo de las manos original, introduciendo sonoridades musicales del momento que le toca vivir, el pop y la llamada música urbana (ritmo latinoamericano surgido en Nueva York) con esa voz de soprano que posee bien cultivada y controlada, a tono con el rasgueo de las cuerdas de la guitarra que le acompaña.

    Y sí, cursó ocho años, desde su trece,  en la Escuela Superior de Música de Cataluña, vocalización, escritura, guitarra, piano, posturas y flamenco. ¿Y por qué el flamenco en la Coruña? Pues por la cantidad de emigrados de Andalucía y su entorno, de los cuales todos sus amigos de infancia y juventud procedían de la tierra del flamenco, y algo se le pego, por fortuna para ella, y sus seguidores.

    El hecho es que para atrapar mi atención y echar por tierra todos mis prejuicios iniciales, leo unas declaraciones del Cardenal José Tolentino de Mendoza de la Iglesia católica de Portugal, donde afirma  “Rosalía revela la sed espiritual del arte contemporáneo. Su obra, capta la necesidad que existe en la sociedad de «fomentar una vida interior y de valorar la experiencia religiosa”.  Y agregó, “Cuando una creadora como Rosalía habla de la espiritualidad quiere decir que ella capta una necesidad profunda de la cultura contemporánea de acercarse más a las razones espirituales, de fomentar una vida interior, de valorar la experiencia religiosa como una experiencia fundamental, un ingrediente fundamental en la construcción de lo humano”.

    Declaración que hizo al referirse a la presentación que hizo la artista a su ultimo disco que tituló LUX, entre el cual destaca Berghain, cantada en cuatro idiomas,  acompañada por la Orquesta y Coro de la Sinfónica de Londres.

    Fue allí donde nació mi verdadera curiosidad sobre la joven artista, no solo de la voz, sino en la creatividad en la escena y la letra de sus canciones compuestas en cortante juego de palabras que narran episodios, sentimientos, bajezas y grandezas de lo humano. Poesía, poesía de nuevo cuño, diría. Juego de palabras acusatorias, redimidas, espirituales, ansiedades, dudas, lo humano y lo divino, lo blanco y lo negro, el bien y el mal. La necesidad de lo espiritual ante el vacío existencial.

    Las trascendencia divina que es la perfección, ante la realidad de su creación que es imperfecta, débil, transgresora, sometida a tentaciones, negaciones e incomprensiones, pero humana. La religión no como regla de conducta rígida, inapelable y de obediencia, sino interpretada o asumida como relación de lo humano con lo divino, lo espiritual con lo carnal, sin exclusión. Todo ese conjunto que ha conmovido los cimientos de la propia fe, la existencia de lo divino, donde aparece un Sigmund Freud al lado de San Francisco para intentar explicar la naturaleza el hombre.

    A esta joven catalana de temple andaluz hay que escucharla detenidamente, gozar su ritmo y disfrutar del espectáculo con el que se rodea en cada uno de sus conciertos, casi con vida propia,  seguirle la pista; porque además, no ha dejado de ser la joven sencilla que fue en su infancia que ahora a sus 33 años y juventud, revoluciona  el concepto mismo de la interpretación, es   igualmente una empresaria estupenda que sabe lo que es y representa. Vale la pena no solo oírla y observar musicalizar su poesía a ritmo de pop o de flamenco contemporáneo, sino aceptar el reto de reflexionar sobre lo divino frente a lo humano, que ha sido una constante en el hombre desde su creación.

    *Juan José Monsant Aristimuño, diplomático venezolano, fue embajador en El Salvador

  • Los cambios en el proceso de enseñanza-aprendizaje 

    Los cambios en el proceso de enseñanza-aprendizaje 

    Como docente nunca me imaginé estar escribiendo estas líneas que parecían utópicas; sin embargo, se evidencia que la educación está teniendo un rumbo diferente con respecto al modelo tradicional de enseñanza-aprendizaje.

    ¿Las tecnologías educativas y la Inteligencia Artificial (IA) son mejores que el pensamiento crítico? No, en ningún momento. Una cosa es que haya eficacia y eficiencia para obtener datos o para preparar material educativo, otra, es la forma de cómo y qué aprenderán los estudiantes. El colmo es que los jóvenes hasta confían más en la IA para consultas personales.

    En Linkeddl, encontré un debate con respecto a los cambios de paradigmas en el proceso enseñanza- aprendizaje. Ninguna máquina, chatbot, IA podrá sustituir a los maestros. ¿Qué sucede cuando alguien no asiste al salón de clases? En el debate alguien dijo que simplemente las personas son autodidactas y que por su propia cuenta pueden aprender. Ya no es necesario estar escuchando a un maestro, a un supuesto experto. Con ver un tutorial en You Tube, se aprende. En otro comentario, alguien expresó que ya no se necesita de un maestro para aprender. Ya no es necesario aprender formalmente.

    En mi opinión, siempre debe haber un aula física, especialmente para los aprendizajes de la educación inicial. Hago un llamado urgente, no se puede sustituir a un maestro con una laptop, computadora o celular. Las tecnologías ayudan; pero no debemos saberlas utilizar.

    ¿De qué sirve aplicar IA si no hay razonamiento, pensamiento crítico? Los docentes, padres de familia y los mismos estudiantes que me leen, saben bien que, si se aprende una fórmula matemática, química o de física, es para aplicarlas en la práctica. El colapso educativo es pretender sustituir hasta con IA el proceso de enseñanza-aprendizaje. Ya he escrito bastante sobre la importancia de aprender con papel y lápiz, de escribir, de preguntar en el salón de clases. En el aula hay interacción humana, se analiza.

    El colapso va desde verificar que a un estudiante le dificulta leer y escribir, entender, analizar lo que lee. Hay poca comprensión lectora. Se verifica que los aprendizajes sin libros y con lo que el maestro enseña son muy diferentes. Basta con preguntar a un alumno sobre los saberes en diferentes asignaturas. Los mismos padres de familia manifiestan — ¿Para qué les sirve en la vida a los alumnos aprenderse las tablas de multiplicar, la tabla periódica, las capitales del mundo, etc.? —

    Especialistas en educación. OCDE y otras instituciones ven preocupantes los resultados de los estudiantes en pruebas internas e internacionales. Por ejemplo, en Colombia, “El nuevo informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) expone rezagos en la formación básica, técnica y universitaria”. Otro dato preocupante es que, a nivel mundial, hará falta más maestros para cubrir la demanda en las escuelas.

    En El Salvador, no podemos borrar las evidencias, recordemos que pocos centros educativos pasaban las pruebas: PAES y AVANZO. Recalco en esta oportunidad, en los centros educativos, en diferentes niveles, existe la deserción escolar. Mientras tanto, los NINIS, están incrementando. Para rematar la gravedad, muchos niños y jóvenes anhelan ser influencers, youtubers o tiktokers.

    Mientras que a los alumnos les quieren enseñar con competencias digitales, en China les enseñan asignaturas de limpieza, cocina y labores domésticas en las escuelas primarias y secundarias. El objetivo es que los estudiantes desarrollen habilidades para la vida.

    La misión de un docente va más allá de solo proporcionar conocimientos. Eso sí, las nuevas formas de enseñar no pueden cambiar el humanismo, las relaciones humanas, la empatía, los valores y el pensamiento crítico. En la actualidad un docente debe de humanizar a sus discentes.

    Los cambios educativos son preocupantes cuando los alumnos van perdiendo habilidades y destrezas. Cuando se le da un celular a un niño a temprana edad, le están coartando la libertad de aprender habilidades de socialización, de lectoescritura, etc. Mientras que en los países de primer mundo hasta han prohibido esos aparatos, en otros lugares los ven como la panacea del desarrollo. En conclusión, no permitamos que los niños y jóvenes piensen menos gracias a la IA y otros distractores.

  • Todo comienza por uno mismo, por tomar conciencia, por aprender a reprenderse

    Todo comienza por uno mismo, por tomar conciencia, por aprender a reprenderse

    En un cosmos donde podemos elegir cualquier cosa, elijamos tomar conciencia en nuestros quehaceres. En efecto, tan importante como alzar la voz es escucharse, guardar silencio para oírse y ver qué pulso nos interesa tomar como actitud de vida. Por eso, es trascendente hacer pausas, ya no sólo para tomar aliento y descansar de los tropiezos, también para interrogarse, corregirse y enmendarse, antes de que el estrés y el agotamiento corporal y emocional nos trastorne mentalmente. Está visto que únicamente, tomando conciencia de que, sólo caminando por el camino de la concordia, el mundo podrá construir un futuro mejor para todos, porque la paz puede conseguir maravillas que la guerra nunca alcanzará, trazaremos horizontes de avance humanitario y de un alto el fuego global.

    Sin embargo, la conciencia de la humanidad queda manchada con tantas realidades bochornosas, como cuando la vida de los niños se ven atrapadas bajo el yugo de la pobreza o trastornadas por desastres o conflictos violentos que matan y mutilan a seres indefensos; o la misma existencia de nuestros mayores, cuando es abandonada y desasistida. Solemos contribuir, para desgracia de todos, a la descomunal polarización de las relaciones internacionales por causa de la crisis y los enfrentamientos existentes. Pese a lo dicho, se desvían recursos para dedicarlos a la fabricación y el comercio de armas. Ciertamente, nos falta alma y nos sobran falsedades, lo cual envilece la comunión y ahuyenta el espíritu fraterno y la amistad social.

    No hay más que una sana rectitud para ponerla en práctica, que no es otra que la conciencia al servicio de la justicia, como tampoco no hay más que una perfección, el espíritu donante al servicio de lo auténtico. Indudablemente, todas estas virtuosas hazañas se inician mar adentro, con la genialidad de conocerse y reconocerse, cada cual consigo mismo y junto a los demás. Bajo este ejercicio de sana cognición, habrá siempre alegría. Si algún regocijo nos habita en el planeta, lo tiene seguramente el ser humano de corazón níveo. Es cuestión de examinarnos internamente, de hacernos valer y de tomar el valor del discernimiento moral como lenguaje, sabiendo que uno es, en la medida que se deja respetar, reeducándose para la convivencia.

    Instruirse para adquirir percepción de la ecuanimidad, debiera estar en todos los planes formativos; y así, mejoraríamos el buen talante, que unido al fomento de que no falten oportunidades para cultivar el mejor talento, que no es otro, que la sabiduría por lo armónico, fomentaríamos de este modo que la injusticia racial, la desigualdad, el discurso de odio y la intolerancia no persistieran y, en muchos contextos mundiales, al menos disminuyesen. Sea como fuere, toda la ciudadanía tiene el derecho de actuar en conciencia y en libertad, a fin de tomar personalmente las decisiones morales que son de su incumbencia. De ahí, la significación de formar la conciencia y de esclarecer el juicio moral. Desde luego, será un buen propósito trabajar por ser ciudadanos tranquilos en tiempos convulsos.

    No hay almohada más placentera que una conciencia templada. Quizás, por ello, dentro de nosotros cohabite otro ser que está contra ese oleaje inhumano, deshumanizado por completo, que nos lleva a vivir en contradicción permanente. En consecuencia, un espíritu bien formado y mejor formulado, a través de un carácter justamente desarrollado, enuncia sus reflexiones según la razón, conforme al bien verdadero, ofrendado en nuestro propio fuero interno, lo que debe hacernos comportar fraternalmente los unos con los otros. Esto demanda una transformación entre análogos, que consiste en valores, actitudes y conductas que plasman y suscitan interacciones e intercambios sociales sustentados en los principios de imparcialidad y democracia.  ¡Toca renovarse para vivir!, pues.

  • Víctimas y verdugos

    Víctimas y verdugos

    “¿Cómo puede ser que el que se roba una gallina vaya preso un mes y al que robó miles de vidas le regalen amnistías, y lo dejen limpio y suelto esperando que algún día le hagan un monumento?”. Esa interrogante está siempre en mi órbita política y personal. “Ángel del pasado”, se titula la canción surgida de la creatividad de Ignacio Copani. Hoy, irremediablemente, la relaciono con el recién fallecido José María Tojeira: el querido Chema. Aunque ya no está físicamente entre nosotros, rememoramos un escenario muy suyo: un aniversario más, el 36, de la masacre en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. No podía dejar de evocarlo, pues, por tres razones fundamentales. Mi caminar junto a él batallando contra la impunidad en dicho caso, al menos durante buena parte de los procesos desarrollados dentro y fuera del país, es una.

    La otra: porque este grande consideraba que por encima de tal atrocidad consumada en el campus de la UCA debía colocarse en un sitial más elevado, por su gravedad, otra aberración mayor cuyos responsables materiales e intelectuales aún no han sido condenados por la “justicia” salvadoreña. Hablo de la matanza en El Mozote, que está por cumplir casi cuatro décadas y media de ocurrida.

    Pero además de las anteriores, porque Chema siempre consideró como el mal endémico a superar lo que perversamente aún se mantiene jodiendo adrede a nuestra sociedad: el salvoconducto de la mencionada impunidad maquinada para favorecer a los poderosos, en contraposición con lo que debía prevalecer: la ley. Pero esta, acá, sigue siendo la “culebra” mordelona que ‒tal como aseguró nuestro santo, citando a un “pobrecito”‒ solo le clava sus colmillos al descalzo pueblo salvadoreño de a pie o a quien no se postra de rodillas ante los designios de aquellos que lo oprimen.

    ¿Tuvimos desencuentros con Chema? No muchos, pero sí uno que otro. El principal tuvo que ver con la querella que sobre el asesinato de Julia Elba Ramos, su hija Celina y los seis jesuitas trabajamos con Almudena Bernabéu, quien junto con Manuel Ollé la presentó en la Audiencia Nacional de España en noviembre del 2008. Al respecto, más allá de dicha iniciativa a la que no se opuso pero no acompañó, según su “opinión estrictamente personal” era más importante “que la institución armada pidiera perdón en este y en otros casos”. “Cuando se comenzó el juicio en España –aseguró en el 2016– al menos varios de los jesuitas que vivimos en El Salvador pensábamos […] que el juicio en el exterior se debía no solo a la impunidad interna, sino a la incapacidad de pedir perdón del Ejército”.

    Había que “arreglar las cosas en El Salvador”, sentenció entonces. En eso estábamos de acuerdo, aunque mi participación en el impulso del recurso activado fuera de nuestras fronteras respondía al interés de meterle mayor presión a nuestro deplorable sistema interno, patente y patéticamente defectuoso en detrimento de los intereses de las víctimas ofendidas y del todo interesado en proteger a sus verdugos ofensores. Él opinaba que ese importante paso dentro del país para alcanzar la superación de la impunidad, “podría lograrse con una ley de justicia transicional” que prescindiera “de la penas de cárcel a cambio de la contribución con la verdad y la petición de perdón de los victimarios”.

    Ni él ni yo le atinamos. No por culpa nuestra sino por la ya mencionada perversidad de los poderosos, ahora acumulada entre la de los mismos siniestros de antes con la de los actuales; ello, para sacarle provecho a una impunidad no superada sino aún más consolidada. Porque pese a que la Sala de lo Constitucional ‒cuando había‒ anuló la amnistía aprobada el 20 de marzo de 1993, que benefició a los violadores de derechos humanos de uno y otro bando a lo largo de casi un cuarto de siglo, la impunidad fortalecida prevalece de hecho. El próximo 13 de julio cumplirá una década tal sentencia; para entonces, durante un quinquenio la Asamblea Legislativa habrá permanecido absolutamente controlada por el partido de Nayib Bukele que en mayo del 2004 mandó al carajo ‒perdón, al archivo‒ cualquier intento de lograr justicia para las víctimas.

    Pero seguiré neceando. “Que me digan que soy ángel del pasado”, como canta Copani, y lo aceptaré gustoso. ¡Con digno orgullo y sincera gratitud! En un ala llevaré siempre “atada la memoria y en la otra los abrazos que le debo a mis hermanos”. A Chema, Ellacuría, Lolo, Montes, Martín Baró, Amando, Juan Ramón y Jon Cortina; también a mis hermanas Julia Elba y Celina. En honor a la verdad, a toda la gente que hizo y sigue haciendo “algo por cambiar la historia”.

  • Ángela y  Ariel, dos jovencitas orgullo nacional

    Ángela y  Ariel, dos jovencitas orgullo nacional

    Ángela Pineda es una salvadoreña estudiante de tercer año de Ingeniería en Sistemas Informáticos de la Universidad de El Salvador (UES) que llenó de mucho orgullo a la nación, pero para el grueso de la población ha pasado desapercibida. Ella es una verdadera “influencer”, que con carisma, humildad, entrega, dedicación, talento e inteligencia ha sabido poner en alto el nombre del país.

    Resulta que Ángela estuvo, del 8 al 16 de este mes, en el campamento “The International Air and Space Program 2025” de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), en Houston, Texas, Estados Unidos. Su participación no fue al azar, ella y miles en el mundo, tuvo que concursar y para ello desarrolló un proyecto  innovador basado en identificar necesidades en las misiones espaciales.  Su propuesta fue seleccionada pasando por un rigoroso proceso, por lo que se hizo acreedora de la oportunidad para participar en el Campamento Internacional al cual asistieron jóvenes genios de distintas nacionalidades.

    El proyecto presentado por Ángela se denominó “Sistema Autónomo de Drones con Micro Propulsores”, el cual se trata de un dron que en vez de alas cuenta con cuatro propulsores micros para volar con la finalidad que los mismos puedan ser utilizados por los astronautas y científicos espaciales en misiones, de tal manera que los drones sean utilizados para revisar posibles daños externos (fisuras) en las naves. Con su uso, científicos y astronautas ya no tendrían necesidad de hacer ellos la revisión.

    Ariel Torres, otra estudiante de Ingeniería Mecánica de la UES, también resultó ganadora y ella acudirá al mismo campamento en noviembre de 2026.  Ariel realizó su proyecto innovador en la necesidad de detectar cuerpos pequeños que se puedan identificar en la rutas o direcciones de las naves espaciales a fin de evitar colisiones que provoquen daños en la nave. El proyecto de esta jovencita se denominó “Teledetección remota por medio de microsatélite araña”. Ariel también nos lleno de orgullo y es una verdadera “influencer”.

    Ambas fueron seleccionadas en un proceso que duró un año. Se sometieron a todos los requisitos y formalismos de la NASA. Tuvieron que presentar de manera teórica y de modo coherente su proyecto, pasar por exámenes físicos y médicos, hasta una entrevista realizada por expertos.

    Ya en el campamento Ángela participó en el compartimiento de conocimientos teóricos, así como en pruebas bajo presión centrífuga, actividades bajo el agua y con trajes espaciales, simulación de despegues y vuelos asistidos, simulación de caminatas a la luna y otras actividades propias de los científicos del espacio. En esas mismas actividades participará Ariel, el próximo año.

    La trascendencia del caso es que los proyectos de ambas jóvenes veinteañeras serán evaluados y si uno o ambos resultan ganadores y prácticos para la ciencia, las ganadoras podrán quedarse un año en la NASA para desarrollar el programa, además podrán patentarlo y seguramente pasará a ser considerada científico a escala mundial.

    Ambas jóvenes son un ejemplo a seguir para sus compañeros de estudios y para toda la juventud en general. Sin dejar de ser joviales, amigables y vivir la vida con alegría, se dedican con mucha entereza a sus estudios. Ellas seguirán en lo suyo, tratando de aportar para la ciencia y el desarrollo de la humanidad. La inteligencia bien encausada para la humanidad es dominante.

    Sin que sea su intención Ángela y Ariel se han convertido en verdaderas “influencer” que no tienen necesidad de hacer uso inadecuado de las redes sociales para influir de cualquier manera en los demás. Ambas, sin decir una palabra soez, sin insultar a nadie, sin inventar falacias, sin hacer el ridículo o poner en vergüenza a otros, se han mostrado como mujeres de bien.

    A ambas jovencitas hay que apoyarlas para que ellas puedan cumplir sus sueños y que nos sigan llenando de orgullo nacional. Becarlas es lo menos que el Estado puede hacer por ellas. Desde  ya se debe garantizar que ambas seguirán sus estudios de postgrado en las mejores universidades del mundo.

    Muchos jóvenes en el país han  participado y triunfado en campeonatos u olimpiadas mundiales de diferentes ramas de las ciencias (matemáticas, física, química, biología, robótica, etc.) y no todos han recibido el apoyo que merecen. Ellos, reitero, son verdaderos “influencer” a los que se debe potenciar. En el país siempre ha habido jóvenes destacados en todas las ramas, pero poco ha sido el apoyo institucional.

    En cualquier parte del país nadie o pocos conocen a los jóvenes que han ganado concursos mundiales de robótica u otras ramas de las ciencias. Algunos quizás hasta no sepan quienes son Ángela Pineda y Ariel Torres, pero casi todos conocen al “chabacán” y  vulgar que hace tonterías e idioteces como “creador de contenidos” porque se cree “influencer” y porque es seguido por indolentes sin capacidad de análisis.

    Felicidades a Ángela y Ariel, a su familia,  a sus maestros y a sus amigos porque ambas han puesto en alto el nombre de El Salvador. Ojalá y sus proyectos sean seleccionados por la NASA para que dignamente lleguen a ser científicas aeronáuticas. Que Dios las bendiga ahora y siempre.

    *Jaime Ulises Marinero es periodista

     

     

  • DOCTOR-SV: roles y beneficios de sus socios

    DOCTOR-SV: roles y beneficios de sus socios

    Durante la presentación de la nueva plataforma de servicios de salud, Doctor-SV, por el presidente Nayib Bukele, este se hizo acompañar por varios representantes de diversas compañías involucradas en su desarrollo e implementación. Entre ellos destacaron delegados de Google-Gemini, la Corporación Andina de Fomento (CAF), Cielum Health, así como la científica principal de 23andMe, quienes participaron junto al mandatario durante la cadena nacional.

    Aunque no fue posible encontrar documentación oficial que detalle los roles exactos y los beneficios para cada compañía involucrada en el desarrollo e implementación de la plataforma Doctor-SV, sí existe información relevante sobre sus objetivos y líneas de trabajo, lo que permite inferir parte de su estrategia en el proyecto.

    En el caso de Google, su participación se enmarca en un contrato de colaboración tecnológica con el Gobierno de El Salvador, financiado en parte mediante préstamos internacionales como el otorgado por la Corporación Andina de Fomento (CAF), que aportó más de 11 millones de dólares para la implementación del sistema. Google provee su modelo avanzado de inteligencia artificial médica Gemini, una tecnología propietaria y de carácter premium entrenada específicamente para diagnósticos clínicos y soporte médico. En este acuerdo, Google recibe pagos por acceso a la plataforma tecnológica, soporte técnico y adaptación del modelo Gemini al contexto salvadoreño, tanto en lenguaje (español salvadoreño) como en capacitación especializada para el sector salud.

    A cambio, el gobierno ofrece a la población una plataforma de telemedicina de uso gratuito, otorgándole a Google una oportunidad estratégica para posicionar Gemini en un entorno de salud pública real, con potencial de expansión regional. Además de los ingresos por licencias y servicios asociados, Google obtiene beneficios comerciales y estratégicos: refuerza su presencia en América Latina como proveedor líder de salud digital; convierte a Doctor-SV en un piloto a gran escala para demostrar eficacia y rentabilidad de la tecnología; facilita potenciales contratos en otros países; y accede (bajo normativa de confidencialidad y anonimización) a datos que fortalecen el entrenamiento continuo de su IA. Aunque no existen cifras oficiales sobre ingresos proyectados, considerando el tamaño del contrato y el potencial de expansión, las ganancias para Google podrían superar los 10–20 millones de dólares anuales en el mediano plazo, con oportunidades de crecimiento adicional mediante la replicación del modelo en otros mercados.

    Por su parte, el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) financia la implementación de Doctor-SV mediante un préstamo de 11 millones de dólares al Estado salvadoreño. Este acuerdo se enmarca en una alianza estratégica más amplia para apoyar proyectos de desarrollo sostenible en áreas como salud, educación, agua potable, saneamiento, seguridad e infraestructura resiliente al cambio climático. Desde su incorporación como miembro pleno en 2022, El Salvador ha tenido acceso a créditos en condiciones especiales y cooperación técnica no reembolsable. Con Doctor-SV, CAF fortalece su posicionamiento como agente regional de modernización tecnológica y mejora de la equidad en los sistemas de salud pública.

    En cuanto a la compañía estadounidense de biotecnología y genómica 23andMe, no existe documentación oficial que confirme una participación institucional directa en Doctor-SV. Sin embargo, la presencia de una científica principal de la empresa durante la presentación sugiere que personas vinculadas a 23andMe contribuyeron en el proceso, aunque no en calidad de representación corporativa ni con un rol predominante en el diseño de la plataforma.

    Finalmente, durante la presentación también participó un médico colombiano asociado a la empresa Cielum Health, con sede en Medellín (Antioquia). Cielum Health se especializa en soluciones digitales para la continuidad del cuidado médico, incluyendo estandarización de atención farmacéutica, dispensación de medicamentos a domicilio, digitalización de rutas clínicas, gestión del riesgo mediante datos en tiempo real e inteligencia artificial para mejorar la adherencia terapéutica. Al igual que en los casos previos, no se encontraron documentos oficiales que describan formalmente su participación o contribución en el desarrollo e implementación de Doctor-SV.

    Indudablemente, se trata de una colaboración público-privada con beneficios y riesgos tanto para los socios como para los participantes. Sin embargo, representa una iniciativa orientada a hacer las cosas de manera diferente, y precisamente eso es lo que exige la incompetencia e ineficiencia crónica que afecta a nuestro sistema de salud. Ojalá que Doctor-SV se consolide como una solución efectiva para avanzar hacia un sistema de salud universal, equitativo y sostenible en nuestro país.

  • Lenguaje y comunicación en la literatura: La lección de “La Petaca” de Salarrué

    Lenguaje y comunicación en la literatura: La lección de “La Petaca” de Salarrué

    Leer literatura no es solo disfrutar de una historia. Es también aprender a comunicarnos mejor. Cada cuento o novela nos ofrece nuevas palabras, formas de pensar y maneras de decir lo que sentimos. La lectura, especialmente la narrativa, afina las herramientas más importantes de la vida: escuchar, hablar y comprender al otro.

    Cuando una persona lee con frecuencia, su vocabulario crece y su expresión mejora. La lectura expone al lector a un lenguaje rico y variado que fortalece la fluidez verbal y la precisión al comunicar ideas. Además, al leer, el cerebro absorbe de forma natural las estructuras correctas del idioma, lo que ayuda a escribir y hablar con mayor claridad y coherencia.

    Por eso, quien lee bien suele expresarse mejor. La lectura convierte a las personas en comunicadores más efectivos y empáticos, cualidades fundamentales tanto en la escuela como en el trabajo y en la vida cotidiana.

    La enseñanza de Salarrué

    En su libro Cuentos de barro, el escritor salvadoreño Salvador Salazar Arrué, Salarrué, logra algo extraordinario: elevar el lenguaje popular del campo a la categoría de arte. Sus relatos rescatan la voz campesina, los modismos y las expresiones náhuatl que forman parte de nuestra identidad. Leer a Salarrué es aprender a valorar la forma de hablar del pueblo como una fuente de sabiduría y belleza.

    Su estilo es sencillo y sensorial. Usa pocas palabras, pero cada una está cargada de emoción y significado. Esa economía del lenguaje enseña al lector a elegir la palabra justa, la que toca y comunica sin exceso. Además, su ritmo narrativo imita el habla campesina, recordándonos que la musicalidad de una frase es tan importante como su sentido.

    El lenguaje de la vida en “La Petaca”

    En el cuento La Petaca, Salarrué demuestra su dominio del lenguaje y su sensibilidad social. Narra la historia de María, una joven del campo marcada por la pobreza y la ignorancia. El autor utiliza palabras como “peche”, “diay” o “tata”, que pertenecen al habla salvadoreña, y las convierte en poesía.

    El término “petaca”, que significa joroba, adquiere en el relato un sentido simbólico: la carga social y emocional que María lleva sobre sí. Cuando esa carga “se baja a la barriga” con su embarazo, el lenguaje se transforma en metáfora del destino humano.

    La fuerza de Salarrué está en lo que no dice. Evita los juicios y las descripciones explícitas. Deja que el lector imagine, que participe en la historia. Esa técnica enseña el poder del silencio, de la palabra medida, de la elipsis que sugiere más de lo que muestra.

    La Petaca nos recuerda que el lenguaje no solo cuenta historias: revela verdades. Cada palabra puede ser puente o herida, consuelo o denuncia.

    Final del cuento: (Búsquelo, léalo)

    “Le pusieron una coronita de siemprevivas. Estaba como en un sueño profundo; y es que ella siempre estuvo un grado abajo de los suyos; cuando todos se estaban riendo, ella sonreía; cuando todos sonreían, ella estaba seria; cuando todos estaban serios, ella lloraba; y ahora que ellos estaban llorando, ella no tuvo más remedio que estar muerta”.

    Leer para comprendernos

    La literatura de Salarrué no solo enriquece el idioma: educa la sensibilidad y fortalece la comunicación. Leerlo es aprender a mirar con compasión y a hablar con respeto.

    Como dice la Biblia: “El corazón del justo piensa para responder; más la boca de los impíos derrama malas cosas” (Proverbios 15:28).

    Leer nos enseña justamente eso: a pensar antes de hablar, a escuchar antes de juzgar y a comunicarnos con el alma.

    *Alfredo Caballero Pineda, es escritor y consultor empresarial. 

    alfredocaballero.consultor@gmail.com  

  • El milagro legislativo que nadie logra ver

    El milagro legislativo que nadie logra ver

    En El Salvador estamos experimentando un fenómeno legislativo tan peculiar que merece, por lo menos, un documental en Netflix sobre análisis político con sabor a comedia negra. Y no es para menos. En los últimos meses, algunos diputados de la bancada oficialista han proclamado con la convicción de un galán de telenovela recitando poesía que “somos los diputados más transparentes en la historia del país”. La frase es tan fuerte, tan sonora y tan repetida que uno empieza a pensar que quizás no es un mensaje para la población, sino una afirmación terapéutica.

    Como quien se mira al espejo todas las mañanas y se dice “yo puedo, yo soy capaz”, solo que en versión parlamentaria: “yo soy transparente, yo soy transparente, yo soy transparente”. Y claro, si lo repiten suficientes veces, tal vez logren convencerse… o al menos lograr que la frase se vuelva tendencia. Sin embargo —y aquí llega la parte verdaderamente chistosa— este entusiasmo por la transparencia selectiva parecería hacernos olvidar que los últimos 30 años tampoco fueron precisamente un paraíso nórdico de claridad institucional.

    Durante los gobiernos de ARENA y del FMLN la transparencia funcionaba, más o menos, como un enchufe flojo: a veces hacía chispa, a veces no funcionaba, y otras veces daba toques. Hubo momentos en que brilló por su ausencia, momentos en que se extravió y momentos en que se escondió detrás de una cortina de discursos solemnes. De hecho, si comparamos la transparencia de entonces con la de ahora, podríamos llegar a la conclusión diplomática de que ni antes era tan transparente, ni ahora es tan luminosa; en algunos casos era igual, en otros similar… y en otros francamente peor.

    Pero eso sí: todos la prometieron, pocos la practicaron, y casi nadie la documentó adecuadamente. La transparencia en El Salvador, vista históricamente, no es una línea recta; es más bien como un electrocardiograma político: sube, baja, se pierde, reaparece, y en ocasiones parece entrar en paro temporal. Volviendo al presente, la transparencia legislativa actual es un fenómeno especialísimo. No es transparente como el vidrio. No es transparente como el agua. Es una transparencia tan fina, tan etérea, tan mística, tan elevada… que parece diseñada para ser invisible.

    Es una especie de transparencia premium (de lujo), accesible solo para quienes poseen la contraseña sagrada que, por cierto, no ha sido entregada al público en general. Mientras tanto, el resto de los mortales disfrutamos de una transparencia tipo eclipse: todo el mundo dice que ahí está, pero nadie sabe con exactitud hacia dónde mirar, en qué punto del cielo político aparece o a qué hora se supone que se manifiesta. Es, sin duda, la transparencia más escurridiza de toda la región. La Asamblea Legislativa continúa aprobando préstamos con la velocidad de quien está aprovechando un fast-forward (avance rápido) en la vida.

    Los dictámenes entran, los dictámenes salen, los votos se levantan y los aplausos se escuchan, todo en una sincronización digna de ballet. Lo sorprendente no es la rapidez —que en sí misma es admirable— sino la capacidad de comunicar que todo es absolutamente transparente mientras la ciudadanía se queda viendo para todos lados sin encontrar ni un cuadro comparativo, ni un análisis financiero, ni un informe de ejecución. Lo único realmente visible es la velocidad con que se aprueban los paquetes financieros, porque esa sí, sin duda alguna, es transparente… pero de una forma casi deportiva.

    Los diputados insisten en que todo está público, todo está explicado, todo está disponible, todo está clarísimo. Incluso aseguran que cualquiera que tenga dudas puede acceder a la información. El único detalle, insignificante para algunos, es que nadie sabe exactamente dónde está esa información. No aparece ni en los portales, ni en los dictámenes, ni en los resúmenes, ni en las conferencias, ni en las redes sociales. Es una transparencia estilo wifi aparece, desaparece, y cuando funciona, funciona a medias. Preguntar por los detalles de un préstamo es como llamar al servicio técnico: “sí, ya lo veremos”, “sí, ya está en proceso”, “sí, ya se explicó”, “sí, pronto estará disponible”.

    Es una experiencia tan mágica que uno juraría que los informes viajan en hologram (holograma): existen teóricamente, pero al intentar tocarlos… se desvanecen. Aprovechando este clima de eficiencia galopante, los préstamos se aprueban con la alegría con que se lanzan ofertas de temporada durante el Black Friday: uno aquí, otro allá, este para desarrollo, aquel para infraestructura, este otro para fortalecer no sé qué área, y el siguiente para continuar fortaleciendo lo que ya se fortaleció. Todo es histórico, todo es monumental, todo es el más grande de la historia, todo es para el futuro, todo es para el beneficio del pueblo.

    La dificultad aquí no es aprobar la deuda. El problema jamás ha sido levantar la mano o presionar un botón. El reto, diplomáticamente hablando, es explicar con claridad meridiana qué se hará con ese financiamiento, cómo se ejecutará, quién lo administrará, cuáles son los plazos, cuáles son los riesgos, cuáles son las auditorías, cuáles son las salvaguardas, y cómo se garantiza que no se pierda en el laberinto de la administración pública. La transparencia, en ese sentido, se parece más a un concepto filosófico que a una herramienta de gestión pública. Existe en teoría, pero no aparece en la práctica.

    A pesar del humor involuntario que produce este escenario, la falta de transparencia no es un chiste. Aunque claro, el contexto hace que uno no sepa si llorar por el nivel de opacidad o reírse por el nivel de creatividad narrativa. Lo cierto es que El Salvador no necesita más discursos sobre transparencia, sino mecanismos reales y prácticos que permitan medirla, verificarla y comprobarla. Porque mientras la Asamblea continúa diciendo que todo es cristalino, el país entero sigue preguntándose: ¿dónde está el cristal? La solución no requiere magia, ni poesía, ni discursos motivacionales.

    Requiere compromiso institucional. Un verdadero observatorio de deuda pública independiente, informes obligatorios, publicación en real-time (tiempo real), auditorías internacionales, reglas fiscales estrictas y un sistema de acceso público a cada préstamo desde su aprobación hasta su ejecución. Nada de documentos escondidos, ni informes resumidos, ni enlaces “en mantenimiento”. Si el dinero es del pueblo, entonces la transparencia también debe serlo. Durante más de tres décadas hemos visto gobiernos que la prometieron con fervor religioso, partidos que la juraron con solemnidad institucional y bancadas que la proclamaron con orgullo casi lírico.

    La transparencia real no es cian, azul o roja; no pertenece a ARENA, al FMLN, ni a Nuevas Ideas. No es patrimonio de izquierdas ni de derechas. La transparencia es patrimonio del pueblo, y el pueblo la está pidiendo —ahora más que nunca— con un clamor silencioso pero implacable: “Muéstrenlo”. Porque mientras no se muestre, mientras no se publique, mientras no se audite, mientras no se permita verificar… seguiremos viviendo en el país donde la transparencia es tan brillante, tan luminosa, tan extraordinaria, pero invisible.

  • La indemnización laboral en El Salvador: entre el derecho y la correcta interpretación de su alcance

    La indemnización laboral en El Salvador: entre el derecho y la correcta interpretación de su alcance

    En El Salvador, la indemnización por despido injustificado es uno de los temas que más confusión genera en el ámbito laboral, tanto para trabajadores como para empleadores. Expresiones comunes como “págueme mi tiempo” no reflejan adecuadamente la realidad jurídica, pues la indemnización no es un ahorro acumulado ni un derecho automático por haber laborado cierto tiempo. Se trata, más bien, de una compensación que solo procede cuando el empleador pone fin a la relación laboral sin una causa legal. Por ello, su aplicación depende de circunstancias específicas y no de la voluntad del trabajador.

    La ley salvadoreña establece que la indemnización sólo corresponde cuando existe un despido sin justa causa, es decir, cuando la terminación del contrato no se fundamenta en razones válidas contempladas en el Código de Trabajo. El artículo 58 define el monto: treinta días de salario por cada año de servicio continuo o su parte proporcional, incluyendo vacaciones y aguinaldo proporcionales. No obstante, la norma impone un límite esencial: el salario base para calcular la indemnización no puede exceder cuatro veces el salario mínimo vigente, lo cual marca un tope de referencia obligatorio para todos los casos.

    Este tope salarial busca equilibrar la protección al trabajador con la capacidad financiera del empleador, evitando indemnizaciones desproporcionadas que pongan en riesgo la estabilidad de las empresas. Así, incluso si un trabajador percibe un salario mayor, la indemnización se calcula sobre el límite permitido. Aunque esto puede generar inconformidad, la restricción es legal y pretende asegurar que las obligaciones derivadas del despido no comprometan la continuidad del empleo formal. De esa forma, se procura mantener un entorno laboral sostenible para ambas partes.

    Otro aspecto clave es que la indemnización no constituye un derecho adquirido. No puede reclamarse mientras el contrato esté vigente ni en casos de renuncia, mutuo acuerdo, vencimiento de contrato o despido justificado. Solo se activa cuando el empleador termina la relación sin causa legal. Por ello, frases como “págueme mi tiempo” carecen de fundamento jurídico salvo que exista un despido arbitrario. Además, la indemnización no está sujeta a retenciones de Seguridad Social, AFP ni Impuesto sobre la Renta, ya que tiene naturaleza compensatoria y extraordinaria, garantizando que el trabajador reciba el monto íntegro.

    Finalmente, la correcta documentación de la terminación laboral es indispensable. El cierre debe formalizarse mediante un documento privado autenticado o la hoja de terminación del Ministerio de Trabajo, los únicos instrumentos válidos según el artículo 402 del Código de Trabajo. Un despido mal documentado puede generar conflictos aun cuando el pago se haya realizado correctamente, por lo que ambas partes deben asegurarse de cumplir las formalidades. En conclusión, la indemnización en El Salvador es un mecanismo de justicia para el trabajador ante despidos injustificados, con reglas claras, límites definidos y sin retenciones, cuyo propósito es equilibrar las relaciones laborales y evitar abusos en la terminación de contratos.

    * Jaime Solís es experto legal en Derechos Laborales

     

  • Doctor-SV: El salto tecnológico en salud digital de El Salvador con inteligencia artificial y telemedicina asistida

    Doctor-SV: El salto tecnológico en salud digital de El Salvador con inteligencia artificial y telemedicina asistida

    La semana recién pasada, en su última cadena nacional, el presidente de nuestro país, Nayib Bukele, anunció la implementación de un nuevo sistema de salud denominado “Doctor-SV”. Según indicó, este modelo funcionará como una opción adicional al sistema actualmente en uso. De acuerdo con el presidente, este nuevo sistema representa “un salto de lo peorcito a lo mejor”, afirmando que Doctor-SV se convertirá en el primero y el mejor del mundo.

    Durante la presentación del nuevo sistema, el presidente se acompaño de varios personajes del mundo digital, entre ellos el director de Google Cloud para Latinoamérica, así como el principal arquitecto de Google Gemini, también estuvo presente el gerente de desarrollo humano y social del Banco CAF, el científico principal de 23andme (una aplicación de pruebas genéticas), y un médico especialista en gestión farmacéutica. Este equipo ha estado involucrado en la creación de la plataforma digital.

    ¿En qué consiste Doctor-SV?

    Doctor-SV es una aplicación de telemedicina que ofrece diagnóstico y tratamiento, apoyándose en inteligencia artificial desarrollada por Google. En concreto, utiliza Google Gemini en su versión especializada para medicina, denominada Med-Gemini, un modelo avanzado de IA diseñado para aplicaciones sanitarias. Med-Gemini está optimizado para diagnóstico, análisis de imágenes médicas y apoyo en la toma de decisiones clínicas, integrando múltiples tipos de datos, como texto, imágenes, videos y registros electrónicos de salud. En evaluaciones comparativas, este modelo ha superado a sistemas de IA médica previos, alcanzando en la prueba MedQA (USMLE) una precisión del 91.1%, posicionándose como uno de los modelos más exactos en diagnóstico.

    Hasta la fecha, no existen datos públicos que indiquen que algún país haya implementado oficialmente Med-Gemini dentro de su sistema nacional de salud. Aunque Google señala que este modelo puede operar desde centros de datos hasta dispositivos móviles, su adopción a gran escala aún se encuentra en fases tempranas y enfrenta desafíos relevantes, particularmente en materia de regulación, privacidad de datos y equidad de acceso. La asamblea Legislativa aprobó recursos (US$33 millones) para implementar un sistema de telemedicina en El Salvador con fondos del CAF.

    ¿Qué beneficios nos trae un sistema de telemedicina asistida con IA?

    Un sistema de telemedicina asistida con IA aporta diversos beneficios significativos para la atención sanitaria. Entre ellos destacan la reducción de tiempos de espera y la eliminación de traslados innecesarios, lo que mejora el acceso a servicios de salud especialmente en zonas rurales o con escasez de especialistas. Un sistema disponible 24/7 puede manejar consultas básicas, realizar triage y hacer seguimiento, lo que contribuye a evitar la saturación de clínicas y hospitales.

    La IA aporta calidad al diagnóstico al basarse en grandes bases de datos y evidencia científica actualizada, lo que reduce la variabilidad entre profesionales y mejora la atención general. Además, sirve como apoyo para profesionales de la salud, ofreciendo una segunda opinión, herramienta educativa y soporte clínico, muy importante en entornos con déficit de especialistas. La integración de datos clínicos facilita la continuidad del cuidado, favoreciendo un manejo más coordinado y efectivo del paciente.

    A largo plazo, la automatización de tareas administrativas y clínicas de baja complejidad puede liberar recursos humanos y financieros, representando una importante reducción de costos. También permite el monitoreo remoto continuo, lo que puede acelerar la recuperación y optimizar el control de enfermedades crónicas. En conjunto, estos beneficios hacen que la telemedicina asistida con IA transforme la atención médica, aumentando acceso, eficiencia, calidad y equidad, especialmente para poblaciones vulnerables o de difícil acceso.

    ¿Qué riesgos y desafíos podríamos encontrar?

    Ningún modelo de inteligencia artificial, por avanzado que sea, puede sustituir la evaluación física del médico, la intuición clínica ni la consideración de factores psicosociales. Sin una legislación clara, tanto profesionales de la salud como pacientes quedan en situación de vulnerabilidad legal. Además, en debates públicos se ha utilizado incorrectamente el término «equidad» en lugar de «igualdad»; es importante destacar que un sistema digital requiere condiciones como internet estable, dispositivos modernos y alfabetización digital, factores que pueden ampliar las desigualdades en salud al excluir a quienes no los tienen.

    Los sistemas digitales también implican riesgos en la privacidad y seguridad de los datos personales. En El Salvador, la soberanía de datos es un tema prioritario; la Ley del Sistema Nacional Integrado de Salud y demás normativas establecen que el Ministerio de Salud es el ente rector con responsabilidades regulatorias y de protección, incluyendo la creación de un expediente médico único digital y la consolidación de registros en un sistema de información único. El Estado debe garantizar la ubicación de servidores dentro del territorio nacional y definir límites claros para el uso comercial o político de los datos de salud, protegiendo así la privacidad y la seguridad de la información sensible.

    En resumen, la telemedicina asistida con IA es una herramienta valiosa, pero su éxito y legitimidad dependen de la legislación robusta que garantice la protección de datos, la equidad en su acceso y el mantenimiento del rol central del profesional de la salud en la atención clínica. Doctor-SV podría representar un avance tecnológico importante si se integra correctamente dentro del sistema de salud y no como sustituto de la atención humana, sino como complemento eficiente, ético y regulado.